Las Saturnales eran unas fiestas romanas que se celebraban a partir de estas fechas, para celebrar el final de la época de oscuridad y el advenimiento del Sol Invictus, el 25 de diciembre. En ellas, todo el mundo participaba a lo largo de una semana en la que momentáneamente incluso llegaba a revertirse el rígido sistema social de entonces. Así, entre otras variantes, era posible que los señores sirvieran la comida a los esclavos.
En todo caso, su aspecto era más parecido al de un carnaval que al de una Navidad actual. Su arraigo era tal, que los cristianos fueron incapaces de suprimirlas, con lo que adoptaron una estrategia mucho más inteligente: convertirlas progresivamente en fiestas propias, empezando por el mismo día de la Natividad.
Desconozco si la reversión del orden social que tenía lugar en las Saturnales era tan absoluto como se suele presentar. Posiblemente, había de todo, como en botica. Dudo que fuera demasiado prudente propasarse con el amo, por más Saturnal que fuera, pero ciertamente las fronteras se diluían al menos en lo formal.
Una corriente de opinión considera que las actuales cenas de empresa son versiones en reducido de aquellas saturnales, por su carácter en principio igualador entre jefes y empleados. Realmente, creo que es un poco excesiva tal comparación, pero de nuevo en lo formal la cosa parece ir por ahí. Insisto, en lo formal.
Así que los que tengáis que pasar por estas pequeñas Saturnales (entre los que se incluye un servidor hoy mismo, en el momento preciso de la publicación de este post), recibid un briconsejo: cuidadín con tomarse demasiado en serio lo del compadreo. Guardad las formas...
¡Ah, la música! Hoy me apetecía traer hasta aquí este enorme temazo de los Platters, lanzado a finales de 1955 y que conseguiría alcanzar el número uno a principios del año siguiente. Va por ustedes, y por vuestras pequeñas Saturnales.
En todo caso, su aspecto era más parecido al de un carnaval que al de una Navidad actual. Su arraigo era tal, que los cristianos fueron incapaces de suprimirlas, con lo que adoptaron una estrategia mucho más inteligente: convertirlas progresivamente en fiestas propias, empezando por el mismo día de la Natividad.
Desconozco si la reversión del orden social que tenía lugar en las Saturnales era tan absoluto como se suele presentar. Posiblemente, había de todo, como en botica. Dudo que fuera demasiado prudente propasarse con el amo, por más Saturnal que fuera, pero ciertamente las fronteras se diluían al menos en lo formal.
Una corriente de opinión considera que las actuales cenas de empresa son versiones en reducido de aquellas saturnales, por su carácter en principio igualador entre jefes y empleados. Realmente, creo que es un poco excesiva tal comparación, pero de nuevo en lo formal la cosa parece ir por ahí. Insisto, en lo formal.
Así que los que tengáis que pasar por estas pequeñas Saturnales (entre los que se incluye un servidor hoy mismo, en el momento preciso de la publicación de este post), recibid un briconsejo: cuidadín con tomarse demasiado en serio lo del compadreo. Guardad las formas...
¡Ah, la música! Hoy me apetecía traer hasta aquí este enorme temazo de los Platters, lanzado a finales de 1955 y que conseguiría alcanzar el número uno a principios del año siguiente. Va por ustedes, y por vuestras pequeñas Saturnales.
The Platters – The Great Pretender (por Spotify)
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.
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