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sábado, 5 de marzo de 2016

Up the Junction, Squeeze, 1979


Up the Junction es, para quien escribe, uno de los grandísimos temas de una época estelar dentro de la historia de la música pop, la escena británica de finales de los setenta. Allí se mezclaban tanto los modernísimos punks y new waves (a menudo, musicalmente, primos hermanos) con unos renacidos mods, y con otra fauna bien distinta pero tampoco muy lejana que se desvivía por el ska. 

Si a éstos se les sumaban los coletazos del hard rock -a punto de transformarse en algo muy distinto de la mano de Mötorhead- y los mastodontes sinfónicos llenaestadios, francamente, no me hubiera importado sintonizar la radio de aquella época. Y no es porque físicamente no pudiera: el problema es que en España, un niño de cinco o seis años -servidor- tenía más en común con Torrebruno y Mazinger Z que con toda esta pléyade punk y new.

Así que para poder disfrutar de aquella explosión tuve que esperar varios años, hasta crecer y tener curiosidad por la música. Lástima que ya no quedaban ni punks, ni new waves, ni mods, esto es, que no fueran unos nostálgicos bastante trasnochados. Así que los demás tuvimos que rescatar a aquella música de una forma un tanto particular. Porque uno aprende que es así como las generaciones posteriores a un fenómeno musical acabamos creando esa palabra tan trillada y, en cierto modo, espeluznante, que es "clásico" para definir algo que, en su principio, era justo lo contrario, pura energía y explosión. Creo que ahora algunos chavales empiezan a hacer lo mismo con nuestros formidables grupos de britpop de los noventa. Hay que joderse: sic gloria mundi transit

Metafísica y patafísica aparte, Squeeze fue uno de aquellos grupos cool del momento. Si bien su carrera sigue en activo, su gran momento fueron finales de los setenta y la década de los ochenta. Y su gran año, 1979. Por entonces, lanzaron su segundo álbum, Cool For Cats, del que editaron cuatro sencillos. Dos de ellos, el homónimo del LP y el tema de hoy, se alzaron hasta las mismísimas puertas del número uno. 

Personalmente, entre ambos, me quedo con este Up the Junction, un tema bellísimo con una estructura musical bastante cautivadora por lo particular: no encontraréis ningún estribillo. Inspirada por una serie de televisión de igual nombre dirigida en 1965 por nada menos que Ken Loach -a su vez a partir de un libro de historias cortas del escritor Neil Dunn-, cuenta la historia de un matrimonio de clase obrera que empieza feliz... y que acaba como el mismo rosario de la aurora. La misma potencia del relato tuvo que ver con la eliminación de todo estribillo, ya que la banda pensó que así la canción ganaba en fuerza narrativa. 

Como fuera, supuso el espaldarazo definitivo de la formación. Por cierto, y ya que estamos en honduras musicales, ahí van dos datos para los más sibaritas. O frikis, depende de cómo se mire. Desde hace casi 25 años, se emite en la BBC un respetadísimo show llamado Later With... Jools Holland, por donde ha pasado todo bicho viviente con nombre musical. Su presentador, Jools Holland, no es otro que el primer teclista de Squeeze, el mismo que podéis ver en el clip con aire macarra y habanazo en boca. 

Y ya puestos con el clip, el segundo dato: nunca diríais dónde se grabó. Va, os lo digo yo: es la cocina de la casa de John Lennon donde grabó el inolvidable vídeo de Imagine. Sí, sí, la cocina. 

Es lo que tenían los muy iconoclastas finales de los setenta en el Reino Unido. 







Hasta la próxima. 

lunes, 27 de enero de 2014

Tusk, Fleetwood Mac, 1979



La de hoy es, posiblemente una de las canciones más extrañas de cuantas se han colado en las listas de éxitos desde que el rock es rock. Extraña por su sonido, extraña por lo atípica en el momento en que se lanzó, y extraña por lo outsider dentro de la discografía de los Fleetwood Mac

Imagináos un tema a mitad de camino entre el ambiente circense del Sgt. Pepper's de los Beatles y las grandes bandas que amenizan los partidos de fútbol americano entre los partidos. Ahora, para marcar más la extravagancia, ponéis el resultado en pleno 1979, entre los estertores del punk y la música disco, y el auge de la new wave y de los grupos de arena rock. Y, finalmente, lo metéis dentro de un álbum de una de las formaciones más comerciales de la segunda mitad de los setenta. Todo eso es Tusk

Por si fuera poco lo anterior, la grabación de la canción no se hizo en un estudio, sino en directo, en pleno estadio (vacío) de los Dodgers en Los Ángeles, y acompañados por toda una -efectivamente- banda universitaria de esas que se disfrazan de soldados para acabar de convertir los encuentros deportivos en auténticos shows masivos. 

Con todo, lo más extraño del conjunto es que, encima, triunfó en las listas de éxitos. Se coló en los Top 10 norteamericano, británico, australiano y canadiense. Incluso su álbum, titulado homónimamente, alcanzó el número uno en Gran Bretaña. 

Como todo lo dicho más arriba suena cuanto menos curioso, os dejo con el clip promocional, que certificó aquella particularísima grabación. Y para que veáis hasta qué punto Tusk consiguió su efecto festivo, al final del clip, la propia banda que acompañó a los Fleetwood Mac, la University of Southern Californian Trojan Marching Band, añadió una interpretación del tema muchos años después en uno de los partidos de los Dodgers. Espectacular.

Ah, que no os engañe el texto: Tusk es una grandísima canción. Estoy seguro de que os gustará. 





Hasta la próxima. 

sábado, 28 de septiembre de 2013

She's In Love With You, Suzi Quatro, 1979


Música para un sábado por la noche. Eso sí, de 1979. She's In love With You, fue tema que llegó a sonar mucho en los receptores de radio de aquel año y el siguiente... o al menos lo suficiente como para que este señorete de entonces cinco años lo recuerde aún, y muy por encima  de otras perlas musicales de la época. Aunque tampoco tiene mucho mérito si atendemos a lo que triunfaba en las emisoras patrias: los Bee Gees (y hasta aquí, casi bien), Julio Iglesias, Betty Missiego o Los Pecos (que sí, que todo lo que queráis pero los metían hasta con embudo en las radios) Ah, y Leif Garrett. Qué gran año, ahora que lo pienso. Para habernos matao.

En cuanto a la buena (y bastante) de Suzi Quatro, a finales de los setenta ya había dejado de lado sus estridencias de la época glam para hacer un sonido algo más suave, a menudo de la mano de Chris Norman. En aquel 79 -donde, ahora más en serio- también se hizo mucha y muy buena música (era la época de The Wall de Pink Floyd y de la eclosión de formaciones como OMD o Madness, entre otras ), la norteamericana lanzó She's In Love With You como apertura de su nuevo álbum, Suzi... and Other Four Letter Words.

Y de nuevo, alcanzó el éxito. Con un sonido que a pesar de ser netamente  rock era perfectamente bailable, el tema de hoy se alzó hasta el puesto 11 en el Reino Unido y se convirtió en uno de los hits del año. Tal vez no de los mejores, pero comparado con mucho de lo que sonaba, esto era canela fina, fina. 

Para que se diera cuenta hasta un niño de cinco años, imaginad. 



Hasta la próxima. 

lunes, 18 de marzo de 2013

Electricity, Orchestral Manoeuvres In The Dark, 1979


En mayo de 1979, mientras una España convulsa se modernizaba a trompicones y aún disfrutaba en buena medida con cosas como la aparición eurovisiva de Betty Missiego, un grupo británico de extraño nombre lanzaba su primer trabajo anunciando con su estilo la aún nonata década de los ochenta. No fueron los primeros en experimentar con los sintetizadores, ni siquiera a la hora de meterlos en canciones comerciales, pero sí los que -más que nadie- los popularizaron en lo que en muy breve se conocería como electro-pop. 

No obstante, Electricity (tampoco toda Albión estaba tan avanzada musicalmente como pudiera parecer) supuso un fiasco en ventas y apenas entró en el Top 100 de su país. Sin embargo, su potencial como canción no pasó desapercibida ni para la industria discográfica, que intentaría relanzar varias veces el tema, ni para la crítica, que inmediatamente alabó la canción y encumbró al grupo como uno de los más interesantes del momento. 

De este modo, si bien el dúo británico formado por Andy McCluskey y Paul Humphreys no se pudo marcar el tanto de irrumpir en escena con un megahit, preparó perfectamente el terreno para el increíble éxito que obtendrían poco después con Souvenir, Enola Gay o Maid Of Orleans, entre otros himnos de principios de los ochenta. 

Por cierto, que el de hoy no sólo fue un single innovador en su sonido, si no en su concepto. Lejos de ser una mera oda a la fría electricidad -algo muy chic entre los new wavers-, la letra denunciaba el derroche que se hacía de las fuentes energéticas tradicionales. En cierto modo, con esta canción, el grupo reivindicaba el uso de las energías renovables, y muy particularmente de la solar.

No me digais que, visto lo visto, Electricity no es un caso de manual de I+D en lo musical. Y además, suena de vicio. 





Hasta  la próxima.

lunes, 7 de enero de 2013

The Logical Song, Supertramp, 1979


Tras el descubrimiento de Kavinsky el otro día, creo que el karma - o lo que sea- pide algo en el otro extremo. Vamos, uno de esos hits grabados a fuego y tímpano desde el mismo momento en que se escucha por primera vez. 

Desde luego, The Logical Song es uno de ellos. Lanzado como single en 1979, su estructura y sonido de inspiración beatle y una letra llena de humor convirtieron a la canción en el mayor éxito de Supertramp en su momento, lo cual no era poco para una de las bandas revientaestadios a finales de los setenta. 

Al principio hablaba de que el tema de hoy es de esos que se sabe hasta un gato sordo. Pues bien, acabo de recordar que no es cierto, y ni él mismo está libre del inexorable y cruel paso de los años. Me explico. 

Este verano, en un curso de reciclaje de inglés (por bien que se crea que se sabe, al final o se practica o te queda como un washuwarugui a lo Antonio Ozores) compartíamos aula algunos veteranos con chavalería que rondaba la veintena, muchos sin haberla alcanzado todavía. Uno de los ejercicios recurrentes era escuchar una canción y añadir las palabras que faltaban en una hoja con la letra impresa. 

Pues bien, uno de los días pusieron The Logical Song. Mi sorpresa vino dada cuando levanté la cabeza de la hoja y vi que la inmensa mayoría de la muchachada escuchaba la canción con una cara inexpresiva, lo cual es difícil cuando una canción la has escuchado tantas veces y, además, suele ser tan agradecida. Al acabar el ejercicio pregunté lo que sospechaba, y acabó siendo cierto. ¡No la habían escuchado nunca! Lo cual no era culpa suya, claro, pero ¿acaso no ponían la radio? O peor aún: ¿nunca se la escucharon a sus padres? El enigma sigue vivo, pero la realidad es que les sonaba a marciano. 

Ya veis, nada es eterno. A veces, lo imperecedero apenas dura veinte o treinta años. Así que no quiero ni pensar ya en lo que sale por la MTV. A este paso, no lo meterán ni en soporte físico, no vaya a quedar en el olvido antes de pasar a un disco. 




Hasta la próxima. 

sábado, 13 de octubre de 2012

Gimme! Gimme! Gimme!, (A Man After Midnight) Abba, 1979


Por alguna evidente madonniana razón, a los que tengáis menos edad el tema de hoy os recordará a un sperdiscotequero hit de 2005... básicamente en lo que respecta a su machacón -y magnífico- riff orquestado.

Sin embargo, en cuanto se tienen alrededor de cuarenta, o de ahí para arriba, el punto de vista cambia enormemente. Y es que si para 1979 Abba era ya uno de los supergrupos con diferencia del panorama musical pop, cuando lanzaron Gimme! Gimme! Gimme! entraron definitivamente en el olimpo de la década. 

Naturalmente, al igual que tantos otros singles anteriores de los suecos, la canción protagonista de nuestra Píldora alcanzó el número uno en medio mundo, y se quedó a las puertas en el otro medio. Musicalmente también había supuesto un salto de estilo: el pop setentero que se habían marcado hasta poco tiempo antes había sido sustituido por un brillante euro disco a golpe de sintetizador en lo que iba a ser la inminente marca de la nueva década de los ochenta. 

Como nota aparte, Abba editó una versión en castellano de Gimme! Gimme! Gimme!, al igual que había hecho con temas anteriores. Sin embargo, esta versión, particularmente destinada al mercado hispano, no tuvo tanta repercusión en España -que aún tatareaba su Chiquitita-, donde sonó mucho la edición original en inglés. 

La misma que podéis escuchar a continuación en la que, en el fondo, no es si no una magnífica canción para bailar un sábado noche. Y es que anda que no es lista Madonna





Hasta la próxima.

domingo, 19 de agosto de 2012

In The Navy, Village People, 1979


Píldora veraniega nº8.

Otra que tal: 33 años funcionando y ahí está, animando aún todas las noches de verano como si nada. Y aún alguno encima se habrá enrolado en la marina pensando en la cancioncita...




Hasta la próxima. 

sábado, 7 de julio de 2012

Dont't Bring Me Down, Electric Light Orchestra, 1979


Renovarse o morir es una máxima que tiene validez en todos los ámbitos posibles y, cómo no, también en lo musical. El final de los setenta y los albores de los ochenta hicieron replantearse a muchas formaciones un cambio de estilo natural en tanto la new wave y el pop de sintetizadores estaban copando todas las listas de éxitos. Sólo de esta forma puede entenderse el porqué de un tema como Don't Bring Me Down en la discografía de la ELO, bastante diferente a lo que la banda de Jeff Lynne había hecho hasta entonces. 

Porque aunque el clip aún muestre a unos tipos melenudos setenteros, incluso con algún mostachón trasnochado, la Píldora de hoy suena mucho más a los ochenta que a los setenta, desde luego. Un sonido que implicó varios giros significativos también en la forma de grabar. 

Para empezar, por primera vez desde sus inicios, la ELO lanzó un tema sin la omnipresente sección de cuerdas, su gran marca distintiva hasta entonces. Por el contrario, potenció los sintetizadores y hasta utilizó un sampleado para el ritmo de batería. De hecho, ni siquiera puede decirse que la canción se grabara a la manera tradicional de una banda: al ritmo pregrabado, Jeff Lynne casi en exclusiva añadió la voz y el resto de instrumentos aprovechando toda la tecnología de estudio disponible en el momento. 

Por supuesto, la letra también era suya, incluyendo el famoso "Bruce" del estribillo... que no era tal "Bruce", si no una palabra que se había inventando -"Grooss"- con un par. Eso sí, como todo el mundo entendió que decía lo primero, al final el propio Lynne acabó medio en coña diciendo "Bruce" en los escenarios.

Y por qué no, llegados a este punto os confieso una cosa: hasta hacer este post, yo mismo estaba seguro de que decía... pues sí, "Bruce". Aunque visto lo visto, al final mi inglés no va a ser tan malo como pensaba.




Hasta la próxima.

domingo, 29 de abril de 2012

Lucifer, The Alan Parsons Project, 1979


Hoy domingo ha sido un día bastante completo entre amigos, caminatas por la comarca, barbacoas y demás eventos lúdico-festivos propios de un día soleado de primavera. Así que entenderéis que ando poco menos que para el arrastre. 

Por lo tanto, os dejo sin más preámbulos con la Píldora, uno de los temas preferidos por mi padre (y por mí) del bueno de Alan Parsons. Que su título no asuste: casi suena más a música celestial que no infernal. O, más bien incluso, suena a música de informativos radiofónicos, que también tiene su gracia. 

Como sea, Lucifer fue todo un hit en Europa que aquí os posteo para que lo rememoréis. Por cierto, os recomiendo mejor la versión en estudio del link de Goear, suena mejor. O tal vez es la costumbre. 



Letra de la Píldora (no tiene, una peculiar facultad de las canciones instrumentales)

Hasta la próxima. 

miércoles, 25 de abril de 2012

Life In A Day, Simple Minds, 1979


Si hay una canción de los Simple Minds que me gusta casi tanto o más que su gran hit Don't You (Forget About Me) es este Life In A Day con el que los británicos se estrenaron allá por 1979

En realidad, casi cuesta de reconocerlos. Para empezar, su aspecto: nada de trajes amplios o neorromanticismos. Antes bien, todo lo contrario, vemos a una banda dentro del estilo new wave más absoluto, hasta el punto de que hay que esforzarse un tanto en identificar al propio Jim Kerr. 

El sonido también sorprende, mucho más cercano a la frialdad de los Visage (que también empezaban por aquel mismo tiempo) que al del pop comercial con aires más o menos elegantes que acabaría distinguiéndolos pocos años después. 

Pero eran tiempos de post punks y news, y lo puntero era precisamente cargar los sintetizadores de la manera más futurista posible. Así que no era de extrañar que los Simple Minds iniciaran su discografía con un sencillo como éste. 

Aunque sus ventas fueron discretas -puesto 62 en las listas británicas- Life In A Day sirvió para que su álbum homónimo tuviera mejor suerte, hasta el punto de entrar en el Top 30 de LP's. Nada mal para comenzar una discografía que sería una de las más importantes de los ochenta. Aunque, de momento, nos quedamos en estos estertores tan sintéticos de los setenta. Espero que os guste. 




Hasta la próxima.

jueves, 29 de marzo de 2012

sábado, 21 de enero de 2012

Que Sera Mi Vida, Gibson Brothers, 1979


En los mínimos minutos que me restan de día entre compras, limpiezas y cena con amigos en casa me he vuelto a escapar un momento con el portátil -he prometido a Montse que no serían más de veinte minutos entre todo- para dejar una Píldora de sábado noche total...

...de las de pista de baile presidida por bola de espejos y pantalones elefante travoltianos en ristre. Aunque tampoco hay que tener cincuenta años para haber bailado esto. ¿Cuántas veces no han puesto decenas de DJ's ya incluso en pleno siglo XXI aquello tan tatareado de "¡¡¡quéeeeeee seráaaaaaaa, dimiviiiiidaaaaaaaaaaa...!!!"? Normalmente, eso sí, precedido o sucedido por algo de los Village People, para mantener el mismo rollo disco-excesivo y potenciar bailes imposibles por parte del personal más perjudicado por el vodka, whisky, ron o ginebra. 

Sus responsables, los Gibson Brothers, eran tres hermanos franceses procedentes de la isla caribeña de la Martinica. Entre 1979 y 1980 tuvieron un momento de popularidad increíble gracias a dos singles casi seguidos que fueron quemapistas absolutos: este Que Sera Mi Vida, que consiguió el número cinco en el Reino Unido, y el no menos famoso Cuba

Y me despido ya, que llevo gastados diecinueve de los veinte minutos prometidos, y siempre hay que dejar un poco de margen a esta conexión tan fenomenalmente veloz que tengo. ¡Hala, a bailar!



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

jueves, 20 de octubre de 2011

Are "Friends" Electric?, Tubeway Army, 1979


Salvo en el año, no hay absolutamente ninguna coincidencia con el tema de ayer. Si Adriano Celentano, con Soli, interpretaba una balada todavía al más puro estilo italiano setentero, casi al mismo tiempo el protagonista de hoy, el británico Gary Numan al frente de sus Tubeway Army, empujó a todo quisque al futuro musical de manera brutal. 

En 1979 la música de sintetizadores no era ninguna novedad. Al menos desde finales de los sesenta, la presencia de los primeros aparatosos Moogs se había vuelto común, en una tendencia que iría creciendo a lo largo de la década siguiente a medida que surgían nuevos modelos. El pop, la música disco, el rock sinfónico... todos habían ido adoptando los teclados electrónicos como un instrumento más a utilizar corrientemente. Incluso se habían generado estilos específicos a partir de sintentizadores, de la mano de gentes como Kraftwerk o Vangelis. La propia new wave había completado esta evolución musical. 

Sin embargo, en aquel momento, tanto el punk como la new wave comenzaban a ser movimientos no tan innovadores como dos o tres años atrás, y se empezaba a prever una decadencia de ambos estilos. Are "Friends" Electric? fue posiblemente el gran hit que consolidaría, ya para siempre, el uso del sintetizador como un instrumento con la misma importancia que una guitarra, un bajo o una batería.

O incluso más, pues para Numan suponían el sonido ideal para lo que se pensaba que iba a ser la nueva música del futuro, que entonces eran los aún no nacidos ochenta. Are "Friends" Electric? (título clarísimamente inspirado en la novela de ciencia ficción escrita por Philik K. Dick ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, es decir... Blade Runner) creaba una atmósfera fría y casi deshumanizada, acentuada por una puesta en escena más propia de autómatas que de músicos pop.

Aunque los ochenta, por suerte, no fueron tan robotizados, el tema -número uno cuatro semanas en el Reino Unido- sí que acabaría abriendo definitivamente aquel sonido ochentero tan basado en sintetizadores y que nos es tan familiar. Ironías: Gary Numan terminó quedando como un nombre clásico y casi olvidado por las generaciones posteriores, pero en 1979 llegó a ser el auténtico gurú popular de la música del "futuro", con incluso incondicionales que se hacían llamar, ojo, "numanoides".

La verdad es que visto con el tiempo, no me digáis que no tenía gracia la cosa.  




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Soli, Adriano Celentano, 1979


El de hoy es, seguramente, el primer tema de Adriano Celentano que un servidor escuchó en su vida, al menos a la vez que lo ponian en la radio como single del momento. Efectivamente, Soli fue un tema muy sonado en la recta final de los setenta, momento en el que quien escribe acababa de cumplir cinco bonitos años. 

Lanzado en 1979, el tema estaba incluido en el álbum del mismo nombre, y rápidamente se convirtió en un imprescindible en los conciertos del cantante y actor milanés. Por entonces, Celentano ya era toda una celebridad -y casi una leyenda de la canción italiana- con casi veinte años de éxitos a sus espaldas.

Soli, además, supuso el inicio de la colaboración entre Celentano y el compositor Toto Cutugno, que por entonces estaba además  a punto de iniciar su carrera como cantante solista con el tema Solo Noi, que le daría la victoria en el festival de San Remo.

Os dejo, pues, con esta canción que si a mí ya me trae recuerdos, imagino que a vosotros también. Porque es de las que se prestan a ello, desde luego.

Adriano Celentano – Soli (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

viernes, 24 de junio de 2011

Volando voy, Camarón de la Isla, 1979


Que el flamenco en general, y Camarón de la Isla, en particular, son patrimonio universal, creo que no lo duda nadie hoy día. Una prueba de ello es la génesis de esta misma Píldora. 

Como no me canso de repetir a diestro y siniestro, un servidor es catalán a todas luces, pero descendiente de tropecientas generaciones de cordobeses. Pues bien, ello no ha sido suficiente para que, personalmente, haya presentado demasiada inclinación por el flamenco. Lo conozco, y lo he escuchado bastante durante la infancia, pero de más mayor nunca me ha dado en exceso por ahí. 

La prueba es la casi total ausencia de flamenco en este blog, a lo sumo bien mezclado de música rock. Pues bien, de la misma forma que Mayte Martín fue sugerida, ha tenido que ser otra adecuada indicación la que ha posibilitado reparar la carencia de uno de los grandes dentro de estas páginas. 

¿Que por qué lo de la universalidad de las primeras líneas? Bien podrían haberme sugerido el tema casi cualquiera de mis primos (algunos de ellos, flamencólogos de pro, os lo aseguro) o, más cercanamente, incluso mi hermana o mis padres. Pero no. Antes bien, la idea procedió de mi amigo Ramon, català de soca-rel (vamos, de los de familia de aquí de toda la vida), Admito que la sugerencia me sorprendió un poco, pero me sirvió para comprobar hasta qué punto el flamenco ya hace tiempo que no es del gusto exclusivo de las gentes del sur o de la comunidad gitana. Es de todos.

Volando voy es, desde luego, el tema más famoso de cuantos grabó Camarón. Compuesto por Kiko Veneno e incluido en su revolucionario LP La leyenda del tiempo -donde se combinaba el flamenco con guitarras eléctricas, batería o teclados, entre otras modernidades-, tuvo el honor de ser el único single que se lanzó del álbum. Eso sí, aunque parezca extraño, el sencillo no tuvo entonces una gran repercusión en ventas para disgusto del cantaor, que le había puesto bastante ilusión a la cosa. 

Así que aquí os quedáis con un Camarón rompedor, poniendo voz a un tema pillo y que todavía hoy suena tan fresco como 32 años atrás. ¡Volando voy!

Volando voy (por Goear)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

martes, 22 de marzo de 2011

Highway To Hell, AC/DC, 1979


¡Ladies and gentlemen! Ante ustedes, una de las más idolatradas bandas de la historia del rock. Pero ante todo, ¡los héroes del extrarradio!¡Los paladines del barrio -sector no rumbero-!¡Los tíos a los que les dedicaron una calle en Leganés!

Y eso que venían de las antípodas del metropolitano municipio madrileño. Su rock áspero, poco dado a los virtuosismos varios -a pesar del mérito que tenía tocar la guitarra en pantalón corto y saltando como a caballito- fue durante años la mejor carta de presentación para todos aquellos chavales de finales de los setenta y de los ochenta a la hora de acreditar su pureza "heavy". 

En su discografía, los AC/DC (a veces pronunciados casi correctamente, eisidisí) atesoraron un buen número de himnos hard, como Back In Black o la demoledora Thunderstruck. Sin embargo, tal vez por encima de todos ellos, se alzaba Highway To Hell como enseña de la formación, con su estribillo innumerablemente coreado por incontables gargantas bien aderezadas de cerveza. 

Pero por si el tema no fuera ya lo suficientemente bueno por sí mismo, se le añadió un (funesto) hecho que lo convirtió en sagrado para las legiones de fans de estos australianos. Al poco tiempo de publicarse, apenas unos meses después, el carismático líder de la banda, Bon Scott, moría tras una monumental borrachera. Nada de suicidios o de sobredosis: a lo bestia, con un coma etílico, que lo llevaría derechito a la santidad camisetera del rock duro. Y tan santo se hizo, que su sucesor, Brian Johnson, aún hoy se ve comparado, más de treinta años después, con su antecesor. 

Entre nosotros, le ha ido mejor que con una intoxicación etílica king size, pero no se lo digais a los fans.



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

viernes, 31 de diciembre de 2010

We Are Family, Sister Sledge, 1979


Bueno, bueno... no sé por dónde empezar... mejor por el principio. Ayer os comentaba que la de hoy iba a ser una Píldora muy especial. Pues bien, aquí está, y lo es por varios motivos.

En primer lugar, porque es la última Píldora de 2010, lo que ya es una ocasión. Pero además, este año que termina es el primero completo de la historia de este blog, iniciado en el cada vez más distante agosto de 2009.

Con todo, lo anterior queda empequeñecido por el mero hecho de que la de hoy es la Píldora número... ¡500! Quinientas canciones, trescientos y pico artistas, sesenta y siete mil quinientas visitas, y un montón de horas de agradecidísimo trabajo por mi parte y por la vuestra para que este invento haya llegado hasta aquí, y con las mismas pilas que el primer día. Creo que lo suyo es, pues, el felicitarnos todos mutuamente por el éxito conseguido, que seguro que será mucho menor que el de aquí a un año vista... ¡Enhorabuena!

El tema escogido de hoy pretende recoger un poco este espíritu de casi familia que entre todos hemos ido creando durante este tiempo, con ese aire de jarana discotequera tan propio para la noche de hoy. Además, no me pude resistir a poner el vídeo-sarao en plan Nochevieja USA 1979 que podréis ver a continuación.

En fin, sólo me queda desearos una felicísima entrada a 2011:

¡FELIZ AÑO NUEVO, PILDOREROS!

Sister Sledge – We Are Family
(por Spotify)

PS: para los que hayáis hecho las cuentas, en realidad, sería la Píldora nº498: hay dos días en los que no hubieron posts. Pero como siempre digo, aquí las vacaciones son recuperables, así que a continuación os dejo con las dos Píldoras que faltaban, y que ponen las cosas en su sitio. Ah, y también se prestan a la fiestecilla de hoy...

Píldora de Nochevieja nº1

Píldora de Nochevieja nº2 (algo más guasona... para los más avisados, una pista: las mallas más célebres de la historia del rock)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

lunes, 13 de diciembre de 2010

London Calling, The Clash, 1979


Hace 31 años, más o menos por estas fechas, se publicaba la que para muchos es una de las grandes canciones de la historia del rock. Con ella, The Clash, un grupo punk de primera generación de éxito más o menos discreto, conseguía convertirse en el sucesor natural de los ya por entonces extintos Sex Pistols.

Y no era para menos. A finales de 1979, el punk estaba ya en las últimas como fenómeno musical de primera línea. Otros sonidos se iban imponiendo, y las propias actitudes y estéticas punks estaban siendo adoptadas cada vez más como un mero reclamo de artistas más comerciales. En cierto modo, la industria musical estaba terminando con el espíritu del no-future, sustituyéndolo por otro con un futuro... mucho más cargado de billetes de banco.

En estas tesituras se publicó London Calling, un doble LP que marcaría un antes y un después en la música rock. En él, The Clash seguían adoptando un sonido claramente punk, pero introduciendo ese característico ritmo reggae que sería la marca de la casa en los años siguientes. No obstante, aunque el sonido era ciertamente menos afilado, todo ello quedaba compensado con sus letras absolutamente demoledoras.

Si los Sex Pistols habían hecho del nihilismo su bandera, The Clash asumieron el camino exactamente inverso. Lo suyo era el no dejar títere con cabeza, con mensajes claramente combativos y sin ascos por lo político. Y dentro de aquel London Calling, el tema homónimo era la quintaesencia de todo lo anterior: repasaba accidentes nucleares, disturbios, la falta de ideas en lo musical... un panorama cuasi apocalíptico que volvió a remover el mundo del punk como no había pasado desde la aparición de Sid Vicious y compañía.

Curiosamente, la canción nunca llegó a ser un superventas. En su primera edición, en 1979, alcanzó el puesto número 11 en Gran Bretaña, pero ni tan siquiera entró en listas en los Estados Unidos. Y, de hecho, aquél fue su mejor resultado. Dos reediciones posteriores, cuando ya se había convertido en todo un clásico, obtuvo resultados peores. Entonces, ¿cómo llegó a convertirse en el referente que sería, y además tan conocido? Francamente, la respuesta escapa a este modesto blog, pero estas son las cosas que hacen a uno creer en las grandes virtudes de la música rock.

The Clash – London Calling (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Tragedy, Bee Gees, 1979


En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, etc., etc. Al final, pasaron.

PS: tras los resultados electorales de ayer, iba a poner, en un principio, el Waterloo de Abba. Pero ya estaba como Píldora. Asimismo, S.O.S., también de los suecos, estaba a su vez incluida en el corpus pildorario desde hacía algún tiempo. Así que opté por el third best, este Tragedy de los Bee Gees, número uno en 1979. Estas cosas hay que tomárselas con buen humor...

PS2: el único vídeo con la versión original del tema incluía el feo karaoke que podréis ver en un momento, pero, con todo, merece la pena al recoger a los Bee Gees en el esplendor de su fase disco-hortera. Y, además, seguro que lo del karaoke no le disgustará a más de una o más de uno, que nos vamos conociendo...

Bee Gees – Tragedy (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

jueves, 21 de octubre de 2010

Gloria, Umberto Tozzi, 1979


¿Quién no ha escuchado o, cuanto menos, tatareado, la canción de hoy en como mínimo alguna de las exitosísimas versiones que se sucedieron con rapidez en el tiempo entre 1979 y 1982?

Gloria es, por derecho propio, uno de los temas más populares de toda la década de los ochenta, desde que, en 1979, Umberto Tozzi (compositor del mismo junto a Giancarlo Bigazzi) lo pusiera en las listas de toda Europa. En España, sin ir más lejos, el éxito fue acompañado de una versión en castellano de la mano del propio Tozzi, tal y como otros italianos habían hecho antes para conquistar las listas nacionales... y harían todavía durante muchos años después.

Pero sólo se trataba de la primera versión de éxito. Poco tiempo después, ya propiamente desde España, se haría una nueva adaptación del tema. A pesar de que pudiera parecer extraño a día de hoy, esta adaptación vino de la mano de un grupo infantil, que todo hombre y mujer por encima de los treinta y tantos recordará sin duda: Parchís. Posiblemente, sea la menos memorable de las tres versiones que veremos hoy, pero, sin duda, tuvo un gran impacto mediático hacia 1980 a rebufo de la original. Una curiosidad: también versionaron In The Navy de los Village People, con el impagable título de En la Armada. Menuda canción para los niños en un sentido u otro...

Finalmente, la tercera versión casi llegó a eclipsar a la primera de todas, por bien que era algo harto difícil. En 1982, una norteamericana de origen italo-irlandés, Laura Branigan, regrabó Gloria en inglés, y la transformó en un exitazo en las listas de su país, volviendo a situar la canción en primera línea musical. Para los que tengáis memoria fotográfica, recordaréis con toda seguridad que dicha versión incluso apareció en el ochenterísimo film Flashdance.

Servidor, que por entonces ya andaba por los ocho o nueve años, es la versión de la que tuvo mayor constancia. De hecho, durante algún tiempo, creí que el tema original era de Branigan y no de Tozzi, en aras de esa ilógica que presuponía en toda su ingenuidad que primero se hacían las cosas en inglés, y luego en el resto de idiomas. Menos mal que errar es humano y rectificar de sabios... en todo caso, os dejo con la versión original (y en italiano, que siempre me sonó mucho mejor que en castellano) para que volváis, por un momento, a recordar qué hacíais cuando esto sonaba por la radio del Seat 124 o del Renault 8...

Umberto Tozzi – Gloria (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.