Si las canciones de Travis suelen tener un encanto especial, la de hoy está entre las que más, sin dudarlo ni un momento. No sólo por su melodía -preciosa- si no por su letra vitalista y tremendamente enamoradiza.
Y es la opinión que sostengo desde que la escuché por primera vez hacia el verano de 2002 en el bar de unos amigos en Calafell. Para entonces, quien escribe ya era un buen seguidor de la banda británica, pero cuando escuché Flowers In The Window la conversión fue ya definitiva y total.
El tema de hoy fue lanzado como último sencillo de su tercer álbum, The Invisible Band -muy recomendable- y alcanzó el puesto 18 de las listas de su país, ligeramente por debajo de sus dos precedesores, Sing y Side.
En cuanto a su clip, no deja de ser tremendamente particular. Desde luego, cuando lo pensaron, alguien tenía fijación por las embarazadas, lo cual salta a la vista. Sin embargo, tras meter bastante buen cuerpo, acaba con un final algo más que inquietante... como podéis comprobar en seguida.
Muchos de vosotros, mañana domingo por la mañana, iréis a comprar el diario como de costumbre. Aunque lo mejor sería decir que iréis a cargaros con todo tipo de cachivaches de utilidad variable, desde películas hasta cucharas decoradas con el escudo de cualquier equipo de fútbol (ideales para toda ocasión especial). Por cierto, cuando tengáis todo eso en vuestro poder ¡no os olvidéis de recoger el periódico! Aunque, con medio kilo de papel al menos, el kioskero no os dejará marchar de su pequeño establecimiento así por la buenas sin retirárselo de en medio...
No obstante, no es necesario tener que llevarse todo lo que el periódico en cuestión promocione. De hecho, ni recomendable, o vuestro relativamente barato diario os podrá costar el equivalente al sueldo de un día. Lo malo es que, entonces, se abre el penoso proceso de saber qué se lleva uno y qué no. Y esto es tan pesado para el sufrido kioskero como para vosotros. Preguntar "¿qué trae hoy el dominical?" puede suponer una lista similar a la que recita el camarero de cualquier bar cuando le pedís saber qué tienen de tapas. Y ni un kiosquero ha recibido el durísimo entrenamiento de un camarero al respecto, ni vosotros es posible que retengáis tamaña lista de datos por más Trivials que hayáis jugado.
Resultado: acabaréis preguntando a lo sumo por la peli que regala tal o cuál diario (con lo que confirmaréis la escasísima relevancia de buena parte de su contenido), mientras que el kiosco se convertirá en un almacén de cucharas de equipos de fútbol esperando al incauto que caiga o al que considere que son el complemento ideal para cualquier deliciosa velada.
Pero, ¿a qué viene todo lo anterior? Como sabréis, la panoplia de regalos (y no tan regalos) que dan los periódicos es infinita. Una de las posibilidades es la música. Y aquí entra el tema de hoy. En septiembre de 2007, Travis lanzó My Eyes como uno más de los singles de su magnífico LP The Boy With No Name. Pues bien, una de sus armas fue regalar la canción en una edición del periodico dominical británico Mail on Sunday. Imagino que, aquel día, muchos jóvenes de escasas convicciones políticas o incluso de izquierdas no dudaron en hacerse con un ejemplar del conservador periódico. Yo mismo lo hubiera hecho... eso sí, dejando al pobre kioskero mi correspondiente cuchara futbolera ocupando sitio en su establecimiento junto a otras cuantas.
Por lo demás, se trata de una canción con una historia muy bonita detrás. Fue compuesta por el cantante y líder del grupo, Fran Healy, el día después de saber que iba a ser papá. Lo cual se traslada de forma muy divertida en el clip que tenéis más abajo... espero que el chaval de Healy, por el bien de su madre, fuera más menudo que lo que acaba saliendo en el vídeo...
La canción que protagoniza la Pídora de hoy es una por la que tengo una enorme debilidad. Su melodía cadenciosa y el buen rollo que desprende lo convierten en uno de esos temas que, inevitablemente, me obligan a subir el volumen de la radio cuando suena.
Travis, la banda escocesa que lo firma, es una de las grandes supervivientes del final del movimiento brit, al que cronológicamente apenas pudieron tener tiempo de sumarse. Sin embargo, justo al final de aquel, el grupo firmaba su primer gran hitWhy Does It Always Rain On Me? (1999). Poco después, en 2001, publicaban el que es, para muchos, el más célebre álbum de su carrera, The Invisible Band. A veces, al escucharlo, me parece una colección de singles: Sing, Flowers In The Window, Side... las habéis escuchado montones de veces, seguro.
Sin embargo, cuando ya quien escribe esto pensaba que nada nuevo más interesante podía venir de los escoceses (por supuesto, me refiero a Travis, ciertas cosas de Escocia no se pueden mejorar bajo ningún concepto), van y publican en 2007The Boy With No Name. Y uno, que es curioso con lo que le gusta, descubre dos temas que inmediatamente coloqué en el Top Hundred personal: My Eyes y este soberbio Closer, que alcanzó el puesto 10 en Gran Bretaña. Y aquí está.
El vídeo, por cierto, está muy bien, y tiene una pequeña historia alrededor. Se dio la circunstancia de que poco antes había visto en DVD la muy divertida Zoolander (2001), dirigida y protagonizada por el cómico Ben Stiller. Estos cómicos no suelen decirme gran cosa, pero dicha peli, una majarada alrededor del mundo de la moda, me hizo bastante gracia. Al poco, vi este vídeo, en el que aparece el propio Stiller. Y como daba muy buen rollo todo el clip, pues al final me decidí por ir al cine a ver Noche en el Museo (2006) también dirigida y protagonizada por el norteamericano.
Y ahí, metí la pata. Salvo algunos gags bastante divertidos, el conjunto flojeaba mucho, así que tras el tirón involuntario motivado por Travis, volví a dejar a Stiller donde al principio, como un cómico más de éxito Made In USA. Menos mal que después hizo la mucho más recomendable y pasada de vueltas Tropic Thunder (2008)(si tenéis un rato libre, pilladla en DVD, y atención a los papeles de Robert Downey Jr. y...Tom Cruise). Por cierto, para el que no lo sepa, quien se mete a ver estas pelis también está en un cine fórum en el que se pasan cosas... bueno... diferentes. Pero en la variedad está el gusto, ¿no?