miércoles, 30 de marzo de 2011

El Garrotín, Smash, 1971


La primera vez que escuché el singularísimo tema de hoy, hace bastantes años, le pregunté a mi padre si era una de aquellas canciones que ponían en las fiestas y guateques varios en plan guasa y cachondeo. Éste me miró con una cara como diciendo "qué pena de hijo, para esto le estoy dando estudios..." y respondió con un genérico y diplomático "sí, esto sonó mucho en su época".

Y menos mal que no le añadí a mi pregunta una coletilla del tipo "algo así como Zapato Veloz o The Refrescos" (King Africa aún no se conocía), que si no, me deshereda. Adiós a los jets privados, los cortijos en Andalucía, las fincas en la Toscana y los holdings empresariales. Por tonto. 

La causa de la para mí entonces imprevista reacción estaba en que, en realidad, El Garrotín, en la forma que les dieron los sevillanos Smash, era toda una punta de lanza del mejor rock de fusión que se hacía por aquí a principios de los setenta, predecesor del rock andaluz de los grandísimos Triana. Sin embargo, por entonces, aquella canción yo sólo la podía entender en toda la ingenuidad e ignorancia musical de la que hacía gala con comentarios como ese.

Asimismo, el comentario también revelaba la falta de intrepidez del rock de principios de los noventa, en los que era imposible encontrar ejercicios de audacia musical como el de El Garrotín. Los jóvenes de entonces crecimos poco acostumbrados a las novedades arriesgadas, y se notaba. Porque, ¿cómo concebir una canción de rock psicodélico en inglés... con unos pases de flamenco de pura cepa por enmedio?

En todo caso, mi padre tenía la razón en que fue un tema muy sonado en la España de 1971. Smash, acompañados de la voz del cantaor Manuel Molina (el de Lole y Manuel) se marcaron todo un hit que encajó perfectamente en los gustos musicales del momento, como digo, en cierto modo mucho más avanzados y dados a lo inesperado que los de ahora. 

Así que ya sabéis el porqué de la reacción original de mi padre. Menos mal que no me lo tuvo en cuenta para la herencia, después de todo.


PS: no es que haya abierto la veda del clip a base de fotos. Es que es un fragmento del documental Underground: la ciudad del arco iris. Título que, por otra parte, aleja bastante a la canción del tractor amarillo aquel de los Zapato Veloz. Lo digo por si alguno no quiere jugarse también su herencia.



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

2 comentarios:

  1. Hay fusiones que, por arriesgadas, pueden derivar en... KITSCH

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  2. ¿"Kitsch"? Cómo se nota que tú no te juegas los cortijos, las fincas y los conglomerados de empresas... "y con mi guitaaaaarrraaaaaaaaaaa..."

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