Ciertamente, la vida se puede entender como la suma de las pequeñas cosas que te suceden. Hay quien prefiere verla como algo superior, pero creo que es perderse lo mejor, el día a día. Dicho esto, una de las cosas que más me gustan, sin duda, es pasar buenos ratos con todo aquel que me rodea, y disfrutar con su compañía y su conversación. Lo ideal para esto es en casa, durante comidas o cenas en las que la sobremesa, tras una comida perfecta y deliciosamente orquestada por Montse, se suele convertir en un momento de charla en el que disfrutamos anfitriones e invitados por igual.
Otro momento en el que me gusta gozar de la compañía y de la conversación con amigos es durante el rato de la comida a mediodía en Barcelona, especialmente si se produce en viernes, ya que se puede extender a una sobremesa como Dios manda sin estrechuras de horarios y obligaciones del despacho. Habitualmente, los viernes por la tarde es un momento que utilizo para pasear y moverme por Barcelona a mi aire, pero que con frecuencia también aprovecho para coincidir con los buenos amigos.
Este ha sido el caso de hoy, en el que he tenido una muy agradable comida y mejor sobremesa con una gran amiga, antigua compañera de trabajo, con la que nos hemos puesto al día tras varias semanas. Una buena parte del tiempo lo hemos pasado hablando de la afinidad de gustos musicales, en un repaso desde el ye-yé hasta el estupendo George Harrison.
Especialmente coincidimos en el descubrimiento reciente común, cada uno por su lado, del cantante americano-canadiense Rufus Wainwright, un descendiente del último director general de la colonia holandesa de Nueva Amsterdam (luego Nueva York), nada menos que Peter Stuyvesant, sí, el de la marca de tabaco. Y se trata de un descubrimiento tardío: Wainwright lleva editando discos desde 1998, pero más vale tarde que nunca si la dicha es buena, dicen, y qué razón.
Los temas de Wainwright se caracterizan por su carácter melódico y sensible, incluso en las estupendas versiones que ha hecho de Leonard Cohen o The Beatles. El tema de hoy es algo más movido, en una onda más pop, pero es un gran ejemplo de la elegancia que muestra el cantante norteamericano. Espero que os guste como a nosotros. Por cierto, una abrazo, Supernena.
Rufus Wainwright – Rules and Regulations (por Spotify)
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.
Otro momento en el que me gusta gozar de la compañía y de la conversación con amigos es durante el rato de la comida a mediodía en Barcelona, especialmente si se produce en viernes, ya que se puede extender a una sobremesa como Dios manda sin estrechuras de horarios y obligaciones del despacho. Habitualmente, los viernes por la tarde es un momento que utilizo para pasear y moverme por Barcelona a mi aire, pero que con frecuencia también aprovecho para coincidir con los buenos amigos.
Este ha sido el caso de hoy, en el que he tenido una muy agradable comida y mejor sobremesa con una gran amiga, antigua compañera de trabajo, con la que nos hemos puesto al día tras varias semanas. Una buena parte del tiempo lo hemos pasado hablando de la afinidad de gustos musicales, en un repaso desde el ye-yé hasta el estupendo George Harrison.
Especialmente coincidimos en el descubrimiento reciente común, cada uno por su lado, del cantante americano-canadiense Rufus Wainwright, un descendiente del último director general de la colonia holandesa de Nueva Amsterdam (luego Nueva York), nada menos que Peter Stuyvesant, sí, el de la marca de tabaco. Y se trata de un descubrimiento tardío: Wainwright lleva editando discos desde 1998, pero más vale tarde que nunca si la dicha es buena, dicen, y qué razón.
Los temas de Wainwright se caracterizan por su carácter melódico y sensible, incluso en las estupendas versiones que ha hecho de Leonard Cohen o The Beatles. El tema de hoy es algo más movido, en una onda más pop, pero es un gran ejemplo de la elegancia que muestra el cantante norteamericano. Espero que os guste como a nosotros. Por cierto, una abrazo, Supernena.
Rufus Wainwright – Rules and Regulations (por Spotify)
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.
Pues sí, Wainwright versionó el "Hallelujah" de Leonard Cohen, una versión que, por cierto, aparece en la película "Shrek", la primera y original. Y ya te vale, poner a Leonard Cohen sin link...
ResponderEliminarBesos Compi de un futuro proyecto de radio!!!
ResponderEliminarDe Rufus es buenísima Cigarretes and Chocalate milk!!!!
Esther!!! Qué te ha parecido? Me alegra mucho que te hayas hecho "Pildorera"... la próxima de Rufus será Cigarrettes and Chocolate, también es buenísima...
ResponderEliminarJuanjo, tío, creo que ese problemilla que dices del link se resolverá antes de lo previsto...
A este respecto, recomendar encarecidamente, si es que aún no lo tenéis, el dvd de "I'M YOUR MAN" en el que varios intérpretes como U2, Rufus y Martha Wainwright, Antony, Nick Cave, y otros que ahora no recuerdo, hacen versiones y cuentan cosas sobre el maestro Cohen. Me gusta la versión de Rufus de "Halleluha", pero la insuperable, incluso mejor que la original, es la del difunto Jeff Buckley, uno de los pocos milagros con los que la suerte quiso bendecirnos, para luego arrebatárnoslo.
ResponderEliminarMaestro Armero, pido humildemente consideres una píldora para este portento de Jeff Buckley y su disco "Grace".
Gracia que espero merecer...
Maestro, el que mencionas es un DVD excepcional, que conozco más que bien. Como contrapartida, no conozco demasiado la obra de Jeff Buckley salvo temas puntuales (otra prueba más de la falibilidad sin límites de este redactor), pero creo que la oportunidad que ofreces es un buen pretexto. Así que con los hechos espero responder a la petición que se hace...
ResponderEliminarFrancisco Javier, por desgracia, no hay mucho de Jeff Buckley para conocer, ya que poco antes de preparar el que hubiera sido su segundo disco, el chico se ahogó en un río de Memphis-Tennessee. No está claro, al menos fuera de su círculo, si fue un accidente o un suicidio, pero si yo no quisiera morir, no me internaría en un río, vestido, como parece ser que él hizo.
ResponderEliminarUna auténtica lástima, porque para mí, fue la última GRAN revelación -hablo de 1994- que he tenido en este mundo de la música. Hay que oír lo que canta y CÓMO lo canta... Su primer y único disco de estudio, "Grace", lo tengo en un altar, con esto lo digo todo.
Unos, con tanto que ofrecer, se van tan jóvenes. En cambio aquí, tenemos a Su Excelencia Paquito, que no se calla ni bajo el agua. En fín...
¡Hombre, Maestro Ciruela...! ¡Sí que está fino! ¿Así que lo que usted quiere es yo me calle bajo el agua? Está chupao. ¡Mire, ya está...!
ResponderEliminarJe, je, je... por cierto, hablando de no callar ni debajo de cosas, Excelencia, yo de usted pondría un ojo en Cuelgamuros, no sea que un día se encuentre con el chiringuito desmontado y la lápida en yermo a ojo de milano... hum, interesante...
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