Este 2014 tiene muchas lecturas propias. Sólo hay que echar un vistazo a la prensa: VI Año de la Gran Crisis; III y Penúltimo Triunfal Mariano; por ende, también III del Malestar Intestinal Oposicional; y Enésimo (y lo que te rondaré morena) de la Santa Cofradía del Sobre Marrón. Para algunos, es casi el Año -I de la III República, mientras que para otros, es ya prácticamente el de la Indepe en conmemoración de otro 14, aquél mucho más funesto si cabe, de pólvora, casacas, largos pelucones y decretos ominosos.
Pero también es el año que hace 75 de aquel 1939 que detuvo el reloj de España más de 20 años en lo económico y 40 en lo social. Un año donde sí hubo vencedores y vencidos, estos últimos con alevosía y a menudo con nocturnidad, especialmente si los llevaban a pasear.
Entre los vencidos hubo de todo. Soldados, obreros, viudas, niños, pero también ministros y generales, hombres de ciencia y escritores. Uno de estos últimos, que apenas sobrevivió para cruzar la frontera, fue uno de los grandes poetas españoles de todos los tiempos, Antonio Machado. Justo mañana se cumplen 75 años de su fallecimiento. Hay que decir que, al menos, aquel anciano cuya familia había quedado como casi todas dividida -su hermano Manuel, también poeta, estaba con los vencedores- no llegó a ver el final de la guerra y la desaparición definitiva (ya cantada) de su República.
Así que qué mejor homenaje que uno de sus más inmortales poemas en boca del mayor cantautor en castellano del siglo XX, en mi opinión. Cantares, en la versión que interpretó el del Poble Sec en 1969 (aún con el Caudillo caudilleando) se dividía en dos partes: la primera lenta, recitada, con la letra del poema original de Machado compuesto en 1912; la segunda, trepidantemente ye-yé, con texto del propio Serrat.
Pero todo esto ya lo sabéis de tantas veces como la habéis escuchado. Seguro que no os importará hacerlo una vez más. Dedicado a Antonio Machado, poeta.
Pero también es el año que hace 75 de aquel 1939 que detuvo el reloj de España más de 20 años en lo económico y 40 en lo social. Un año donde sí hubo vencedores y vencidos, estos últimos con alevosía y a menudo con nocturnidad, especialmente si los llevaban a pasear.
Entre los vencidos hubo de todo. Soldados, obreros, viudas, niños, pero también ministros y generales, hombres de ciencia y escritores. Uno de estos últimos, que apenas sobrevivió para cruzar la frontera, fue uno de los grandes poetas españoles de todos los tiempos, Antonio Machado. Justo mañana se cumplen 75 años de su fallecimiento. Hay que decir que, al menos, aquel anciano cuya familia había quedado como casi todas dividida -su hermano Manuel, también poeta, estaba con los vencedores- no llegó a ver el final de la guerra y la desaparición definitiva (ya cantada) de su República.
Así que qué mejor homenaje que uno de sus más inmortales poemas en boca del mayor cantautor en castellano del siglo XX, en mi opinión. Cantares, en la versión que interpretó el del Poble Sec en 1969 (aún con el Caudillo caudilleando) se dividía en dos partes: la primera lenta, recitada, con la letra del poema original de Machado compuesto en 1912; la segunda, trepidantemente ye-yé, con texto del propio Serrat.
Pero todo esto ya lo sabéis de tantas veces como la habéis escuchado. Seguro que no os importará hacerlo una vez más. Dedicado a Antonio Machado, poeta.
Hasta la próxima.