domingo, 31 de octubre de 2010

The Court Of The Crimson King, King Crimson, 1969


La Píldora de hoy será muy bien conocida para los amantes del rock progresivo, aquel estilo que tuvo a principios de los setenta su momento de esplendor, y que convirtió el rock en algo mucho más complejo que una mera estructura musical de tres o cuatro minutos.

Para muchos, el disco en el que se incluía el tema de hoy, titulado In The Court Of The Crimson King (es decir, casi igual que la canción, y muy parecido al nombre del grupo) fue el pistoletazo de salida del movimiento progresivo. Si bien el rock sinfónico ya tenía algunos precedentes de la mano de The Moody Blues o The Nice, no será hasta 1969 con este trabajo de los King Crimson en que se alcanzará plenamente el sonido "progresivo", marcado por largos y virtuosos pasajes instrumentales y atmósferas que iban desde lo medieval hasta el jazz, pasando, por supuesto, por lo sinfónico.

A riesgo de repetirme, mi gusto por el rock progresivo está más ligado a discos y canciones muy deeterminadas que a todo aquel movimiento en su conjunto. Con todo, el tema de de hoy es uno de los "elegidos". The Court Of The Crimson King es una composición fantástica cuya extensa duración no la hacen en absoluto pesada de escuchar.

Si tuviera que escoger un adjetivo para esta canción, sería el de dramática. Siempre consideré que era ideal para acompañar a una película con una historia trágica, pero no a la manera de un telefilme de esos de Antena 3, si no a lo grande. Catástrofes nucleares y todo eso, y siempre en alguna escena tipo "después de la debacle". Mi asombro -y tranquilidad al saber que no era el único friki al respecto- fue ver cómo estaba magistralmente incluida en un film que me encanta (y del que en breve podré explayarme en el cine club del que formo parte): Hijos de los hombres, aquella en la que Clive Owen se movía por un mundo en el que hacía años que no nacían niños.

Y aquí os dejo con The Court Of The Crimson King. E insisto, que no os asuste su duración: es un temazo de principio a fin.

The Court Of The Crimson King (por Goear)

PS: los muy devotos al progresivo encontraréis algo extraño y casi pecaminoso en el vídeo. Y es que... no son exactamente los King Crimson. La voz no la pone Greg Lake, como en la versión original, si no otro miembro posterior de la formación, John Wetton, el mismo que formaría parte, entre otros grupos, de Asia. También aparece Ian McDonald, uno de los miembros fundadores de la formación. Pero, con todo, el pecado mortal del vídeo de más abajo es que... no aparece Robert Fripp a la guitarra, el alma de los King Crimson. Espero que los más incondicionales me lo sepáis perdonar: no existe ningún otro vídeo más apropiado. Y, en todo caso, este no suena nada mal... Mis más sinceras disculpas, no obstante.



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

sábado, 30 de octubre de 2010

Good Dancers, The Sleepy Jackson, 2003


A menos que o bien seáis unos devotísimos y devotísimas del rock alternativo -pero de los de a machamartillo y relicario de Radio 3- o bien seáis de Australia (o las dos cosas a la vez), lo más seguro es que el tema de hoy os suene prácticamente a marciano.

De hecho, yo mismo descubrí accidentalmente al grupo de hoy. En el fondo, son las cosas de la tecnología: antes, te ponías un disco o la radio, y a montar zafarrancho sabatino a golpe de escoba y aspirador. Ahora, dejas encendido el portátil, pones una playlist (magnífico nombre) o, mejor aún, una emisora a medida a través de cosas como Spotify o Last.fm, y la dejas correr a ver qué pasa.

En primer lugar, lo que pasa es que de la escoba y el aspirador no te libra ni Perry Mason. Pero en términos de amenización de la velada, la cosa cambia mucho: es muy fácil descubrir canciones y artistas que, de otro modo, hubieran sido casi imposibles de detectar sin recurrir a miles de horas en el citado tercer canal de Radio Nacional. Uno de estos descubrimientos fue, hace muy poco, The Sleepy Jackson.

Al iniciarse la canción que sonaba, precisamente Good Dancers, detuve durante un momento el alegre movimiento escobero (como si hicieran falta virguerías para conseguir tal fin, por otra parte): "coño, parece George Harrison", pensé en voz alta alzando la ceja cual Ronald Reagan en su cénit interpretativo. Pero sin ser Harrison, claro, y ahí estaba el motivo de sorpresa. Como la cosa sonaba muy bien -con un final digno de aparecer en el Revolver de los Beatles- pues suspendí la radio programada y pasé a escuchar exclusivamente a estos tipos.

Lástima que mucho repertorio no tenían, aunque el poco con el que se puede disfrutar ha sido muy bien acogido en su Australia natal, con diversas nominaciones incluidas. Sólo me pregunto si también les dieron alguna nominación por graciosillos: ¿sabéis de dónde viene el nombre del grupo? Por lo visto, tuvieron un miembro con narcolepsia. Genios y figuras. Y cabroncetes, también.

The Sleepy Jackson – Good Dancers (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

viernes, 29 de octubre de 2010

Foc al cor, Bars, 1993


El tema que tenía pensado para hoy era otro muy diferente al que podréis escuchar en un momento. El problema es que la elección inicial, Viatge d'un savi vilatrista cap enlloc, del insigne Adrià Puntí, no tiene vídeo. Y sin Spotify aún se puede andar por aquí; sin clip, la cosa pasa de pecadillo a excomunión directa de la infalible mano de B16, ahora que se nos echa encima la semana que viene. Por lo demás, os recomiendo encarecidamente que lo busquéis y disfrutéis (al tema, no a B16): una joya en toda regla, en la línea del mejor Puntí.

Y mientras me decido con qué otro tema de l'Adrià suplimos la gran pérdida, os ofrezco a cambio otra magnífica pieza por la que tengo enorme debilidad, y que la banda Bars firmó en 1993: Foc al cor. Como creo que ya dejé caer en alguna otra ocasión, el llamado rock català de principios y mediados de los noventa tuvo como marca característica un enorme éxito basado -en mi opinión- más en una operación promocional muy bien trabada desde esos próceres del rock and roll que son los políticos, que en una calidad musical a prueba de bombas.

Por supuesto, me refiero a aquel elenco de bandas "oficiales" que todos tenemos en mente: Sopa de Cabra, Sangtraït y compañía, que no niego que gustar, gustaron, y mucho. Sin embargo, a la sombra de aquellas formaciones se generaron muchas otras (por ejemplo, los mismos Umpah Pah de Puntí, como ya cité en su día) entre las cuales lo del pequeño detalle de la música pintaba mucho mejor. Una de ellas fueron los protagonistas de hoy, procedentes de la población barcelonesa de Castellar del Vallès.

La verdad es que no sé qué les debí de ver en un principio, ya que el sonido de aires country, con las debidas excepciones, no es santo de mi devoción, y eso es precisamente lo que hacían Bars. Sin embargo, sea por la magnífica voz de su cantante, Montse Llaràs, sea por la buena ejecución de sus temas, la cuestión es que, desde que oí por primera vez Foc al cor, siempre me llamaron muchísimo más la atención que todas aquellas cosas de L'Empordà y el Boig per tu.

Foc al cor, incluida en el LP de 1993 T'ho diré mil vegades, es una magnífica balada que recoge de forma excepcional el sonido de Bars. Debo decir que, ya desde la primera audición, me recordó enormemente -y tal vez fuera ese el motivo del flechazo- a la estupendísima Rose Of Cimarron de los Poco, que hace algún tiempo dejé caer por estos lares pildoreros.

Como fuere, si bien creo firmemente que el rock en catalán ha eclosionado como fenómeno musical realmente en la década del 2000 y no antes, el tema de hoy es una prueba de que ya en los noventa algunos grupos sabían hacer muy bien las cosas. Todo un alivio para los catalanes como yo que llegamos a creer que era casi imposible que un grupo de casa hiciera una canción pop o rock como Dios Manda y en lengua vernácula. Amén.

Bars – Foc Al Cor (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

jueves, 28 de octubre de 2010

What'd I Say, Ray Charles, 1959


¿Cómo se me había podido escapar hasta ahora esta canción, una de las pocas que hacen dispararse a mis pies en cuanto suena la primera nota de ese piano eléctrónico Wurlitzer? ¿Y cómo obviar a la canción que dio el pistoletazo de salida al sonido soul? Además, What'd I Say siempre me provocó una curiosa -y friki-reflexión... que mejor dejamos para el final.

La carrera de Ray Charles fue realmente extensa, hasta su fallecimiento en 2004 pocos meses antes de cumplir 74 años. Con todo, se le recuerda popularmente sobre todo por cuatro enormes canciones: I Got A Woman, la inolvidable Georgia On My Mind, Hit The Road Jack (sí, aquella que, versionada al castellano de forma gamberra por los Petersellers me recordaba cada vez que en Segovia acabaré comiendo lechón, lechón, lechón, lechón...) y, por supuesto, What'd I Say.

Este último tema, nuestro protagonista de hoy, se convirtió en un gran éxito de ventas: alcanzó el puesto sexto del Billboard (logro tremendo, tened en cuenta que era negro...) y el primero en las listas de R&B. Muy posiblemente, los descarados intercambios de voces entre Charles y el coro de chicas -The Raelettes- tuvieron buena parte de la culpa, lo cual no impidió que muchos temieran por su retirada de las mojigatas emisoras de radio de la época.

En todo caso, más allá de aquella salida profanísima del gospel, la canción tuvo un impacto tremendo en la inmediata historia musical, muy especialmente en Gran Bretaña. Muchísimos grupos y artistas en ciernes, entre ellos los futuros Beatles, lo tomaron como un tema de referencia en seguida, e incluso lo versionaron. En el caso de los de Liverpool, parece ser que en sus conciertos en Hamburgo, antes de saltar a la fama, se ganaban al público (compuesto a menudo por matones, prostitutas y marineros en sus primeros bolos) haciéndoles cantar los famosos "oooohhhh... aaaahhhh..." en el cénit de la juerga.

Y esa misma escena de jarana me lleva a terminar con la friki-reflexión que decía al principio del post. Siempre creí que si What'd I Say hubiera sido una canción propia del folklore español o latinoamericano, hoy en día estaría en un lugar de honor en toda boda que se preciara. ¿Que en qué parte? Justo en ésa donde el gin tonic toma el relevo al whisky y comienzan a sonar delicatessen musicales como Paquito Chocolatero y Follow the leader. ¿Herejía?¿Falta de respeto? Tal vez -de hecho, hasta yo mismo me miro mal-, pero en cuanto lleguéis a la segunda mitad del clip de más abajo, me contáis.

Ray Charles – What'd I Say (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Love Shack, The B-52's, 1989


Muy posiblemente, el tema de hoy sea uno de los que más veces han amenizado todo sarao, disco o movida varia que se precie durante las últimas dos décadas. Si cada vez que sonara Love Shack desde su lanzamiento allá por 1989 apareciera un agente de Teddy Bautista & Cïa por medio, ahora mismo los B-52's liderarían en el Top Ten de Forbes, codo a codo con tipos como Bill Gates o Carlos Slim. Y la SGAE, de paso, luciría palmito en el Fortune 500.

Tonterías aparte, lo cierto y verdad es que la canción de hoy no ha perdido ni un ápice de fama desde que este tipo que escribe la escuchara a través de la radio por primera vez a la tierna edad de quince años. Y eso que ni tan siquiera alcanzó el número uno del Billboard general: se quedó en un "modesto" tercer puesto.

No obstante, hay que decir que para un grupo que se crió y creció dentro de la new wave norteamericana (llegó a tocar en el CBGB de Nueva York), aquel tercer puesto fue, de largo, el primer gran éxito de ventas de toda su carrera. Eso sí, para ello tuvieron que hacer un tema que bien hubiera podido encajar en la banda sonora de cualquier peli de high schools de allende el Atlántico por aquellas calendas.

Y, sin embargo, Love Shack es un gran tema que, a pesar de lo dicho, no abandonó la esencia del sonido original de los B-52's: un estilo (y una estética, ya de paso) de inspiración retro acompañado de la característica combinación vocal de las voces de Cindy Wilson y Kate Pierson (las chicas) por un lado, y la de Fred Schneider en plan pasado de vueltas, por el otro.

En definitiva, música para pasárselo bien, sin ambages. Al menos, hasta el día en que los conmilitones del compadre del Pollo Frito se aperciban del chollo pecuniario que pueden pillar con esta canción... por si acaso, no subáis demasiado el volumen.

The B-52's – Love Shack (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

martes, 26 de octubre de 2010

You're The First, The Last, My Everything, Barry White, 1974


A finales del Año de Gracia (¡ejem...!) de 1974 (junio de 1975 en el caso de España, la MTV aún no existía y los mercados discográficos podían a veces tomarse su tiempo) un poderoso tema en clave del naciente estilo disco alcanzaba los puestos más altos de las listas norteamericanas y británicas. Con My First, My Last, My Everything, la ronquísima voz de Barry White se consagraba definitivamente como uno de los distintivos musicales de los setenta.

Para entonces, Barry White no era ya un desconocido para el gran público. Y la cosa tenía su mérito para un antiguo delincuente juvenil que llegó a pasar un tiempo en la cárcel por robo. No obstante, cual Saulo afroamericano, a Barry White se le tuvo que aparecer el mismísimo Elvis Presley mediante su inolvidable -y, con permiso, pelín ramplona- versión del O Sole Mio que era It's Now Or Never.

Con tamaña revelación, el hombre dejó lo de los atracos por lo de la música, y vive Dios que le fue mucho mejor. Si durante los sesenta se dedicó fundamentalmente a la composición, en los setenta terminó por lanzarse definitivamente al ruedo. Y lo hizo a lo grande. Montó una orquesta de cuarenta músicos alrededor de un grupo femenino familiar al que patrocinó -Love Unlimited- y comenzó a grabar discos por su cuenta.

Casi inmediatamente, el sonido grandilocuente de aquella orquesta -llamada apropiadamente The Love Unlimited Orchestra- acompañado de lo que en muy poco tiempo acabaría definiendo el sonido disco, marcaría una buena colección de hits a lo largo de aquellos años. Sin embargo, todo aquel montaje musical mastodóntico -un día traeré el mítico Love's Theme por aquí para que lo podáis comprobar in situ- ensombrecía como marca de la casa al lado de la peculiar, ultrarronca voz de White.

Así pues, para cuando You're My First, My Last, My Everything tomó los puestos principales de las diferentes listas de éxitos, prácticamente todo el mundo conocía ya a aquel tipo que igual "dirigía" orquestaciones discotequeras como susurraba a golpe de ronquido en temas aptos para poner con la luz baja y bien acompañado. En todo caso, aunque el tema de hoy es algo más movido, tampoco anda mal para tales situaciones. Por si fuera vuestro caso, que vaya muy bien...

Barry White – You're The First, The Last, My Everything (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

lunes, 25 de octubre de 2010

Sweet Dreams (Are Made Of This), Eurythmics, 1983


En el día de hoy, cautivo y desarmado este Maestro Armero, se ve obligado a retirarse con carácter de urgencia para reponerse mediante un merecido sueño reparador .

No obstante, no quería faltar a la cita de hoy, aún a riesgo de no encadenar más de tres palabras con un mínimo de coherencia y sin dar una patada a la sintaxis castellana por culpa del sueño pertinaz. Así pues, al lío.

El tema de hoy no merece mayor presentación. Con él, el dúo formado por Annie Lennox y Dave Stewart consiguió el que sería, a la postre, el éxito más rotundo de toda su carrera. No sólo fue una de las canciones de 1983 (número uno en Estados Unidos y dos en Gran Bretaña, entre otras fazañas) si no que acabaría convirtiéndose en uno de los himnos de los ochenta. Por lo demás, lejos de ser una nana a tenor de su sugerente título, era toda una declaración de como "el sistema" intenta controlarnos a cada uno de nosotros.

No obstante, como ésa es una reflexión que, en este momento, sobrepasa con creces mis capacidades intelectuales, prefiero, por el momento, quedarme únicamente con su título. Dulces sueños...

Eurythmics – Sweet Dreams (Are Made Of This) (por Spotify)

PS: efectivamente, podía haber escogido la versión de Marylin Manson. Pero entendedme: quiero irme a dormir... otro día será, prometido.



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

domingo, 24 de octubre de 2010

Can't Take My Eyes Off You, Frankie Valli, 1967


¿Cuántas veces habéis bailado esta canción en las pistas de una discoteca? Bien... no exactamente esta versión, por supuesto. Pero en cuanto comience a sonar la música, mucho antes del clásico "I love you baby... " estaréis ya sobre aviso.

Efectivamente, para los noctámbulos ochenteros y noventeros, la versión más conocida de este tema es la que grabaron en 1982 los Boys Town Gang a ritmo de disco y con unos arreglos, por cierto, que no sonaban nada mal. Sin embargo, sólo se trataba de la enésima grabación de una de las canciones más versionadas de la historia del pop.

Hay que decir que, muy probablemente, muchos de vosotros ya de un principio sabíais que la grabación original no era del grupo de San Francisco. Mucha gente la atribuye a Andy Williams, que en 1968 grabó la canción. Y seguro que también os suena, especialmente si vistéis esa... película basada en ese... libro titulado El Diario de Bridget Jones.

Pero tampoco se trataba de la original. ¿Recordáis cuando hace un tiempo traíamos aquí Beggin', de los noruegos (sí, aunque no lo parecieran) Madcon? Pues bien, entonces dijimos que aquel tema había sido grabado originalmente por una añeja banda, los Four Seasons, al frente de la cual estaba un tal Frankie Valli. ¡Bingo! Es, precisamente, el mismo caso que el de hoy.

En 1967, la discográfica quiso lanzar la carrera de Valli en solitario, aunque sin romper con su formación de forma completa. Para ello, su productor compuso para el propio Valli Can't Take My Eyes Off You, una balada que bien pudiera haber sido escrita para Sinatra, y que en seguida se convirtió en un éxito fulminante al alcanzar el segundo puesto del Billboard. Y tan fulminante fue que, inmediatamente, se puso en marcha la enorme cadena de versiones (se cuentan por centenares) que hizo que, al igual que con Beggin', la original acabara quedando poco menos que en el olvido.

Así pues, ¿será cosa de volver a tirar del repertorio de Frankie Valli para marcarse un futuro hit? Cosas más raras veredes en este mundo...

Frankie Valli – Can't Take My Eyes Off You (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

sábado, 23 de octubre de 2010

Give It Away, Red Hot Chili Peppers, 1991


Hoy, mientras ordenaba algunos trastos del despacho, me topé con los singles de vinilo que conservo. Como ya sabréis por otros posts, buena parte de ellos son heredados, auténticas reliquias de los setenta, mientras que otros son ya responsabilidad directa mía. Uno de estos últimos es el tema que podéis encontrar hoy en las Píldoras. Por lo demás, sí: en 1991 todavía era posible hacerse con singles en vinilo, por si alguien se lo preguntaba. Otra cosa es si era ya una buena idea pensando en el futuro...

En cualquier caso, ahí está, y aquí lo traigo. Que servidor se hiciera con este single no ha de sorprender a nadie. En 1991, para todo aquel tipo bien informado (modestia aparte) de COU, los Red Hot Chili Peppers eran un grupo muy bien reputado. Y justo por entonces, septiembre de aquel mismo año, publicaron el que, a la postre, acabaría siendo considerado merecidamente el mejor álbum de la banda: Blood, Sugar, Sex and Magik.

Si a un profano se le pregunta hoy por los Red Hot Chili Peppers, es muy probable que el tema que más conozca sea Under The Bridge, incluido precisamente en aquel mismo álbum. Sin embargo, el single que le precedió, también dentro del mismo disco, fue el que para mí es el gran tema de la banda, este Give It Away que tampoco os será, precisamente, desconocido.

Inspirado por la relación que el cantante del grupo había tenido en su juventud con -atención- Nina Hagen (aquella punk alemana hipermaquillada que durante muchos años fue asidua de los programas musicales de TVE y que traeré algún día por aquí), Give It Away es todo un temazo de principio a fin. En él, funky, rock duro e, incluso, toques de psicodelia -ese solo de guitarra con aires al Revolver de los Beatles- se funden para bordar un tema que abrió al grupo las puertas al gran público.

Por cierto, el hecho de tener el single me permitió una cosa que, a menudo, a la mayoría, les pasa por alto al adquirir directamente el álbum: escuchar su cara B. Y era otra joya a la altura de su cara A y que, de hecho, en su día escuché tanto como ésta: una versión del Search and Destroy que Iggy Pop había grabado en 1973 junto a The Stooges y que no desmerecía para nada a la original. Pero, como decía Michael Ende, eso es otra historia y ha de contarse en otra ocasión...



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

viernes, 22 de octubre de 2010

Virtual Insanity, Jamiroquai, 1996


Una de las gracias que tiene este blog es que, con frecuencia, su responsable directo -el tipo que escribe- es interpelado directamente sobre la última o una de las últimas publicaciones. Como puede verse, aquí prácticamente se incluye todo tipo de música: desde el tema más serio hasta la frikada más sonora, desde piezas casi olvidadas hasta el hit tremendo. Curiosamente, éstos últimos suelen provocar reacciones muy encontradas.

Es el caso de la de ayer, Gloria, de Umberto Tozzi. Así, mientras que para algunos les ha supuesto ciertos (agradecidos) recuerdos, para otros ha sido poco menos que la Charanga del Tío Honorio incluida cuasi heréticamente entre otros temas cargados de mucha más... gloria. Tanto unas como otras reacciones me parecen muy divertidas, las primeras por la lógica satisfacción de retrotraer a alguien a un buen momento, y las segundas porque suelen ir acompañadas de coñas bastante guasonas en general, que suelo interpretar habitualmente como un "a bodas me convidas" para entrar al trapo.

Debo decir que, en uno de los casos de este segundo grupo (el bueno de CtrlAltSupr, pildorero de pro, in person), a las coñas umbertinas se añadió una recomendación que me sorprendió... precisamente por su ausencia hasta ahora por aquí. Jamiroquai es uno de los grupos con más éxito de largo entre los noventa y buena parte de los 2000. Y, de hecho, durante algún tiempo, lo tuve bastante a mano entre las recopilaciones varias que me montaba al efecto.

El tema más recurrente en aquellas selecciones musicales era este Virtual Insanity -por cierto, el mismo tema que me vino recomendado esta mañana-, exitazo a finales del 1996 y buena parte de 1997. Incluido en el tercer álbum de la banda, Travelling Without Moving, su estilo funky muy influenciado por el sonido de los setenta fue, claramente, todo un revulsivo para quien escribe.

Para entonces, Jamiroquai ya era un grupo muy conocido, con diversos números uno a sus espaldas, y algunos más por delante. Con todo, personalmente, la aparición de Virtual Insanity, así como más tarde, del single Deeper Underground -asociado a la banda sonora de Godzilla- supusieron los dos highlights dentro de mis gustos por estos británicos. Luego, realmente, no sé qué pasó. Poco a poco dejé de interesarme por la banda de Jay Kay, en un proceso de decadencia que culminó en el extremo de hoy. Así pues, en cierto modo, esta resurrección jamiroquaiana se la debo al bueno de Umberto Tozzi. ¿Veis como no es tan malo?

Jamiroquai – Virtual Insanity (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

jueves, 21 de octubre de 2010

Gloria, Umberto Tozzi, 1979


¿Quién no ha escuchado o, cuanto menos, tatareado, la canción de hoy en como mínimo alguna de las exitosísimas versiones que se sucedieron con rapidez en el tiempo entre 1979 y 1982?

Gloria es, por derecho propio, uno de los temas más populares de toda la década de los ochenta, desde que, en 1979, Umberto Tozzi (compositor del mismo junto a Giancarlo Bigazzi) lo pusiera en las listas de toda Europa. En España, sin ir más lejos, el éxito fue acompañado de una versión en castellano de la mano del propio Tozzi, tal y como otros italianos habían hecho antes para conquistar las listas nacionales... y harían todavía durante muchos años después.

Pero sólo se trataba de la primera versión de éxito. Poco tiempo después, ya propiamente desde España, se haría una nueva adaptación del tema. A pesar de que pudiera parecer extraño a día de hoy, esta adaptación vino de la mano de un grupo infantil, que todo hombre y mujer por encima de los treinta y tantos recordará sin duda: Parchís. Posiblemente, sea la menos memorable de las tres versiones que veremos hoy, pero, sin duda, tuvo un gran impacto mediático hacia 1980 a rebufo de la original. Una curiosidad: también versionaron In The Navy de los Village People, con el impagable título de En la Armada. Menuda canción para los niños en un sentido u otro...

Finalmente, la tercera versión casi llegó a eclipsar a la primera de todas, por bien que era algo harto difícil. En 1982, una norteamericana de origen italo-irlandés, Laura Branigan, regrabó Gloria en inglés, y la transformó en un exitazo en las listas de su país, volviendo a situar la canción en primera línea musical. Para los que tengáis memoria fotográfica, recordaréis con toda seguridad que dicha versión incluso apareció en el ochenterísimo film Flashdance.

Servidor, que por entonces ya andaba por los ocho o nueve años, es la versión de la que tuvo mayor constancia. De hecho, durante algún tiempo, creí que el tema original era de Branigan y no de Tozzi, en aras de esa ilógica que presuponía en toda su ingenuidad que primero se hacían las cosas en inglés, y luego en el resto de idiomas. Menos mal que errar es humano y rectificar de sabios... en todo caso, os dejo con la versión original (y en italiano, que siempre me sonó mucho mejor que en castellano) para que volváis, por un momento, a recordar qué hacíais cuando esto sonaba por la radio del Seat 124 o del Renault 8...

Umberto Tozzi – Gloria (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

miércoles, 20 de octubre de 2010

El incendio, Sidonie, 2009


La primera vez que escuché esta canción -durante una de las promos que se cuelan entre las canciones de Spotify para aquellos que seguimos creyendo en el "todo gratis por Internet"- no me mató demasiado, la verdad. Prácticamente sólo sonaba el estribillo y, de buenas a primeras, no parecía gran cosa. Pop de corte alternativo la mar de corrientón, casi una pena teniendo en cuenta que tenía en mente algunos grandes temas pretéritos de la formación protagonista de hoy.

Sin embargo, en ocasiones se trata de descubrir el resto de la canción y, en ocasiones, de esperar que prenda la mecha lenta. Con la Píldora de hoy sucedieron un poco las dos cosas.

Los barceloneses Sidonie son unos veteranos del indie autóctono. Lo primero que escuché en su día de ellos fueron algunos temas perteneciente a su primer EP, Dragonfly, de 2001. Concretamente, recuerdo dos: la muy psicodélica All Is Cool In The Evening, y una versión de... ¡Madonna! Eso sí, era la también muy sixties Beautiful Stranger, aquella que se planteó en su día como tema central de una de las pelis de Austin Powers.

Con aquel punto de salida tan interesante y peculiar, seguir a Sidonie fue un trabajo continuado, aunque debo admitir que desde la distancia, no a la manera del megafan que cuenta los días para un disco o un concierto. Con el tiempo, abandonaron su inglés original para saltar al castellano, pero, por lo demás, su música seguía siendo igual de convincente.

Y así fue como llegué a 2009, año en que lanzaron el álbum El incendio, que fue precedido por el tema de igual título como single promocional a principios de verano. Lo dicho, la promo no me mató mucho, aunque me tomé las molestias de tomar nota sobre el nuevo trabajo... y, finalmente, desde la distancia (para no perder la tradición), acabé descubriendo realmente un gran disco. Aunque tardé lo mío.

Sidonie – El Incendio (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

martes, 19 de octubre de 2010

Mas que nada, Sergio Mendes & Brasil'66, 1966


La primavera y el otoño son unas épocas del año en las que quien escribe suele pasar alguna que otra noche durmiendo bajo esa agradable combinación que dan las palabras "poco" y "mal". Es lo que tiene la sucesión de estados de calor (al que tiendo habitualmente) y frío en función de si ando más o menos tapado a lo largo de una sucesión gimnástico-sonámbula de movimientos con las sábanas. Fue el caso de anoche.

Así que entenderéis que ando para el arrastre a estas horas. Sirva esto como adelanto para justificar una cierta parquedad de palabras acompañadas por un ausente brillo en las mismas. Como sea, no me quería ir a dormir sin dejar una Píldora de primerísima clase, de la mano de uno de los grandes de la música brasileña: Sergio Mendes.

Para ello, me he servido de su gran clásico, que grabó junto a los Brasil'66 en... 1966, Mas que nada. Los más veteranos ya sabréis inmediatamente de qué tema se trata, mientras que a los de mi quinta sólo tendré que recordarles aquel mix de clásicos brasileños que pasaban puntualísimamente en todas y cada una de las discos de Barcelona años ha. ¿Os acordáis de aquella parte de la mezcla que rezaba algo así como "Oooooooariáaaaaroo, obá, obá, obá"? Pues esa misma. Sólo que aquí la traemos en su versión original.

En realidad, Sergio Mendes se limitó a versionar Mas que nada, tema original de 1963 de otro grande de Brasil, Jorge Ben. En ambos casos, se trataba de una fusión entre la bossanova y el jazz. La principal diferencia -y aquí estuvo la gran aportación de Sergio Mendes- fue la inclusión de su magnífico piano que impregnaba el tema de un aire incluso más jazz (y casi hasta blues) que el que mostraba la versión original. Asimismo, supo sustituir la voz desafinada de Jorge Ben por la mucho más estilosa de Janis Hansen, la principal de las dos chicas vocalistas de los Brasil'66.

El resultado es el que tenéis un poco más abajo, y que reconoceréis en apenas un segundo. No me digáis que no es una buena manera de irse a dormir, o de coger un día con ganas, según el caso... en el mío, lo tengo claro. Buenas noches.

Sergio Mendes & Brasil '66 – Mais Que Nada (por Spotify)

PS: parece ser que, en algún momento de mañana, no podrán verse las imágenes de los posts por algún tema de mantenimiento de Blogger. Imagino que sólo será temporal. Sería terrible (y daría una pereza más terrible aún) tener que subir de nuevo 426 portadas de discos...



Letra de la Píldora
.

Hasta la próxima.

lunes, 18 de octubre de 2010

Run To The Hills, Iron Maiden, 1982


Si hay algo a lo que me recuerdan los Iron Maiden (a mí, que no soy un metalero de pro) son camisetas. Sí. Siempre he considerado que eran los auténticos reyes de las camisetas heavys allá donde vivía durante los ochenta y buena parte de los noventa, momento en el que cedieron tan peculiar trono -siempre bajo mi subjetiva mirada- a Metallica. Tamaño imperio téxtil tenía muchísima variedad, pero eso sí, dentro de un patrón fijo: en todas aquellas piezas aparecía aquel peculiar zombie conocido como Eddie, emblema de los Airon.

Por lo demás, era lógico que aquellos tipos fueran modelo de jevis ochenteros. Un vistazo al vídeo os permitirá comprobar hasta qué punto eran la quintaesencia estética y ética de todo devoto del santo guitarrazo que te crió, como antes lo fueron Led Zeppelin, Deep Purple o Black Sabbath y luego lo serían los citados Metallica o la pandilla grunge capitaneada por Nirvana.

Como ya habréis intuido echando un vistazo a este tinglado pildorero, lo mío eran más las canciones esporádicas que la propia movida de cuero y clavos en sí. Y eso, precisamente, me sucedía con los Iron Maiden. Puestos a elegir, tenía unos 467 grupos con mayor índice de preferencia, pero todo y así, admito que algunas canciones suyas eran francamente buenas.

Una de ellas era este Run To The Hills que traemos hoy a las Píldoras. Un temazo de principio a fin dedicado al exterminio de los indios por el hombre blanco, y que resume musicalmente de forma magnífica lo que era la música hard hace treinta años. Lo que no entiendo demasiado es que, si querían homenajear al pueblo nativo americano, ¿porqué pusieron una peli como esa insertada en el videoclip? Misterios de la psique humana...

Iron Maiden – Run To The Hills (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

domingo, 17 de octubre de 2010

Superstition, Stevie Wonder, 1972


La Píldora de hoy, en cierto modo, tiene algún punto en común con la de ayer. Pero que nadie se alarme: no voy a descubrir ningún oscuro y horrible pasado de la Disney en el bueno de Stevie Wonder, cual Hanna Montana de sexo y color cambiado...

Pero, a su manera, la historia de Wonder tiene ciertas similitudes. Ciertamente, no fue la Disney quién monopolizó sus primeros compases de carrera, muy posiblemente porque por entonces todavía se limitaba a hacer películas de dibujos animados y poco más. Pero, como buen niño prodigio, fue otro monstruo quien se hizo con los derechos del muchacho que, con 13 años, alcanzó su primer número uno cuando ya llevaba nada menos que dos álbumes a sus espaldas. Aquel monstruo era la poderosa Tamla Motown, dueña y señora del soul que salía desde Detroit con dirección al resto del mundo.

Así que podéis empezar a intuir que la carrera de Stevie Wonder -por si hay alguien que no lo sabía- es un poco más extensa que su aportación a La mujer de rojo o a los consejos de la Dirección General de Tráfico para evitar comportamientos etílicos al volante. De hecho, hoy no os encontraréis nada parecido a aquel mucho más edulcorado Stevie de los ochenta, si no a todo un tipo capaz de marcarse un potente ejercicio de funky en toda regla.

Superstition (compuesta originalmente para el guitarrista Jeff Beck) se lanzó a finales de 1972 como principal single de apoyo de su álbum Talking Book, en el que también se incluía otro clásico como lo fue You Are The Sunshine Of My Life. El tema es arrollador de principio a fin, marcado por su característico clavicordio eléctrico (clavinet) que lo inunda por doquier. No obstante, para la selección del vídeo, he preferido recurrir antes que a la versión de estudio a un directo que realizó en el programa alemán Beat Club en 1973. Como comprobaréis en un momento, es dinamita pura.

Se me olvidaba. Dije más arriba que Stevie Wonder no había tenido nada que ver con la Disney. No es completamente cierto. De hecho, sí que tuvo al menos una vinculación conocida, y ya bien entrado en años, con lo que no puede considerarse inocente en absoluto... como tantos otros, acabó sucumbiendo a los Mickey-dollars (canjeables por los de verdad): participó en la banda sonora de una de las películas de animación más conocidas de los noventa. Adivinarlo corre de vuestra cuenta...

Stevie Wonder – Superstition (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

sábado, 16 de octubre de 2010

Toy Soldiers, Martika, 1989


Sin duda alguna, Toy Soldiers fue uno de los mayores hits de los últimos compases de la década de los ochenta. Y tanto lo fue, que todavía hoy es muy fácil recordar el nombre de su protagonista, Martika, por más años que hayan pasado.

Toy Soldiers, fue, con mucho, el mayor éxito de la cantante norteamericana de padres cubanos Marta Marrero, llamada Martika por el diminutivo con el que era conocida en su casa. Sin embargo, no era en absoluto una cara desconocida para el público norteamericano cuando lanzó su primer LP, en el que se incluía el tema de hoy.

Lo de las series de Disney no es un fenómeno novedoso en absoluto. Personalmente, creo que tienen efectos crematorios en el cerebro de sus jovencísimos telespectadores, pero es indudable que funcionan. Y ya lo hacían en los años ochenta. Kids Incorporated fue creada en 1984 como serie infantil fuera del ámbito de la compañía que, tal vez, ha contribuido más que nadie a que hoy en día a muchos nos den grima las orejas del ratón Mickey. Sin embargo, a partir de su segunda temporada, fue adquirida por dicha multinacional, que controló totalmente el producto hasta su final en 1993.

Al igual que en otros casos, Kids Incorporated fue toda una cantera de futuros hitmakers musicales y de discretos actores televisivos. Martika fue uno de los componentes originales de la serie, junto a otra chica que acabaría también haciendo mucha fortuna, incluso todavía más: Fergie, la voz de los Black Eyed Peas. Otro nombre célebre que pasó -más tarde que las dos anteriores- por la emisión de Kids Inc. fue Jennifer Love Hewitt, posterior heroína del grito de terror para teenagers y, finalmente, edulcoradísima contactadora televisiva de fantasmas. De hecho, su voz aparece entre los coros del tema de hoy.

En fin, os dejo recordar ya la canción -sampleada, por cierto, por Eminem en 2004-. Y espero que la conexión Disney no os haya afectado en absoluto...

Martika – Toy Soldiers (por Spotify)


Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

viernes, 15 de octubre de 2010

Fuck You, Cee Lo Green, 2010


Contra lo que pudiera parecer en un principio, la mayor o menor presencia de temas antiguos o modernos en este blog se debe en una buena parte a un mero principio estadístico: hay más décadas anteriores a la del 2000 que -de momento- posteriores. También cuenta un poco el extraño melting pot de discos de quien escribe, pero no tanto como pudiera pensarse...

Por lo demás, sinceramente, creo que el panorama musical actual no es esencialmente peor que el de otras épocas. Que nadie me malinterprete: es mayoritariamente pésimo, pero tras esa capa de barniz de muy mala calidad hay que saber buscar. La sueca Fredrika Stahl o el francés Benjamin Biolay son actuales a rabiar, por ejemplo, y sus discografías de primerísima clase. De hecho, si hay alguna diferencia entre la calidad musical de ahora y la de, por ejemplo, los idolatrados sesenta, está en que entonces un buen grupo o artista tenía mayores posibilidades de llegar alto. Hoy, parece que sólo si eres algun cantante de estilo pseudo-soul gorgoritoso, o un sucedáneo de artista hip-hop puedes ser alguien... durante dos o tres semanas.

Vaya. Menuda descripción la anterior, ahora que lo pienso. Si la leeis por encima, casi parecería ajustarse como un guante (pero sólo casi) al protagonista de hoy... y, sin embargo, nada más lejos de la realidad. Por el nombre puede que a algunos no os suene mucho, pero éste es uno de los dos tipos que se marcaron la estupenda aventura de Gnarls Barkley, la misma que triunfó a lo grande que la magnífica canción que era Crazy.

Al igual que en el caso de aquel tema, la canción de hoy también es un tema de marcadísimo aire retro. Vamos, que si no es por el atípico título, prácticamente podría decirse que fusiló algún secreto master de la mismísima Motown, años 1966, 1967 o, incluso, 1968. Tal vez por eso suena tan bien. Y, tal vez por eso, la canción que podéis escuchar está hoy mismo, 15 de octubre de 2010, como brillante número uno en el Reino Unido. ¡Tanto hablar de números unos pretéritos, y tenéis aquí uno de verdad y de ahora! Lástima que parezca sonar como si tuviera cuarenta y tantos años: y ése mismo es el gran drama de nuestro tiempo presente, musicalmente hablando. Que parece que nadie es capaz de inventar nada. O de invertir un duro en ello.

PS: ¿creíais que con este título, Fuck You!, iba a dedicar el post a rajar contra lo divino y lo humano, sin dejar títere sin cabeza? Demasiado previsible... además, una vez iniciado el proceso, no sé si sería capaz de ponerle fin...

Cee Lo Green – Fuck You (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

jueves, 14 de octubre de 2010

Praying For Time, George Michael, 1990


Siendo ésta como lo es, una de mis canciones favoritas, casi me sorprende que todavía no hubiera aparecido por esta parte del mundo llamada Píldoras de Música. Efectivamente, habéis leído bien: una de mis canciones favoritas. Y también habéis leído bien el protagonista de hoy: George Michael.

Pero vayamos por partes. Como buen hijo de vecino procedente de mi aristocrático barrio de Las Planas, George Michael no fue nunca -supongo que hasta aquí no sorprenderé a nadie- un indispensable de mi discoteca particular. De hecho, aún a día de hoy, no encontraréis por ningún rincón de casa ningún vinilo o CD suyo.

Eso sí, Dios dijo hermanos, pero no primos. Así que esa falta de querencia por la discografía de Michael no fue ningún inconveniente para que, nada menos que a finales de 1990, cuando un servidor estaba en plena afirmación rock, escuchara esta canción por la radio y se quedara prendado por su estructura musical y su sonido. Claro, el problema fue escuchar al discjockey decir quién se había marcado aquel tema. Automáticamente supuso durante un tiempo tener que escucharlo en el walkman (el papá del discman y el abuelo del mp3) y, por supuesto, a una distancia prudencial del resto de trogloditas que, como yo, nos dedicábamos a presumir qué guitarra o qué batería molaban más.

Como todo lo cura el tiempo, especialmente la tontería, finalmente pude escuchar abiertamente esta canción sin que me importara lo más mínimo la opinión popular de origen congénere-selvático. Para descubrir que... ¡varios de los otros neanderthales también habían hecho lo mismo en privado a la vez que yo! ¡Francamente, se puede decir que fue toda una salida colectiva (musicalmente hablando) del armario!

Y es que pocas veces el título de un LP fue tan apropiado para la historia anterior. Tras su etapa en Wham! y en solitario como cantante pop sin más pretensiones que colocar blockbusters en las listas, George Michael quiso en 1990 que se lo tomaran un poco más en serio. Y para ello lanzó un álbum, que se abría precisamente con Praying For Time, donde pretendió dar un giro musical bastante importante. Incluso, para reafirmarlo, se negó a aparecer directamente en ninguno de los clips promocionales de los singles del álbum, motivo por el que quedó un vídeo tan curioso como el que tenéis abajo.

¿Qué cual era el tan apropiado título del álbum? Listen Without Prejudice Vol. 1. Escuchar sin prejuicios.

George Michael – Praying For Time (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Get Myself Arrested, Gomez, 1998


Para los menos avisados, Gomez no es el apellido de ningún vecino con veleidades musicales, si no el de uno de los grupos británicos más interesantes surgidos al final de la estela britpop. A la sombra de otras formaciones mucho más mediáticas como Blur u Oasis, Gomez supo hacerse su propio hueco a finales de los noventa y principios de los 2000.

Hacía bastante tiempo que no me encontraba con esta pequeña joya de canción, Get Myself Arrested, hasta el punto de casi ni recordarla. Tuvo que hacer falta un azar en el uso de Spotify esta mañana para toparme con el que fue segundo single de su primer y magnífico álbum Bring It On, de 1998.

Un LP que, por otra parte, supuso un éxito tan fulminante como inesperado. De hecho, nadie contaba con que tuviera un impacto demasiado importante. Era lo normal en un disco de debut de una banda totalmente desconocida. Así que la formación se limitó a grabar en estudio sus maquetas previas.

Tras una buena recepción de la crítica, pero ventas discretas, sonó la flauta. Y de qué forma. En los premios Mercury de 1998, Bring It On se llevó el gato al agua, dejando atrás a gente como los Massive Attack o Pulp. Tras este resultado contra todo pronóstico, las ventas del álbum se dispararon de forma estratosférica e hicieron que sus siguientes LP's ya entraran de forma contundente en los primeros puestos de las listas británicas.

Sin más, os dejo de momento con el peculiar y divertido vídeo con el que se promocionó Get Myself Arrested. ¡Que lo disfrutéis!

Gomez – Get Myself Arrested (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

martes, 12 de octubre de 2010

Heroes, David Bowie, 1977


Para terminar dignamente con este día nublado, epígrafe de un gran -y necesario- puente de cuatro días, he decidido optar por un tema cargado de energía desde principio a fin. Y, dicho sea de paso, de los grandes de la historia del rock, de la mano de uno de sus tótems en pleno estado de gracia, David Bowie.

A pesar de que Heroes es una canción con treinta y tres años a sus espaldas (fue lanzado apenas unos días después de mi tercer cumpleaños, uf) todavía hoy me sigue sonando tremendamente futurista, mucho más que otras composiciones más saturadas de sintetizadores. Siempre me fue muy fácil asociarla a imágenes diversas de la mayoría de mis queridas y hoy semiabandonadas novelas de ciencia-ficción.

La causa técnica de este involuntario efecto secundario sobre la imaginación de quién escribe hay que encontrarla en la cuidadísima producción que recibió el tema, uno de los más emblemáticos del período berlinés del Duque Blanco. Compuesto por el propio Bowie y un Brian Eno que ya se había desmarcado del glam totalmente para entrar en los campos de la experimentación musical, su creación tuvo unos apoyos de total lujo.

Así, junto a Eno, que se empleó a fondo con los teclados, contó con la guitarra impagable de Robert Fripp -el líder de los King Crimson, que un día traeré por aquí- y un enorme Tony Visconti a la producción. Entre todos ellos consiguieron crear un efecto de muro de sonido que ya hubiera querido para sí el inefable y psicótico Phil Spector. Así, a la atmósfera épica de la instrumentación sólo quedó añadir la voz dramática de Bowie para cerrar magistralmente el tema de la forma que conocéis y que podréis recordar en unos segundos.

Lo que son las cosas: a pesar de todo lo anterior y del gran apoyo comercial que recibió, el single fue un relativo fiasco. No obstante, como las cosas suelen caer por su peso, Heroes acabaría siendo uno de los temas más emblemáticos de la carrera de Bowie y también de los más versionados. Debo decir, no obstante, que ninguna de todas las versiones que he llegado a escuchar (y las hay muy buenas) ha llegado nunca a captar esa esencia heroica y dramática del original. Comprobadlo por vosotros mismos, como siempre.

David Bowie – Heroes (por Spotify)




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

lunes, 11 de octubre de 2010

Vidas cruzadas, Quique González, 2005


La Píldora de hoy es una viejísima deuda que tenía contraída en este blog. Y que la saldo en parte con uno de mis temas preferidos de este cantautor madrileño nacido en 1973... y que poco menos que descubrí gracias a una de vuestras sugerencias, en este caso del amigo josemsolis (por cierto, ¡ya tengo bajo eléctrico!).

A día de hoy ya estoy mucho más puesto en materia, y sólo puedo hablar bien de la música de este tipo. En algún lugar leí que su música no bebía tanto de las fuentes de los clásicos cantautores españoles de los sesenta y setenta, si no más bien de la escuela anglosajona, de Dylan y compañía. Escuchando Vidas cruzadas, el tema de hoy, es muy fácil comprender el porqué de esta afirmación.

Por lo demás, en la intervención de josemsolis se le definía como el mejor cantautor español en activo. Como siempre digo, lo de mejor o peor es muy relativo. Pero es indudable que Quique tiene madera de la mejor, con una sensibilidad alejada de la sensiblería (en este sentido, lo encuentro muy diferente a Ismael Serrano, por ejemplo) que hace que cada una de sus canciones sean pequeñas joyas para escuchar con toda nuestra atención.

En otro orden de cosas, para los que no lo conozcáis, no puede decirse en absoluto que Quique González sea un outsider del panorama musical, en absoluto. Que ha ido por libre en plena Era Bisbal y Paulina (con mis mayores respetos para quién los disfrute, pues con la música se trata precisamente de eso) , es indudable. Que se inició a puro golpe de voluntad, como la mayoría de los de su ramo, también. Pero alguien que ha trabajado con Enrique Urquijo, con Carlos Raya, con Iván Ferreiro o con Jorge Drexler no es un marginado musical cuyas canciones son poco menos que imposibles de encontrar.

Así que no tenéis excusa para buscar -y encontrar- su música y dedicarle unos minutos. Os aseguro que merecerá la pena. Palabra de converso.

Quique Gonzalez – Vidas cruzadas (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

domingo, 10 de octubre de 2010

Connected, Stereo MC's, 1992


A pesar del mal tiempo de hoy -si bien no ha acabado siendo tan extremadamente lluvioso como se preveía por aquí en Calafell- la verdad es que no he tenido demasiado margen para parar un momento, ni me temo que lo tendré. De hecho, en el momento en el que veáis esto recién subido, estaré posiblemente todavía a varios kilómetros de mi portátil, y preparar una Píldora desde el móvil no es demasiado práctico...

Así que agilizo, que de aquí nada me estarán dando el toque para salir por la puerta a toda leshe.. el tema seleccionado hoy es uno de los más beneficiados/perjudicados por la publicidad, seguramente. Beneficiado, por lo que supuso en royalties más allá del éxito de la canción, sendos Top 20 en Estados Unidos y en Gran Bretaña en el olímpico año de 1992. Royalties que no debieron ser pocos: durante muchos años su pegadizo estribillo fue el principal identificativo de la casa de móviles The Phone House.

Asimismo, Connected también llegó al cine. Con ese título y un ritmo tan sofisticado y funky a la vez, era inevitable que Hollywood acabara incluyéndola en una peli de informáticos y de redes varias. Y así fue: si recordáis Hackers: piratas informáticos (lo que tendría mérito, ya que no mataba nada) film protagonizado en 1995 por Angelina Jolie, encontraréis por ahí rondando a este tema de los Stereo MC's. De hecho, si algo era salvable de la cinta era su banda sonora, que incluía además cosas de los Prodigy, Squeeze y Orbital, entre otros.

Así que, tras todo lo anterior, casi de lo que ya no me acordaba -he aquí el perjuicio al que me refería- es de que esto también lo iban pinchando en bastantes discos alternativas de Barcelona durante buena parte de los noventa. Y de que se bailaba, dicho sea de paso. Qué mala es la memoria... ¡me llaman! Voy a ver si la recupero a golpe de paella y de vinito blanco... y si no es posible, pues qué se le va a hacer.

Stereo MC's – Connected (por Spotify)


Stereo MC's - Connected
Cargado por ptidavid. - Ver los videos de música recién destacados.

Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

sábado, 9 de octubre de 2010

My Eyes, Travis, 2007


Muchos de vosotros, mañana domingo por la mañana, iréis a comprar el diario como de costumbre. Aunque lo mejor sería decir que iréis a cargaros con todo tipo de cachivaches de utilidad variable, desde películas hasta cucharas decoradas con el escudo de cualquier equipo de fútbol (ideales para toda ocasión especial). Por cierto, cuando tengáis todo eso en vuestro poder ¡no os olvidéis de recoger el periódico! Aunque, con medio kilo de papel al menos, el kioskero no os dejará marchar de su pequeño establecimiento así por la buenas sin retirárselo de en medio...

No obstante, no es necesario tener que llevarse todo lo que el periódico en cuestión promocione. De hecho, ni recomendable, o vuestro relativamente barato diario os podrá costar el equivalente al sueldo de un día. Lo malo es que, entonces, se abre el penoso proceso de saber qué se lleva uno y qué no. Y esto es tan pesado para el sufrido kioskero como para vosotros. Preguntar "¿qué trae hoy el dominical?" puede suponer una lista similar a la que recita el camarero de cualquier bar cuando le pedís saber qué tienen de tapas. Y ni un kiosquero ha recibido el durísimo entrenamiento de un camarero al respecto, ni vosotros es posible que retengáis tamaña lista de datos por más Trivials que hayáis jugado.

Resultado: acabaréis preguntando a lo sumo por la peli que regala tal o cuál diario (con lo que confirmaréis la escasísima relevancia de buena parte de su contenido), mientras que el kiosco se convertirá en un almacén de cucharas de equipos de fútbol esperando al incauto que caiga o al que considere que son el complemento ideal para cualquier deliciosa velada.

Pero, ¿a qué viene todo lo anterior? Como sabréis, la panoplia de regalos (y no tan regalos) que dan los periódicos es infinita. Una de las posibilidades es la música. Y aquí entra el tema de hoy. En septiembre de 2007, Travis lanzó My Eyes como uno más de los singles de su magnífico LP The Boy With No Name. Pues bien, una de sus armas fue regalar la canción en una edición del periodico dominical británico Mail on Sunday. Imagino que, aquel día, muchos jóvenes de escasas convicciones políticas o incluso de izquierdas no dudaron en hacerse con un ejemplar del conservador periódico. Yo mismo lo hubiera hecho... eso sí, dejando al pobre kioskero mi correspondiente cuchara futbolera ocupando sitio en su establecimiento junto a otras cuantas.

Por lo demás, se trata de una canción con una historia muy bonita detrás. Fue compuesta por el cantante y líder del grupo, Fran Healy, el día después de saber que iba a ser papá. Lo cual se traslada de forma muy divertida en el clip que tenéis más abajo... espero que el chaval de Healy, por el bien de su madre, fuera más menudo que lo que acaba saliendo en el vídeo...

PS: ¡Felicidades, Pere!



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

viernes, 8 de octubre de 2010

This Is What You Are, Mario Biondi, 2006


En más de una ocasión, y de dos, he insistido en el hecho de que este blog es posible por el concurso de todos los que lo leéis y participáis en él. Y no sólo porque con vuestra presencia (a veces visible y otras veces sólo manifestada por la creciente velocidad del contador de visitas) este redactor se anime a escribir en la medida de lo posible día sí y día también, si no muy particularmente por vuestros comentarios y sugerencias.

Éstas sugerencias son mucho -pero mucho- más importantes de lo que os podáis imaginar. Ciertamente, quien os escribe tiene pasión por la música, pero no infalibilidad ni omnisciencia, con lo que requiere de una constante fuente de influencias para no acabar poniendo tan sólo aquello que ha escuchado un millón de veces por raro que parezca. Influencias que a veces entran con más celeridad y a veces con menos, pero que nunca se olvidan pues son las que me permiten sostener esta aventura con un mínimo de consistencia.

Y aquí entra el porqué de la Píldora de hoy. Uno de nuestros más antiguos e ilustres seguidores, Paquito Franco -al que podéis leer en numerosos comentarios-, es de los que se toman la molestia de plantear nuevos horizontes y posibilidades de posts a las Píldoras, junto a otros no menos ilustres como Mercè, el Salmón, jmsolis, Juan José Soriano o el Maestro Ciruela. Para quien crea que el tal Paquito se dedica a sugerir pasodobles o marchas legionarias en virtud de su atípico perfil, debo decir que nada hay más lejos de la realidad.

De hecho, que hoy podáis disfrutar de este magnífico tema a golpe de jazz se lo debéis agradecer a él más que a quien escribe, que hasta hace dos días ni sabía de su existencia (¡ante mi horror por mi ignorancia al ver que se trataba de todo un exitazo, cuyo álbum había obtenido cuatro discos de platino en Italia!).

Una de las características que más llaman la antención del italiano Mario Biondi es que hasta que no lo ves, te crees que es negro, negrísimo, a juzgar por su tremendamente profunda voz. Muy posiblemente, This Is What You Are es su tema más conocido, una arrebatadora composición con cierto regusto brasileño, que grabó originalmente en 2004 como single para el mercado japonés. Algún tiempo después, lanzó el álbum Handful Of Soul, junto al High Five Quintet, con los que volvió a plantear la canción. Es la versión que podéis degustar hoy.

Por lo demás, es una magnífica forma de cruzar las 50.000 entradas en las Píldoras, apenas un mes y medio después de pasar las 40.000. Nunca me cansaré de repetirlo: ¡muchas gracias a todas y a todos!


Mario Biondi – This Is What You Are (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.