Esta semana que acaba la noticia musical de esta parte del mundo ha sido, sin duda, la disolución de los mallorquines Antònia Font, unos tipos de lo más peculiar y que se han ganado por derecho propio uno de los lugares de honor del rock catalán de la última década y media. Motivo más que sobrado para dedicarles una Píldora, más aún cuando me he dado cuenta -sí, ya no controlo exactamente quién está y quien no, así de penoso- que... ¡aún no tenían ninguna!
Y es difícil de verdad escoger una canción como primera, entre el magnífico repertorio de Joan Miquel Oliver y el resto de sus colegas. Porque más que un grupo indie a la usanza, modernillo de pro, parecen exactamente lo contrario, esto es, el grupo de colegas de tu barrio. Eso sí, con un punto bastante peculiar, por no decir majara. A sus fotos en plan Devo (otros memorables majaras) me remito.
Finalmente, me he decidido por una de mis favoritas (que para eso escribe aquí el baranda jefe del blog), esta inclasificable Astronàuta rimador, una especie de aventura a lo Space Oddity -incluso con punteado de guitarra final- pero cuyas semejanzas acaban ahí. Para empezar, la letra: decir psicodélica es quedarse francamente corto.
Y luego está la música. Tras escucharla, uno no sabe si ha pasado por un tema pop, hip hop o flamenco. Pero de lo que sí que se está seguro es que se ha escuchado a un Joan Miquel Oliver en estado químicamente puro. Os dejo con él, y con su particular historia espacial.
Hasta la próxima.