Sí, ya sé que traje por aquí a The Cranberries hace apenas un mes y medio, una frecuencia que no es habitual en las Píldoras. Pero en seguida entenderéis el porqué de la selección de hoy. En todo caso, que nadie se asuste, no es que se me hayan acabado las ideas. Sobre la bondad de ellas, no respondo, pero sobre la cantidad, que todo el mundo esté tranquilo...
Ayer por la noche, mi padre me envió algunas fotos familiares antiguas que había rescatado de su último viaje a Puente Genil esta Semana Santa. Una de ellas era muy buena: él, con diez u once años en plan tirillas espabilado llevando a su madre (mi abuela) ¡en una Derby! Efectivamente, no heredé de él el gusto por las dos ruedas, no...
Pero había otra que era especialmente emotiva. Se trataba de una imagen de nada menos que mi tatarabuelo. Para que os hagáis una idea de la tremenda antigüedad de la foto, el original no está en soporte de cartón o papel, si no en metal. No es el primer tatarabuelo del que tengo alguna noticia (vamos, alguna información algo superior a dos líneas) pero sí el primero del que tengo una imagen.
Y es tremenda: una de aquellas fotos de estudio, posando todo trajeado -pajarita incluida- sentado con las piernas cruzadas y con un inmenso y grueso habano en la mano. Iba adornado con un tremendo bigotazo de aquellos con las puntas enceradas y estiradas en punta, y una perilla de las que se asemejaban a la marca de un tremendo pulgar justo debajo de los labios. Para que os hagáis una idea, si no fuera por el traje de civil, se parecería bastante a cualquiera de los generales espadones que protagonizaron golpes de estado diversos en la España del XIX, a lo Espartero, Narváez y compañía.
También supe que el hombre era maestro de escuela, pero por la época que le calculo a la foto, aproximadamente la década de 1860, debía de serlo de una privada, pues todavía no existían las públicas. Desde luego, porte no le faltaba para andar entre los señoritos, aunque fuera como maestro, viendo el arte con el que trata al puro que se calza. Yo no lo sé hacer igual hoy en día.
En fin, una experiencia que he querido compartir con vosotros. Ahora entenderéis un poco mejor la selección musical de hoy, ¿no?
Ode To My Family (por Goear)
The Cranberries - Ode To My Family per Violeeeet
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.
Muchas felicidades por el hallazgo!
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Realmente, es muy emotivo encontrarse de frente con una foto así. Nunca has conocido a esa persona, no sabes realmente ni quién era ni cómo era, pero de alguna forma te resulta totalmente familiar y tuya. Como si la hubiéras tratado de siempre.
ResponderEliminarCreo que es algo que todos deberíamos poder tener la oportunidad de experimentar, por bien que es imposible en muchos casos.
Y, en otro orden de cosas, me hizo mucha gracia imaginarme a aquel señor, mi tatarabuelo, con aquel mismo aspecto, ataviado de espadón decimonónico, cual un Narváez, O'Donnell u Espartero cualquiera. Por suerte, se quedó en maestro de escuela, algo menos épico pero mucho más bonito.