Estos días, en el grupo de música que sostenemos los amiguetes de Facebook se ha dedicado un espacio a esas canciones que nos gustan pero que, de alguna manera, no hay arrestos para escucharlas con nadie más, por el motivo que sea. Algo que todo el mundo, pero todo el mundo, tiene en su inconfesable haber. Admitidlo.
En mi caso, la lista es bastante considerable. Algunas de esas canciones ya han salido en el blog, si bien otras aún no: todo a su tiempo. De todas maneras, uno de esos temas de escucha preferentemente privada (por ejemplo, en el coche) es este Corazón contento. No es el único interpretado por Marisol que entra en esta categoría. Las potentes trompetas que rodean su versión de la serratiana Tu nombre me sabe a yerba también atruenan de vez en cuando en el auto. Eso sí, aviso: el que espere mucha más Marisol por mi parte, va listo. Acabáis de conocer el alfa y el omega.
En lo que respecta al alfa, Corazón contento es uno de esos temas que habéis escuchado -voluntaria o involuntariamente- decenas de veces. Compuesta e interpretada originalmente por el argentino Palito Ortega, supuso el mayor éxito de una Marisol que había abandonado definitivamente su etapa musical infantil (por obvios motivos biológicos) pero que aún no se había convertido en la más seria y politizada Pepa Flores de los setenta y ochenta.
Una de las apariciones más recordadas del tema de hoy, especialmente por los españolitos varones de 1969, fue la que tuvo en el film El taxi de los conflictos. ¿Que por qué es recordada? Bueno, en cuanto echéis un vistazo al clip, lo entenderéis. Aunque no hacía falta ser un Jaime de Mora y Aragón para que aquella actuación dilatase las pupilas del personal ibérico. Como os lo digo: las gasolineras de 1969 serían muy franquistas, desde luego, pero me quedo con ellas antes que con las muy democráticas de 2012. No sólo ahora no hay tropecientas chicas en top para servirte combustible, si no que te lo pones tú solo. Y encima, pagando la intemerata. ¿Sabéis cuanto costaba un litro de gasolina hace 43 años? Seis pesetas, poco más de tres céntimos de euro para los menos avisados. Ahí queda.
A todo esto, ¿cómo hemos llegado hasta el precio de la gasolina partiendo de la música inconfesable?
Hasta la próxima.
Que calladito te lo tenias !!! mangarrian!! pero yo creo que también te gustaba "la vida es una tombola" o no???
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