jueves, 9 de junio de 2011

Wuthering Heights, Kate Bush, 1978


Supongo que al que más y al que menos le suena -tal vez algunos incluso la hayáis leído o visto en el cine- una de las novelas más conocidas del siglo XIX, Cumbres borrascosas, de la británica Emily Brontë. Pues bien, como muchas otras piezas literarias, tuvo su traslación a la música pop. Con la diferencia de que, en esta ocasión, lo haría por la puerta grande, número uno incluido... y anuncio de colonias, de paso, también. 

Kate Bush era una polifacética cantante y compositora desconocida y de apenas 19 años cuando saltó repentinamente a la fama con este extraño pero magnético tema, inspirado en una de las escenas más tétricas de la novela de Brontë, en la que el personaje de Catherine Earnshaw invocaba a su amado Heathcliff... desde el más allá. 

Para mí, este tema siempre me evocó desde pequeño a la música oriental, china o japonesa, posiblemente por la agudísima inflexión de voz que Bush matenía en toda la canción. Como fuere, cuando años después vi que la portada del single también disponía de maneras chinescas, casi no pude evitar una de esas sonrisas en plan "'¡toma ya!", que tanto alimentan el amor propio. 

En todo caso, tamaña victoria asociativa no fue lo suficiente como para invitarme a leer inmediatamente la novela. Y admito que aún hoy no lo he hecho, y eso que llevo a mis espaldas piezas como Los Miserables (genial, que no os asuste su tamaño) e incluso las formidables Memorias de Ultratumba de Chateubriand. Tal vez sea el momento de coger de nuevo el toro por los cuernos literarios.

¡Ah! Os aviso: que no os dé un nosequé cuando veáis el clip. Desde luego, la muchacha tenía mucha personalidad para ponerse a interpretar así...

Kate Bush – Wuthering Heights (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

2 comentarios:

  1. http://www.youtube.com/watch?v=BW3gKKiTvjs

    Red Dress Version.

    Esta es una de las canciones que forman parte de todos los trastos reproductores que llevo (mp3, móvil, reproductor del coche) hay canciones que son eternas. Esta es una de esas. Al menos para mí.

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  2. Hombre, Nevot, es que es una de las grandes... fantástica aportación la del vestido rojo, muchas gracias. De hecho, ése era precisamente el clip que se utilizó como promo para el single, en concordancia que la portada del mismo. Mi elección alrededor de la otra intervención se debió a que me pareció toda una apoteosis de lo que en los setenta entendían como televisión musical: efectos psicodélicos lazarovianos, difuminados a lo Emmanuelle... impagables.

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