Hace varias semanas, quedamos con unos amigos para ir al cine y luego a cenar algo por ahí. Normalmente, escoger la película es un proceso electivo donde se desestima la unanimidad como forma de disponer de cierta operatividad. Así, aunque a veces alguien va a ver algo que no le guste demasiado, suele ser compensado otra semana cuando el no agraciado es otro.
En una de éstas, estrenaron Malditos Bastardos, la última de Tarantino. Claro, por mi parte, la opción estaba muy clara. Majarada (bien hecha) de Quentin y, encima, de alemanes. Fantástico, ya tenía voto... que no sirvió de nada. Fui derrotado tres a uno. Sin embargo, la alternativa era una peli de la que ni recuerdo el nombre, aparentemente una comedia romántica insulsa de las que no pueden faltar en cualquier multisala que se precie.
Y hasta ahí podíamos llegar. Pues va a ser que no. En aquel momento, recordé la costumbre que tenía durante los años de uni, por la cual, muchos martes por la noche iba a las salas del Eroski de Cornellà aprovechando el día del espectador. Eventualmente, iba con mi primo, pero con frecuencia lo hacía en solitario, si la peli pagaba la pena y no tenía voluntarios. Así que en la ocasión que os cuento, reverdecí laureles, rejuvenecí quince años... y me fui solo solito a ver Malditos Bastardos. Con un par.
Así que ya entendéis algo más e porqué de la Píldora de hoy, que ilustraba los créditos de inicio de toda una obra maestra tarantiniana, cómo no, Reservoir Dogs. Mientras sonaba Little Green Bag -un viejo éxito de los holandeses George Baker Selection- aparecían en pantalla ocho tipos de los que seis iban trajeados de negro. Entre ellos se encontraban nombres como Harvey Keitel, Tim Roth, Steve Buscemi o el propio Tarantino. Tremendo inicio.
Desde entonces no me perdí prácticamente nada de aquel tipo con pinta de matón de bar. Por cierto, que al salir del cine con pocos minutos de diferencia, los dos "grupos" pusimos en común lo que habíamos visto. Mientras yo ponía los dientes largos al personal con pasajes memorables, muchos capitalizados por Christoph Waltz -el desconcertante coronel SS Hans Landa-, resultó que la otra peli que fueron a ver los demás fue un coñazo espectacular. Ni siquiera era una comedia avant la lettre. Si es que ya lo decía yo...
George Baker Selection – Little Green Bag (por Spotify)
... y para los que queráis recordar aquella entrada de Reservoir Dogs, sólo tenéis que picar AQUÍ.
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.
En una de éstas, estrenaron Malditos Bastardos, la última de Tarantino. Claro, por mi parte, la opción estaba muy clara. Majarada (bien hecha) de Quentin y, encima, de alemanes. Fantástico, ya tenía voto... que no sirvió de nada. Fui derrotado tres a uno. Sin embargo, la alternativa era una peli de la que ni recuerdo el nombre, aparentemente una comedia romántica insulsa de las que no pueden faltar en cualquier multisala que se precie.
Y hasta ahí podíamos llegar. Pues va a ser que no. En aquel momento, recordé la costumbre que tenía durante los años de uni, por la cual, muchos martes por la noche iba a las salas del Eroski de Cornellà aprovechando el día del espectador. Eventualmente, iba con mi primo, pero con frecuencia lo hacía en solitario, si la peli pagaba la pena y no tenía voluntarios. Así que en la ocasión que os cuento, reverdecí laureles, rejuvenecí quince años... y me fui solo solito a ver Malditos Bastardos. Con un par.
Así que ya entendéis algo más e porqué de la Píldora de hoy, que ilustraba los créditos de inicio de toda una obra maestra tarantiniana, cómo no, Reservoir Dogs. Mientras sonaba Little Green Bag -un viejo éxito de los holandeses George Baker Selection- aparecían en pantalla ocho tipos de los que seis iban trajeados de negro. Entre ellos se encontraban nombres como Harvey Keitel, Tim Roth, Steve Buscemi o el propio Tarantino. Tremendo inicio.
Desde entonces no me perdí prácticamente nada de aquel tipo con pinta de matón de bar. Por cierto, que al salir del cine con pocos minutos de diferencia, los dos "grupos" pusimos en común lo que habíamos visto. Mientras yo ponía los dientes largos al personal con pasajes memorables, muchos capitalizados por Christoph Waltz -el desconcertante coronel SS Hans Landa-, resultó que la otra peli que fueron a ver los demás fue un coñazo espectacular. Ni siquiera era una comedia avant la lettre. Si es que ya lo decía yo...
George Baker Selection – Little Green Bag (por Spotify)
... y para los que queráis recordar aquella entrada de Reservoir Dogs, sólo tenéis que picar AQUÍ.
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.
El playback del Patillas es de los que hacen historia, nunca se han conseguido unos agudos de ese estilo con la sonrisa tan bien puesta... La canción muy chula!!
ResponderEliminarHombre, a ver si crees que la forma de cantar de Manolo Escobar no hizo escuela... Sí que es chula, estoy muy de acuerdo, tiene un toque Tom Jones que mola bastante. De todas formas, creo que donde queda mejor es en la entrada de la peli de Tarantino. Parece que ni bordada...
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