Presto a dormir, que mañana hay que madrugar, os dejo con una de esas canciones en la que las formas agresivas enmascaran a toda una narración detrás. Porque sí, es Alice Cooper con toda su parafernalia, pero explicando una historia más allá de la truculencia era perturbadora. Y avanzada a su tiempo.
Porque Only Women Bleed mostraba con toda su crudeza el maltrato a una mujer por parte de su marido. Sin concesiones, aunque de una forma melódica a años luz de las estridencias del heavy metal.
Con este tema, Cooper se mantenía en la cresta de la ola marcando distancias con el glam rock que él mismo había contribuido a sostener poco antes en Estados Unidos. El tema alcanzaría el puesto número 12 en el Billboard y el número uno en Canadá en 1975.
Naturalmente, acabaría como una de las piezas más emblemáticas del cantante y compositor norteamericano... lo cual se traduciría en performances creadas al punto en sus nunca indiferentes conciertos. Como podréis comprobar en un momento.
Porque una buena moraleja bien merece un poco de efectos especiales, ¿no?
El otro día vi una noticia que me dejó bastante asombrado. Trataba sobre la amistad que unía al efectista Alice Cooper con el que es mi pintor favorito, Salvador Dalí. Aunque bien pensado, teniendo en cuenta el gusto por lo efectista de éste último, la verdad es que tampoco era tan raro. Menudos figuras.
En todo caso, parece que la admiración que sentía Cooper por Dalí venía ya desde los años sesenta. Cuando el cantante comenzó a tener un gran éxito a principios de la década siguiente, y sus conciertos llenos de sangre y efectos gore se hicieron famosos, fue el propio Dalí quién manifestó curiosidad por Cooper. Así que en 1973 se conocieron, y el propio pintor le dedicó incluso una obra holográfica. Admito que, a pesar de haber estado varias veces en el museo de Figueres, no había reparado en ella, o no recuerdo haberlo hecho como mínimo.
Así que, tras ver aquella peculiar noticia, recordé que uno de mis tesoretes vintage originales es el single de Hello Hooray, en la portada que se distribuyó en España (había otras más bestias, hasta con el cantante ahorcado) y que es semejante a la que podéis ver más arriba. Con todo, no se trata de una canción de rock duro, aunque apunte maneras. Por entonces, precisamente 1973, Alice Cooper era la principal estrella del glam rock norteamericano, y su música era más violenta de pose que de sonido.
Eso sí, es un temazo, si me permitís el comentario. Especialmente su final épico, con aquel "God, I Feel So Strong" a toda pastilla. Final que, por algún motivo que se me escapa, fue cortado en el clip promocional que tenéis delante. Así que os recomiendo que pinchéis el vínculo a Goear si queréis escuchar el tema completo.
De hecho, voy a escucharlo otra vez, pero ahora viendo algún libro de los que tengo sobre Dalí. Estoy seguro que la sensación será algo distinta...
Como los más informados -y todos los que vivís al sur de los Pirineos- ya habréis intuido nada más leer el título de la Píldora de hoy, la cosa viene al trapo respecto al día electoral que los catalanes tenemos mañana. Y es que decidimos quien será el próximo presidente de la Generalitat, de nuestro gobierno autónomico.
Sólo creo que hay que dar un único mensaje para aquellos que mañana (u hoy, si estáis leyendo esto el mismo domingo) tenéis -tenemos- el derecho y el deber de votar: hacedlo. Votad. Da igual a quién lo hagáis. Por supuesto, yo tengo mis preferencias al respecto, que no son otra cosa que elegir a quien creo que tiene algunos defectos menos y algunas virtudes más que el resto.
Pero sólo es una preferencia. Cada uno que actúe en función de las suyas, da igual que sea de derechas o de izquierdas, catalanista, españolista o independentista. Votad. Si no queréis más de lo que hay, cambiadlo. Si, por el contrario, os gusta, mantenedlo. Pero votad.
Porque si no lo hacéis, si la abstención es demasiado grande, el escaño será demasiado barato, y estará al alcance de racistas, mentirosos y fariseos. Y después, nos arrepentiremos todos de pagar un sueldo de nuestros impuestos a la misma gentuza que explota a gente sin papeles para luego echarla cuando no les sirve. Este país ya ha conocido a demasiados salvapatrias caraduras e hijos de puta.
Vamos, que lo que tenéis que evitar es que pueda salir elegido un tipejo como el que magistralmente representaba un Alice Cooper en estado de gracia allá por 1972, cuando se dirimían las presidenciales entre Nixon y McGovern, (que ganó el primero). En vuestras manos está el evitarlo el domingo.
Hace un rato volvía en el tren hacia casa, cuando delante mía se sentó una mujer de una cincuentena. Como ir en el tren sin nada que hacer o que dormir es bastante aburrido, sacó de su cartera un puñado de papeles. Eran unos exámenes que identifiqué de 4º de ESO, y la que deduje (perspicaz que es uno) veterana profesora se disponía a corregirlos.
En general, la letra de la mayoría era bastante legible, algunas, bonitas y todo. Y eso me permitió ojear algunos exámenes de reojo, como quien no quiere la cosa. Trataban sobre literatura española, y las preguntas versaban sobre El Lazarillo de Tormes y Don Quijote de la Mancha, al menos, las que pude ver. Mayoritariamente, estaban bien, en el sentido de que eran parcas en explicaciones pero las que habían no estaban del todo mal.
Hasta que de repente sufrí dos impactos casi consecutivos en la línea de flotación. En uno de ellos, cuando se preguntaba quién era el Lazarillo de Tormes, aquel mítico pícaro literario castellano del XVI, pude leer claramente: "es un muchacho marroquí". De hecho, la frase seguía, pero tamaña iluminación me dejó como para continuar leyendo, pensando en cuan largo debe de ser el río Tormes, que cruza hasta el Estrecho. Y no era todo. Otro elemento definió al Quijote como conjunto de historias "grecorromanas". Supongo que el "greco" debía de ser Don Quijote y el "romano", Sancho Panza, los héroes que tomaron Troya y Numancia respectivamente...
Estas luminarias me retrotrayeron a un libro con el que he reído mucho -aunque, en realidad, es para llorar de pena negra-, escrito por el profesor de instituto Julio Reboredo y el periodista Javier Serrano. La obra, titulada Historia de España contada por estudiantes recopila una nutrida serie de respuestas de alumnos de ESO y Bachillerato. Entre ellas, destacaría perlas como "Atila era la mujer de Mahoma" -el primer matrimonio gay de la Historia-, "Los egipcios inventaron la Torre Eiffel" o "¿Qué más da siglo XIX que XX? Sólo me he equivocado por uno". Dignas de sus dos conmilitones del párrafo anterior.
A todos ellos les dedicaría este School's Out, esta salida de la escuela interpretada por Alice Cooper, el primer gran éxito de la banda glam norteamericana con nombre de bruja del siglo XVII (según nuestros sabios anteriores, por cierto, debe de ser el siglo en que se inventó el fuego, año arriba, año abajo). Número uno en Gran Bretaña en 1972, sus coros infantiles del final recuerdan por lo inquietante a los que los Pink Floyd utilizarían siete años después en su Another Brick In The Wall. Quién sabe, a lo mejor nuestros anteriores protagonistas tienen aquí un lugar más apropiado que en las aulas...