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lunes, 13 de abril de 2015

The Love of Richard Nixon, Manic Street Preachers, 2004


En una deuda antigua contraída con un ilustre, ilustrísimo, seguidor de este blog, comprometí una Píldora al respecto que no llegó a formalizarse por las tropecientas vicisitudes de mi vida extrabloguera. Como fuera que me ha sido recordada, y como toque -además- al espaciamiento pildoril de los últimos tiempos, preparo el post de hoy tanto para saldar una cosa como para enmendar la otra.  

Los Manic Street Preachers son un grupo que han aparecido varias veces por aquí. Y si son conocidos por algo, aparte de su indiscutible calidad musical (y comercial), es por sus letras políticamente muy comprometidas. Por eso sorprende un poco el tema de hoy. Uno podría esperar que quien ha hecho un número uno con una canción inspirada en los perdedores de la Guerra Civil española, no sienta demasiada compasión por un personaje como Richard Nixon, trigesimo séptimo presidente de Estados Unidos y bien conocido por aquellos pagos como Tricky Dicky -"Ricardito el Tramposo"-  por su poco limpio juego en política. De hecho, ha sido el único presidente en dimitir por un escándalo político. Eso sí, era nada menos que el Watergate.  

Sin embargo, el tema de hoy casi deja bien a Nixon. De alguna forma, se quedó con una parte indiscutiblemente positiva de su carácter, como era una perseverancia a prueba de bomba. Si Kennedy era el niño mimado de América - y de família más que bien- Nixon procedía de abajo y en su carrera sólo contó con su esfuerzo... y con sus pocos miramientos, a decir verdad. Y parece quedarse aquí la canción. Dando a entender que si no hubiera existido el Watergate, Nixon no hubiera sido visto como alguien tan negativo. Lo cual hizo preguntar a mucha gente el por qué de esta canción al grupo británico. 

Y pudo ser algo tan simple como contrastar este perfil trabajador e incansable con el bajísimo que mostraba George Bush hijo en aquel momento, a dos semanas de su reelección presidencial, en 2004. Vamos, que la idea tal vez era dejar a Bush como un auténtico pelele, en comparación con el protagonista de nuestra Píldora de hoy. 

Como fuera, The Love of Richard Nixon tuvo un éxito enorme a finales de aquel año, y se quedó apenas a las puertas del número uno en el Reino Unido. Pero, cosas que pasan, en los Estados Unidos, casi ni se enteraron. Cosas que tiene ser un imperio que lo ve todo muy pequeño desde su atalaya. 

Y sin más, dejo aquí saldada la vieja deuda con mi gran comentarista RMN. Siglas que, por cierto, corresponden a... bien, deducidlo vosotros mismos. Más fácil, imposible. 




Hasta la próxima. 

sábado, 30 de noviembre de 2013

Astronàuta rimador, Antònia Font, 2004


Esta semana que acaba la noticia musical de esta parte del mundo ha sido, sin duda, la disolución de los mallorquines Antònia Font, unos tipos de lo más peculiar y que se han ganado por derecho propio uno de los lugares de honor del rock catalán de la última década y media. Motivo más que sobrado para dedicarles una Píldora, más aún cuando me he dado cuenta -sí, ya no controlo exactamente quién está y quien no, así de penoso- que... ¡aún no tenían ninguna!

Y es difícil de verdad escoger una canción como primera, entre el magnífico repertorio de Joan Miquel Oliver y el resto de sus colegas. Porque más que un grupo indie a la usanza, modernillo de pro, parecen exactamente lo contrario, esto es, el grupo de colegas de tu barrio. Eso sí, con un punto bastante peculiar, por no decir majara. A sus fotos en plan Devo (otros memorables majaras) me remito. 

Finalmente, me he decidido por una de mis favoritas (que para eso escribe aquí el baranda jefe del blog), esta inclasificable Astronàuta rimador, una especie de aventura a lo Space Oddity -incluso con punteado de guitarra final- pero cuyas semejanzas acaban ahí. Para empezar, la letra: decir psicodélica es quedarse francamente corto. 

Y luego está la música. Tras escucharla, uno no sabe si ha pasado por un tema pop, hip hop o flamenco. Pero de lo que sí que se está seguro es que se ha escuchado a un Joan Miquel Oliver en estado químicamente puro. Os dejo con él, y con su particular historia espacial.  





Hasta la próxima. 

martes, 29 de enero de 2013

Vertigo, U2, 2004


Hay una cosa peor que perder la conexión a Internet. Y es que se te descuajaringue la configuración del PC a la hora de navegar. Vamos, que entre todo lo que tengo que hacer aparte, y la necesidad de improvisar todo tipo de mecanismos para estar on line, llevo unos días de vértigo.

Dicho lo anterior, disculpad el triste justificativo de la Píldora. Nos vemos.




Hasta la próxima.

martes, 6 de marzo de 2012

The Regulator, Clutch, 2004


En breves minutos procederé a ver los episodios de hoy de esa serie de dinosaurios y gente del futuro llamada Terra Nova, lo cual me ha recordado una Píldora que tenía en mente desde la semana pasada, viendo The Walking Dead. Porque sí, como habréis deducido, amigos, lo mío son las series costumbristas, del día a día más cotidiano. 

En el último capítulo emitido de la episodizada matanza de zombies que dan en la Sexta, el final iba acompañado de un tema muy chulo (según los gustos) de aires blues rock muy cercanos ya al heavy metal. Como no tenía ni idea, pero sonaba muy bien, hice ese ejercicio tan recurrente de tirar de Internet a todo trapo, o al menos al trapo que me dejaba mi ADSL. 

Menos de un minuto después -no es por fardar, pero es lo que tardé, tampoco hay que parecer más torpe cuando algo sale bien- tenía identificada la canción: era de un grupo norteamericano de rock duro llamada Clutch, y se titulaba The Regulator

Hay que decir que, hasta su aparición en dicho capítulo de The Walking Dead ("Nebraska"), se trataba de un tema algo menor de la banda, incluida en el álbum de 2004 Blast Tyrant. Es curioso ver en los últimos años como la música final de los episodios de muchas series de moda se ha convertido en toda una forma de potenciar la carrera de bastantes artistas y de difundir mediante la red toda una serie de canciones que, de otra manera, hubieran quedado más o menos relegadas a un paulatino olvido. 

Espero que os guste, aunque si no os va mucho el rollo blues muy guitarrero, os recomiendo que empecéis por la versión en estudio del link de Goear, un poco más asequible que el clip con el directo. Hacedme caso...




Letra de la Píldora.

Hasta  la próxima. 

domingo, 4 de diciembre de 2011

This Love, Maroon 5, 2004


Nunca he sido un gran fan de la música de Maroon 5, ni antes, ni ahora. Francamente, este último single que acaban de tener en el número uno por medio mundo, Moves Like Jagger, a pesar de su título, lo encuentro de lo más convencional, incluso para las pistas de baile. Vaya esto por delante. 

Sin embargo, tengo que decir que cuando grabaron This Love, dieron en el clavo con un tema no sólo de fácil acceso comercial, si no además con todos los ingredientes para una perfecta canción pop. Al menos, es lo que me pareció al escucharlo por la radio en una lluviosa mañana de abril de 2004, desayunando justo antes de empezar una pesada mañana de cierre de número en la editorial donde por entonces trabajaba como jefe de redacción.
Efectivamente, en la primavera de 2004 This Love estaba en la cresta de la ola, con ventas millonarias por todas partes y acumulando discos de platino como si nada. Y sin embargo, se trataba de un tema editado en el álbum Songs About Jane desde nada más y nada menos que año y medio atrás. 

Y es que la progresión de este LP en las listas de éxitos es de las más lentas que se recuerdan: lanzado en junio de 2002, su primer single, Harder to Breathe (tampoco nada malo) se editó un mes después, mientras que el segundo lo hizo... en enero de 2004, precisamente This Love. Eso sí, una vez este último vio la luz, la cosa fue a la velocidad de la luz. Su siguiente sencillo, She Will Be Loved, obtuvo el mismo éxito, y consolidó a los norteamericanos como banda de éxito comercial absoluto, esta vez sí. 

Aunque, en lo que a mí respecta, no volvieron a hacer nada tan bueno como This Love. No me miréis así... es una opinión, por supuesto.





Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

sábado, 22 de octubre de 2011

God Knows, Mando Diao, 2004


Tras el serio y trascedente (pero feliz)  post de ayer, daremos un giro hacia algo bastante más divertido. Al fin y al cabo, es sábado por la noche, y un servidor tiene la intención en este de hoy de darse un garbeo a airear el palmito, que ya ha tenido bastante comedor durante toda la tarde.

God Knows es un tema de los que hacen apetecer pisar el acelerador del coche cuando se tiene carretera por delante. Con él, los suecos Mando Diao dieron otro pasito más en su carrera como una de las bandas más importantes de la nueva movida sueca inspirada en el rock de garaje. Junto a The Hives o Caesars, suponen los herederos directos de aquellas bandas de la Suecia de finales de los ochenta, cuya bandera más visible fueron The Creeps.

El single fue lanzado en 2004 (en Gran Bretaña, en 2005) y estaba incluido en Hurricane Bar, el segundo LP de la formación procedente de la ciudad de Borlänge. Como curiosidad, de este álbum se lanzaron nada menos que tres versiones: una para Gran Bretaña, otra para la Europa continental -además de en Suecia, tuvo muy buenas ventas en Alemania y Austria- y en Japón, donde por lo visto estaban ganando bastantes seguidores ya desde su anterior trabajo, Bring 'Em In

Y cierro ya, que me tengo que tunear un poco para salir: a los treinta y bastantes, si  uno no espabila en estos menesteres el día que decide tirar millas, se corre el riesgo cierto de apalancarse de nuevo por más ganas que se tengan. Como de costumbre, nos vemos en la próxima.





Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

jueves, 3 de marzo de 2011

Sing For Absolution, Muse, 2004


Como bien sabéis ya, además de ser un lector empedernido de todo lo que huela a historia -con la notable excepción de la novela histórica, que nunca supera en imaginación a la realidad-, soy un gran aficionado a la ciencia ficción. O lo era, a tenor del tiempo que hacía que no pasaba por mis manos un libro al respecto.

Sin embargo, últimamente, debo admitir que he vuelto a recuperar una cierta inquietud sobre el tema. En este sentido, he empezado a rescatar algunas de las mejores novelas que pasaron por mis manos años ha. Personalmente, creo que no se puede considerar estrictamente un género: antes bien, es una excusa para tratar una historia cualquiera -policiaca, bélica, de suspense, incluso romántica...o histórica- en unos parámetros tales que sólo pueden contarse bajo una deformación de la realidad cotidiana. 

En todo caso, tras la estela de lo anterior, me apetecía poner hoy algún vídeo clip de ciencia-ficción, y para ello, qué más fiables que mis queridos Muse. Si en Knights Of Cydonia presentaban una parodia de un cinematográfico western futurista de serie B, y en Bliss Matt Bellamy caía a velocidades alucinantes por una especie de pozo sin fondo casi diseñado por Moebius, en Sing For Absolution prácticamente se marcaron un pequeño corto de aires catastrofistas, con nave espacial incluido y final inquietante. Imagino que me creeréis cuando os diga que es uno de los clips que más veces he visto...

Además, Sing For Absolution (que alcanzó el puesto 16 en el Reino Unido en 2004) forma parte de uno de mis álbumes preferidos no ya de la banda británica, si no de cuantos tengo, Absolution. Fue uno de esos discos de amor a primer oído, desde su inicio con aquellas botas desfilando justo antes de empezar el poderosísimo riff de piano de Apocalypse Please, hasta el dramatismo a compás lento de Rule By Secrecy, ya al final. 
En fin, ciencia-ficción pura, que es de lo que va la cosa hoy. Que os aproveche.


Muse – Sing For Absolution (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

jueves, 22 de julio de 2010

Four To The Floor, Starsailor, 2004


La práctica del remo es un deporte muy saludable, potente y agradecido, pero, por sus características, no es el mejor para perder peso. De hecho, si te gusta comer (lo cual es mi notable caso) la complexión se queda en la de un tipo corpulento, que es la forma eufemística de decir "vacoburro".

Como forma de desvacaburrizarme algo, no hace mucho me apunté al gimnasio que Montse ya frecuentaba desde algunos meses atrás. La idea era hacer mucha cardio, que es la forma eufemística de decir "pierdequilos con el corazón por la boca".

Para ello, Montse me recomendó insistir mucho en ejercicios de caminar (lo que ya hago con frecuencia todos los días para desplazarme de un lado a otro), correr (ídem de lo anterior, cada mañana para pillar el tren) y, muy particularmente, en uno que consiste en hacer bicicleta dentro de una sala con mucha gente y a ritmo de música a toda pastilla a la voz de un instructor. Spinning, se llama la cosa, que es la forma eufemística de decir "rompepiernas con dolor de cabeza".

Lo segundo, lo del dolor de cabeza, fue especialmente cierto durante la primera de las sesiones a la que asistí, en la que una tipa -al parecer, era la monitora- se dedicó a hacer ejercicio por su cuenta mientras ponía música mákina (de esa que ya detestaba en su día, así que no veáis quince años después) y te deshidratabas ya que nadie había reparado en poner algo de aire acondicionado en la sala. Una prueba de resistencia y paciencia ante la impericia, que es la forma eufemística de decir "hijoputez".

Por supuesto, Montse, para evitar que pasara de ese tal señor Spinning, me aseguró que a otra hora había una clase con un monitor mucho más profesional y que ponía mejor música. Por lo tanto, que motivaba mucho más. Así que hoy lo probé, a pesar de que no me iba demasiado bien. Y... la verdad es que esta vez la cosa funcionó mucho mejor. Especialmente grata fue la selección musical, que en buena parte mostró tener bastante criterio. El tema de hoy, Four To The Floor, de los Starsailor, fue una de las mejores sorpresas. Y demostró que para sudar no hacía falta insistir en el chunta-chunta, que es la forma eufemística de decir... esto os lo dejo a vuestro criterio. Yo me voy al catre, pues no me aguanto ni las pestañas.

Starsailor – Four To The Floor (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

martes, 30 de marzo de 2010

Take Your Mama, Scissor Sisters, 2004


¿Qué hubiera pasado si nuestras madres nos hubieran visto salir de marcha? ¿Y si, incluso, nos hubieran acompañado a ella? ¡Qué horror!¡Y no ya por nosotros (que sí), sinó por las pobres mujeres, para las cuales siempre hemos sido, somos y seremos los mejores y los más buenos! ¡Menuda decepción!

Pues bien, tras meteros durante un momento este terrible pensamiento, de eso es de lo que, precisamente, va esta canción. Por lo visto, tal experiencia la llevó a cabo uno de los miembros de la banda Scissor Sisters. Pero eso no es todo: con la excepción del batería, y de la única miembro femenina de la formación -que se define como "transexual en un cuerpo de mujer", vaya tela- el resto de componentes son gays. Así que ya os podéis imaginar a qué tipo de locales llevaron a la incauta señora...

Por su parte, Take Your Mama es un gran tema pop que recuerda enormemente al Elton John más setentero. Y, con este antecente, y el de más arriba, es fácil adivinar que aunque los Scissor Sisters (por cierto, también el nombrecito tiene tela, "las hermanas tijeras") sean un grupo norteamericano de Nueva York, sus mayores triunfos los hayan tenido en Gran Bretaña y Europa. Casi que no podía ser de otra forma.

Tal vez las cifras de charts del single no parezcan demasiado (puesto 17 en el Reino Unido), pero hay que recordar que desde finales de los años sesenta, el peso de las ventas ha sido casi siempre preferentemente obra de álbumes completos. Por eso, es mejor prestar atención al LP -de igual nombre que la banda- en el que se incluía nuesta Píldora, junto a otros hits como Laura o Mary: superó (por apenas 582 copias) al Hopes and Fears de Keane como disco más vendido de 2004, y se convirtió en el 51º LP mejor vendido de la historia del Reino Unido. Menudo debut.

Así que ya véis lo que puede resultar de llevar de juerga a mamá. De todas formas, para los más jóvenes e imberbes, ahí va un consejo, si es que habéis considerado mínimamente la majarada de emular el experimento. Mejor no lo intentéis. Os cargaréis la fiesta y, encima, tras el escándalo de la pobre mujer, os quedaréis sin vuestra paga semanal para que no podáis volver a esos antros de humo, alcohol y drogas durante años. Ése, y no otro, será el resultado más probable. Porque, amigos, lo normal no es vender millones de discos.



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

sábado, 27 de febrero de 2010

Maps, Yeah Yeah Yeahs, 2004


Tras el interludio económico-político-tertuliano de ayer, serenamos un poco las aguas. Y lo hacemos saltando medio siglo adelante, hasta el año 2004. En aquel momento, un grupo neoyorquino cuyo nombre evocaba a la expresión más habitual por parte de sus apresurados conciudadanos, lanzaba una potente y deliciosa balada que llegó a convertirse en un éxito menor.

Varios años después, ya en 2009, la revista NME (la New Musical Express, para los de más edad), consideraba a este tema la mejor canción de amor escrita en clave de rock alternativo. Y no es para menos. Compuesta por la banda, hacía referencia a la historia que había entre su cantante Karen O, (de peculiar origen coreano y polaco, por cierto) y el líder de la banda Liars, Angus Andrew.

Como muestra, un botón. Si os pensais que la canción incluye alguna referencia a un mapa o plano, estáis equivocados. Maps no era otra cosa que las siglas de My Angus Please Stay ("Angus mío, por favor, quédate", en castizo tenorio). No digáis que no es bonito.

Con este historial, y sabiendo que es una de las canciones favoritas de My Montse (Montse mía, en el mismo argot) creo que es inevitable dedicarle esta Pildorilla, que con todo el estrés que se trae, es lo mínimo que este individuo que escribe puede hacer.

Besitos.

Yeah Yeah Yeahs – Maps (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Everybody's Changing, Keane, 2004

Este es uno de esos temas que te dejan pillado desde la primera vez. La simplicidad hecha elegancia. Sólo piano, bajo y batería -no hay guitarras, y casi ni se echan en falta. Debo decir que no es una opinión aislada: los 5,7 millones de copias que vendió el LP al que pertenece, Hopes and Fears, convirtieron este tema en uno de los más radiados del verano de 2004, y un clásico a partir de entonces.

Su génesis es un poco extraña. Realmente, la primera vez que salió como single fue en 2003, por el sello Fierce Panda. De aquél lanzamiento se vendieron ¡733 copias! de un total de ¡1.500!. A pesar de este volumen pigmeo, es menester decir que esta primera versión entró en el puesto 122 de sencillos en Gran Bretaña. La causa está en que hoy en día, la mayoría de temas se venden a través del LP, y los volúmenes de singles suelen ser bastante discretos. Así que ya sabéis, vended 800 singles y a lo mejor llegáis al Top 100.

Al poco tiempo, el grupo cambió de sello discográfico (no era para menos) por el mucho más potente Island. Tras regrabar el tema, fue lanzado -de nuevo- como single el 3 de mayo de 2004, una semana antes que el álbum, y el éxito combinado fue demoledor. Con sólo cinco años de antigüedad, la Píldora de hoy ocupa el puesto 236 de las "1.000 canciones de siempre" de la revista Q Music, y el 28 de las 100 mejores canciones del siglo XXI de Rolling Stone.

Recuerdo que la primera vez que la escuché, al acabar el último toque de piano pensé, textualmente, "tema histórico". Por esta vez, no me equivoqué...

Ah, un último apunte: encontrar un single de aquellos 1.500 editados por el sello Panda Fierce en 2003 es bastante difícil hoy día... y caro. Si tenéis curiosidad, mirad en Ebay.

Keane – Everybody's Changing (por Spotify)




Hasta la próxima.