martes, 20 de marzo de 2012

Self Esteem, The Offspring, 1994


En cierto modo, hoy ha sido un día casi flashback total. Y es que, a lo largo del mismo, he coincido -por casualidad o no- con algunas personas a las que conozco desde hace muchos años pero con las que en los últimos tiempos no tenía un contacto demasiado constante. Supongo que esto nos pasa a todos, así que comprenderéis perfectamente esa sensación tan familiar de cuando se acumulan varios reencuentros, por breves y fortuitos que sean, en una misma jornada. 

Debo decir que en todos los casos me ha hecho muchísima ilusión, aunque uno de ellos ha sido especialmente entrañable por lo absolutamente inesperado y sorpresivo del asunto. Resulta que después de estar en Barcelona en una reunión de trabajo (precisamente con un antiguo compañero y amigo al que también hacía bastante que no veía) he ido a casa de mis padres a comer, costumbre nacional de estos tiempos. Tras lo cual, me he acercado un momento a recoger a mis sobrinos del colegio. 

Y miren ustedes que, entre las atentísimas profesoras entre el follón de la salida de niños, se encontraba ¡una de mis antiguas colegas y camaradas de jaranas findesemaneras de quince y aún veinte años atrás! Resulta que es la profesora de la clase de al lado a la que asiste mi sobrina mayor, y en cuanto nos cruzamos la vista -para lo cual me puse bien visible, asegurando el tiro- fue una sensación de esas tipo "¡coooooñoooo! ¿qué haces tú aquí?", tan propia de los que han compartido más de una o dos cervezas con asiduidad y hace tiempo que no se ven.

La verdad es que sólo ha sido un momento, el justo de la salida del colegio, pero ha sido totalmente entrañable, como os decía más arriba. Así que, como pequeño recordatorio de los saraos del Cornellà la Nuit de mediados de los noventa, donde coincimos toda una serie de invencibles resistentes, me he querido regalar uno de los himnos que lo adornaron. 

Y es que en cuanto comenzaban a sonar los berridos pseudoborrachuzos que abrían Self Esteem, todos los asistentes alzábamos nuestras cervezas y procedíamos a iniciar uno de los muchos grandes momentos de la noche. ¿Verdad, Manoli?




Hasta la próxima.

2 comentarios:

  1. UUUOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!! ke grandeeeeeee!!!!! jojo!! mira ke verla en el cole, eh Javi??? ke bueno...me encanta la cancion!!!

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    1. Sí, fue como sacarla totalmente de contexto, je, je. Claro, a mí, me viene más a la mente saltando esto que ordenando niños, pero es lo que tiene cumplir años...

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