¿Qué guateque sesentero no iba equipado con esto en la lista de discos para el pick up? Por si el vuestro es el probable caso de que no estábais allí para saberlo -ni allí, ni en ninguna parte del mundo todavía- preguntadlo. Tanto en la versión original de hoy como en la no menos extendida del Dúo Dinámico en la Hispania de entonces, The Young Ones era poco menos que inevitable hasta bien entrada la mitad de los años 60.
A decir verdad, menos en Estados Unidos, aún casi impermeables en 1962 a la influencia británica -lo que iba a cambiar muy, pero que muy pronto- el tema de hoy fue un exitazo en todas partes. Aunque para entonces, tanto Cliff Richard como los Shadows (bien cada uno por su lado, bien con la banda dando apoyo al cantante) ya eran auténticas celebridades en las islas, con varios números uno a sus espaldas desde finales de los años cincuenta.
Tal era su popularidad que, en 1961, protagonizaron un film, titulado precisamente The Young Ones. Como de costumbre, lo de menos en aquellas pelis era la historia, por no decir las interpretaciones de los protagonistas. Lo suyo era meter canciones por todas partes para deleite del público juvenil, al que iban dirigidas estas joyas del séptimo arte.
Una de ellas sirvió para promocionar especialmente tanto a la peli como a la banda sonora y, cómo no, fue The Young Ones. Así de previsible... aunque así de efectivo. Musicalmente, era una canción pop muy bien hecha que terminó donde se esperaba, destrozando las listas y provocando un aluvión de versiones, entre ellas la citada del Dúo Dinámico.
Naturalmente, para acabar, no quisiera marchar sin dejar sobre acta la que para un servidor es la más memorable de todas las adaptaciones que jamás se hicieron del tema. Por supuesto, es la que abría cada capítulo de aquellos cuatro inclasificables compañeros de piso de principios de los ochenta, maestros del humor bestia y gamberro. Porque no esperaríais que me fuera sin decir nada, ¿no?
Hasta la próxima.
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