Ayer recibí una invitación por el Facebook para ser contacto no de una persona, sino de una entidad a la que estuve vinculado nada menos que siete años. Se trata de la emisora municipal de Sant Just Desvern, Ràdio Desvern. Ahora hace algunos años que no participo en ella -aunque mantengo contacto con algunos de los compinches de allí- así que me hizo una gran ilusión volver a formar parte de la radio, aunque sólo fuese por Internet.
Mi llegada a la emisora fue bastante circunstancial. No tenía experiencia ni antecedentes radiofónicos, así que casi ni sé porqué escogí esta opción a la hora de hacer las prácticas de periodismo de primer año. Pero lo hice, y de esta forma, en la primavera de 1997, comencé a colaborar en el magazine de la mañana, conducido por Hèctor Suriol (el director de la radio) y Olga Mengual. Mi papel era presentar mini espacios diarios sobre seguridad vial -aún pasarían seis años para que me apuntara a la autoescuela, por cierto- y sobre la OMIC, la oficina del consumidor. Creo que había otro más, pero de éste, lo admito, ya no me acuerdo.
Aquellos espacios se grababan en un pequeño estudio, y luego se emitían durante el magazine, pues los experimentos hay que hacerlos con gaseosa. Tras acabar las prácticas, me ofrecieron quedarme, para mi sorpresa, y como le empezaba a coger el gusto a la cosa, acepté. Finalmente, tras varios programas más grabados, un día (creo que el 1 de julio de 1997) me atreví a entrar en directo, armándome de valor.
Y es aquí donde cobra sentido la Píldora de hoy, pues era la canción que precedió a mi primer directo en la radio. Es como si lo estuviera viendo ahora: los cascos puestos, el guión delante de mí y debajo del micro Sennheiser, un cigarrillo encendido, The Connells de fondo, y muchos nervios a sublimar en aquel estudio de las antiguas instalaciones anexas a Can Ginestar (Cangi, para todos).
Considero que fue el inicio de verdad de todos los años siguientes como miembro de aquel estupendo grupo de gente de radio. Los principales de los cuales los pasé, por cierto, en el magazine de tarde Aquí hi ha marro, conducido por Enric Riba (viejo compañero del instituto) y Carles Hernández, el archiconocido Carlitus para todo santjustenc que se precie de tal. Pero a este capítulo, ya entraremos otro día...
Mi llegada a la emisora fue bastante circunstancial. No tenía experiencia ni antecedentes radiofónicos, así que casi ni sé porqué escogí esta opción a la hora de hacer las prácticas de periodismo de primer año. Pero lo hice, y de esta forma, en la primavera de 1997, comencé a colaborar en el magazine de la mañana, conducido por Hèctor Suriol (el director de la radio) y Olga Mengual. Mi papel era presentar mini espacios diarios sobre seguridad vial -aún pasarían seis años para que me apuntara a la autoescuela, por cierto- y sobre la OMIC, la oficina del consumidor. Creo que había otro más, pero de éste, lo admito, ya no me acuerdo.
Aquellos espacios se grababan en un pequeño estudio, y luego se emitían durante el magazine, pues los experimentos hay que hacerlos con gaseosa. Tras acabar las prácticas, me ofrecieron quedarme, para mi sorpresa, y como le empezaba a coger el gusto a la cosa, acepté. Finalmente, tras varios programas más grabados, un día (creo que el 1 de julio de 1997) me atreví a entrar en directo, armándome de valor.
Y es aquí donde cobra sentido la Píldora de hoy, pues era la canción que precedió a mi primer directo en la radio. Es como si lo estuviera viendo ahora: los cascos puestos, el guión delante de mí y debajo del micro Sennheiser, un cigarrillo encendido, The Connells de fondo, y muchos nervios a sublimar en aquel estudio de las antiguas instalaciones anexas a Can Ginestar (Cangi, para todos).
Considero que fue el inicio de verdad de todos los años siguientes como miembro de aquel estupendo grupo de gente de radio. Los principales de los cuales los pasé, por cierto, en el magazine de tarde Aquí hi ha marro, conducido por Enric Riba (viejo compañero del instituto) y Carles Hernández, el archiconocido Carlitus para todo santjustenc que se precie de tal. Pero a este capítulo, ya entraremos otro día...
Ah, una cosa sobre el tema en sí. Lanzado en 1993, llegó a tener bastante éxito... en 1995, especialmente en Alemania y en los países nórdicos. Curiosidades del mayor éxito de una banda, The Connells, oriunda de Carolina del Norte, USA.
Salutacons des de Ràdio Desvern. Més festa que ràdio vàrem fer. Una abraçada
ResponderEliminarSí, sobre tot a l'Aquí hi ha marro... per això ja el dedicaré un altre dia una Píldora, només per a ell.. Un abaraçada per vosaltres!
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