Tras el pequeño terremoto de Benny Hill - no me digáis que no era original- hoy volvemos a unos cauces más convencionales de la mano de los siempre fiables Depeche Mode. Eso sí, nos vamos a sus inicios, en los heroicos y excesivos (aunque no tanto como después) principios de los ochenta.
Hoy en día, incluso a los más veteranos en estas lides, el nombre de Depeche Mode nos evoca un pop de sintetizadores serio, a veces con cierta mística incluso, y no exento de toques de oscuridad. En seguida nos vienen a la cabeza Enjoy The Silence, Personal Jesus o It's Not Good, entre otras.
Sin embargo, nos cuesta mucho más identificar a los británicos en sus inicios, por más que sus primeros singles fueran bombazos decenas de veces escuchados, como este Just Can't Get Enough, con el que los británicos obtuvieron en enorme éxito en 1981. Y es que, aunque parezca extraño, Depeche Mode comenzó como una formación de techno pop orientada básicamente para las listas/pistas de éxito.
Y, ya puestos, orientada para que se te metiera un riff de sintetizador en la cabeza hasta la extenuación. Que es exactamente lo que me está pasando y me temo que me pasará en las próximas horas después de haber escuchado un par de veces el tema de hoy montando la Píldora. Para que luego no digan que no tienen efectos secundarios.
Hasta la próxima.