Posiblemente, estos son malos tiempos para los que menos tienen. Malos tiempos para los que van por libre. Malos tiempos para los que creen en un mundo más justo y mejor.
Pero -y disculpadme el topicazo- nunca fue más cierto que durante la pasada Nochebuena, en la que falleció el inimitable Germán Coppini, que corrieron malos tiempos para la lírica.
Por fortuna, nos quedamos con su música.
Hasta la próxima.
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