domingo, 15 de noviembre de 2009

My Way, Frank Sinatra, 1969


Tras 88 Píldoras de pop y rock, supongo que me permitiréis salir por una vez del registro habitual para poner uno de esos temas que, aunque lo hayas escuchado mil veces, te sigue poniendo la carne de gallina. Al menos, es lo que sucede al que esto escribe, y creo acertar si digo que no soy el único. Se trata de uno de las canciones más emblemáticas de toda la carrera de Frank Sinatra. Se trata de My Way.

Es menester decir que, a pesar de interpretar un tipo de música bastante alejado de los estándares rock, la vida de Sinatra es -nunca mejor dicho- de cine. Pocas estrellas rock pueden decir que tenían una auténtica banda de crápulas juerguistas en su vida real, el célebre Rat Pack que fundó Humphrey Bogart y que tuvo un digno sucesor en Sinatra. Sus miembros: además del jefe, estaban Sammy Davis Jr., Dean Martin, Peter Lawford (cuñado del presidente Kennedy) y Joey Bishop. Y además, era colega de algunos de los mafiosos más célebres del momento.

Por cierto, que si queréis ver divertirse y en acción al Rat Pack estelar, os recomiendo echar un vistazo a la peli Ocean's Eleven, en su versión original de 1960. Están todos, están atracando casinos, y están en Las Vegas. Como diría el castizo, casi ná.

En cuanto al tema de hoy, su génesis se debe a un grande del pop norteamericano, Paul Anka, el mismo que a finales de los cincuenta había sido todo un ídolo de quinceañeras. Éste compró los derechos de una canción francesa -Comme d'habitude- le cambió la letra y rehizo la música, hasta transformarla en el tema de hoy. Y se lo ofreció a Sinatra, que por entonces pasaba por un momento no demasiado boyante de su carrera, asfixiada sucesivamente por el rock and roll, The Beatles y la eclosión musical de los sesenta. De hecho, por aquella época, el cantante pensaba en retirarse definitivamente. Finalmente, aceptó el tema, intentando relanzar su carrera con un sonido melódico pero algo más moderno.


El tema resultó todo un éxito comercial, pero no tanto de esos que alcanzan el Top 10 en dos semanas, sino de aquellos que trabajan con mecha lenta. Aunque alcanzó el puesto nº 27 en Estados Unidos y el 5 en Gran Bretaña, su mérito estuvo en su enorme permanencia en listas: en éste último país, por ejemplo, estuvo 75 semanas en el Top 40, hasta septiembre de 1971, y otras 49 semanas en el Top 75. Además, enseguida recibió todo tipo de versiones. Entre quienes la reinterpretaron estuvieron gente como Elvis Presley, Nina Simone (versión espectacular, por cierto) o Sid Vicious (no os la perdáis...). Pero, para siempre, esta canción irá ligada, como a nadie, a la Voz.

Frank Sinatra – My Way (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

4 comentarios:

  1. Querido Javi,
    Confieso que por algunos minutos he permanecido deslumbrado (embelesado, en lengua de metrosexual) por tu respuesta a Mercè donde con total naturalidad explicas que una píldora no te lleva más de 20 minutos, en general. Grande y eficiente pluma, pardiez! Era una pregunta natural, con una respuesta inesperada y sobrenatural. Para aquéllos que nacimos con neuronas en confines independientes y de localización ignota, 20 minutos es a la píldora lo que la creación del mundo en 7 días fue para Jesús!!
    Por algunos minutos me he rendido a tu pluma, a tu verbo, a la cantidad de detalles técnicos, musicales, históricos, estéticos y letrísticos que destilan tus píldoras…qué digo píldoras, estas grajeas planetarias y seculares, estas pastillas analgésicas y alucinógenas, estas viagras para el intelecto y el gusto, erectoras de conciencias con efecto Duracell, rompedoras de corsés y membranas auditivas. Este Ginseng rojo coreano energizante, estas pastillas para dormir bien, este antidepresivo para la materia gris, y esta alegría pal cuerpo, qué coño. Y encima gratis.
    Digo que confieso que por algunos minutos. Sólo por algunos minutos. Pero se rompió el hechizo cuando reví algunos de tus otros tiempos. Lo que te llevaba habitualmente preparar un examen en 2 días, o hacer una lista de ejercicios en 5 minutos, o un trabajo semestral en un finde, allá por el año 95.
    - Para cuaaaaaaaando? Para la clase del Satorra (léase Satogggga), de aquí a 20 minutos!!!!
    - Qué es lo que habia que hacer? (Nube de humo tras la última palabra)
    - Cómo que qué es lo que había que hacer, Javi? Los ejercicios que mandó hace un mes!
    - Pero esto no lleva mucho, no?
    - Hay gente que empezó hace 3 semanas, entre los que contamos a los máquinas, y ha tenido que dejar algunos en blanco.
    - Bueno, fotocopiamos y firmamos, no? Como la otra vez. (Mientras se recuesta en la barandilla del metro)
    - Javi, el Satorra (Satoggggga) va a preguntar en clase!
    - Pues se pasa un rato de vergüenza y ya está. 5 minutos de sonrojo bien valen estas 4 semanas de asueto (Nota del traductor: donde reza “asueto” se lee “tocarse la polla” en el original).
    - Como regla de tres, está bien. Y como mentalidad de economista, más. Pero, esteeeee…. los ejercicios cuentan 40% de la nota final y en Agosto no queremos estar aquí, no?
    - (Cambio de expresión, de la sonrisilla de lado a cara de concentración, presteza y mirada resolutiva, scanner de alrededores, visionado de colegas con los deberes hechos….víctima a babor, al ataque!)

    Los siguientes 10 minutos son indescriptibles. Escribas a 1000 por hora, dando buena cuenta de los ejercicios del lumbreras responsable del turno. Banda sonora: la musiquilla de Benny Hill, mientras vuelan hojas, bolígrafos, clips, un estirón final, ah..el nombre, ostia!.... y entrando por la puerta, según se entra a la derecha, se entrega, como uno más. Pasamos desapercibidos, uffff!! Ya queda una semana menos.

    Javi, eres tú quien siempre anda engañando al tiempo, o es el tiempo el que nos engaña a nosotros?

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  2. Damas y caballeros, quien acaba de hacer el anónimo ejercicio anterior de prosa fenomenal, aguda, guasona Y EN LA QUE DESDE SIEMPRE ME INSPIRO CON EL MAYOR DESCARO Y FRECUENCIA, no es otro que mi amigo, mi compadre, Don Santiago Budría Rodríguez.

    El tiempo, amigo Santi, es un concepto relativo. Sin saberlo, me lo dáis vosotros, ya que sería imposible escribir sin el concurso de las de las pequeñas historias, experiencias y situaciones que me rodean y de todos aquellos con los que interactúo. Sólo me limito a darle cuerda al reloj. Pero sin vuestros minutos y segundos, no andaría nada, nada, nada.

    Es menester decir que el ejercicio pirático-universitario que este individuo describe es absolutamente cierto y verídico. Por cierto, no te olvides de Jorge "Cóooomoooo?" Oviedo. Ese tipo sí que tenía la capacidad de elongar el tiempo. Qué mamon: sus clases no se acababan nunca. Eso sí, a cambio, nos lo cobrábamos a golpe de pitorreo, jashondeo y chascarrillo de lo más diverso a su salud. Aaahh, pero toda cara tiene su cruz: fue una de las tres asignaturas suspendidas en toda la carrera, todas tres, por cierto, durante aquel memorable trimestre de 1993.

    Por cierto, vete preparando, porque uno de estos días va a caer... la Maratón Gastronómica Alicante 2001.

    Un abrazo, compáter.

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  3. Agarrado al cepillo de dientes de un lado y con el otro brazo dándole la vuelta a la cabeza cual floripondio coronil, me pregunto, poco después de medianoche y antes de ser presa del sueño: suspendiste? Veo la respuesta entre brumas...Sí, suspendiste... Fueron tres...Tres de cuatro posibles. Y fue justo en el último trimestre, y poco después de espetarme en un recreo, tras palmoteo cuartelario en mi hombro y beverage en la izquierda algo así como: "jo tío, la uni no es pa tanto. He aprobao todo. Fíjate que para que me pudieran echar en este primer año debería suspender 3 este último trimestre". Ante tanto derroche probabilístico, sólo caben las palabra del gran pensador oriental Xiq Hito: Jarl.

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  4. Como dijo el clásico, "¿hase falta desir nada más"?

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