jueves, 6 de octubre de 2011

Sunny Afternoon, The Kinks, 1966


En ocasiones he comentado que uno de los momentos más memorables de la historia del rock, en los que la cantidad y calidad se aunaban espectacularmente en las listas de éxitos, fue el comprendido entre la primavera y el verano de 1966. Pues bien, el de hoy es uno (más) de los temas que justifican el porqué de la anterior afirmación.

Sunny Afternoon es, a pesar de su soleado título, una crítica al endurecimiento del sistema fiscal británico desarrollado por el gobierno de Harold Wilson. De hecho, si sois un poco conocedores de la historia del rock, otro tema no menos famoso y compuesto casi a la vez iba en el mismo sentido: Taxman, con el que los Beatles abrían su álbum Revolver (sí, ahora entendéis el sentido del famoso coro "ah, ah, Mr. Wilson...").

En el fondo, la cosa tenía su lógica. El premier británico, laborista (esto es, más o menos progresista) decidió subir los tipos del impuesto progresivo vigente, lo cual perjudicaba especialmente a las rentas más altas, como era de esperar. Y claro, hacia 1966, grupos como Beatles o Kinks se habían convertido en auténticas máquinas de hacer dinero, y recibían de lleno el efecto de un impuesto así. Así que se quejaban consecuentemente. Por lo menos, hay que decir en su descargo que no optaron por abandonar el país o domiciliarse en el extranjero, como después sería hábito extendido de cualquiera con más de dos duros en el banco. Y si no, miren ustedes el enorme elenco de ilustrísimos vecinos andorranos, monegascos y suizos que hay en el mundo. Miren, miren por ahí.

La irónica queja de los Kinks, no obstante, tuvo un efecto tremendamente rentable. Lanzado en junio de 1966, el single escaló hasta el número uno -sucediendo a Paperback Writer de los de Liverpool- y obtuvo unas ventas millonarias a ambos lados del Atlántico. Es de imaginar que, a la vista de los números, el señor Wilson tampoco vería con malos ojos aquella crítica. Al final, la pela es la pela. Y si es libra esterlina, aún más. 




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

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