martes, 25 de octubre de 2011

It's My Party, Lesley Gore, 1963


El de hoy es uno de los "dramones" adolescentes más escuchados de todos los tiempos, cuyo estribillo "it's my party, and I'll cry if I want to" ya es más que suficiente para retrotraernos a una era de largos cadillacs descapotables, elevados cardados por parte de ellas y cazadoras del equipo de fútbol (americano, por supuesto) por parte de ellos. American Graffiti total. 

Y si no, vean ustedes, vean: cuenta la historia de una adolescente que celebra su cumpleaños con el personal... ¡y va y le aparece el novio con otra! No me digáis que esto no da para un número uno, pardiez. 

De acuerdo, de acuerdo: si vuestra respuesta a la anterior sentencia es "no", estáis en lo cierto, pero en 1963 aún quedaba tiempo para los hits politizados, especialmente en Estados Unidos, donde aún se vivían los últimos coletazos del pop tontorrón que copaba las listas en los años previos a la revolución beatle. Así que una rabieta adolescente era más que suficiente para montarla parda en los charts. 

Que es exactamente lo que sucedió. En junio de aquel mismo 1963, It's My Party alcanzaba el número uno del Billboard, y convertía por unos instantes a su intérprete, la realmente adolescente Lesley Gore -tenía 16 años- en una estrella nacional. 

Lo cual fue por los pelos, dicho sea de paso. La primera grabación de la canción no fue suya, si no de la británica Helen Shapiro, en febrero del mismo año. El único motivo por el que fue Gore y no Shapiro quien se apuntó el tanto se debió a que la discográfica de la segunda optó por lanzar el single más tarde. De manera que, para más inri, muchos pensaron que su versión sólo era un cover de la de Lesley Gore. Encima, apaleada. Que ustedes lo pasen muy ye-yé.  




Letra dela Píldora.

Hasta la próxima.

2 comentarios:

  1. "Últimos coletazos del pop tontorrón"... Pues sí, y no sería por falta de alternativas. Pocas semanas antes, Bob Dylan había lanzado su primer gran LP, "The freewhelin Bob Dylan", con clásicos como su celebérrimo "Blowin in the wind" o "Masters of war". Como un huevo a una castaña, oiga.

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  2. Gran apunte, desde luego. Se suele admitir que la revolución musical de lis sesenta se inicio hacia 1965, cuando Dylan y los Beatles se conocieron no sólo físicamente (el famosísimo paseo en taxi y todo aquello) si no también estilística y musicalmente. El primero ganaría notoriedad e influencia, y los segundos, trascendencia y fondo.

    Sin embargo, es totalmente cierto que tanto por un lado como por el otro las bases estaban ya sentadas en 1963. Claro, pero hasta entonces aún era común encontrar hits de chicle como el de hoy, que. -todo hay que decirlo- también ocuparon su rincón en la historia del rock.

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