Si tuviera que definirse a lo que los Midnight Oil son en su Australia natal -incluso después de su disolución- sería de estrellas absolutas. Su carrera allá durante los años ochenta, noventa y principios de los 2000 se cuenta por números uno, prácticamente.
Sin embargo, para los que no hemos tenido la vicisitud de vivir en las antípodas, su memoria es algo más limitada, aunque en para nada nula. De hecho, hacia finales de los ochenta e inicios de los noventa, llegaron a ser tremendamente conocidos por esta parte del mundo. Servidor aún recuerda sus discos -en formato cassette TDK grabado- circulando con profusión por el instituto, sin ir más lejos.
Aunque ninguno de sus éxitos de aquella época se pudo comparar a este Beds Are Burning, uno de los bombazos de 1988, que fue más o menos cuando se escuchó con más intensidad. El tema se coló en el Top 20 en todo el mundo, incluyendo varios números uno.
Una vertiente poco recordada a menudo de los ochenta es que institucionalizaron los temas asociados a causas sociales varias, más allá de la canción protesta de los sesenta y setenta. Era el caso de Beds Are Burning, un alegato a favor de las tribus aborígenes australianas, cuya historia es en todo comparable, si no peor, a la que sufrieron los pueblos indios norteamericanos. De hecho, cuando se clausuraron los juegos olímpicos de Sydney (una muestra más de quiénes son allí), el grupo tocó el tema ante todo el mundo con un "Lo siento" escrito varias veces en sus ropas negras.
Conciencia y rock and roll en una causa poco común y que, sin más preámbulos, os dejo escuchar ya.
Bueno, amigo, tampoco olvides a los indios sudamericanos (y a los centroamericanos)...
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