martes, 28 de abril de 2015

Ghostbusters, Ray Parker Jr., 1984



Menudo ajetreo de semanas. No dispongo más que de esporádicos ratos para despegarme de mil y un asuntos (aprovecho para decir que no me harán precisamente rico, para más inri, pero sarna con gusto, bla, bla) así que tengo casi por obligado hacer pequeños altos por salud mental. Y, por qué no, por diversión. Y ya que en este momento no puedo salir a caminar ni a remar (estoy anclado al ordenador de casa) al menos me voy a dedicar a escribir un poco sobre... exacto, qué si no: música. 

Y como he dicho que quería divertirme, pues he pensado que qué mejor que tirar de pop ligero... del que acompañó en su día a una de las comedias más célebres de los años 80: Los Cazafantasmas. No creo que el tema de hoy requiera mayor presentación. Estoy segurísimo de que nada más viendo la portada del disco ya os han venido a la mente aquellos tres tipos con sus cañones de rayos a la caza de todo ectoplasma viviente en mitad de la ciudad de Nueva York. 

El éxito de la canción que tenéis delante sólo se comparó al de la película a la que acompañó y para la que fue expresamente creada. El encargo del tema principal vino dado a un relativamente desconocido Ray Parker Jr. guitarrista, cantante y compositor norteamericano en activo desde finales de los sesenta, y que a pesar de su gran juventud ya había acompañado como músico a nombres como Barry White. Sin embargo, su gran momento vino en 1984 cuando se marcó Ghostbusters, que se mantendría nada menos que tres semanas en lo más alto del Billboard. Y no sólo eso: optó al Óscar (fue vencida por nada menos que I Just Call To Say I Love You de Stevie Wonder, compuesta para La Mujer de Rojo) pero se desquitó con un premio Grammy poco después. 

Por supuesto, una canción como ésta requería de un videoclip a la altura. Así que fue dirigido por el propio Ivan Reitman, el mismo director de Los Cazafantasmas. Y se notó el enchufe que tenía el sujeto. Junto al propio Ray Parker Jr. y, naturalmente, a los protagonistas del film, Harold Ramis, Dan Aykroyd, Bill Murray, Sigourney Weaver y Rick Moranis, mostraba un auténtico desfile de cameos con algunos de los nombres más conocidos del momento. Reíros de Santiago Segura y sus amiguetes. 

Tenéis razón. Lo suyo sería enumerar tamaña lista de cameos aquí. Pero he pensado que esa es una diversión que ya os dejo a vosotros cuando hagáis clic en el vídeo. ¡Hasta la próxima!




Hasta la próxima. 

lunes, 13 de abril de 2015

The Love of Richard Nixon, Manic Street Preachers, 2004


En una deuda antigua contraída con un ilustre, ilustrísimo, seguidor de este blog, comprometí una Píldora al respecto que no llegó a formalizarse por las tropecientas vicisitudes de mi vida extrabloguera. Como fuera que me ha sido recordada, y como toque -además- al espaciamiento pildoril de los últimos tiempos, preparo el post de hoy tanto para saldar una cosa como para enmendar la otra.  

Los Manic Street Preachers son un grupo que han aparecido varias veces por aquí. Y si son conocidos por algo, aparte de su indiscutible calidad musical (y comercial), es por sus letras políticamente muy comprometidas. Por eso sorprende un poco el tema de hoy. Uno podría esperar que quien ha hecho un número uno con una canción inspirada en los perdedores de la Guerra Civil española, no sienta demasiada compasión por un personaje como Richard Nixon, trigesimo séptimo presidente de Estados Unidos y bien conocido por aquellos pagos como Tricky Dicky -"Ricardito el Tramposo"-  por su poco limpio juego en política. De hecho, ha sido el único presidente en dimitir por un escándalo político. Eso sí, era nada menos que el Watergate.  

Sin embargo, el tema de hoy casi deja bien a Nixon. De alguna forma, se quedó con una parte indiscutiblemente positiva de su carácter, como era una perseverancia a prueba de bomba. Si Kennedy era el niño mimado de América - y de família más que bien- Nixon procedía de abajo y en su carrera sólo contó con su esfuerzo... y con sus pocos miramientos, a decir verdad. Y parece quedarse aquí la canción. Dando a entender que si no hubiera existido el Watergate, Nixon no hubiera sido visto como alguien tan negativo. Lo cual hizo preguntar a mucha gente el por qué de esta canción al grupo británico. 

Y pudo ser algo tan simple como contrastar este perfil trabajador e incansable con el bajísimo que mostraba George Bush hijo en aquel momento, a dos semanas de su reelección presidencial, en 2004. Vamos, que la idea tal vez era dejar a Bush como un auténtico pelele, en comparación con el protagonista de nuestra Píldora de hoy. 

Como fuera, The Love of Richard Nixon tuvo un éxito enorme a finales de aquel año, y se quedó apenas a las puertas del número uno en el Reino Unido. Pero, cosas que pasan, en los Estados Unidos, casi ni se enteraron. Cosas que tiene ser un imperio que lo ve todo muy pequeño desde su atalaya. 

Y sin más, dejo aquí saldada la vieja deuda con mi gran comentarista RMN. Siglas que, por cierto, corresponden a... bien, deducidlo vosotros mismos. Más fácil, imposible. 




Hasta la próxima.