Que nadie se preocupe. El tema de hoy no está inspirado por los hábitos diarios de un servidor... no al menos por los presentes, en plena recuperación de un constipado de garganta que me obliga a seguir una vida poco menos que beatífica, por suerte alegrada por algún langostinillo vermutero: ya sabéis que la clave para recuperarse es tener un buen estado de ánimo. Otra cosa serán los nefastos hábitos que caerán de aquí un par de semanitas mal contadas, pero eso será otra historia.
Sencillamente, quería recuperar el que fue el primer gran éxito de los Mano Negra, allá por 1988 (¡sí, 22 años tiene ya!). No obstante, con las veces que se ha radiado este tema, recuperado una y otra vez por recopilatorios y pinchado en centenares de fiestorrios varios, casi hasta yo me he sorprendido de su antigüedad. Para que luego digan que el tiempo no es relativo.
Los Mano Negra eran -como la mayoría sabréis- una formación bastante ecléctica en lo musical, nacida en el ambiente más alternativo francés de la segunda mitad de los ochenta. Uno de sus rasgos más característicos es que cantaban casi más en castellano que en francés, lo cual no dejaba de sorprender a priori en una formación gala. No obstante, la cosa tenía su explicación: varios miembros del grupo eran descendientes de españoles -empezando por su líder, Manu Chao-, además de familia entre sí.
Además, el propio Chao estuvo bastante ligado a nuestro país, especialmente a Barcelona. Servidor, sin ir más lejos, llegó a encontrárselo en una tasca del casco antiguo (apréciese el concepto "tasca" en toda su esencia) jugando a las cartas -o al dominó, no lo recuerdo bien- con varios parroquianos. Que qué hacía yo allá es una buena pregunta, que se responde con la vida propia de un estudiante veterano de periodismo.
En 1988, los Mano Negra sacaron su primer álbum, titulado Patchanka, que enseguida supuso la puerta al éxito y el fichaje por una multinacional, Virgin. Aunque todo el álbum fue muy bien recibido, sin duda la palma se la llevó este Mala vida que tenemos hoy por aquí, y que rápidamente se convirtió en uno de los principales temas del repertorio de estos franceses. Y que os dejo escuchar ya, esperando a su vez que no os dé a vosotros por seguir su título...
Sencillamente, quería recuperar el que fue el primer gran éxito de los Mano Negra, allá por 1988 (¡sí, 22 años tiene ya!). No obstante, con las veces que se ha radiado este tema, recuperado una y otra vez por recopilatorios y pinchado en centenares de fiestorrios varios, casi hasta yo me he sorprendido de su antigüedad. Para que luego digan que el tiempo no es relativo.
Los Mano Negra eran -como la mayoría sabréis- una formación bastante ecléctica en lo musical, nacida en el ambiente más alternativo francés de la segunda mitad de los ochenta. Uno de sus rasgos más característicos es que cantaban casi más en castellano que en francés, lo cual no dejaba de sorprender a priori en una formación gala. No obstante, la cosa tenía su explicación: varios miembros del grupo eran descendientes de españoles -empezando por su líder, Manu Chao-, además de familia entre sí.
Además, el propio Chao estuvo bastante ligado a nuestro país, especialmente a Barcelona. Servidor, sin ir más lejos, llegó a encontrárselo en una tasca del casco antiguo (apréciese el concepto "tasca" en toda su esencia) jugando a las cartas -o al dominó, no lo recuerdo bien- con varios parroquianos. Que qué hacía yo allá es una buena pregunta, que se responde con la vida propia de un estudiante veterano de periodismo.
En 1988, los Mano Negra sacaron su primer álbum, titulado Patchanka, que enseguida supuso la puerta al éxito y el fichaje por una multinacional, Virgin. Aunque todo el álbum fue muy bien recibido, sin duda la palma se la llevó este Mala vida que tenemos hoy por aquí, y que rápidamente se convirtió en uno de los principales temas del repertorio de estos franceses. Y que os dejo escuchar ya, esperando a su vez que no os dé a vosotros por seguir su título...
Mano Negra – Mala Vida (por Spotify)
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.
La de cosas que te llegabas a encontrar cuando te metías en algún tugurio del casco antiguo de los cercanos a la facultad...
ResponderEliminarQué gran tema sigue siendo mala vida.
Estos tíos han sido y son malos de cojones. El Manu Chao es uno de los pelmas más grandes que recuerdo, pero que ha sabido vender la moto a cuatro cándidos con sus posturitas anti-sistema, más falsas que un billete de 12 euros. Y el temita de "mala vida" es para suicidarse si te pilla en un día tonto. Así que ya veis...
ResponderEliminarjajjajaja patetico
Eliminarjajjajaja patetico
EliminarSin acritud. Aunque coincido contigo en lo de que Manu Chao es un fantoche, tío! si con esta canción te dan ganas de suicidarte con una de Sigur Rós… ¿qué haces? ¿Te abres en canal, te sacas los órganos, los envuelves en papel de periódico y los envías a Bangkok?
ResponderEliminarHe repasado mi texto, y en efecto, veo que la parte final se presta a mala interpretación. No quiero decir que la canción, en si misma, empuje al suicidio por su temática. Yo me refería a que me gusta tan poco que me tiraría por un balcón al oírla. ¡Una forma de hablar, oyes...! No conozco nada de Sigur Rós, aunque los he oído nombrar. Voy a buscar algo de ellos en el ARES...
ResponderEliminarEfectivamente, hace tiempo que Manu Chao más que un defensor de los desfavorecidos, parece un embajador del buenrollismo internacional, casi el representante de la MTV en temas de conciencia "sosiá". En este sentido, te recomiendo escuchar a Les Wampas, con Píldora aquí desde hace algún tiempo. Sin embargo, la música de Mano Negra, por bien que a veces irregular, no era tampoco particularmente mala... vamos, gustará o no gustará, pero de ahí a suicidarse, macho...
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