jueves, 28 de marzo de 2013

Gangnam Style, PSY, 2012


Por petición popular, y tras sesudas deliberaciones (y expresiones en plan "¿cómo que no hay cojones?") por parte de este quien escribe, he aquí el que ha sido el tema más pinchado de los últimos años. Ni es el más original, ni el más sesudo de cuantos se han compuesto en la historia de la música, pero su coña sí que la tiene. Y no poca: además de su guasa bailonga a caballo, el responsable del desaguisado, el coreano PSY, ironizaba con este tema sobre el estilo de vida pijo de una zona de Seúl, el muy loco y adinerado distrito de Gangnam. 

Y va, entre nosotros: hasta yo me lo he pasado bien con esta versión oriental de la Macarena, también bailada por actores, políticos y demás fauna y flora en general. Ya está dicho. Felices vacaciones, muchachada pildorera. 




Hasta la próxima. 

martes, 19 de marzo de 2013

Son Of My Father, Chicory Tip, 1972




Con toda la guasa, pero también con todo el cariño, ¡Feliz Día del Padre! Felicidades, Papá, que sé que esto también lo escuchabas, ji, ji. 

PS: Coño, también vamos a hablar algo de la canción, ¿no? Aunque hoy suene casi ridícula y desde luego muy tontorrona (el solo de sintetizador es propio de una película de Pajares y Esteso, en plan "Los Bingueros") la verdad es que Son Of My Father fue un bombazo a principios de 1972 de la mano de los británicos Chicory Tip. 

Pero tal vez lo más sorprendente es que la compusieron dos futuros reyes de la música de baile a finales de los setenta y principios de los ochenta, Giorgio Moroder (que también llegó a interpretarla) y Pete Bellotte. Estos serían responsables de trabajos para gente como Donna Summer, Blondie, David Bowie o Bonnie Tyler, entre otros muchos, pero en el 72 esto todavía les quedaba lejos. 

Y va, antes de acabar, entre nosotros, lo confieso: a mí me divierte mucho escuchar esta canción. Hala, ya lo he dicho. 




Hasta la próxima.

lunes, 18 de marzo de 2013

Electricity, Orchestral Manoeuvres In The Dark, 1979


En mayo de 1979, mientras una España convulsa se modernizaba a trompicones y aún disfrutaba en buena medida con cosas como la aparición eurovisiva de Betty Missiego, un grupo británico de extraño nombre lanzaba su primer trabajo anunciando con su estilo la aún nonata década de los ochenta. No fueron los primeros en experimentar con los sintetizadores, ni siquiera a la hora de meterlos en canciones comerciales, pero sí los que -más que nadie- los popularizaron en lo que en muy breve se conocería como electro-pop. 

No obstante, Electricity (tampoco toda Albión estaba tan avanzada musicalmente como pudiera parecer) supuso un fiasco en ventas y apenas entró en el Top 100 de su país. Sin embargo, su potencial como canción no pasó desapercibida ni para la industria discográfica, que intentaría relanzar varias veces el tema, ni para la crítica, que inmediatamente alabó la canción y encumbró al grupo como uno de los más interesantes del momento. 

De este modo, si bien el dúo británico formado por Andy McCluskey y Paul Humphreys no se pudo marcar el tanto de irrumpir en escena con un megahit, preparó perfectamente el terreno para el increíble éxito que obtendrían poco después con Souvenir, Enola Gay o Maid Of Orleans, entre otros himnos de principios de los ochenta. 

Por cierto, que el de hoy no sólo fue un single innovador en su sonido, si no en su concepto. Lejos de ser una mera oda a la fría electricidad -algo muy chic entre los new wavers-, la letra denunciaba el derroche que se hacía de las fuentes energéticas tradicionales. En cierto modo, con esta canción, el grupo reivindicaba el uso de las energías renovables, y muy particularmente de la solar.

No me digais que, visto lo visto, Electricity no es un caso de manual de I+D en lo musical. Y además, suena de vicio. 





Hasta  la próxima.

jueves, 14 de marzo de 2013

Paco, Paco, Paco, Encarnita Polo, 1969


Os prometo que el mero hecho de seleccionar este particularísimo tema flamenco-pop de la España tardofranquista y yeyé ya me ha provocado diversas carcajadas a solas. Máxime cuando tenía pensado dedicar el post de hoy a Su Santidad Francisco I (ese tocayo). Tras darle vueltas un rato buscando una canción que tuviera algo que ver con el papal asunto... bueno, pues una mente enferma como la del que escribe sólo podía acabar canturreando alegremente "Paco, Paco, Paco, que mi Paco".

Así que al lío. Tras 24 horas, sorprende el número de vaticanólogos existentes en el mundo, muchos de ellos ateos para más (nunca mejor dicho) inri. Los mismos que hace 25 horas habían hecho Papa a todo el mundo menos al interfecto, así de linces hay por ahí. Como sea, parece que este argentino es una mezcla entre Teresa de Calcuta en Metro (la de veces que he escuchado que viaja en este transporte es como para no coger nunca más el coche) y de facha homófobo y sexista medio coleguita de Videla y sus secuaces.

Dejando aparte el tema de sus amistades fachoso-militares, que darían para pasar una lupa bien detenida, lo cierto y verdad es que que sea homófobo y sexista tampoco es para llevarse las manos a la cabeza. A ver si alguien se piensa que el carnet de cardenal se lo dan a uno por tener una foto del Che Guevara en el comedor. Otra cosa es que los hayan gays, que no lo dudo en absoluto, y menos viendo lo que se escapaba de los papelillos esos del Vatileaks. Pero es harina de otro costal.

Así que más vale que la otra cara de la moneda, esa que pone al pibe como un nuevo Francisco de Asís -creo que de ahí se inspira su nombre pontificio, mucho más solemne que el más futbolístico Jorge Mario I- sea cierta, y que este jovenzuelo meta algo de mano en toda la podredumbre vaticana, que tiene pinta de no ser poca. Para que lo diga hasta el saliente Benedicto XVI, hay que imaginarse tela marinera. 

Por cierto, para acabar, quisiera cortar de raíz cualquier especulación sobre una lectura alternativa de la canción de hoy. Que conste en acta que lo de "van siete niños, Paco, Paco, Paco" no va con segundas. Bastante va a tener el flamante Paco I como para que se le cargue otro sambenito.




Hasta la próxima.

martes, 12 de marzo de 2013

Do You Love Me, The Contours, 1962


Do You Love Me es otra más de esas canciones que recibieron una segunda oportunidad a la hora de acceder al éxito... y en ambos casos lo obtuvo. Porque para la mayoría de vosotros, sin duda os recordará a una de esas pelis que, más allá de una solidez cinematográfica que no tenía, fue un auténtico bombazo a finales de los ochenta: Dirty Dancing

En ella, durante unos indeterminados años sesenta, una niña pija se metía entre un grupo de bailarines que en sus horas de ocio golfo se ponían a bailar de manera muy diferente a como lo hacían en sus shows para la alta sociedad. Unos bailes en los que sonaba el soul y el rock and roll, y donde se podía escuchar, precisamente, Do You Love Me en su versión original. 

Huelga decir que la canción se convirtió en todo un hit en 1987. Sin embargo, la primera vez que lo hizo, exactamente tal y como la interpretaban The Contours, fue nada menos que un cuarto de siglo atrás, en 1962. Compuesta por Berry Gordy Jr, el todopoderoso propietario de la productora Tamla Motown, la había pensado originalmente para The Temptations, que aún no disponían de ningún éxito a sus espaldas. 

Pero, cosas que pasan, no pudo localizar a sus futuros favoritos, y al final decidió entregar el tema a otra formación por el estilo -hay que recordar que la Motown funcionaba de una manera muy parecida a la de una fábrica-. De esta manera, The Contours hicieron suya Do You Love Me, que alcanzó el número uno en las listas de rythm'n'blues norteamericanas. Poco después, una formación británica, The Tremeloes, harían su propia versión que, a su vez, coronaría los charts de su país desbancando nada menos que a She Loves You de The Beatles. 

Así que espero que el post de hoy haya servido un poquito para desmarcar la imagen de esta canción de aquella cosa que era Dirty Dancing. Aunque ya se sabe, sobre gustos no hay nada escrito. ¡Que la bailéis como más os guste!




Hasta la próxima.

domingo, 10 de marzo de 2013

Faster Than The Speed Of Night, Bonnie Tyler, 1983


A noticias curiosas últimamente no nos gana nadie. Una de las más recientes es, por supuesto, la inclusión de nada menos que Bonnie Tyler como representante del Reino Unido... ¡en Eurovisión! ¿A que es difícil imaginarse a la heroína de It's a Heartache, Holding Out For A Hero o la inolvidable Total Eclipse Of The Heart compartiendo escenario con vaya usted a saber qué friki centroeuropeo o qué banda de pseudorock de las quimbambas de Este? Pues eso. 

Parece que ya se han debido de acabar los buenos tiempos incluso para los incombustibles británicos, que han debido recurrir a la cantante de 61 años para ver si reverdecen laureles, ya que no ganan desde 1997, y entonces tirando también de guita con -ahí es nada- Katrina and The Waves. Si nosotros hiciéramos lo mismo, teniendo en cuenta que no ganamos desde 1969 con Salomé, tendríamos que presentar al Dúo Dinámico yendo cortos. 

En cualquier caso, tal evento es una buena excusa para traer de nuevo a la galesa a las Píldoras, con uno de los singles que mantuvieron su pulso durante la primera mitad de los ochenta. Faster Than The Speed Of Night, incluida en el millonario álbum del mismo nombre junto a Total Eclipse Of The Heart, no llegó a tener el mismo impacto ni mucho menos que ésta última, por más que seguía el estilo inconfundible y excesivo (eran los tiempos que eran) marca de la casa junto a su inconfundible voz.

Ahora sólo queda esperar a mayo y ver si los británicos se salen con la suya en Eurovisión. Si es así... bueno, más vale que los dos ahora abueletes que cantaban por aquí aquello del final del verano se vuelvan a enfundar los chalecos. Igual les llaman para la edición de 2014.




Hasta la próxima.

viernes, 8 de marzo de 2013

Fly Away, Lenny Kravitz, 1998


Tras unos días (demasiado largos) de ausencia, en parte debidos a un pequeño fallo de blogger que no me permitía subir correctamente los posts, aquí andamos volando de nuevo. La verdad, se hace rara una semana sin publicar una Píldora, para qué os voy a engañar. 

Con lo que vamos al tajo, compañeros. Hacía tiempo que Lenny Kravitz, ese muchacho que en su día se asemejaba con sus enormes gafas de sol y melena afro a una especie de Stevie Wonder setentero en clave macarra, no andaba por estos pagos. Ahora suena algo menos, pero hacia los años noventa su rock de inspiración retro era garantía casi segura de hit en las listas. 

Fly Away es uno de los mayores éxitos de su carrera hasta el presente. Lanzado como single de apoyo de su quinto álbum de estudio, llamado con tremenda originalidad 5, alcanzó el número uno a ambos lados del charco. 

Aunque, sin duda alguna, ha conseguido mucho más que otras canciones suyas mantenerse en la memoria de todo el mundo gracias -por enésima vez- a la publicidad. Y es que, originales como siempre, muchos publicistas decidieron usar el tema como apoyo a sus anuncios: MSN, Nissan... o Peugeot, el más recordado en nuestro país ya que intentaron convencernos a todos centenares de veces de que saltáramos del sofá a comprarnos un 206 mientras el bueno de Kravitz taladraba una y otra vez los oidos a través de la pantalla. 

No me malinterpretéis. No es que no me guste la canción. Lo que pasa, no nos engañemos, es que a partir del pase número 800, la cosa empieza a cargar un poco. Por supuesto, aquí en las Píldoras, basta con que le deis al play una vez.   




Hasta la próxima.

viernes, 1 de marzo de 2013

Rose Garden, Lynn Anderson, 1970


En el gusto de quien escribe, esta de hoy es una de las canciones country más bonitas que se han escrito. Y, en la versión de Lynn Anderson, una de las mejor interpretadas. De hecho, su tono dulce y algo rápido para una balada la convirtieron en una pieza casi a medio camino del pop, una de las claves del increíble éxito que obtuvo a principios de 1971

Como canción, fue compuesta y grabada por primera vez en 1968 por Joe South, autor de algunos de los temas más conocidos de los sesenta, como Games People Play (convertida en hit por él mismo), Hush -grabada por Deep Purple y Kula Shaker- o Down In The Boondocks

Sin embargo, como a veces pasa, el propio autor no le dio demasiada importancia a la que a la postre iba a ser probablemente su canción más escuchada y versionada, así que Rose Garden quedó relegada a un corte del álbum Introspect. Si bien recibió rápidamente algunas versiones menores, todas masculinas, fue la adaptación femenina de Lynn Anderson la que, de la noche a la mañana, se alzó hasta los primeros puestos de las listas de todo el mundo. Un caso excepcional fue el de la nada country y vaquera Noruega, donde permaneció nada menos que 14 semanas en el número uno. 

A partir de ahí, el rosario de versiones sí fue imparable, y han llegado hasta prácticamente hoy. Una de las más recordadas en España fue la que Duncan Dhu grabó en 1986 en su disco Canciones. En aquella ocasión, la letra fue adaptada al castellano por la formación donostiarra, y titulada Jardín de rosas (sin demasiadas complicaciones) llegó a ser tan escuchada prácticamente como su contemporánea Cien gaviotas.

Pero esa es otra historia. 





Hasta la próxima.