
En honor a la verdad, el tema escogido como Píldora de hoy es... bueno, poco virtuoso. Los adjetivos cursi, ramplón, excesivo, azucarado (incluso en el título) y hortera se ajustarían como un guante a él. Y no digamos al grupo, The Rubettes, como comprobaréis en el clip, que no tiene desperdicio.
Y, sin embargo, siento especial predilección por este tema. De hecho, también por muchas otras canciones calificables con alguno o varios de los adjetivos anteriores, pero por ésta, un poco más. Recuerdo que, de chaval, este single (en la funda que podéis ver más arriba) sonaba de vez en cuando en el tocadiscos familiar, al ser uno de los que mi tío había dejado en casa, junto al Waterloo de Abba, o al Ballroom Blitz de The Sweet (jo, menuda mezcla). Supongo que el hecho de ser del mismo año que yo, 1974, también tenía su puntito.
La verdad es que se me hacía agradable escucharlo, y cuando comencé a profundizar tiempo después en la música de los sesenta y setenta, este Sugar Baby Love se encontraba entre los puntos de partida. Afortunadamente, tuve varios más, pero en honor a la verdad, este tema hizo que no tuviera demasiados tapujos en poner música que la mayoría consideraría directamente cursi. No todo iba a ser Led Zeppelin, Deep Purple o Metallica...
La canción, lanzada en enero de 1974 en el Reino Unido, alcanzó en mayo el número uno (precisamente justo después que Waterloo, de Abba), y se convirtió en uno de los mayores hits del año. Se trata de una canción inspirada en el pop vocal de los años cincuenta, pero pasada por el filtro de la música más comercial de mediados de los setenta. No era de extrañar su éxito.
Y os dejo comprobar hasta qué punto uno puede escuchar cosas como ésta. Por suerte para mí, tardé muchos más años en ver una actuación del grupo, por supuesto, en algún revival de la tele (os recuerdo que la canción tiene 36 años). Si este show de más abajo (que quiero pensar que es paródico) llega a caer ante mis ojos con dieciséis o diecisiete años, hubiera regalado el disco, que a día de hoy conservo conmigo. Lo prometo.
Y, sin embargo, siento especial predilección por este tema. De hecho, también por muchas otras canciones calificables con alguno o varios de los adjetivos anteriores, pero por ésta, un poco más. Recuerdo que, de chaval, este single (en la funda que podéis ver más arriba) sonaba de vez en cuando en el tocadiscos familiar, al ser uno de los que mi tío había dejado en casa, junto al Waterloo de Abba, o al Ballroom Blitz de The Sweet (jo, menuda mezcla). Supongo que el hecho de ser del mismo año que yo, 1974, también tenía su puntito.
La verdad es que se me hacía agradable escucharlo, y cuando comencé a profundizar tiempo después en la música de los sesenta y setenta, este Sugar Baby Love se encontraba entre los puntos de partida. Afortunadamente, tuve varios más, pero en honor a la verdad, este tema hizo que no tuviera demasiados tapujos en poner música que la mayoría consideraría directamente cursi. No todo iba a ser Led Zeppelin, Deep Purple o Metallica...
La canción, lanzada en enero de 1974 en el Reino Unido, alcanzó en mayo el número uno (precisamente justo después que Waterloo, de Abba), y se convirtió en uno de los mayores hits del año. Se trata de una canción inspirada en el pop vocal de los años cincuenta, pero pasada por el filtro de la música más comercial de mediados de los setenta. No era de extrañar su éxito.
Y os dejo comprobar hasta qué punto uno puede escuchar cosas como ésta. Por suerte para mí, tardé muchos más años en ver una actuación del grupo, por supuesto, en algún revival de la tele (os recuerdo que la canción tiene 36 años). Si este show de más abajo (que quiero pensar que es paródico) llega a caer ante mis ojos con dieciséis o diecisiete años, hubiera regalado el disco, que a día de hoy conservo conmigo. Lo prometo.
The Rubettes – Sugar Baby Love (por Spotify)