Un gran día de cumpleaños. Creo que no puede definirse de otra manera. No sólo lo he pasado junto a los seres queridos, si no que -como en el fondo esperamos todos cuando toca- ha sido pródigo en presentes y regalos. Desde un espectacular bajo eléctrico -que he de aprender a utilizar, pero no dudéis en que así será- hasta un chulísimo reloj, un juego para la Wii, o un necesario surtido de ropa (¡y de la que te pones por que te gusta, qué más pedir!)...
En fin, no me puedo quejar. Tampoco en lo que respecta a las felicitaciones. Desde ayer por la noche varias horas antes de las doce hasta este mismo momento, amigos y familiares se han distribuido a través del teléfono, el SMS, el Facebook, incluso este blog... sólo puedo decir que pienso contestar a todos y cada uno de ellos (por supuesto a aquellos que no he podido atender inmediatamente), me lleve el tiempo que me lleve. Es lo mínimo cuando se acuerdan de uno. En todo caso, vayan previamente mis más cálidas gracias a todos ellos.
Por lo demás, como lo prometido es deuda, he escogido un tema que fue número uno en aquel cada vez más lejano 11 de septiembre de 1974, día en que un servidor vino al mundo en el Hospital Francisco Franco de Barcelona, lo cual ya hace sospechar que la fiesta de la Diada Nacional de Catalunya no estaba por entonces demasiado institucionalizada. Por supuesto, he hecho un poco de trampa... alguien (sorry, Juanjo) esperaba que fuera el hit que encabezó las listas británicas, pero, de momento, va a ser que no. Me niego. Así que he dispuesto el número uno en España. Si os parece ramplón, os aseguro que es Mozart al lado del que encabezó los charts de las islas. Ya os he dicho varias veces que 1974 no fue muy pródigo en grandes canciones...
Pero también sería injusto si no os dijera que este tema, en realidad, me gusta escucharlo de vez en cuando. Simple, tontorrón, pero desenfadado e ideal para cuando se está contento, como servidor al final del día de hoy. Además, siempre lo asociaré a cierto verano en Puente-Genil en el que a mi primo Toni (gran guitarrista flamenco, por otro lado) le dio por la cancioncita y llegó a ponerla unas tropecientas mil veces en el tocadiscos de casa de mis tíos. Si no la aborrecí entonces, nunca más lo haré, desde luego.
Sin más me retiro, que mañana hay que levantarse pronto para la preceptiva regata de remo en Torredembarra. Con que el día sea la mitad de bueno que el de hoy, será redondo. Buenas noches.
En fin, no me puedo quejar. Tampoco en lo que respecta a las felicitaciones. Desde ayer por la noche varias horas antes de las doce hasta este mismo momento, amigos y familiares se han distribuido a través del teléfono, el SMS, el Facebook, incluso este blog... sólo puedo decir que pienso contestar a todos y cada uno de ellos (por supuesto a aquellos que no he podido atender inmediatamente), me lleve el tiempo que me lleve. Es lo mínimo cuando se acuerdan de uno. En todo caso, vayan previamente mis más cálidas gracias a todos ellos.
Por lo demás, como lo prometido es deuda, he escogido un tema que fue número uno en aquel cada vez más lejano 11 de septiembre de 1974, día en que un servidor vino al mundo en el Hospital Francisco Franco de Barcelona, lo cual ya hace sospechar que la fiesta de la Diada Nacional de Catalunya no estaba por entonces demasiado institucionalizada. Por supuesto, he hecho un poco de trampa... alguien (sorry, Juanjo) esperaba que fuera el hit que encabezó las listas británicas, pero, de momento, va a ser que no. Me niego. Así que he dispuesto el número uno en España. Si os parece ramplón, os aseguro que es Mozart al lado del que encabezó los charts de las islas. Ya os he dicho varias veces que 1974 no fue muy pródigo en grandes canciones...
Pero también sería injusto si no os dijera que este tema, en realidad, me gusta escucharlo de vez en cuando. Simple, tontorrón, pero desenfadado e ideal para cuando se está contento, como servidor al final del día de hoy. Además, siempre lo asociaré a cierto verano en Puente-Genil en el que a mi primo Toni (gran guitarrista flamenco, por otro lado) le dio por la cancioncita y llegó a ponerla unas tropecientas mil veces en el tocadiscos de casa de mis tíos. Si no la aborrecí entonces, nunca más lo haré, desde luego.
Sin más me retiro, que mañana hay que levantarse pronto para la preceptiva regata de remo en Torredembarra. Con que el día sea la mitad de bueno que el de hoy, será redondo. Buenas noches.
Los Diablos – Acalorado (por Spotify)
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.
Felicidades hombre!! 36 añitos ya! Me alegro de que te lo hayas pasado bien en tu cumple. Saludos desde Germania!
ResponderEliminarEse alguien ya suponía que no te ibas a atrever a poner tan magnífica composición musical, que encabezaba la lista de éxitos del Rayom Uní aquel 11-S. Y ya se imaginaba que te escaquearías más o menos por donde te has escaqueado. Es más, estuve por hacer una referencia a la caló en el SMS, pero me decanté por el tema de los aviones.
ResponderEliminarTe reitero mi felicitación. Y si el día salío redondo, ¿qué más se puede pedir?
Muchas gracias, compañeros! Salmón, recibe un saludito desde España, chaval! Y Juanjo, no dudaba de tu perspicacia al respecto, así que si fue como dices, ya viste que la intuición era buena... por lo demás, muchísimas gracias de nuevo, compadre.
ResponderEliminarlo dicho el puto crack
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