Desde hace poco tiempo, Montse ha comenzado a hacer clases de yoga. No es la primera vez que practica algo así, pero sí que parece que le gusta realmente en esta ocasión. Hasta el punto de que ha conseguido llamarme a la curiosidad en este tema, que no es poco.
Y, desde luego, no es poco. Años atrás, durante un verano, unos tipos montaron unas clases de yoga en la playa. Animado precisamente por Montse, que se había enterado y que le apetecía probarlo, decidí secudarla. Total, mala cosa no parecía: actividad buena para el cuerpo -a juzgar por lo que todo quisque decía- y en un entorno agradable a la puesta de sol.
La realidad fue bastante más prosaica. Aquellos tíos -y tías- resultaron ser unos de esos integristas vegetarianos de aire hippy (debían de tener acciones en las tiendas Natura) muy poco interesados en provocar interés por lo que hacían. La monitora comenzaba a dar eso del saludo al sol -que las cosas como son, su gracia tenía en plena puesta frente al mar- y, acto seguido, todo Cristo empezaba a hacer sus ejercicios de forma automática. Y ya véis a uno, que lo más cercano al yoga que había conocido era al célebre oso robacestas del parque de Yelowstone, intentando seguir el ritmo con más bien poca pericia, si me permitís el eufemismo.
Al final, lógicamente, acabé hasta el gorro de todo aquel tinglado. Y así, hasta hoy. Sin embargo, por lo visto, en esta ocasión, la cosa pinta mucho mejor, a juicio de Montse. Con tanta pasión lo dice, que me la creo. Por lo pronto, para este viernes próximo, hacen unas clases de relajación y meditación. Creo que iré. Estas cosas mejor iniciarlas poco a poco, y si uno va a relajarse ya de entrada, pues que no sea por falta de ánimos.
Por lo demás, creo que el tema de hoy era casi el único que podía poner visto lo anterior. Teardrop, éxito de los británicos Massive Attack en 1998, es un tema ideal para marcarse un ratito de relajación como Dios manda. Además, a Montse le gusta muchísimo, y lleva días sugierendo su incorporación al Pildorario General. Y, por si fuera poco, prestó un fragmento a la sintonía de una de sus series favoritas, House.
Retocando algo lo que dijo aquel rey felón, marchemos todos juntos, y yo el primero, tras la senda yogui (retoque de gran libertad: no me imagino al cafre de Fernando VII practicando nada espiritual). Eso sí, a diferencia suya, intentaré no echarme atrás ya antes de empezar.
Y, desde luego, no es poco. Años atrás, durante un verano, unos tipos montaron unas clases de yoga en la playa. Animado precisamente por Montse, que se había enterado y que le apetecía probarlo, decidí secudarla. Total, mala cosa no parecía: actividad buena para el cuerpo -a juzgar por lo que todo quisque decía- y en un entorno agradable a la puesta de sol.
La realidad fue bastante más prosaica. Aquellos tíos -y tías- resultaron ser unos de esos integristas vegetarianos de aire hippy (debían de tener acciones en las tiendas Natura) muy poco interesados en provocar interés por lo que hacían. La monitora comenzaba a dar eso del saludo al sol -que las cosas como son, su gracia tenía en plena puesta frente al mar- y, acto seguido, todo Cristo empezaba a hacer sus ejercicios de forma automática. Y ya véis a uno, que lo más cercano al yoga que había conocido era al célebre oso robacestas del parque de Yelowstone, intentando seguir el ritmo con más bien poca pericia, si me permitís el eufemismo.
Al final, lógicamente, acabé hasta el gorro de todo aquel tinglado. Y así, hasta hoy. Sin embargo, por lo visto, en esta ocasión, la cosa pinta mucho mejor, a juicio de Montse. Con tanta pasión lo dice, que me la creo. Por lo pronto, para este viernes próximo, hacen unas clases de relajación y meditación. Creo que iré. Estas cosas mejor iniciarlas poco a poco, y si uno va a relajarse ya de entrada, pues que no sea por falta de ánimos.
Por lo demás, creo que el tema de hoy era casi el único que podía poner visto lo anterior. Teardrop, éxito de los británicos Massive Attack en 1998, es un tema ideal para marcarse un ratito de relajación como Dios manda. Además, a Montse le gusta muchísimo, y lleva días sugierendo su incorporación al Pildorario General. Y, por si fuera poco, prestó un fragmento a la sintonía de una de sus series favoritas, House.
Retocando algo lo que dijo aquel rey felón, marchemos todos juntos, y yo el primero, tras la senda yogui (retoque de gran libertad: no me imagino al cafre de Fernando VII practicando nada espiritual). Eso sí, a diferencia suya, intentaré no echarme atrás ya antes de empezar.
Massive Attack – Teardrop (por Spotify)
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.
Me encanta tu pagina, felicidades.
ResponderEliminarAyer me encontre a alguien que se parecia a ti y lo confundi contigo me dijo que no que el no tenia un blog de musica, aun asai le felicite.
¡Ja, ja, ja! ¡Muchas gracias por la felicitación, en nombre de mi alter ego! Anna Maria, ya dicen que todos tenemos un doble, pero no sabía que el mío estaba tan cerca de casa! Por lo demás, me alegra un montón que te guste la página: son esas las pequeñas grandes cosas que mantienen realmente este tinglado... por lo demás, he estado echando un vistazo a tus blogs: son sencillamente estupendos, en plural. ¡A ver si nos vemos, esta vez sin doble mediante! Un abrazo!
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