Después de la memorable (¡uf!) escena de guateque del clip de ayer digamos que poco digna de la canción y aún menos del personaje en cuestión, casi no me he podido resistir a enchufar una de esas canciones que cuesta de imaginar reproducidas en otra cosa que no sea un tocadiscos de aquellos portátiles que todo papá gustaba de lucir con los amiguetes de cuba libre o de peppermint.
Nowhere To Run es, por derecho propio, uno de los temas más célebres del soul fabricado en la Tamla Motown. Sus intérpretes no llegarían a ser con el tiempo tan recordadas como las Supremes -tal vez con la excepción de la propia Martha Reeves-, pero durante algunos años firmarían hits de escala global como el de hoy.
Como siempre digo, la mejor prueba sobre la potencia de un tema o de una interpretación es la capacidad de quedar en la mente del personal. Porque más allá del octavo puesto en el Billboard en 1965, Nowhere To Run no tardó nada en colarse, musicalmente hablando, en todas partes.
Por ejemplo, en la Guerra del Vietnam las tropas hicieron suyo el tema, que era muy tentador de cantar a pleno pulmón mientras se marcaba el paso, con la coña añadida de que no sabían adónde iban a enviarlos a matar vietcongs. Un guiño a este comportamiento fue la inclusión de la canción en el estupendo film Good Morning Vietnam. Y aún hoy es muy común que las bandas musicales amateurs norteamericanas toquen esto al marchar en desfiles.
Pero para guasones, los ingleses. En 2010, una cadena incluyó el tema como sintonía para anunciar una serie de programas de televisión. ¿Que de qué iban dichos programas? Eran los debates para las elecciones generales británicas. Qué tíos.
Nowhere To Run (por Goear)
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.
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