Como ya referí en su día, James fue uno de esos grupos que los que vivimos con intensidad (adicional) los años noventa -los de verdad, no la murga makinera aquella que coexistió- tuvimos siempre como unos secundarios de lujo de la música británica, siempre a la sombra de otros más afortunados como Blur u Oasis, pero en la brecha, cargados de hits de primera clase como el de hoy.
En 1993, a las puertas del britpop, la formación de Manchester tenía a sus espaldas más mili que el cabo Tres Forcas. De hecho, llevaba a cuestas una década de servicio nada menos, un récord entre los grupos del momento que sólo superaba Pulp: estos venían, ahí es nada, de finales de los setenta.
La eclosión del Madchester con el cambio de los ochenta a los noventa supusieron, por fin, el espaldarazo definitivo de James, que empezó a vender discos como rosquillas en una ascensión que se mantendría durante el reinado del britpop y aún iría más allá.
Así que para 1993 ya eran un grupo de referencia. Aquel año sacaron su quinto álbum, Laid, tal vez el más exitoso de su carrera al golpear en ambos lados del Atlántico. De Laid salieron dos sencillos, el homónimo y sobradamente conocido, y este Sometimes con el que se alzaron hasta el Top 20 de su país.
En cuanto lo pinchéis veréis todo un modelo de canción vitalista, de esas que llenan de buen rollo el cuerpo nada más empezar. En cierto modo, su sonido aún tenía reminiscencias del Madchester de los Stone Roses y compañía, aunque era mucho más pop y menos discotequero. Por cierto, para los más enteradillos, el álbum fue producido por Brian Eno, lo cual da una idea de hasta qué punto se había hecho un hueco considerable la banda liderada por Tim Booth.
Y sin más, aquí la tenéis. Ah, un último detalle. Veréis en un momento que el clip pasa un poco en remojo: ¿no es eso tener buen humor para grabar un vídeo?
Hasta la próxima.
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