Las cosas, no se sabe por qué, pero suceden en el momento en el que tienen que suceder. Esta historia es un buen ejemplo. Imaginad: una chica abandona sola una fiesta para ir a una discoteca. Allí se encuentra con una conocida en los lavabos que le invita a acercarse a su grupo de amigos. Y, una vez en éste, se encuentra con un tipo patilloso que, tras fijarse en la recién llegada, se le acerca aprovechando que la música de fondo era bastante penosa con el fin de conocerla. Y, vaya, parece que se caen bien.
Naturalmente, al destino también hay que darle un cierto empujoncito. El tipo patilloso, tras ver que la recién llegada marchaba al cabo de un rato, coge un cigarrillo para tener el pretexto ideal de salir afuera a fumar. Y lo hace pies para que os quiero... buscando esperar la salida de ella. Y allí le propone hacer un café un día próximo.
Pues bien, ese cúmulo de circunstancias -y de empujoncitos- son la causa de que hoy esté esta enorme canción de Toquinho en las Píldoras. Y de que un servidor, que sigue gastando patillas, sea ahora mismo un tipo al que no le caben los zapatos.
Aunque no le hagan demasiada falta por permanecer en permanente estado de flotación.
Hasta la próxima.
Congratulations, Master of the Guns!
ResponderEliminarM'agrada aquesta història.
ResponderEliminarLa noia segur que s'ho val.
APA CONVIDA-LA A MÉS CAFES.
Una suggerència...........un lloc relaxant, amb KARMA, amb aires de la India , prenent un bon tè pot dur a un bon tema de conversa.........
ResponderEliminarThanx, Mr. President! Anònim(a), i tant que s'ho val, de fet, no ha estat l'únic cafè al que l'he convidada! Apunto els teus suggeriments, moooltes gràcies...
ResponderEliminar