Arthur Brown es otro de los nombres prácticamente olvidados en la actualidad por parte de la mayoría del personal. Y, sin embargo, supuso en su día una de las influencias más importantes para gente como Alice Cooper (en su caso, la inspiración era más que obvia), Marilyn Manson, Peter Gabriel o Kiss, todos ellos ilustres histriones del escenario.
En cuanto veáis el clip entenderéis el porqué. Porque su único gran hit, Fire, es recordado aún como uno de los temas más inclasificables de la década de los sesenta. Y no sólo por su letra plena de alusiones al fuego del infierno y un final claramente sexual, temáticas muy poco frecuente en la época y mucho menos en las emisoras de mainstreaming.
Porque si hay algo de la canción de hoy que pasó a la historia -más allá de su sonido muy cercano al naciente rock duro- fue la particularísima performance que el grupo, The Crazy World Of Arthur Brown (el nombre era una inequívoca declaración de intenciones) hizo en sus apariciones públicas.
En ellas, Brown aparecía ataviado como una especie de brujo pintarrajeado (¿a quién os recuerda?) y coronado por un casco en el que ¡había fuego real!. Como fuera que aquel invento no estaba del todo bien aislado, la coña del sombrerito le provocaba bastante dolor y se lo acababa quitando al cabo de un rato. Pero todo fuera por el show. Y vaya si lo dio en su aparición en Top of the Pops allá por el verano de 1968, la misma que podréis ver en un momento.
Fire superó el millón de copias vendidas, alcanzó el número uno en Gran Bretaña y el dos en Estados Unidos. Unas cifras nada desdeñables para un tema que debió de provocar algún que otro shock entre los telespectadores de más de cuarenta años como poco. Es más: estoy bastante convencido de que después de 44 años, no os dejará aún indiferentes. Comprobadlo, si no.
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