domingo, 4 de septiembre de 2011

Glorious, Andreas Johnson, 1999



No, no es que a mitad de la tarde haya tenido unos irrefrenables deseos de merendar a golpe de Nutella, ni nada por el estilo. Para empezar, porque uno es de la generación Nocilla: si ya apenas la toco, menos aún voy a ir tirando de otra cosa que traicione a las tradiciones. 

Pero mentiría si dijera que en la elección del tema de hoy no ha tenido nada que ver el enésimo aanuncio de la marca italiana. Como no se os escapará, Glorious es la canción que le pone la sintonía, especialmente la (gloriosa) sección orquestal que era su principal tarjeta de visita. 

Pues bien, mirad que tenía el tema entre mis preferidos desde su publicación, hace ya casi doce años. Y mirad que lo han puesto sopotocientas mil veces en publis diversas. Nada: los reflejos, a veces, son cojos, mancos y con menos vista que Rompetechos, y hasta la presente ni se me planteó traerlo aquí. Pero como buena gota malaya, el impacto publicitario, al final, prosperó.

Johnson fue lo que se llama "one hit wonder", es decir, un tipo que tuvo la fortuna de marcarse un gran éxito -precisamente, Glorious- y del que nunca más se supo, al menos fuera de su Suecia natal. Allí consiguió un nombre de más relevancia, también en parte como recurrente aspirante a representar a su país en Eurovisión. No os extrañe, pues, que un año de estos aparezca  finalmente por allí. Ya sabéis: la gota malaya, etc.

Una última nota, cerrando el tema de las cremas merendoleras varias. Señores publicitarios: de momento, sigo con la Nocilla. Pero es de momento. Si siguen utilizando a Bisbal para sus promociones, voy a tener que replantearme cambiar de tercio. Quedan ustedes avisados.

Glorious (por Goear)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

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