Relax es otro de los himnos ochenteros por antonomasia, cuya fama, en buena parte, no sólo se debe a su indudable calidad musical, si no a su combate (victorioso) contra la censura que la BBC intentó aplicarle contra viento y marea.
Y es que aún durante la primera mitad de los ochenta ciertos
temas seguían escociendo. En el caso de Relax, la cosa iba de homosexualidad. Y
eso que ya habían pasado la fiebre disco de los setenta y gentes como Village
People o Sylvester habían quitado bastante hierro al asunto.
Sin embargo, Frankie Goes To Hollywood apretó bastante más
las tuercas en su primer single como formación. No sólo trató el tema con
bastante más descaro, si no que lo plasmó en un clip que era todo un poema,
mostrando una juerga pasada de vueltas en un garito de ambiente.
La verdad es que al principio, la canción no acabó de
despegar en las listas, hasta que la propia BBC lo coló insospechadamente en su Top of the Pops.
Entonces se disparó hasta el Top 10… y fue entonces cuando un discjockey de la
cadena, además de la propia directiva de la corporación británica, decidieron vetar su emisión.
El efecto fue aún peor (desde su punto de vista,
naturalmente). En apenas dos semanas más, Relax se puso en el número uno, y
acabaría quedándose en los charts nada menos que 52 semanas, hasta entrado 1985.
Por no decir que terminaría convirtiéndose en una de las canciones más famosas
de la década.
Así que briconsejo para los censores. Si no queréis que una
cosa tenga demasiada difusión, hacedme caso. Dejadla tranquila, so listos. Y,
sobre todo, relax…
Hasta la próxima.
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