Píldora agostil nº2. ¿Os acordáis de cuando hace años no dejaban entrar en algunas discos si se iba con bambas puestas? A juzgar por las pintas macarriles de buena parte de la chavalería existente en las pistas de hoy -acordes con los reggaetones y demás delicatessen musicales pinchadas por DJ's sin amor por su pescuezo- mucho ha cambiado la cosa. Lo curioso del caso es que, todavía en 2005, por lo visto, se exigía etiqueta al entrar, a tenor por la indignación de los muchachos del Canto del Loco, indignación que rentabilizaron enormemente en el verano de aquel mismo año.
Aunque, pensándolo bien, seguro que era en una de esas discos con Ferraris en la puerta.
Hasta la próxima.
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