Durante 23 años, Jim Morrison fue el último grande en entrar es este Club de los 27 que estamos homenajeando estos días. Y, de todos sus miembros, tal vez sea el que haya inspirado más mística entre sus seguidores, a causa de su tortuoso carácter. El mismo que supo transmitir a la práctica totalidad de canciones que compuso e interpretó.
A nadie voy a descubrir Roadhouse Blues, uno de los temas angulares de la formación y que desde sus primeros acordes de guitarra ya adelanta lo que va a venir después: un blues eléctrico duro y sofocante, pero tremendamente poderoso hasta colarse en el tuétano.
El propio Jim Morrison adquirió en él un registro áspero que se ajustaba como un guante al olor de gasolina y cerveza ("me levanté está mañana y me tomé una birra", bramaba el sujeto) que desprendía toda la canción. No obstante, a pesar del increíble éxito y fama que adquiriría la pieza en seguida -fue rápidamente un imprescindible en sus conciertos- no pasó del puesto 50 en las listas de singles norteamericanas. Tampoco ayudó que fuera la cara B de otro tema de menor calado, You Make Me Real. No obstante, en otros países sí que fue cara A, acompañado de una cara B de lujo, Waiting For The Sun.
Os recomiendo que tampoco os perdáis el clip, que recoge una versión en directo francamente buena acompañada de imágenes de varios de sus conciertos. Si os parecía ayer que Nirvana iban pasados de vueltas rompiendo instrumentos, a ver qué opináis de los Doors. Los únicos tipos que acababan con más policías que músicos en el escenario. Esto es rock, gente.
Roadhouse Blues (por Goear)
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.
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