lunes, 9 de noviembre de 2009

Walls Come Tumbling Down, The Style Council, 1985

A pesar del frío que hacía durante aquella noche de noviembre frente al puesto de la Bornholmer Strasse, los únicos escalofríos que recorrían por las espaldas del millar de personas concentradas allí eran provocados por la inquietud y la emoción. Poco antes, las emisoras del Oeste habían anuciado que la RDA abría sus fronteras. Y el propio noticiario gubernamental parecía confirmarlo, a su manera desapasionada y burocrática.

Aquella tarde, en un espectáculo de torpeza y anquilosamiento, el apparatchik Günther Schabowski anunciaba el fin de las restricciones a la circulación con Occidente. En teoría, tenía efecto al día siguiente - la nota de prensa estaba datada a 10 de noviembre- pero en realidad, la orden no tenía fecha determinada. Así que el hombre, ante la pregunta de un periodista, acabó afirmando desconcertado que la decisión entraba en vigor a partir de ese mismo momento, "a su parecer".

En un primer momento, los concentrados en la Bornholmer Strasse recibieron de los aún más desconcertados Vopos -la Policía Popular, Volkspolizei- unas autorizaciones sin derecho a retorno para canalizar el paso de la gente poco a poco. Sin embargo, a medida que avanzaba la noche, la creciente multitud se agolpaba cada vez más exaltada ante el puesto fronterizo. Los guardias empezaron a temer por sus vidas.

Y entonces, sucedió lo inesperado. El oficial al mando del puesto de la Bornholmer Strasse, el teniente coronel Harald Jager, sin órdenes, decidió abrir por su cuenta el paso a todo el que lo quisiera sin ninguna clase de restricciones. La riada humana hacia el Oeste fue, a partir de ese momento, incontenible.

Fue el principio del fin de un sistema, de un mundo.

Para la medianoche del 9 de noviembre de 1989 todos los checkpoints habían dejado las barreras abiertas y miles de berlineses de los dos lados del Muro se abrazaban y bebían juntos tras casi treinta años de separación. Aquella fría noche nadie tuvo frío ni pensó en la oscuridad. Salvo, tal vez, aquellos apparatchiks viejos, torpes y anquilosados.

The Style Council - Walls Come Tumbling Down (por Spotify)

PS: Cuatro años antes de lo contado arriba, el grupo de Paul Weller, The Style Council, alcanzaba el sexto puesto de las listas británicas con este Walls Come Tumbling Down -literalmente, "los muros se están viniendo abajo"- que vaticinaba como nadie los sentimientos que tendrían en el futuro aquellos berlineses. Por cierto, el vídeo se grabó en el Este, en la Polonia de los últimos años del Telón de Acero.



Hasta la próxima.

4 comentarios:

  1. Qué píldora más "excéntrica" la de hoy... Sorprendente.

    Ya sé que escribes con fluidez y que estás acostumbrado a redactar pero, por curiosidad, ¿cuánto tiempo te supone preparar la píldora diaria?

    Ciaoo

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  2. Lo más duradero es la elección del tema. Puede suponer todo el día... El resto es pan comido: buscar si existe video (y no cortado o demasiado malo), Spotify... y a escribir. El proceso de escritura puede llevar entre quince y veinticinco minutos, depende de la inspiración o de lo que requiera documentarme puntualmente sobre un ítem específico.

    Así que no hay una respuesta unívoca: hacer una Píldora puede llevar un día... o poco más de media hora, depende de cómo se mire.

    Espero que la excentricidad te haya gustado. Es una de mis Píldoras favoritas. Y la escribí antes de montarla, en el tren camino de casa. Pero no se lo digas a nadie...

    Ciao, bambina!

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  3. Por continuar con Paul Weller viniendo de lo de The Jam, gran tema incluido en el estupendo disco "Our favorite shop", que mira por donde, yo estaba convencido de que era su primer trabajo como The Style Council, y buscando en la red, resulta que el primero (oficial) fue "Cafe Bleu" que me gusta mucho menos. Aunque incluso grabaron uno anterior que sólo se editó en Japón y Holanda, "Introducing The Style Council".
    Hay que reconocer que suena muy distinto a The Jam, con todas esas influencias jazzísticas, bossanova, gran orquestación donde antes sólo había guitarreo furioso, pero bueno... ¡A mí siempre me gustó mucho este disco y especialmente el gran tema que has escogido y que cierra el repertorio!

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  4. Pues, por cierto, Maestro, ¿sabías que pasé varios años sin saber de quién era la canción, ni tan siquiera su título? Y te aseguro que conocía el tema (y me gustaba mucho) desde que salió a la luz. Son las cosas de escuchar canciones con 11 años, supongo...

    Resulta que ni lo sabía, ¡y me estaba convirtiendo en un fan de Weller! ¡Y sin conocer nada de lo mejor que ya tenía hecho!

    Por cierto, acaba de sacar un disco, el tío es incombustible. Buen tema "Wake Up The Nation", del mismo nombre que el LP.

    ¡Me voy saltando a otro comentario! Con la venia.

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