martes, 12 de abril de 2011

El Salmón, Andrés Calamaro, 2000



Allá por los años 1999-2000 -parece que no, pero ya ha llovido- servidor andaba en pleno auge de argentinofilia musical, circunstancia que compartía junto a Montse, así como con mi compadre Santi y, ya de paso, con sus conmilitones del Rat Pack alicantino. En mi caso, relacionaba aquel sonido entre latino, anglosajón y castizo a momentos muy vitales y lo vinculaba directamente a otros nombres de por aquí de aires más o menos parecidos y que escuchaba bastante en aquel momento como Café Quijano -su segundo disco estaba muy bien, ya lo contaré otro día- o Jarabe de Palo. Incluso le encontré un gran encanto a aquel 19 días y 500 noches de Joaquín Sabina, tan influenciado al respecto.

Y, por supuesto, dentro de la filia por la música procedente de Argentina se encontraba el nombre de Andrés Calamaro, que ya llevaba su estela de discazos a la espalda. Así que cuando me enteré que lanzaba un nuevo álbum, allí que estaba al tanto de su puesta en circulación. Inimaginable fue el sorpresón al conocer que no venía con un único CD...

... si no con cinco. Muy genio o muy majara se tenía que ser para hacer algo así, desde luego. Por fortuna, el precio de venta no era el de cinco discos juntos, así que no dudé en hacerme con aquel álbum de portada no muy atractiva y con título que apuntaba mucho del carácter de su autor: El Salmón.

Decir que El Salmón era un disco excelente, tal vez sea una exageración. Es lo que tiene meter más de cien canciones en un mismo saco. Sin embargo, sin problemas habían entre veinte o treinta que eran muy buenas piezas, lo cual ya compensaba por las otras setenta u ochenta algo más difíciles de pasar. Allí había de todo: rocks de casta, baladas sensibilísimas, tangos que te metían en plena avenida Corrientes... pero también cortes que más se asemejaban a demos inacabadas o a experimentos que a canciones propias de un disco con vocación de ser vendido.  

Lo que no recuerdo haber visto entonces era el clip de la canción homónima al disco, la misma que tenéis hoy delante. Y, la verdad, para qué nos vamos a engañar, tampoco me perdí tanto. O se pasaron de conceptual, o iban francamente cortos de presupuesto. A saber. En todo caso, una grandísima canción lo soporta casi todo, ¿no?

Andrés Calamaro – El Salmon (por Spotify)

PS: Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, vaya dedicada El Salmón a uno de los grandes comentaristas de este blog, el mismo que firma como ídem. Un abrazo, tío. 



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

6 comentarios:

  1. No soy la que firma con "El Salmón" pero no sabes cuanto te agradezco este post. Me encanta Calamaro y gracias a él, la música dejo de ser un soniquete de fondo y me interesó como cultura musical.

    Gracias por aportar tu granito con este gran blog.

    Un saludo. M.C.

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  2. Véase otras píldoras argentinas: de lo mejor Makaroff y, en concreto, su álbum ¨"Número Uno".

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  3. Realmente, no os podéis hacer ni una pequeña idea de como comentarios como este, motivados por un pequeño post, ayudan a ir preparando día a día este tinglado. Un abrazo, mcmartin, y muchísimas gracias por tus palabras!

    Y Mercè, ya sacaré a Makaroff...

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  4. Muchas gracias hombre! La verdad es que hasta ahora no he podido pasarme por tu blog para comentar tu dedicatoria, por asuntos muy importantes, entre ellos que ya estoy de vuelta en España y que ya he terminado la carrera!

    Un abrazo y sigue asi.

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  5. De nada! Con la canción de hoy casi hubiera sido descortés no hacer la dedicatoria...

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