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martes, 24 de enero de 2012

Go To The Mirror, The Who, 1969


Hoy os he querido traer una delicatessen clásica que los más puestos en materia habréis identificado enseguida -seguro que ya os estaréis relamiendo a punto de darle al play-; pero también os garantizo a los demás que os va a encantar.

Tommy es uno de los discos imprescindibles de cualquier lista de álbumes que se precie. Concebido como ópera rock -tal vez la primera obra que tenía una estructura realmente merecedora de ese nombre-, explicaba la historia de un muchacho ciego, sordo y mudo (en realidad, sólo por culpa de un trauma infantil) que se reveló una auténtica estrella del pinball

Efectivamente, Go To The Mirror no fue el tema más radiado de aquel álbum, que incluía clásicos como Pinball Wizard, See Me Feel Me (que era realmente un fragmento musical recurrente) o I'm Free. Sin embargo, el tema de hoy recopilaba en menos de cuatro minutos toda la esencia musical de aquel Tommy muchísimo mejor que ningún otro.

Asimismo, encontraréis que el clip es un tanto peculiar... ¡hasta el punto de ver a Jack Nicholson, Oliver Reed y Anne Margret cantanto la canción de manera intercalada con los propios Who! La causa está en que en 1975, Tommy fue trasladada al cine, y estos tres actores formaban parte del elenco principal ¡y cantaban con sus propias voces las piezas del disco!

Pues bien, un inspiradísimo internauta (hollippertronics, para que quede constancia) recogió las imágenes de la peli donde interpretaban Go To The Mirror, las mezcló con una actuación del grupo y de fondo puso la pista original cuadrándola fantásticamente. El resultado: ya quisieran muchos videoclips la gracia con la que está montado éste. Por eso me he tomado la licencia de seleccionarlo, por delante de otras actuaciones en directo de la banda. 

Espero que me disculpéis la licencia, pero creo que merece la pena. Ah, y si queréis escuchar directamente la voz de Nicholson en la escena, pichad aquí. No es lo mismo, pero no os dejará indiferentes, os lo prometo.




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

sábado, 9 de abril de 2011

I Can See For Miles, The Who, 1967



¡Hágase la luz! Tras el breve paréntesis -a medias- de los dos últimos días, con una Píldora programada y otra que me fabricó abnegada y resignadamente Montse para no tener que escucharme más, aquí estamos de nuevo otra vez al pie del cañón. Sólo puedo decir una cosa a los que me habéis deseado lo mejor tras la intervención del jueves: muchísimas, muchísimas gracias. De todo corazón.

Debo decir que, tras décadas con un ojo prácticamente de vacaciones perpetuas, recuperar toda la visión sin recurrir a una lentilla es algo totalmente fantástico. Y casi de ciencia ficción: diez minutos de trasteo ocular, un poco de olor a quemado (¿u os pensábais que el láser sólo sirve para hacer bonito?), tres o cuatro horas con los ojos cerrados y... ¡hale hop! A andar por el mundo hecho un lince. En el sentido más literal de la expresión: desgraciadamente, la inteligencia no la corrige ningún rayo de color, para mi pesar.

En todo caso, ningún tema mejor que el de hoy -salvo, tal vez, aquel I Can See Clearly Now de Johnny Nash- para describir la nueva sensación. Por supuesto, cuando en 1967 The Who lanzaron I Can See For Miles, no se referían a la recuperación milagrosa de cinco dioptrías por parte de ningún miembro del grupo. Más bien iba de ese tipo de visión ilimitada que daban los cigarrillos con perejil y las pastillas varias que campaban por la edad de oro de la psicodelia. 

El tema fue un éxito rotundo a finales de aquel año, especialmente significativo en Estados Unidos, donde alcanzó el noveno puesto del Billboard. Su sonido, a medio camino entre la psicodelia y el rock duro, fue considerado de lo más potente del momento, y tuvo un efecto inesperado. Paul McCartney, siempre atento a que los Beatles fueran lo más de lo más en todo lo que hicieran, se propuso superar en dureza al single de los Who. Y concibió, de esta forma, aquel magnífico y brutal choque decibélico que fue Helter Skelter, publicado un año después en el Doble Blanco. Es menester decir que lo consiguió de muy, muy largo.  

Por lo pronto, espero que disfrutéis con los molinillos guitarreros de Townshend, los asaltos a la batería de Moon, el compás arrollador de Entwistle y la puesta en escena de Daltrey. Yo, por mi parte, seguiré disfrutando de mi nueva visión a millas vista. Y, lo dicho, muchísimas gracias por vuestro interés. Un abrazo.

The Who – I Can See For Miles (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

lunes, 19 de julio de 2010

My Generation, The Who, 1965


Hace no mucho, recreábamos cómo pudo ser una tranquila tarde de 1976 cuando de repente en la tele del comedor de casa aparecieron cuatro tipos andrajosos y lanzaron para siempre el movimiento punk. Pues bien, lo de hoy, allá por 1967, debió de ser mucho, mucho peor.

En varias ocasiones, en las Píldoras se ha apuntado el parentesco directo entre los movimientos mod y punk, por el que los primeros no fueron más que los hermanos mayores de los que luego se marcarían imposibles crestas. Pero, en esencia, por actitud la cosa era bastante igual: chavales de suburbio bastante descontentos con su entorno y plenamente conscientes de su condición de nueva generación.

Pues bien, en el documento de hoy podréis comprobar hasta qué punto mods y punks iban muy de la mano, con apenas una década y algo de diferencia. En el 67, The Who, la gran banda mod del rock and roll -paradigma de chaquetas Union Jack, Lambrettas y hostias a go-gó con rockers- estaba pasando un breve momento psicodélico (como casi todo el mundo) y un tema suyo de por entonces, I Can See For Miles, tuvo bastante éxito en Estados Unidos.

Así que, lógicamente, miraron de ganar algo de tirón en aquel país, aunque lo hicieron no tanto a rebufo de la psicodelia -todo y que las pintas que se marcaban apuntaran a lo contrario- como rescatando lo más salvaje de su período mod inmediatamente anterior. De acuerdo con este espíritu, en el Festival de Monterrey se marcaron una auténtica orgía destructora en el escenario, de esas que muchos grupos heavys ya quisieran emular.

Pero la imagen que quedaría para el espectador norteamericano medio sería precisamente la que veréis a continuación. Os hago una breve recensión para que vayáis sobre aviso. La banda fue invitada a un espacio de comedia, The Smothers Brothers Comedy Hour. El inicio es así como muy ramplón: un grupo pop vestido a la moda dieciochesca psicodélica, bromeando con el presentador, que va vestido impolutamente pero en plan "yo también soy moderno". Tras ello, arrancan a tocar My Generation, todo un hit de dos años atrás en su Gran Bretaña natal, y paradigma de la rabia mod. La cosa fue más o menos bien hasta que... mejor lo veis. Sólo diré que hasta cargaron de pólvora uno de los instrumentos. Si eso no es actitud punk...

The Who – My Generation (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

domingo, 4 de octubre de 2009

Won't Get Fooled Again, The Who, 1971


Como todos sabréis, CSI es una serie de policias que descubren delitos a partir de métodos científicos, de la misma forma que otras series tienen a sus propios polis que resuelven casos gracias a números, a médiums, a oficiales de la Marina o a la Santísima Trinidad. Incluso hay una en los que los tipos resuelven casos de hace treinta años (!).

La diferencia que marca CSI con las demás es el éxito que ha tenido, hasta el punto de crear hasta tres franquicias. Tras la versión original, ubicada en Las Vegas, salieron otras dos, en Miami y en Nueva York. Las tres, además de la trama, tienen un denominador común, su sintonía, que en los tres casos utilizan tres hits de The Who en los setenta.

De hecho, la Pildora de hoy es la sintonía del segundo CSI, el de Miami. Esta franquicia partía de un buen inicio: de las tres, su música de introducción tal vez sea la mejor. Pero a partir de aquí la cosa se jode (superlativo de fastidiar), y bastante. No es que los guiones de las otras dos CSI sean para tirar cohetes, pero en el caso de Miami, los interpreta el hierático David Caruso, en el papel del formidable -je, je, je- detective Horatio Caine. Ese hombre que hasta duerme con gafas de sol, y cuya especialidad es soltar frases del tipo "Era una fiesta mortal" (si el muerto está en una discoteca) o "No creo que se levante más" (si el mismo muerto está en su cama). La pera. Limonera.

Por lo demás, y para acabar diciendo algo del tema en sí, fue un hit de 1971 que casi inmediatamente se convirtió en un himno de la banda. De contenido antibelicista (vamos, muy propio para la serie), tuvo que ser recortado en su versión single, ya que la versión incluida en el genial LP Who's Next duraba nada menos que ocho minutos y medio. Pero estos sí que eran la pera. Y de verdad.

Por Spotify podréis escuchar la versión completa. En cuanto al vídeo, recoge la recortada que interpretaron en Top of the Pops en 1971. Es una mutilación en toda regla, pero se puede tolerar bastante bien...

The Who – Won't Get Fooled Again (versión completa) (por Spotify)



Hasta la próxima.