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sábado, 26 de enero de 2013

Hazy Shade of Winter, Simon & Garfunkel, 1966


A estas alturas de este blog supongo que no hace falta demostrar que muchísimas canciones han gozado de más de un momento de gloria, a veces en su versión original, y más a menudo gracias a versiones realizadas años después de su creación. Es el caso de Hazy Shade Of Winter, uno de los hits de Simon & Garfunkel a mediados de los años sesenta. 

Lanzada en noviembre de 1966, esta bellísima canción de aires folk rock que se recreaba en el frío invierno, alcanzó un nada despreciable puesto 13 en el Billboard norteamericano. Tardó un poco en ser incluida en un álbum -los años sesenta aún fueron en su mayoría feudo de los singles como formato principal de lanzamiento- y hasta 1968 no quedaría incorporada en el histórico LP Bookends junto a temazos como Mrs. Robinson, At The Zoo, America o Fakin' It. Ahí es nada. 

Sin embargo, aquella no sería la última vez que Hazy Shade Of Winter se convertiría en un gran éxito. Veinte años más tarde, en 1987, se lanzó la versión que probablemente la mayoría conozcáis más. En noviembre, las Bangles hicieron suya la canción de hoy como parte de la banda sonora del film Golpe al Sueño Americano -estrenada casi al mismo tiempo- hasta el punto de que se alzó al segundo lugar de las listas norteamericanas con un enorme éxito en todo el mundo. 

Realmente, vistas las circunstancias, casi podría haber dedicado el post de hoy a la versión de las Bangles, pero, entre nosotros, le encuentro un poco de más encanto a la que hicieron Simon & Garfunkel. Además, siempre nos quedan más posts por escibir, ¿no?




Hasta la próxima.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Hilo de seda, Los Pekenikes, 1966


Una Píldora exprés para un día festivo entre otros tantos... la música la ponen unos ausentes hasta hoy en el blog, nada menos que Los Pekenikes, una de las formaciones más famosas e influyentes del pop español de los años sesenta. Durante su período de éxito obtuvieron numerosos hits, aunque entre todos ellos probablemente el que quedó más en la memoria fue este Hilo de seda, de 1966. 

Y con este hilo os dejo, que con tanta comida a lo largo y ancho del día lo único que me apetece ahora mismo es retirarme dignamente... y tomar sal de frutas. Nos vemos.



Letra de la Píldora. A ver si la encontráis...

Hasta la próxima.

lunes, 20 de agosto de 2012

Standing In The Shadow Of Love, Four Tops,1966

Píldora veraniega nº9.

Un poco de soul de la Motown nunca está de más. Con Standing In The Shadow Of Love, los Four Tops intentaron revalidar el enorme impacto de Reach Out, I'll Be There... y casi lo consiguieron a finales de 1966. En cuanto lo escuchéis, entenderéis el porqué.




Hasta la próxima.

miércoles, 11 de julio de 2012

Paint It, Black, The Rolling Stones, 1966


"No sé que pasa que lo veo todo negro" es probablemente la sensación más común entre millones de españoles hoy tras el último y quién sabe si definitivo giro hacia la catástrofe económica en manos del Gobierno de la nación. Me gustaría opinar de otra manera, pero como economista que soy, francamente, no se me ocurre ningún argumento a favor de las medidas que en breve todos y cada uno -excepto enchufados y demás ralea- vamos a padecer. 

Por lo demás, y entrando en lo estrictamente musical, la frase inicial del post corresponde a la letra de la versión en castellano que Los Salvajes hicieron en 1966 del absolutamente glorioso tema de hoy, con el que los Rolling Stones remacharon su popularidad en todo el planeta. 

En la coloreada y psicodélica primavera de aquel mismo año chocaba un tanto una canción tan oscura como Paint It, Black, aunque ello no supuso ningún problema en su camino hacia el número uno. Su brutal ritmo de batería, su omnipresente sitar y la voz de Jagger convirtieron a la pieza en todo un bombazo del que inmediatamente salieron múltiples versiones, entre ellas la mencionada de Los Salvajes en versión castellana. 

Por cierto, seguro que muchos lo estáis pensando: por fin este sujeto (o sea, yo) se ha decidido a poner a los Stones. La verdad es que me gustan tanto como al que más, y tengo varios discos de ellos. Pero -cosas- durante un tiempo se me cruzaron y no por nada que tenga que ver con lo estrictamente musical. En todo caso, tonterías fuera, aquí están y han llegado para quedarse y aparecer en más ocasiones. Estoy convencido de que mi amigo Fernando, en cuanto lea esto, dará un bote de alegría, adalid como es desde hace la tira de tiempo de su inclusión inmediata en el blog. 

Terminando con el asunto del primer párrafo, más vale que nos espabilemos si queremos ponerle color a la cosa y no dejarla más negra que la noche. Porque es evidente que lo que no hagamos nosotros por nosotros mismos, no lo van a hacer estos tipos que se hacen llamar impropiamente gobernantes de España. 

Ladies and Gentlemen, The Rolling Stones. 




Hasta la próxima. 

domingo, 22 de abril de 2012

Go Where You Wanna Go, The Fifth Dimension, 1966


Los muy puristas tal vez se habrán sorprendido de la elección de la Píldora de hoy, no tanto por el magnífico tema como por sus intérpretes. Y es que Go Where You Wanna Go es, en realidad, una de las canciones más emblemáticas de The Mamas and The Papas

En 1965, el cuarteto de Phillips y compañía -que aquí hemos descrito alguna vez como rosario de la aurora erótico/festivo- lanzó Go Where You Wanna Go como su primer sencillo. Sin embargo, en aquella ocasión, no tuvo mayor repercusión en ventas. 

Algo muy distinto a lo que sucedió un año después con los protagonistas de hoy, The 5th Dimension. Entonces estaban aún a tres años de su mega hit Aquarius/Let the Sunshine In, y para estrenarse como grupo vocal escogieron, precisamente, versionar el tema que tenéis delante. Esta vez el público sí que prestó la debida atención y la composición escaló hasta el puesto 16 del Billboard, posiblemente aprovechando el tirón que para entonces ya tenían The Mamas and The Papas. 

Tengo que admitir que es muy difícil determinar cual de las dos versiones me gusta más, ya que ambas son muestras del mejor pop melódico y vocal de la época. Así que me tenía que decantar por una de ellas: ganó la que finalmente obtuvo el mayor reconocimiento cuando se lanzó. 

Bueno, y también la que tenía videoclip, para qué os voy a engañar. 





Hasta la próxima.

jueves, 19 de abril de 2012

Baby, Come Back, The Equals, 1966


Segurísimo que todos recordáis la que posiblemente haya sido la única canción antirracista convertida en tema del verano: Gimme Hope Jo'anna. Con ella, el guyanés Eddy Grant conseguía el que sería probablemente su hit más conocido, a finales de los años 80. 

Sin embargo, para entonces, era todo un veterano con más de veinte años de carrera cargados a sus espaldas... y numerosos éxitos en su momento tan conocidos como su animoso alegato contra el apartheid. De hecho, estoy seguro que en cuanto le deis al play -aquellos que no hayais reconocido la canción sólo por el título, naturalmente-  os será inevitable rememorar su estribillo. 

Efectivamente, Baby, Come Back fue el primer gran exitazo de Grant, entonces junto a su grupo del momento, The Equals, en los que tocaba la guitarra eléctrica. Sí, cuesta algo de reconocer sin las rastas, pero ahí está. 

De todas maneras, cuando se lanzó el single en 1966, sus ventas fueron algo discretas. Tuvo que ser una segunda reedición ya en 1968 cuando recibió la atención de las principales emisoras y tuvo una suerte, digamos, un poco mejor: se plantó en el número uno nada menos que en Gran Bretaña, y durante tres semanas. Con el renovado impulso de la carrera de Grant en los ochenta, volvería a relanzar el tema -regrabado- en varias ocasiones, aunque ya en ninguna con tanto impacto como veinte años atrás. 

Así que hoy os quedáis con un tema para ir abriendo el fin de semana con buen ánimo. ¿O no es así?




Hasta la próxima.

miércoles, 18 de abril de 2012

Mustang Sally, Wilson Pickett, 1966


Tras el breve paréntesis musical-indignado de ayer, he decidido arremeter con el mejor ánimo (a pesar de la continuación de desastres noticieros) el tramo final del día de hoy. Y pocos mejores que aquella apisonadora soul llamada Wilson Pickett

Como creo ya haber referido, para quien escribe, mucho más que Otis Redding o Sam Cooke, incluso más que James Brown, el auténtico rey del soul ha sido Pickett con diferencia, con su estilo poco menos que brutal. Pocos singles suyos pueden considerarse mediocres: incluso versionando, conseguía transformar los originales en algo totalmente distinto... y arrollador. Un día pasaré las interpretaciones que hizo del Hey Jude de los Beatles, y del no menos clásico Hey Joe popularizado poco antes por Jimi Hendrix. Ya veréis, ya. 

Mustang Sally fue uno de sus mayores hits. Lanzado a finales de 1966, recogía un tema compuesto por un antiguo compañero suyo de su etapa con The Falcons, Mack Rice. Éste ya había grabado un año antes la pieza, aunque sería de la mano de Pickett con quien alcanzaría unas ventas muy considerables. 

Curiosamente, estuvo a punto de no ver la luz una vez grabado. La causa no fue ningún capricho del artista, que, antes bien, había quedado más que satisfecho del resultado. Por lo visto, el máster se enganchó en el carrete, y la cinta quedó destrozada. Tuvo que ser uno de esos artesanos del oficio musical, el mítico ingeniero Tom Dowd, quien tranquilizara a todos cuando se llevó los restos a un cuarto y los devolvió recompuestos al cabo de un rato. 

Una historia con final feliz, pero de esas que lo llevan asociado a un "¡uff!" audible a kilómetros. Así que fue de un pelo, pero gracias a Dowd hoy podéis disfrutar con esta pura dinamita en las Píldoras.





Hasta la próxima. 

viernes, 30 de marzo de 2012

Wild Thing, The Troggs, 1966


Por supuesto, la Píldora de hoy os es más que conocida, sea por las decenas de versiones que tiene, sea por las decenas de veces que ha salido en la tele y el cine, o sea simplemente por las decenas de ocasiones que ha sonado en la radio, de la mano de una formación británica que se había estrenado apenas unos meses antes de editarla: The Troggs. 

Entre las cada vez mayores florituras que competían por el número uno a medida que se cruzaba el ecuador de los años sesenta, se coló un tema que destacaba casi por lo contrario. Tosco, casi pedrestre -pero ojo, "casi"-, Wild Thing se convertiría en el mayor éxito de los Troggs, aunque no el único, ya que entre 1966 y 1967 atesorarían un buen número de canciones en el Top 5 de ambos lados del Atlántico. 

No se trataba de una pieza compuesta por el grupo. En realidad, se habían limitado a hacer una versión a partir de un original lanzado por primera vez en 1965 por una banda norteamericana llamada The Wild Ones. Como adivinaréis, la cosa pasó sin pena ni gloria, lo cual debió disgustar un tanto a su autor, Chip Taylor, que además de dedicarse a esto de la música -cotilleo al tanto- era hermano de John Voight y, por lo tanto... bingo, ¡el tío de Angelina Jolie!.

Pero volvemos a 1966. Como dato curioso, Wild Thing fue editado por dos sellos a la vez, Fontana y Atco, que compitieron en ventas entre sí. Efectivamente, se dio el caso de que una canción luchaba en los charts consigo misma, lo cual fue salomónicamente resuelto por el Billboard cuando, finalmente, alcanzó el número uno en Estados Unidos. Puesto que ambos sencillos partían del mismo máster (lógico) decidió sumar las ventas de las dos compañías, y a ambas les otorgó el honor de haber llegado arriba del todo. 

Ahora sí que el tío de la Jolie podía estar contento. A partir de ahí, la de royalties que le dio el tema de hoy sólo el lo sabe. Nosotros, como consuelo, nos quedamos con su música.




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

martes, 28 de febrero de 2012

Shapes Of Things, The Yardbirds, 1966


The Yardbirds es una de esas formaciones que han quedado como clásicos absolutos... aunque fuera de la memoria de la mayoría de la gente de hoy día. Y sin embargo, si uno escucha la canción de hoy es más que probable que le sea muy conocida. Incluso es posible que la haya escuchado en alguna emisora remember con alguna regularidad. 

Shapes Of Things, una de los primeros hits de corte psicodélico de la historia del rock, en realidad sólo fue uno más de los éxitos que estos británicos atesoraron durante la parte central de los sesenta. Su nombre se consideraba uno de los imprescindibles entre aquellos que gustaban de escuchar el sonido de buenas y afiladas guitarras... y con razón. 

Porque en la historia de la banda pasaron nada menos que dos de los más legendarios guitarristas. El primero, Jeff Beck, grabó la mayoría de éxitos del grupo antes de marchar a finales de 1966 para iniciar su carrera en solitario. En cuanto al segundo, que coexistió algunos meses con Beck, estaría predestinado a cosas aún mayores: Jimmy Page. 

Efectivamente, el mástil y factótum de Led Zeppelin desfiló por The Yardbirds desde 1966 hasta su dislución dos años después. De hecho, cuando decidió formar su propia banda en 1968, el nombre que le tenía pensado no era el del zepelín si no... The New Yardbirds, así de (poco) original, entre nosotros. 

Shapes Of Things, no obstante, fue un tema grabado aún en la era Beck (es el que toca arrodillado en el césped) aunque existen algún clip en el que se puede ver a un psicodélico Page tocándola junto al grupo. Sea como sea, con uno o con otro, hoy os quedáis con toda una referencia musical de aquellos años sesenta.


 


Hasta la próxima. 

viernes, 4 de noviembre de 2011

Rain, The Beatles, 1966


Por fin parece que ha llegado el otoño en su faceta más... otoñal. Temperaturas fresquitas y lluvia. Por más molesto que esto pueda parecer y ser, más extraño era lo que este servidor hacía hasta anteayer: ir en pantalón corto por casa en plena castañada. En realidad, incluso hoy he ido todo el día arremangado en camisa, pero es cierto que para andar por la calle ya era menester la cazadora.

Como fuere, he creído apropiado (alguno dirá con razón que "obvio") rescatar un tema lluvioso. En la historia del rock los hay a miles, y en todos los idiomas. Alguno incluso ya ha pasado por aquí. Así que ante la disyuntiva, ante la gigantesca disyuntiva, he optado por la solución de la navaja de Ockham. Así pues, hoy, simplemente, Rain. De mis Beatles.

En la nunca suficientemente reivindicada primavera de 1966 desde el punto de vista musical, los de Liverpool estaban en pleno cénit de su poder, apenas compartido a distancia con el resto del universo pop. Su autoridad era tal que sus singles no tenían cara A y B: tenían dos caras A, como muestra de que se podían permitir la promoción conjunta de dos canciones simultáneamente.

No obstante, Rain fue una excepción en aquella norma, ya que se publicó como cara B. Sin embargo, su calidad era tal que aún a día de hoy se la considera una de las caras B mejores de toda la historia del rock. Asimismo, su producción técnica estaba a la altura de cualquier cara A... y aún por encima de muchas. Como ejemplo, no es que se hiciera un clip de la canción, si no que se hicieron hasta tres, dos en los estudios Abbey Road y uno más en los jardines del palacio de Chiswick House, en Londres. 

Personalmente, la considero una de mis canciones preferidas de los Beatles, no ya sólo por su melodía y letra (una alegoría psicodélica escrita por John Lennon alrededor de sus estados anímicos), si no por su solídisima base rítmica, con unos bajo y batería aparentemente anárquicos pero que conformaban un conjunto finalmente milimétrico. Lo cual tenía un mérito tremendo en tanto ni Paul ni Ringo podían equipararse (es así, y ya está) a otras bases rítmicas mucho más formidables por entonces como las que sostenían John Entwistle y Keith Moon en los Who, por ejemplo.

Como siempre, espero que os guste. Y sea bienvenido, finalmente, el otoño.



Hasta la próxima.

jueves, 6 de octubre de 2011

Sunny Afternoon, The Kinks, 1966


En ocasiones he comentado que uno de los momentos más memorables de la historia del rock, en los que la cantidad y calidad se aunaban espectacularmente en las listas de éxitos, fue el comprendido entre la primavera y el verano de 1966. Pues bien, el de hoy es uno (más) de los temas que justifican el porqué de la anterior afirmación.

Sunny Afternoon es, a pesar de su soleado título, una crítica al endurecimiento del sistema fiscal británico desarrollado por el gobierno de Harold Wilson. De hecho, si sois un poco conocedores de la historia del rock, otro tema no menos famoso y compuesto casi a la vez iba en el mismo sentido: Taxman, con el que los Beatles abrían su álbum Revolver (sí, ahora entendéis el sentido del famoso coro "ah, ah, Mr. Wilson...").

En el fondo, la cosa tenía su lógica. El premier británico, laborista (esto es, más o menos progresista) decidió subir los tipos del impuesto progresivo vigente, lo cual perjudicaba especialmente a las rentas más altas, como era de esperar. Y claro, hacia 1966, grupos como Beatles o Kinks se habían convertido en auténticas máquinas de hacer dinero, y recibían de lleno el efecto de un impuesto así. Así que se quejaban consecuentemente. Por lo menos, hay que decir en su descargo que no optaron por abandonar el país o domiciliarse en el extranjero, como después sería hábito extendido de cualquiera con más de dos duros en el banco. Y si no, miren ustedes el enorme elenco de ilustrísimos vecinos andorranos, monegascos y suizos que hay en el mundo. Miren, miren por ahí.

La irónica queja de los Kinks, no obstante, tuvo un efecto tremendamente rentable. Lanzado en junio de 1966, el single escaló hasta el número uno -sucediendo a Paperback Writer de los de Liverpool- y obtuvo unas ventas millonarias a ambos lados del Atlántico. Es de imaginar que, a la vista de los números, el señor Wilson tampoco vería con malos ojos aquella crítica. Al final, la pela es la pela. Y si es libra esterlina, aún más. 




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

viernes, 9 de septiembre de 2011

All Or Nothing, Small Faces, 1966


Estos días, Calafell está siendo literalmente ocupada por rockabillys -y su especie derivada, los psichobillys- en lo que ya se ha convertido en una tradición por estas fechas. Bien, no diré que la cosa no tiene su gracia, ni que no vaya a ir bien para las arcas del comercio. Además, como habréis visto por aquí, servidor no le hace ascos a un buen rock and roll, incluso en su vertiente más rockabilly, por supuesto. 

Dicho lo anterior, podría esperarse que este blog se sumara al sarao con un memorable Be Bop A Lula, o algo por el estilo. Pero como los más avezados en la historia del rock habréis notado enseguida... hemos tomado exactamente el camino opuesto. Porque tanto tupé, tanta camisa hawaiiana y tanta patilla de punta han conseguido recuperar el viejísimo (y efímero) mod que llevo dentro. Sin Lambretta, desde luego, pero de espíritu. Lo cual tiene un tanto de mérito, ya que en mis días prácticamente eran una especie en franco retroceso, incluso teniendo en cuenta que Barcelona había sido una ciudad con muchos de ellos en los ochenta.

Para los menos avisados, os diré que mods y rockers fueron las dos primeras grandes movidas juveniles antagónicas en la Inglaterra de los sesenta, y que se exportaron al resto del continente. Dos grupos de los de acabar a hostias en cuanto se veían, como el famoso film Quadrophenia testimonió ya a finales de los setenta. Debo decir que, en mi caso, dicha animadversión nunca se desarrolló, entre otras cosas porque algunos amiguetes míos profesaban el culto a Vincent, Cochran y compañía, y pasábamos tardes escuchando aquellos discos suyos a la par que yo llevaba los míos de los Kinks, Who... o Small Faces. Mucho más práctico que liarse a guantazos, ¿no?

Los mods no renegaban del rock and roll, pero tenían su propia música. Tal vez el grupo más célebre de este movimiento fueron los Who, aunque como estrellas realmente mods, los Small Faces se llevaban la palma de largo. Como alguién apuntó certeramente, los Who eran un grupo que se hizo mod, mientras que los Small Faces eran unos mods que montaron un grupo. 

A lo largo de su carrera, atesoraron una sucesión muy notable de hits, entre los cuales All Or Nothing posiblemente haya quedado como el más recordado o, como poco, uno de los más recordados. Además, este tema lo sacaron justo en el apogeo de su etapa mod. Poco después, comenzarían a abrirse paso como muchos otros a través de la psicodelia, aunque sin dejar nunca la gran potencia de fuego que fue su distintivo.

Os dejo ya escucharlo. Yo, por lo pronto, a lo mejor me doy una vuelta por el tinglado de los rockabillys que, por otra parte, seguro que también está muy bien. Eso sí, disimulando, no se vaya a dar alguno cuenta de que llevo todo el día escuchando... otra cosa. Y nada de lucir una parka militar o una camiseta con el símbolo de la aviación británica. Una cosa es llevarlo en el espíritu, y otra es ser tonto. O suicida.

All Or Nothing (por Goear)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

viernes, 12 de agosto de 2011

God Only Knows, The Beach Boys, 1966


Píldora vacacional nº5. 

Posiblemente suene extraño poner en agosto a los Beach Boys... y no escoger un tema surfero. Es más, en el caso de hoy diríase que suena hasta casi invernal, por más que el single -en el que era cara B- fue lanzado en un mes de julio.

Pero las Píldoras son así, qué os voy a contar a estas alturas. No obstante, os quedáis con una canción de la que Paul McCartney dijo que era la mejor del mundo. Yo no quiero ir tan lejos, pero sí que creo que God Only Knows es una de las 100 canciones más bellas jamás escritas. Simplemente, irrepetible.

God Only Knows (por Goear)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

domingo, 17 de julio de 2011

Yo soy aquel, Raphael, 1966



Ante todo, mucha calma. Y es que la falta (recuperable) de Píldora de ayer tiene la misma justificación que la aparición hasta cierto punto tan peculiar de hoy. Y digo hasta cierto punto porque un servidor nunca fue demasiado aficionado a los raphaelismos varios, a pesar de que cada vez más constato que la opción contraria abunda mucho más de lo que parece. 

Como es el caso de nuestra amiga Mercè, la misma que comenta por aquí con profusión. Ayer recibimos su visita -y la de su family- en un día de ocio estupendo, que se extendió hasta bien entrada la noche. 

Entre otras muchas cosas, fue inevitable el tema del blog, con el que apareció la gran pregunta por mi parte: "¿qué te apetece que ponga como próxima Píldora?". La segunda opción propuesta (la primera... bueno, mejor lo dejamos aquí) fue, precisamente, Raphael, del que es seguidora. Y un inciso: en este sentido, la cosa debe de venir de décadas. Mi padre todavía recuerda perfectamente como tenía que acompañar a mi madre a ver las pelis sesenteras del susodicho. Cuando iba solo, pillaba entrada para Drácula y cosas así, pero la tasa raphaelista la tenía que tener presente, sí o sí.

Tras la coña de Aquarius, se optó por Yo soy aquel, el primer gran hit del andaluz, con el que se presentó a Eurovisión en 1966 y obtuvo un meritorio séptimo puesto. Un buen lugar que hizo que repitiera concurso un año más tarde con Hablemos del amor

En fin, si sois de los partidarios de Raphael, espero que os guste. Y si no... mañana volveremos con otra cosa. Que por música, no quedará.

Yo soy aquel (por Goear)

PS: qué finde más completo... de hecho, he tenido que preparar esta Píldora por los pelos y por la tarde. Prometo responder mañana tantos comentarios como pueda...



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

domingo, 3 de julio de 2011

Land Of 1000 Dances, Wilson Pickett, 1966


No sé qué he hecho en todo el domingo, aparte del entrenamiento reglamentario de la mañana en remo, pero aquí estoy, a las siete de la tarde, y picando a toda pastilla porque en nada me voy de nuevo al festival de jazz de Vilafranca, el Vijazz, cuya gran virtud radica en escuchar música en vivo con un copazo de buen vino de la tierra del Penedès en mano. Si no vais, no sabéis lo que os perdéis. 

En todo caso, anoche, en el marco del mismo festival, escuché a unos tipos estupendos que llevan más de cuarenta años metiendo castaña con el soul y el funky: los Tower of Power. Lógicamente, sería lo suyo poner algo aquí en el blog, pero si no os molesta lo dejaré para otro día. De nuevo, cosas de mis recovecos cerebrales. 

Y es que el tipo que llevaba la voz, Larry Braggs, daba una caña tremenda que recordaba al más incendiario Wilson Pickett. Y ¡coño! Resulta que Pickett no estaba todavía por aquí. Y mira que mi nunca sufientemente referido padre lo ha mencionado veces, precisamente a raíz del tema de hoy, del que era el orgulloso propietario del single allá por 1966

Land Of 1000 Dances era un tema absolutamente devastador que repasaba buena parte de los a menudo surrealistas bailes que se ponían de moda de un año para otro en la cambiante juventud norteamericana de los años cincuenta y principios de los sesenta. Originalmente, no había sido grabado por Mr. Soulman, si no por el ya olvidado Chris Kenner. 

Pero fue Pickett quien, con su potencia aniquiladora, convirtió el tema en un éxito absoluto por todo el mundo en el 66. El clip que tenéis más abajo -tomado durante un concierto en África en 1971- es una buena muestra de cómo se las gastaba el sujeto en el escenario. Sólo os digo que si no acabáis sudando como él, os devuelvo el dinero. Palabrita.

Land Of 1000 Dances (por Goear)




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

miércoles, 27 de abril de 2011

La moto, Los Bravos, 1966


Tranquilos: no reincidiré en mi triste -nula- pericia a los mandos de una moto. Eso ya lo dejé por escrito hace mucho tiempo, allá por la Píldora del Born To Be Wild, de los Steppenwolf. Hoy me centraré en la que fue la primera gran batalla entre discográficas de la historia del pop español. Además, qué coño, me apetecía poner La moto. A quién voy a engañar.

Pero esto va de quedar bien un servidor, así que nos vamos al tema de la susodicha batalla. 1966 fue el grandísimo año de Los Bravos, cuyo cénit fue el ultraescuchado Black Is Black. Sin embargo, no fue su único hit. Con todo, uno de sus más conocidos, este La moto que podéis recordar hoy, estuvo a punto de quedar en campo de otra formación bastante conocida en la época, Los Pasos.

El compositor de la canción, Manolo Díaz, que había intervenido en la formación de Los Bravos, la había cedido originalmente a Los Pasos para que la grabaran. Sin embargo el productor de Los Bravos, el francés Alain Milhaud, convenció a Díaz de que prohibiera a aquellos su edición del tema como mínimo hasta que los protagonistas de hoy hubieran lanzado primero la canción. Para más inri, Milhaud había sido antes productor de Los Pasos.

El resultado de este galimatías es que, al final, Los Bravos acabaron lanzando primero La moto. Eso sí: en respuesta, la discográfica de Los Pasos lanzó inmediatamente la versión de éstos, y lo hizo sin reparar en gastos. Así que ambas versiones compitieron por el favor del público a lo grande. Hay que decir que tan singular batalla acabó del lado de Los Bravos, que se apuntaron finalmente el número uno. 

Una cosa más, al respecto del tema de hoy. Su sonido, al igual que sucedía con Black Is Black, estaba tremendamente a la última. No en vano ambas se grabaron en Londres... con la presencia de músicos de estudio profesionales, de acuerdo con las normas imperantes en el mundillo anglosajón. Sin embargo, parece ser que con La moto, los españoles hicieron el salto, y aprovecharon un descanso para grabar ellos mismos la canción. Este detalle lo digo para que apreciéis en su justa medida el espléndido solo final de guitarra, increíblemente acerado para 1966 y para una canción que, por lo demás, era mero pop sin más pretensiones que pasar un buen rato. 

¿He dicho ya que me gustaba?

Los Bravos – La Moto (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

domingo, 27 de marzo de 2011

Qui est "in" qui est "out", Serge Gainsbourg, 1966


Nuevo tema de Gainsbourg en las Píldoras... y Je t'aime...moi non plus sin salir. Todavía, por supuesto. Pero es que la cantidad de canciones buenas que tiene este tipo es tal, que casi da cosa caer en el tópico sin haber pasado antes por algunas otras piezas tan o más ilustrativas que el famosísimo polvo musicado que se marcó con la Birkin en 1969.

A mediados de los años sesenta, la fama que tenía Serge Gainsbourg era la de ser la figura más representativa de la chanson. Sin embargo, de alguna manera, al igual que le sucedía a Dylan con el folk más o menos por las mismas fechas, las inquietudes del francés iban más allá. Temas como la Chanson de Prévert o Le poinçonneur des lilas eran, sencillamente, fabulosos, pero los tiempos estaban cambiando, y nunca mejor dicho.

Así que comenzó a jugar con el pop. Al principio, lo hizo de una manera más o menos indirecta, con temas ligeros como los exitazos que se marcó en la voz de France Gall, tales como aquel eurovisivo Poupée de cire, poupée de son, o el no tan ingenuo como pudiera parecer a priori Les sucettes (que luego regrabaría él mismo en un tono mucho más soul a finales de década).

Sin embargo, el salto definitivo al mundo del pop lo daría con este Qui est "in" qui est "out". Y lo haría sin ambages, con un tema que al escucharlo, aún hoy pasa como una apisonadora, con una base rítmica que es un puro martilleo (en el buen sentido de la palabra) y unas guitarras eléctricas tan punzantes como lo permitían los usos musicales de 1966.

Tras escuchar esto, muchos debieron pensar que el Gainsbourg de la chanson había pasado a mejor vida, al igual que el Dylan purista del folk con Subterranean Homesick Blues. Y su mérito tenía: por entonces, Serge ya no estaba dentro de los estándares de una estrella pop en lo que respecta a edad. ¡Tenía 38 años!

Y como muestra de la apertura de mente del francés, un botón. No os perdáis la interpretación televisiva (performace sería la palabra más adecuada) que tenéis más abajo. Para ser honestos, no me imagino a mí mismo cuando cumpla 38 (el año que viene, glups) haciendo algo así. Pero a cada cual lo suyo...

Serge Gainsbourg – Qui Est "In" Qui Est "Out" (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

viernes, 4 de marzo de 2011

Friday On My Mind, The Easybeats, 1966


El que tenéis hoy delante es un clásico absoluto de los sesenta, y uno de los grandes temas beat de la década. Lo cual tiene su mérito, ya que se lanzó justo cuando ya todo apuntaba a la invasión de las ropas con dibujos de cachemira, las patillas victorianas cuando no barbas, las flores en el pelo, los submarinos amarillos (los de verdad) y los cigarrillos de la risa a discreción.

Y, sin embargo, Friday On My Mind, lanzada por los australianos The Easybeats en noviembre de 1966 -por entonces los Beatles ya estaban encerrados con su Sargeant Pepper's y se habían dejado bigote- sonaba todavía con la frescura e ingenuidad del Swinging London. Una estampa a la que ayudaba enormemente su letra, que, lejos de pensar en misticismos por venir, se limitaba a recordar la pasión de los currelas por la llegada del viernes tras la dura semana. 

Hay que decir que se convirtió en todo un exito. Más allá del número uno en Australia, se marcó un sexto puesto en Gran Bretaña y un decimosexto en Estados Unidos. El tema rápidamente conocería versiones, si bien la más celebrada debería esperar todavía hasta 1973, cuando David Bowie lo adaptó al glam más potente.

Por cierto, que este tema supuso el conocimiento a nivel internacional de George Young y Harry Vanda, los miembros del grupo que compusieron el tema y que tiempo después producirían a gente tan dispar como John Paul Young o... AC/DC, donde militaría un hermano de George, el inclasificable Angus. 

¿A que cuesta imaginárselo?

The Easybeats – Friday On My Mind (por Spotify)




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

viernes, 21 de enero de 2011

Try A Little Tenderness, Otis Redding, 1966


En cierto modo, hoy no os he traido a un Otis Redding, si no a dos. Por un lado, al baladista soul a la altura del genial Sam Cooke; por el otro, al feroz soulman que no desmerecía en nada al inefable Wilson Pickett. De esta forma, he querido compensar la imperdonable demora por no haber destacado antes al protagonista de la Píldora que tenéis delante.

Por supuesto, la culpa de la no aparición previa de Otis sólo es achacable a la tozudez de mi persona. Asociado perpetuamente a (Sittin' On) The Dock Of The Bay, quería empezar el periplo del cantante por este blog con su otra faceta menos conocida para el gran público actual: la de arrollador héroe del soul. Y para tal fin, esperaba la aparición de algún clip con la enorme Hard To Handle.

Y esperé, y esperé. Y cuando hube esperado, volví a esperar un poco más. Hasta que al final, tuve que rendirme: a este paso, hubiera supuesto tal vez la Píldora número 11.578, más o menos, tras varias de Bisbal, Bustamante e Il Divo, por lo menos (¡para entonces, hasta estos nombres pudieran haber lanzado algo decente, con perdón!). Vamos, lo que se diría un escándalo.

Y rendido, opté por este second best. La primera vez que escuché Try A Little Tenderness no fue de la mano de Otis Redding, si no de la de un grupo ficticio creado para una película, The Commitments, allá por 1991. Recuerdo perfectamente cómo se me enganchó de forma impenitente, especialmente su potente segunda mitad.

Casi en seguida supe que el tema no era de aquellos Commitments -ni mucho menos creado expresamente para la película- al escucharlo de la mano de Otis por la radio. Eso sí, admito que la versión que oí de éste -que era la del single- me llamó menos la atención, puesto que abreviaba excesivamente justo la parte de la canción que más me gustaba, su tercio final.

Por lo tanto, no la tenía en nómina inicialmente para este blog, al menos para sustituir a Hard To Handle... hasta que me topé con el vídeo que tenéis más abajo, grabado durante la gira que la discográfica Stax -a la que pertenecía Redding- hizo por Europa en 1967. Y ahí... vaya si salía la bestia que el tipo llevaba dentro. Hasta el punto de convencerme de traer hasta aquí el tema. Por fin, Otis habemus.

Ups, una cosa más: por si alguien tiene curiosidad al respecto, Try A Little Tenderness tampoco es un tema original de Redding. De hecho, es mucho anterior a él. Tanto como que se compuso en 1932, para la Ray Noble Orchestra. De hecho, ha recibido una cantidad indecente de versiones: Bing Crosby, Frank Sinatra, Nina Simone, Percy Sledge, Tina Turner... y la de hoy, por supuesto. Que, insisto, os recomiendo en el directo del clip.

Otis Redding – Try A Little Tenderness (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

martes, 19 de octubre de 2010

Mas que nada, Sergio Mendes & Brasil'66, 1966


La primavera y el otoño son unas épocas del año en las que quien escribe suele pasar alguna que otra noche durmiendo bajo esa agradable combinación que dan las palabras "poco" y "mal". Es lo que tiene la sucesión de estados de calor (al que tiendo habitualmente) y frío en función de si ando más o menos tapado a lo largo de una sucesión gimnástico-sonámbula de movimientos con las sábanas. Fue el caso de anoche.

Así que entenderéis que ando para el arrastre a estas horas. Sirva esto como adelanto para justificar una cierta parquedad de palabras acompañadas por un ausente brillo en las mismas. Como sea, no me quería ir a dormir sin dejar una Píldora de primerísima clase, de la mano de uno de los grandes de la música brasileña: Sergio Mendes.

Para ello, me he servido de su gran clásico, que grabó junto a los Brasil'66 en... 1966, Mas que nada. Los más veteranos ya sabréis inmediatamente de qué tema se trata, mientras que a los de mi quinta sólo tendré que recordarles aquel mix de clásicos brasileños que pasaban puntualísimamente en todas y cada una de las discos de Barcelona años ha. ¿Os acordáis de aquella parte de la mezcla que rezaba algo así como "Oooooooariáaaaaroo, obá, obá, obá"? Pues esa misma. Sólo que aquí la traemos en su versión original.

En realidad, Sergio Mendes se limitó a versionar Mas que nada, tema original de 1963 de otro grande de Brasil, Jorge Ben. En ambos casos, se trataba de una fusión entre la bossanova y el jazz. La principal diferencia -y aquí estuvo la gran aportación de Sergio Mendes- fue la inclusión de su magnífico piano que impregnaba el tema de un aire incluso más jazz (y casi hasta blues) que el que mostraba la versión original. Asimismo, supo sustituir la voz desafinada de Jorge Ben por la mucho más estilosa de Janis Hansen, la principal de las dos chicas vocalistas de los Brasil'66.

El resultado es el que tenéis un poco más abajo, y que reconoceréis en apenas un segundo. No me digáis que no es una buena manera de irse a dormir, o de coger un día con ganas, según el caso... en el mío, lo tengo claro. Buenas noches.

Sergio Mendes & Brasil '66 – Mais Que Nada (por Spotify)

PS: parece ser que, en algún momento de mañana, no podrán verse las imágenes de los posts por algún tema de mantenimiento de Blogger. Imagino que sólo será temporal. Sería terrible (y daría una pereza más terrible aún) tener que subir de nuevo 426 portadas de discos...



Letra de la Píldora
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Hasta la próxima.