Antes de nada, quisiera agradecer al/a los hideputa/s que mañana sí, mañana no (y por la tarde, lo mismo) nos regalan esos agradables trayectos en tren viejuno sin aire acondicionado. Es un detalle que no queráis que el pasaje se resfríe en julio. Así se os averíe el aire acondicionado de casa justo antes de ir a dormir.
Salvada la introducción, que me veía empujado a escribir, vamos al turrón. De unos años a esta parte, no es muy usual que un mismo LP permanezca semanas y semanas en los puestos de honor de las listas. A lo sumo, aguanta de vez en cuando alguna canción, como aquella Umbrella de Rihanna en 2007. Pero álbumes, los justitos y alguno menos. Y es una pena, porque los buenos artistas donde se lucen bien es en los discos, más que en los singles afortunados.
Esto, hace unos años no era así. Con frecuencia, gente de lo más variado -desde R.E.M. hasta Isabel Pantoja- hacían soberanamente aburridos los programas musicales, especialmente cuando llagaba el momento de repasar las listas de ventas. Sin embargo, esto, en realidad, indicaba que existían artistas y productos musicales que eran capaces de ganarse el favor del público durante mucho tiempo.
Uno de ellos, posiblemente el primero que recuerdo conscientemente así, fue el primer álbum de Terence Trent D'Arby, de larguísimo título, Introducing the Hardline According To Terence Trent D'Arby, lanzado en 1987. El éxito de aquel disco fue total: si hace unos días comentaba que Play, de Moby, era casi un recopilatorio de singles, Introducing the Hardline... (como se acababa escribiendo a menudo para acortar) no le iba a la zaga.
En aquel disco se incluían temazos -que la mayoría recordaréis- como If You Let Me Stay (tal vez mi preferido), Wishing Well, Dance Little Sister o el que, posiblemente, fue el más conocido por estos pagos, Sign Your Name, una magistral balada soul de principio a fin. A pesar de que seguiría haciendo buenos trabajos, el impacto de D'Arby con aquel primer disco no pudo repetirse. Actualmente trabaja bajo otro nombre artístico (Sananda Maitreya), pero para la mayoría, quedará para siempre aquel gran LP firmado por un tipo de nombre algo complicadillo de pronunciar bien para la mayoría de sus primeros compradores.
Salvada la introducción, que me veía empujado a escribir, vamos al turrón. De unos años a esta parte, no es muy usual que un mismo LP permanezca semanas y semanas en los puestos de honor de las listas. A lo sumo, aguanta de vez en cuando alguna canción, como aquella Umbrella de Rihanna en 2007. Pero álbumes, los justitos y alguno menos. Y es una pena, porque los buenos artistas donde se lucen bien es en los discos, más que en los singles afortunados.
Esto, hace unos años no era así. Con frecuencia, gente de lo más variado -desde R.E.M. hasta Isabel Pantoja- hacían soberanamente aburridos los programas musicales, especialmente cuando llagaba el momento de repasar las listas de ventas. Sin embargo, esto, en realidad, indicaba que existían artistas y productos musicales que eran capaces de ganarse el favor del público durante mucho tiempo.
Uno de ellos, posiblemente el primero que recuerdo conscientemente así, fue el primer álbum de Terence Trent D'Arby, de larguísimo título, Introducing the Hardline According To Terence Trent D'Arby, lanzado en 1987. El éxito de aquel disco fue total: si hace unos días comentaba que Play, de Moby, era casi un recopilatorio de singles, Introducing the Hardline... (como se acababa escribiendo a menudo para acortar) no le iba a la zaga.
En aquel disco se incluían temazos -que la mayoría recordaréis- como If You Let Me Stay (tal vez mi preferido), Wishing Well, Dance Little Sister o el que, posiblemente, fue el más conocido por estos pagos, Sign Your Name, una magistral balada soul de principio a fin. A pesar de que seguiría haciendo buenos trabajos, el impacto de D'Arby con aquel primer disco no pudo repetirse. Actualmente trabaja bajo otro nombre artístico (Sananda Maitreya), pero para la mayoría, quedará para siempre aquel gran LP firmado por un tipo de nombre algo complicadillo de pronunciar bien para la mayoría de sus primeros compradores.
Terence Trent D'Arby – Sign Your Name (por Spotify)
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.
¡Increíble! Precisamente este mediodía, comiendo con un socio he sacado indignado el tema. Esos hijos de la GRAN PUTA de RENFE, ¿es que lo hacen para ahorrar, o qué? Y que no digan que la gente mayor tiene frío, porque ayer vi a un matrimonio a punto de caer como pollos. Antes, cuando se abría la puerta, se decía: ¡nene cierra, que entra el calor! Ahora, hay que abrir las puertas en cada parada, para poder respirar aire fresco para subsistir. Mi propuesta para el público en general, sería la de tirar de la emergencia y frenar todos los trenes. Cuando saliera el conductor, aprovechando que no hay nadie más que él de RENFE, (porque ésa es otra) se le pega entre todo el vagón una paliza sin llegar al linchamiento total. ¡A ver si así, ponen refrigeración y vigilancia en los trenes, coño!
ResponderEliminarRamon, macho, pues no te haces ni una idea de hasta dónde estoy yo de la compañía, y eso que tuve una feliz estancia de becario muchos años ha...
ResponderEliminarTemperaturas extremas y en el momento exactamente contrario del año, falta de vigilancia, trenes que vienen del 92, catástrofes ferroviarias diversas en el 2006 y 2007 (contra todo pronóstico, se llegaba antes a Calafell cuando cubrían con autocares el tramo Plaza de España-Gavà, en pleno cierre de la entonces C-2 Sur, que en condiciones normales).
De hecho, no he querido extenderme más sobre el particular, porque ya lo hice hace algún tiempo. Busca en la Píldora de los Shocking Blue...
De todas formas, me he quedado con la curiosidad de saber cómo se le da una paliza colectiva a un tío "sin llegar al linchamiento total"... supongo que son las sutilezas que se generan en la mente de un sufrido usuario de Cercanías... Por cierto, imagino que hace tiempo algo así debió de pasar, porque las pocas veces que pasa ahora un revisor, va acompañado de un batallón de Marines en clave segurata...