Como es bien conocido, los Beatles -y el rock que de ellos se derivó en los sesenta y setenta- fueron los grandes inspiradores de los grupos británicos que arrollaron en las listas independientes y no tan independientes de los años noventa.
En cierto modo, las diferencias entre muchas de dichas formaciones podrían explicarse por la elección de un aspecto u otro de aquella misma polifacética fuente. Así, mientras que unos prefirieron recoger aquel estilo juvenil de los primeros Beatles -Oasis con su hit Roll With It fue la quintaesencia de ello- otros se decantaron por explorar su etapa más psicodélica.
Entre estos últimos estaban los Kula Shaker. Con una particularidad: lo suyo era el rollo indio, aquel que George Harrison había encajado en los de Liverpool y que estuvo bien presente en su repertorio entre 1966 y 1968. Incluso el curioso nombre de la banda tenía que ver con una divinidad hindú, un tal Kulashekhara.
Por si lo anterior fuera poco, incluso hicieron canciones en sánscrito... que llegaron a colocar muy arriba en las listas, para sorpresa de todo el mundo en 1996. Una de ellas, Tattva, la Píldora de hoy, alcanzó nada menos que el cuarto puesto de las listas británicas y fue la única canción de la formación en entrar en el Top 10 de las listas alternativas norteamericanas. Como particularidad, fue grabada y lanzada dos veces. La segunda, incluida en el primer LP de la banda, K, fue la que dio en el clavo.
Aquí tenéis, pues, a la enésima fusión entre la fanfarria, la pompa y la circunstancia británicas por un lado, y el misticismo hindú por el otro. Pero que nadie se espere un resultado a lo Bollywood, lleno de purpurinas y saturado de bailes con más gente que el metro en hora punta. Más bien tiene que ver con la herencia -ahí es nada- del Imperio Británico. La que dejaron los Beatles, por supuesto.
En cierto modo, las diferencias entre muchas de dichas formaciones podrían explicarse por la elección de un aspecto u otro de aquella misma polifacética fuente. Así, mientras que unos prefirieron recoger aquel estilo juvenil de los primeros Beatles -Oasis con su hit Roll With It fue la quintaesencia de ello- otros se decantaron por explorar su etapa más psicodélica.
Entre estos últimos estaban los Kula Shaker. Con una particularidad: lo suyo era el rollo indio, aquel que George Harrison había encajado en los de Liverpool y que estuvo bien presente en su repertorio entre 1966 y 1968. Incluso el curioso nombre de la banda tenía que ver con una divinidad hindú, un tal Kulashekhara.
Por si lo anterior fuera poco, incluso hicieron canciones en sánscrito... que llegaron a colocar muy arriba en las listas, para sorpresa de todo el mundo en 1996. Una de ellas, Tattva, la Píldora de hoy, alcanzó nada menos que el cuarto puesto de las listas británicas y fue la única canción de la formación en entrar en el Top 10 de las listas alternativas norteamericanas. Como particularidad, fue grabada y lanzada dos veces. La segunda, incluida en el primer LP de la banda, K, fue la que dio en el clavo.
Aquí tenéis, pues, a la enésima fusión entre la fanfarria, la pompa y la circunstancia británicas por un lado, y el misticismo hindú por el otro. Pero que nadie se espere un resultado a lo Bollywood, lleno de purpurinas y saturado de bailes con más gente que el metro en hora punta. Más bien tiene que ver con la herencia -ahí es nada- del Imperio Británico. La que dejaron los Beatles, por supuesto.
Kula Shaker – Tattva (por Spotify)
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.
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