Este mediodía, en el telediario, han puesto uno de esos reportajes " de sociedad" que rellenan el espacio que queda entre política (tribunales), sucesos ("El Caso") y fúmbo (el circo, los payasos de la tele, no confundan con "deportes"). Normalmente suelen ser paridas bastante intrascendentes, que se repiten cíclicamente al menos desde que tengo memoria, y me consta que más allá también. La chorrada de hoy eran "tribus urbanas", por supuesto, de las de ahora, o de las que los redactores del telediario creen que son las de ahora.
La verdad es que tras verlo, no me quedó claro si era yo el que se hacía viejo o bien si lo que allí salía era de juzgado de guardia. Posiblemente, las dos cosas. Así, habían incalificables vestidos como dibujos animados japoneses (paga unos estudios a tu hijo para esto), mientras que otros (otras) iban disfrazadas de pin ups a lo Bettie Page cargadas de tatuajes hasta donde la cámara dejaba ver (tsk!). También habían unos fulanos bien curiosos todos de negro, con actitudes de estética abiertamente suicida, pintados como puertas decoradas de discos de Marilyn Manson y con pose de "me quiero de morí". Son los llamados EMO.
Estos últimos me hicieron especial gracia, teniendo en cuenta que son chavales adolescentes, cuyo fin en la vida debería ser -aunque fuera tan sólo por genética- otro bien distinto. Me parecieron una evolución llevada al extremo de aquellos otros tipos que hace veinte años aparecían de vez en cuando en los pubs "generalistas" -tenían los suyos propios- llamando la atención del resto del personal. Eran los que hoy, y entonces, se llamaban góticos, pero que todos conocíamos como siniestros.
Con su actitud algo pesimista, todos de negro y más o menos maquillados, la verdad es que aquellos siniestros tenían su encanto. Comparado con estos EMO de ahora, eran tipos normales, vamos, casi hippies encantados de conocerse. Además, hay que reconocerlo, más allá de toda aquella estética, solían escuchar música bastante buena. Y tenían como estandarte al respecto, por supuesto, a los gigantescos The Cure.
Éstos fueron durante los ochenta e inicios de los noventa una de las grandes bandas pop-rock del momento, con una popularidad que iba mucho más allá de los ambientes góticos. Así, ¿quién no ha escuchado alguna vez la genial Lullaby, o la hipnótica Close To Me? ¿O la desenfrenada Píldora de hoy, su mayor éxito de 1987? Recordando este temazo, Why Can't I Be You?, y su extravagante vídeo, os dejo con este pequeño homenaje a todas y a todos aquellos siniestros tan carismáticos.
La verdad es que tras verlo, no me quedó claro si era yo el que se hacía viejo o bien si lo que allí salía era de juzgado de guardia. Posiblemente, las dos cosas. Así, habían incalificables vestidos como dibujos animados japoneses (paga unos estudios a tu hijo para esto), mientras que otros (otras) iban disfrazadas de pin ups a lo Bettie Page cargadas de tatuajes hasta donde la cámara dejaba ver (tsk!). También habían unos fulanos bien curiosos todos de negro, con actitudes de estética abiertamente suicida, pintados como puertas decoradas de discos de Marilyn Manson y con pose de "me quiero de morí". Son los llamados EMO.
Estos últimos me hicieron especial gracia, teniendo en cuenta que son chavales adolescentes, cuyo fin en la vida debería ser -aunque fuera tan sólo por genética- otro bien distinto. Me parecieron una evolución llevada al extremo de aquellos otros tipos que hace veinte años aparecían de vez en cuando en los pubs "generalistas" -tenían los suyos propios- llamando la atención del resto del personal. Eran los que hoy, y entonces, se llamaban góticos, pero que todos conocíamos como siniestros.
Con su actitud algo pesimista, todos de negro y más o menos maquillados, la verdad es que aquellos siniestros tenían su encanto. Comparado con estos EMO de ahora, eran tipos normales, vamos, casi hippies encantados de conocerse. Además, hay que reconocerlo, más allá de toda aquella estética, solían escuchar música bastante buena. Y tenían como estandarte al respecto, por supuesto, a los gigantescos The Cure.
Éstos fueron durante los ochenta e inicios de los noventa una de las grandes bandas pop-rock del momento, con una popularidad que iba mucho más allá de los ambientes góticos. Así, ¿quién no ha escuchado alguna vez la genial Lullaby, o la hipnótica Close To Me? ¿O la desenfrenada Píldora de hoy, su mayor éxito de 1987? Recordando este temazo, Why Can't I Be You?, y su extravagante vídeo, os dejo con este pequeño homenaje a todas y a todos aquellos siniestros tan carismáticos.
The Cure – Why Can't I Be You? (por Spotify)
Sí, aquellos escuchaban The Cure y los de ahora Tokio Hotel... ande va a parar.
ResponderEliminarPor cierto, que si te interesa el temilla de las tribus raritas, te recomiendo "The Tokio Look Book". Puedes consultarlo en: www.tokiolookbook.com Mírate las fotos y si quieres un dia de estos te lo traigo :) (va en serio)
Javi... Hablas como un viejete en plan "qué van a inventar estos si ya en mi época lo había..." Déjalos, que disfruten, que se disfracen ahora que luego ya veremos qué oficio y qué nuevo disfraz les depara el futuro...
ResponderEliminarThe Cure magníficos!! Lullaby no envejecerá nunca y creo que siempre mantendrá el poder de mecerte en la tela de araña...
Jo, yo seré viejete que me meto con ellos, pero tu sentencia "déjalos, que disfruten y se disfracen ahora, que luego ya veremos qué oficio y qué nuevo disfraz les depara el futuro" suena más cruel que una maldición gitana lanzada por un clan siciliano... y sí, qué grandes The Cure, y qué grande Lullaby!
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