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sábado, 3 de septiembre de 2016

Civil War, Guns N' Roses, 1993


Hubo un tiempo, a principios de los años noventa, donde parecía que casi todo lo anterior iba a ser barrido por los nuevos tiempos. En Gran Bretaña, los grupos alternativos estaban dejando paso a un puñado de bandas cargadas de ácido y que no tenían complejos en mezclar el rock con la música de baile. De ellos, a su vez, saldrían los grandes brits poco después. 

Mientras tanto, en Estados Unidos, las dictaduras de Michael Jackson, Madonna, Springsteen y demás mastodontes -junto a toda la variedad de música ochentera para yuppies y soñadores aspirantes a serlo- también estaban llegando a su fin. Sólo sobrevivirían aquellos más capaces de adaptarse (adivinad quién), mientras que el resto pasaría a la historia con mayor o menor gloria. 

Esto mismo también estaba sucediendo en la música heavy metal. Aquellas bandas con sobredosis de laca en el pelo muy pronto dejarían de ampliar la capa de ozono con sus excesos capilares. Algunas, se lo cortarían: la mayoría, acabaría en la nostalgia de sus fans más incondicionales. La causa eran aquellos tipos de Seattle que, tras hacer su propia versión de la música de los Pixies, decidieron que el rock duro de la nueva década iba a ser muy diferente. 

Sólo una banda resistió con éxito el embate... al menos durante el principio. Es cierto que no llevaban tanta laca y, desde luego, eran pura energía más allá de las poses diversas. Guns N' Roses, que había alcanzado el éxito en el muy pasado de vueltas año de 1987, conseguiría sobrevivir al terremoto que Cobain y los suyos habían impuesto en 1991 con Nevermind

Cierto es que para hacerlo, tuvieron que dejar atrás todas las aristas sonoras que les habían dado el éxito, para convertirse de facto en una banda con un sonido mucho más barroco, apto para sus cada vez más mastodónticos conciertos. Aunque, desde luego, seguían siendo animales de escenario a todas, todas. 

Civil War es un ejemplo de ese estilo cada vez más grandilocuente que llevaban sus discos. Todos, en su día, alucinamos con sus dos Use Your Illusion, sendas colecciones de temazos capaces de competir -si no en frescura, sí en goce musical- con Nirvana. Balada poderosísima de reminiscencias setenteras de principio a fin (Rose y Slash cada vez ocultaban menos sus influencias musicales), Civil War era un enorme alegato antibélico compuesto por los tres grandes de la banda, los dos mencionados junto a Duff McKagan. Todavía hoy deja flipado ante sus siete minutos y pico, acabados en una coda final memorable.

Eso sí, los años no pasan en balde. Si habéis visto reciéntemente a Axl Rose en el escenario... bueno, ya no es lo mismo, a pesar de mantener su tremenda voz. Me quedo con la bestia que interpretaba Civil War hace nada menos que -uff- veinticinco años. Anda que no.

  




Hasta la próxima. 


lunes, 17 de marzo de 2014

Urban Guerrilla, Hawkwind, 1973


Que el mundo está convulso, no cabe duda. Que las plazas de decenas de ciudades de todo el planeta están ocupadas por ciudadanos que se reivindican a sí mismos, a veces sentados, a veces a hostia limpia, es evidente. Pero este ambiente sólo nos dice que este tiempo no es bueno, no que cualquiera pasado fue mejor. 

A finales de los años sesenta y principios de los setenta se dio algo parecido, tal vez con la única diferencia de que aquellas luchas eran a menudo ofensivas y las de ahora, meramente defensivas en lo que respecta a la posesión de derechos, especialmente en Occidente. Pero los disturbios lo eran igualmente, desde luego. Si no, ¿cómo puede titularse una canción del muy progresista año de 1973 nada menos que Urban Guerrilla?

Sus artífices tampoco eran una banda que dejasen indiferente a nadie. Para empezar, su fama de pasadísimos de vueltas la corroboraban sus letras ultrapsicodélicas, su manifiesto consumo de drogas y sus conciertos... auténticas performances donde uno de los platos no menores era su bailarina Stacia, que acostumbraba a acabar como Dios la trajo al mundo. Y con una anatomía que no dejaba indiferente, por cierto: su altura (casi 1,90) no era lo único enorme de la muchacha.

Pero por encima de todos aquellos majaras, había uno que destacaba más: su bajista, Ian "Lemmy" Kilmister, auténtico artífice de la parte más dura de su sonido.  Imagináos cómo sería el tipo que sus propios compañeros acabarían invitándolo a abandonar la formación. Tampoco es que le fuera al final nada mal. Fundaría Motörhead -nombre derivado de una canción de Hawkwind, por cierto- y sería uno de los mayores artífices de la renovación del heavy metal de los ochenta.  

Urban Guerrilla también estuvo rodeada de polémica. Aunque fue escrita como sátira precisamente de los líderes de las distintas revueltas de la época, tuvo una increíble mala suerte. Apenas había empezado a entrar en listas, el IRA inició una campaña de atentados que provocó que la timorata BBC se negara a emitir la canción. Pero la cosa fue más allá todavía, ya que el grupo se vio presionado para retirar el single, lo cual acabó haciendo semanas después de su lanzamiento. En una particular versión del síndrome de Estocolmo, tiempo después los diferentes miembros del grupo renegaron de la canción en mayor o menor grado. Todos, menos uno.

Naturalmente, este uno era el inefable Lemmy Kilmister. 

Os dejo ya con este temazo. Y para los caballeros (para qué engañaros) con el particular arte de la enorme señorita Stacia en el escenario.  




Hasta la próxima. 

lunes, 18 de noviembre de 2013

Come On! The Hives, 2012


El rock and roll en su variante más devastadora, eso es el tema de hoy. A medio camino entre una ametralladora y una descarga de 20.000 voltios que nada tiene que desmerecer a los más ruidosos Sex Pistols del 77. Ladies and gentlemen, vuelven The Hives con Come On!

En realidad, Come On! nunca salió como sencillo de su respectivo álbum, Lex Hives, entre otras cosas porque su duración, de apenas un minuto y medio -como debe ser con el punk bien hecho- no lo aconsejaban. 

Pero, a decir verdad, ni falta que le ha hecho convertirse en single. Su posición como arrollador tema de apertura del LP lo han convertido en una de las enseñas en directo de la formación sueca desde su publicación el pasado 2012. Y, de paso, en referencia para diversas promos televisivas: un gancho como éste es difícil de dejar de lado. 

El clip que os dejo recoge la apertura de una de sus actuaciones, y como propina, no sólo incluye el tema de hoy si no también el tema Try It Again, de su anterior trabajo The Black and White Album. Un título que, por cierto, describe los únicos colores que la banda lleva en sus actuaciones: el blanco y el negro, en sus más diversos formatos. Durante la promoción de Lex Hives, la variante escogida fue el muy elegante frac con sombrero de copa. 

La ropa normal que esperaría uno con cinco tipos metiendo bronca sonora como casi no se escucha ya en nuestros musicalmente tranquilos aparatos de radio y televisión de 2013



Letra de la Píldora. (¿En serio la necesitáis?)

Hasta la próxima. 

jueves, 20 de junio de 2013

Saturday Night's Alright (For Fighting), Elton John, 1973


Pocas veces es posible ver a Elton John justo en el rol contrario al que lleva décadas representando, el de refinada y nobiliaria rock star envuelta en caros trajes masculinos pero de femeninos acabados y rodeado de jet set por todas partes. Aunque parezca extraño, este tipo también sabe hacer rock and roll, y de la máxima potencia. 

Ciertamente, es un papel en el que se ha prodigado relativamente poco, en favor del de pianista al servicio de memorables baladas. Y, sin embargo, como veréis en un momento, es perfectamente capaz de maltratar a su queridísimo instrumento aporreando las teclas hasta sacarles humo. 

Saturday Night's Alright (For Fighting) es un tema dedicado a las monumentales broncas que se armaban en el pub que frecuentaba en su juventud. Y claro, musicalmente la cosa tenía que ir acorde. Así que hace cuarenta años, en el verano del 73, enchufó las guitarras y subió el volumen tanto como los amplis de la época lo permitían. 

Además, con este tema Elton podía sacar el auténtico showman que llevaba dentro a principios de los setenta, que no tenía nada que envidiar al Freddie Mercury de poco después: casualidad o no, Queen versionaría Saturday Night con frecuencia en sus conciertos. De hecho, en el clip de abajo, más allá del aspecto ultramacarra y megahortera de un galopantemente alopécico John, puede comprobarse como durante la parte final de la pieza es el amo absoluto del escenario levantando al personal. 

¿Mola, no? Venga, va, y otro día ya os pondré Sacrifice, Candle In The Wind y todas esas cosas. Pero hoy, it's seven o'clock and I want to rock!  




Hasta la próxima. 

domingo, 4 de noviembre de 2012

Only Women Bleed, Alice Cooper, 1975


Presto a dormir, que mañana hay que madrugar, os dejo con una de esas canciones en la que las formas agresivas enmascaran a toda una narración detrás. Porque sí, es Alice Cooper con toda su parafernalia, pero explicando una historia más allá de la truculencia era perturbadora. Y avanzada a su tiempo. 

Porque Only Women Bleed mostraba con toda su crudeza el maltrato a una mujer por parte de su marido. Sin concesiones, aunque de una forma melódica a años luz de las estridencias del heavy metal. 

Con este tema, Cooper se mantenía en la cresta de la ola marcando distancias con el glam rock que él mismo había contribuido a sostener poco antes en Estados Unidos. El tema alcanzaría el puesto número 12 en el Billboard y el número uno en Canadá en 1975. 

Naturalmente, acabaría como una de las piezas más emblemáticas del cantante y compositor norteamericano... lo cual se traduciría en performances creadas al punto en sus nunca indiferentes conciertos. Como podréis comprobar en un momento. 

Porque una buena moraleja bien merece un poco de efectos especiales, ¿no?




Hasta la próxima.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Hell Raiser, The Sweet, 1973


Un servidor, como buen catalán de costumbres, es unas diez mil veces más partidario de celebrar en estas fechas la Castañada que no el carnaval tétrico importado de Estados Unidos conocido como Halloween, eso mismo que los Simpson sacan una y otra vez en sus capítulos ultrarrepetidamente por la obra y gracia de Antena 3. 

Sin embargo, las cosas como son, es infinitamente más sencillo encontrar canciones vinculadas al terror calabacero que al comer castañas asadas. Por eso, ríndome a las circunstancias y el tema de hoy bien pudiera ponerse como banda sonora macarra a eso del "Truco o trato". 

Hell Raiser fue uno más de los sencillos de éxito que The Sweet lanzaron en su momento de máximo esplendor, el muy glamrockero año de 1973. Para entonces, su sonido chicle de tiempo atrás ya se había convertido prácticamente en una antesala del heavy metal, lo cual quedaba particularmente bien en una canción titulada como la de hoy. 

Que, por cierto, no tiene nada que ver con la célebre peli de igual título protagonizada por un fulano con la cabeza llena de clavos, por el sencillo motivo de que ésta fue estrenada nada menos que catorce años después de los berridos de la banda de Brian Connolly. 

Como sea, aquí os dejo esto por si os apetece adornar con música vuestros sustos y disfraces. Yo, por mi parte, me voy a cenar y a comer castañas acompañadas con un tiento de moscatel. ¡Feliz Castañada!




Hasta la próxima.

domingo, 28 de octubre de 2012

Sweet Child O'Mine, Guns N'Roses, 1988


¡Sweet Child O'Mine! Si los temas de los Guns N'Roses entre finales de los ochenta y principios de los noventa se contaban por hits totales, el que tenéis delante sigue siendo -posiblemente junto a November Rain- el más emblemático de todos ellos. Sus irrepetibles acordes iniciales acabaron siendo la marca de la casa para Axl Rose, Slash y compañía. 

Hacia 1988, los Guns N'Roses estaban en plena carrera ascendente. Su primer álbum, Appetite For Destruction se había apalancado en el número uno. A pesar del que el sencillo inicial, It's So Easy, había sido un cierto fiasco, el segundo, Welcome To The Jungle, se había colado sorprendentemente hasta el Top 10 norteamericano, otorgando de la noche a la mañana una enorme fama a la banda californiana. 

No es de extrañar, pues, que el tercer sencillo, esta vez una balada mucho más apta para todos los públicos, acabara remachando la escalada de la formación. Con todo, no estuvo exenta de cierta polémica musical. Y es que, para facilitar su programación en las emisoras de radio convencionales, la discográfica decidió acortar la canción, que se acercaba originalmente a los seis minutos, hasta poco más de cuatro. 

El problema -¡estas cosas siempre son un problema!- es que optaron por hacerlo recortando el impecable solo de guitarra de Slash, para monumental y comprensible cabreo de éste y de sus compañeros. Razón artística no les faltaba: con los años, el punteo de Sweet Child O'Mine sería considerado uno de los 40 mejores de la historia del rock. Aunque tampoco se quejaron mucho tiempo, supongo, en cuanto comprobaron que el single conquistó nada menos que el número uno del Billboard. Nunca más volverían a ocupar esta posición en la categoría de sencillos en su país. 

Pero menos rollo y más rock and roll. Aqui os dejo matando el fin de semana con este inmenso temazo.





Hasta la próxima.

martes, 23 de octubre de 2012

Va a estallar el obús, Obús, 1981


Junto a Barón Rojo, estos tipos de hoy han sido, sin ningún lugar de dudas, la punta de lanza del período heroico del metal en España. Con un estilo a medio camino entre Deep Purple y, especialmente, Black Sabbath, el rock duro de Obús abanderó los posters, chapas y carpetas de toda una generación de heavies preferentemente de extrarradio. 

Porque uno de sus rasgos distintivos era el enorme predicamento que tenían entre la juventud de las barriadas en las grandes ciudades y en sus cinturones industriales. Yo mismo puedo dar fe de ello, criado en una de ellas. A muchos de mis amigos más melenudos, era tan fácil verlos con camisetas de Judas Priest o Black Sabbath como, por supuesto, de Obús. Y es que sus letras, de alguna forma, conectaban muy bien con toda una forma de vida y de pensamiento urbano -o mejor dicho, suburbano. 

Va a estallar el Obús, su salida a la luz en el lejano 1981, se convirtió rápidamente en un éxito a escala nacional e incluso alcanzó el número uno, iniciando un periodo de esplendor para la banda de Vallecas que duraría hasta finales de los ochenta. 

Por cierto, os recomiendo que bajo ningún concepto os perdáis el videoclip, todo un documental de la vida y el aspecto de los extrarradios -en este caso de Madrid- a principios de los ochenta. Aunque no deja de descolocar un pequeño detalle: uno se imaginaría a unos heavies tomando litronas al más puro estilo Rosendo. Sin embargo, nada más empezar el clip, se puede ver al grupo... ¡desayunando unos churros! 

¿Hay acaso algo más de barrio?




Hasta la próxima.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Hymn 43, Jethro Tull, 1971


A veces, las cosas se ponen de acuerdo porque sí, en una especie de casualidad o -como dicen algunos ahora- serendipia. Hoy me apetecía uno de esos temas de decibelio fácil, pero tampoco quería recurrir al heavy metal puro y duro. Y justo en ese momento de empezar a maniobrar con la música, me salió por la radio una canción bastante inusual de escuchar, y que, de alguna manera, al sonar, estaba seguro que era el post para hoy. Así que, et voilà

Hacía muchísimo que no escuchaba Hymn 43, uno de los cortes del legendario álbum de los Jethro Tull Aqualung. Un disco que, ya que estamos en ello, os recomiendo como imprescindible en cualquier discoteca de casa si os gusta el rock clásico o, simplemente, la buena música. Dividido en dos caras con nombres y carácter distinto ("Aqualung" la A y "My God" la cara B, donde estaba incluido el tema de hoy) es una auténtica colección de canciones en las que el estilo progresivo, el rock duro y la épica se mezclaban bajo la frenética flauta de Ian Anderson. 

Como apunte de que otros tiempos en el rock fueron mejores que éste, todo el álbum fue grabado en los estudios que Island Records acababa de inaugurar en Londres. Esto no tendría mayor relevancia si no fuera porque en el estudio de al lado en el que Jethro Tull estaba realizando Aqualung, Led Zeppelin estaban grabando nada menos que su Led Zeppelin IV, el mismo de Stairway To Heaven o Rock and Roll. Imagináos que momento y lugar para darse un garbeo. Por cierto, que Anderson se quejaba de que le había tocado el estudio más grande, y que provocaba un cierto efecto eco que le sacaba de sus casillas. 

Sin más, os dejo con Hymn 43.





Hasta la próxima.

miércoles, 25 de julio de 2012

I Wanna Rock, Twisted Sister, 1984


Vuelven los tipos pintarrajeados -que no maquillados- más pasados de vueltas a las Píldoras. Si hace un año aparecía por el blog su gran himno guitarrero-juerguista We're Not Gonna Take It, hoy traemos su otro gran tema no menos guitarrero... y no menos juerguista, lanzado justo después de aquél. I Wanna Rock

De hecho, ambas canciones no sólo coinciden en estilo, si no incluso en los videoclips: en ambos casos se repetía la misma estructura. Después de una intro a golpe de berridos de la mano de un tiránico personaje, arrancaba el tema con el grupo salvando al personal del fulano opresor, en el caso de We're Not Gonna Take It el padre del chaval, y en el de I Wanna Rock el profesor del instituto. 

Pero no acababan ahí las semejanzas, aún habían más. En los dos clips, el fulano que hacía de tirano y que luego sufría la ira de la banda era el mismo actor, Mark Metcalf, que ya se había rodado en un papel similar en la recordada peli -a pesar de los pesares- Desmadre a la americana. En cierto modo, el personaje recordaba bastante al Coyote con el Correcaminos: admito que al final casi me cae simpático. 

A pesar de seguir tantas pautas en común con su exitoso predecesor, el tema de hoy no consiguió unas ventas tan importantes como aquél, por bien que siguieron siendo bastante notables. En Canadá, por ejemplo, obtuvo dos discos de platino. 

Y sin más, os quedáis a solas con los muchachos de Dee Snider haciendo el bestia en un insti americano. Por si acaso, no metáis muchos gritos a la chavalería, u os las veréis con ellos...

PS: Santi, felicidades, bicho. ¡Seguro que sabrás apreciar la Píldora de hoy en su medida!




Hasta la próxima. 

jueves, 21 de junio de 2012

Rumble, Link Wray, 1958


Pocos temas han sido tan influyentes en la historia del rock como el que tenéis hoy delante. Sin él, gentes como los Kinks, los Who o los Led Zeppelin tal vez hubieran sonado muy diferente... y quien sabe siquiera si hubieran existido.

Habitualmente, se suele considerar que You Really Got Me, de los Kinks, es el pistoletazo de salida al rock duro tal y como se entiende hoy en día: guitarras distorsionadas, riffs acerados y mucha potencia en decibelios. Y en buena medida, esto es cierto.

Sin embargo, con toda probabilidad no hubiera sido igual si seis años antes un anónimo guitarrista, Link Wray, no se hubiera marcado un tema instrumental inspirado en una pelea entre bandas callejeras. Su riff, acompañado de una guitarra que sonaba mucho más sucia que lo que era habitual en los hits del momento (estamos aún a finales de los cincuenta), fue toda una revelación para los adolescentes de ambas partes del Atlántico que soñaban con montar su propio grupo en cuanto tuvieran la oportunidad. Escuchad la versión original por Goear y veréis lo que os digo.

Rumble fue todo un éxito de ventas, por más que imprevisto. El tema recordaba tanto a una reyerta entre navajeros que muchas emisoras se negaron a radiarlo.Por supuesto, esto sólo sirvió para atraer todavía más la atención del personal, así que rápidamente se convirtió en todo un referente de rebeldía juvenil. 

Y lo ha seguido siendo hasta la actualidad, gracias a su aparición periódica no sólo en películas, si no incluso en videojuegos. Así que ahora, levantad las solapas de vuestra chaqueta, encended un cigarrillo -los que fuméis-, mirad con cara de mala uva a lo que tengáis más a mano y dadle al play. Bienvenidos al rock and roll de pura cepa.





Letra de la Píldora. Creo que va a ser que no...

Hasta la próxima.

miércoles, 20 de junio de 2012

Last Nite, The Strokes, 2001


El tamaño sí que importa... especialmente en un blog como éste, a la hora de decidir qué canción se pone y de saber cuál está ya puesta. ¿Os podéis creer que durante meses, pero bastantes, no había subido el tema de hoy porque estaba seguro de que ya lo había colgado?

El descubrimiento de que no era así vino dado por no encontrarlo en la lista de grupos. Tuve que mirar en el buscador de la columna de la izquierda para asegurarme de que, realmente, The Strokes todavía no se habían estrenado por las Píldoras. Y ya puestos, habéis descubierto un pequeño secreto: la mayoría de las herramientas que acompañan al blog para buscar y encontrar posts están pensadas no sólo para vosotros si no, en muy importante grado, para quien escribe.Porque la neurona hace tiempo que tocó techo.

Last Nite es una de esas canciones que no sólo han hecho fortuna en las listas, si no también en su reputación dentro del rock and roll. En realidad, no es otra cosa que rock primitivo fantásticamente ejecutado -su solo de guitarra es de esos de manual para pisar el acelerador- y así se entendió al obtener su principal mérito: está incluida en una de las 500 mejores canciones de la revista Rolling Stone. También ha sido muy laureada por NME, la no menos influyente New Musical Express.

Su vídeo también merece cierta atención. A pesar del que el grupo no quería grabar ningún clip, acabó obteniendo los servicios de nada menos que Roman Coppola, hijo de Francis Ford y hermano de Sofia. Éste rodó una actuación simulando aquellas que se hacían en platós de los años sesenta, con una energía propia de los Who. Y sí, para añadir un poco más de gracia, no podía faltar algún pequeño incidente: efectivamente, el batería acaba tirando al suelo sus dos micros.

Rock and roll de guitarras, bajo y batería. Y bastante berrido. ¿Qué más queréis para hoy?




Hasta la próxima.

miércoles, 6 de junio de 2012

Cherry Bomb, The Runaways, 1976


Casi al mismo tiempo que los Ramones se estrenaban con aquella apisonadora que era el Blitzkrieg Bop, unas compatriotas suyas, no menos agresivas hacían lo propio con el que a la postre acabaría siendo su tema más representativo: Cherry Bomb

Si a la hora de compararlas estáis pensando en las Bangles, vais justo en la dirección contraria. No eran unas chicas a la moda haciendo pop. Eran heavies, casi punks, en toda regla. Y su movida, también. 

Cherry Bomb, lanzada en 1976 como primer single del grupo, era todo un tornado del que sorprendía tanto su inaudita potencia como el hecho novedoso de que toda la formación estuviera compuesta de chicas. Entre ellas, dos referencias de la música rock: Joan Jett y Lita Ford. Hasta entonces, la única mujer que se había destacado en una vertiente netamente rockera había sido Suzi Quatro, pero ésta había prosperado en las menos revueltas aguas del glam rock, mientras que las Runaways estaban ellas mismas contribuyendo al naciente punk. 

De hecho, viendo el clip hoy, treinta y seis años después, aún sigue sorprendiendo un trallazo como éste de la mano de un grupo femenino. Con el tiempo -no mucho- la formación se separaría, siendo Joan Jett la que haría más fortuna en los ochenta. Pero ni siquiera ella misma volvería a pasar tanto el contador como hizo con sus viejas compinches un tiempo atrás. 

Ah, sí, un último consejo: ¡subid los altavoces!




Hasta la próxima. 

viernes, 11 de mayo de 2012

Voodoo Child (Slight Return), The Jimi Hendrix Experience, 1970


Guste más o guste menos, es imposible no reconocer la maestría de Jimi Hendrix a la guitarra eléctrica. Lo que este hombre no le sacó a un hacha, simplemente se debió a que no era posible hacerlo. Eso sí, yo admito que, en un primer momento de mi juventud no acababa de entender el porqué decían esto mismo los que se habían curtido bien de Hendrix. Su música estaba bien, sonaba más o menos potente, pero tampoco era para tirarse de los pelos con lo que se escuchaba por los pequeños altavoces de mi equipo.

A los que crecimos ya en una época de guitarras poderosas y distorsiones probadas de toda clase, un tipo que machacara así un mastil no nos sorprendía tanto a bote pronto. No era herejía: era desconocimiento, así como tener a mano a decenas de discípulos suyos en centenares de discos. 

Hasta que, no pasado mucho tiempo de empezar a escuchar a Jimi, me topé con este tema que tenéis delante. Y quedé helado: lo primero que pensé fue que cómo cojones lo hacía para que una guitarra sonara como dos o tres a la vez. Ni más, ni menos. Amén de la cara de alucinado que se me puso cuando tras la intro wah wah inicial apareció aquel muro brutal por el ampli de mi cuarto. "Vaya, así que éste es el Hendrix que dicen". Probablemente, el peor cantante negro de la historia, pero compensado con una mano que hasta hoy no se ha conseguido igualar.

El tema -oficialmente titulado Voodoo Chile, pero cambiado al que tenéis en el título para no confundirlo con otro de igual nombre en su mismo álbum- fue lanzado por primera vez en 1968 incluido en Electric Ladyland. Sin embargo, tuvo que esperar a 1970 para ver la luz como single... al poco tiempo de fallecer el primer miembro del Club de los 27. Por supuesto, el impacto del deceso de Hendrix fue enorme, y el tema alcanzó el número uno en Gran Bretaña sustituyendo a la popular versión del Woodstock de Joni Mitchell que grabaron los Matthews Southern Comfort. 

Ah, un último detalle: estáis ante uno de los solos mejor considerados de la historia del rock. Aunque imagino que no hacía falta decíroslo. Simplemente escuchándolo uno lo sabe de sobra.




Hasta la próxima.

sábado, 5 de mayo de 2012

(You Gotta) Fight For Your Right (To Party), Beastie Boys, 1987


Hacía días que iba queriendo traer una segunda Píldora con los Beastie Boys de protagonistas, tras Sabotage, más de dos años (!) atrás. Pues bien, la ocasión la he tenido hoy mismo debido a una de esas luctuosas noticias que jalonan la música rock periódicamente. 

Efectivamente, ayer viernes, tras una larga enfermedad, dejaba este mundo Adam Yauch, conocido también como MCA. Era uno de los tres fundadores de la banda de rap norteamericana. Para los que no estéis muy en conocimiento, es el que parece más normal de los tres tipos que salen liándola parda en el clip. 

Por supuesto, qué mejor tema para un pequeño homenaje que (You Gotta) Fight For Your Right (To Party) -habitualmente acortado simplemente como Fight For Your Right-. En aquella ocasión, el grupo abandonó momentáneamente su sonido hip hop para adentrarse en una fórmula casi heavy metal, con el resultado de una fusión de estilos que todavía hoy se deja escuchar más que bien. 

Lanzado en 1987, el single acabó siendo el mayor éxito de los Beastie Boys, con un séptimo puesto en el Billboard. Una hazaña para un grupo de hip hop, por más blanco que fuese, y en la que MCA tuvo un papel totalmente relevante. Ya en 2011, él mismo dirigió un corto de lo más peculiar homenajeando, precisamente, al tema de hoy. 

En fin, que descanse en paz. Nosotros, que aún tenemos previsiblemente un rato para bregar, nos quedamos con su música. Y menudo castañazo de música. 




Hasta la próxima. 

jueves, 26 de abril de 2012

Adelante, Lone Star, 1973


¿Por qué he escogido este tema hoy? 

En primer lugar, porque sorprende su increíble potencia para un grupo español de 1973. 

En segundo lugar, porque es una muestra de todo lo que me queda por aprender de la música: aunque pueda parecer extraño (que no lo es) este hit del momento no lo conocía. Sin más. 


En tercer lugar, porque me lo ha recomendado mi amigo Ton, que lo bailaba como un bestia por entonces. Y su recomendación venía dada por lo siguiente.  


Porque en cuarto lugar, hoy SUPERAMOS NUESTRO PRIMER CUARTO DE MILLÓN DE ENTRADAS, y con un título y una letra como ésta, casi no se me ocurre nada mejor para celebrarlo con todos vosotros. 

¡Un abrazo, muchas gracias, y seguimos con las Píldoras en este Territorio Armero!




Hasta la próxima.

miércoles, 4 de abril de 2012

Rock And Roll, Led Zeppelin, 1972


Rock and Roll es, para quién escribe, uno de los temas más trepidantes y electrizantes que nunca ha escuchado. Tal vez no sea el más duro dentro de la estela del heavy metal, desde luego no es el más original, pero resume como pocos otros la energía arrolladora de esa cosa que gustamos llamar precisamente así, rock and roll. 

Probablemente por esto mismo, los Led Zeppelin nunca dejaron de tocarla en directo en sus conciertos, aunque, si me dejáis formular una opinión que para algunos puede ser poco menos que herética, ninguna de sus interpretaciones en vivo (al menos las que he escuchado) consiguió transmitir el mismo aroma a gasolina quemada de su versión en estudio. 

Ésta fue publicada por primera vez a finales de 1971 en su famosísimo -y vendidísimo- cuarto álbum, aquel sin nombre y que todos llamaron "Led Zeppelin IV" o, simplemente, "Zoso", por el peculiar símbolo esotérico que en él aparecía. Poco después, ya a inicios de 1972, tuvo su oportunidad como single, con unos resultados realmente buenos. Curiosamente, en España fue donde obtuvo uno de sus mejores puestos en listas (el 14): y es que en mitad de la gloria del 600 y del 850 no todo era Manolo Escobar o Fórmula V.

Rock and Roll es un tema sin demasiadas complicaciones musicales, lo cual lo convierte en el fondo en una perfecta pieza de referencia que permite constatar que, en realidad, el rock duro y el heavy metal lo deben casi todo al blues. Y tal vez por esto, sólo una banda que se había curtido en el blues rock de los sesenta podía hacer un tema como éste. 

Un tema que, de postre, es uno de los más influyentes de las últimas décadas. No sólo por las consabidas listas del Hall Of Fame y todo eso, en las que no falta. Yo mismo atestiguo este efecto en cuanto asocio este tema a un viejo conocido de muchos años atrás y al que hace la intemerata que no veo. No era ni heavy, ni rocker, ni nada por el estilo: lo suyo era el hip hop, y le recuerdo un gran fan de los Cypress Hill -un día los pondré-. Pues bien, como buen batería, era de lo más habitual verle tocar los primeros compases de Rock and Roll. Ahí queda.




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

martes, 20 de marzo de 2012

Self Esteem, The Offspring, 1994


En cierto modo, hoy ha sido un día casi flashback total. Y es que, a lo largo del mismo, he coincido -por casualidad o no- con algunas personas a las que conozco desde hace muchos años pero con las que en los últimos tiempos no tenía un contacto demasiado constante. Supongo que esto nos pasa a todos, así que comprenderéis perfectamente esa sensación tan familiar de cuando se acumulan varios reencuentros, por breves y fortuitos que sean, en una misma jornada. 

Debo decir que en todos los casos me ha hecho muchísima ilusión, aunque uno de ellos ha sido especialmente entrañable por lo absolutamente inesperado y sorpresivo del asunto. Resulta que después de estar en Barcelona en una reunión de trabajo (precisamente con un antiguo compañero y amigo al que también hacía bastante que no veía) he ido a casa de mis padres a comer, costumbre nacional de estos tiempos. Tras lo cual, me he acercado un momento a recoger a mis sobrinos del colegio. 

Y miren ustedes que, entre las atentísimas profesoras entre el follón de la salida de niños, se encontraba ¡una de mis antiguas colegas y camaradas de jaranas findesemaneras de quince y aún veinte años atrás! Resulta que es la profesora de la clase de al lado a la que asiste mi sobrina mayor, y en cuanto nos cruzamos la vista -para lo cual me puse bien visible, asegurando el tiro- fue una sensación de esas tipo "¡coooooñoooo! ¿qué haces tú aquí?", tan propia de los que han compartido más de una o dos cervezas con asiduidad y hace tiempo que no se ven.

La verdad es que sólo ha sido un momento, el justo de la salida del colegio, pero ha sido totalmente entrañable, como os decía más arriba. Así que, como pequeño recordatorio de los saraos del Cornellà la Nuit de mediados de los noventa, donde coincimos toda una serie de invencibles resistentes, me he querido regalar uno de los himnos que lo adornaron. 

Y es que en cuanto comenzaban a sonar los berridos pseudoborrachuzos que abrían Self Esteem, todos los asistentes alzábamos nuestras cervezas y procedíamos a iniciar uno de los muchos grandes momentos de la noche. ¿Verdad, Manoli?




Hasta la próxima.

lunes, 19 de marzo de 2012

Fire, The Crazy World Of Arthur Brown, 1968


Arthur Brown es otro de los nombres prácticamente olvidados en la actualidad por parte de la mayoría del personal. Y, sin embargo, supuso en su día una de las influencias más importantes para gente como Alice Cooper (en su caso, la inspiración era más que obvia), Marilyn Manson, Peter Gabriel o Kiss, todos ellos ilustres histriones del escenario.

En cuanto veáis el clip entenderéis el porqué. Porque su único gran hit, Fire, es recordado aún como uno de los temas más inclasificables de la década de los sesenta. Y no sólo por su letra plena de alusiones al fuego del infierno y un final claramente sexual, temáticas muy poco frecuente en la época y mucho menos en las emisoras de mainstreaming.

Porque si hay algo de la canción de hoy que pasó a la historia -más allá de su sonido muy cercano al naciente rock duro- fue la particularísima performance que el grupo, The Crazy World Of Arthur Brown (el nombre era una inequívoca declaración de intenciones) hizo en sus apariciones públicas.

En ellas, Brown aparecía ataviado como una especie de brujo pintarrajeado (¿a quién os recuerda?)  y coronado por un casco en el que ¡había fuego real!. Como fuera que aquel invento no estaba del todo bien aislado, la coña del sombrerito le provocaba bastante dolor y se lo acababa quitando al cabo de un rato. Pero todo fuera por el show. Y vaya si lo dio en su aparición en Top of the Pops allá por el verano de 1968, la misma que podréis ver en un momento. 

Fire superó el millón de copias vendidas, alcanzó el número uno en Gran Bretaña y el dos en Estados Unidos. Unas cifras nada desdeñables para un tema que debió de provocar algún que otro shock entre los telespectadores de más de cuarenta años como poco. Es más: estoy bastante convencido de que después de 44 años, no os dejará aún indiferentes. Comprobadlo, si no.




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

martes, 6 de marzo de 2012

The Regulator, Clutch, 2004


En breves minutos procederé a ver los episodios de hoy de esa serie de dinosaurios y gente del futuro llamada Terra Nova, lo cual me ha recordado una Píldora que tenía en mente desde la semana pasada, viendo The Walking Dead. Porque sí, como habréis deducido, amigos, lo mío son las series costumbristas, del día a día más cotidiano. 

En el último capítulo emitido de la episodizada matanza de zombies que dan en la Sexta, el final iba acompañado de un tema muy chulo (según los gustos) de aires blues rock muy cercanos ya al heavy metal. Como no tenía ni idea, pero sonaba muy bien, hice ese ejercicio tan recurrente de tirar de Internet a todo trapo, o al menos al trapo que me dejaba mi ADSL. 

Menos de un minuto después -no es por fardar, pero es lo que tardé, tampoco hay que parecer más torpe cuando algo sale bien- tenía identificada la canción: era de un grupo norteamericano de rock duro llamada Clutch, y se titulaba The Regulator

Hay que decir que, hasta su aparición en dicho capítulo de The Walking Dead ("Nebraska"), se trataba de un tema algo menor de la banda, incluida en el álbum de 2004 Blast Tyrant. Es curioso ver en los últimos años como la música final de los episodios de muchas series de moda se ha convertido en toda una forma de potenciar la carrera de bastantes artistas y de difundir mediante la red toda una serie de canciones que, de otra manera, hubieran quedado más o menos relegadas a un paulatino olvido. 

Espero que os guste, aunque si no os va mucho el rollo blues muy guitarrero, os recomiendo que empecéis por la versión en estudio del link de Goear, un poco más asequible que el clip con el directo. Hacedme caso...




Letra de la Píldora.

Hasta  la próxima.