sábado, 31 de octubre de 2009

Take This Waltz, Leonard Cohen, 1988


Que no se diga que las Píldoras no son interactivas. Ayer comentábamos durante el post dedicado a Rufus Wainwright que éste había hecho magníficas versiones de The Beatles y de Leonard Cohen, concretamente sobre los temas Across The Universe y Hallellujah, respectivamente. De acuerdo con la filosofía de los posts, los músicos y grupos que ya tienen Píldora dedicada van vinculados cuando son citados en otra parte. Claro, aún no existía un post dedicado a Cohen, así que no llevaba link. Y, el gran compadre Juanjo Soriano clamó al cielo por tamaña desconsideración.

Y como creo que tiene razón, pues hoy, Píldora sobre Leonard Cohen. Y, de paso, así podré vincular el post de ayer. Como veis, aquí lo de quejarse al Maestro Armero tiene toda efectividad, sólo tenéis que dirigiros a él (ver foto y epígrafe del fulano de la derecha).

Como la mayoría de mi generación, no descubrimos al poeta y cantante Leonard Cohen hasta 1988, más de veinte años después de iniciar su carrera musical. Entonces, publicó su vendidísimo LP I'm Your Man, cuyo tema de promoción, First, We Take Manhattan, se convirtió en uno de los éxitos de aquel año y la puerta de entrada de muchos de nosotros a la lírica de Cohen. Aquel álbum, además, contenía otra joya absoluta en la Píldora de hoy, Take This Waltz.

En este tema, Cohen se basó en el poema de Federico García Lorca "Pequeño vals vienés", dentro de su Poeta en Nueva York y, de hecho, la canción va firmada tanto por el canadiense como por el granadino, en justa consideración al poeta de Fuente Vaqueros. Es un tema sensible, bellísimo, marcado por la voz rota de Cohen y al compás hipnótico de, cómo no, un pequeño vals vienés.

Por cierto, una curiosidad sobre el vídeo. Se grabó en el contexto de un homenaje televisivo al canadiense realizado a principios de los noventa. Para este tema, el equipo se trasladó a la ciudad de Granada. Parece ser que, a pesar del contexto cultural del programa, en la Alhambra no dieron permiso para grabar sus interiores, y hubo que conformarse con tomas de exterior. Aunque el resultado no es muy bueno, desde luego ya nos vale. Como el genial Forges decía, "País".

PS 11/11/16: Una de las primerísimas Pildoras me permiten despedir como debe de ser a este grande, grande, grande. Quien deja canciones como ésta, nunca acaba de marcharse del todo. 






Hasta la próxima.

viernes, 30 de octubre de 2009

Rules And Regulations, Rufus Wainwright, 2007


Ciertamente, la vida se puede entender como la suma de las pequeñas cosas que te suceden. Hay quien prefiere verla como algo superior, pero creo que es perderse lo mejor, el día a día. Dicho esto, una de las cosas que más me gustan, sin duda, es pasar buenos ratos con todo aquel que me rodea, y disfrutar con su compañía y su conversación. Lo ideal para esto es en casa, durante comidas o cenas en las que la sobremesa, tras una comida perfecta y deliciosamente orquestada por Montse, se suele convertir en un momento de charla en el que disfrutamos anfitriones e invitados por igual.

Otro momento en el que me gusta gozar de la compañía y de la conversación con amigos es durante el rato de la comida a mediodía en Barcelona, especialmente si se produce en viernes, ya que se puede extender a una sobremesa como Dios manda sin estrechuras de horarios y obligaciones del despacho. Habitualmente, los viernes por la tarde es un momento que utilizo para pasear y moverme por Barcelona a mi aire, pero que con frecuencia también aprovecho para coincidir con los buenos amigos.

Este ha sido el caso de hoy, en el que he tenido una muy agradable comida y mejor sobremesa con una gran amiga, antigua compañera de trabajo, con la que nos hemos puesto al día tras varias semanas. Una buena parte del tiempo lo hemos pasado hablando de la afinidad de gustos musicales, en un repaso desde el ye-yé hasta el estupendo George Harrison.

Especialmente coincidimos en el descubrimiento reciente común, cada uno por su lado, del cantante americano-canadiense Rufus Wainwright, un descendiente del último director general de la colonia holandesa de Nueva Amsterdam (luego Nueva York), nada menos que Peter Stuyvesant, sí, el de la marca de tabaco. Y se trata de un descubrimiento tardío: Wainwright lleva editando discos desde 1998, pero más vale tarde que nunca si la dicha es buena, dicen, y qué razón.

Los temas de Wainwright se caracterizan por su carácter melódico y sensible, incluso en las estupendas versiones que ha hecho de Leonard Cohen o The Beatles. El tema de hoy es algo más movido, en una onda más pop, pero es un gran ejemplo de la elegancia que muestra el cantante norteamericano. Espero que os guste como a nosotros. Por cierto, una abrazo, Supernena.

Rufus Wainwright – Rules and Regulations (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

jueves, 29 de octubre de 2009

Infinity, Guru Josh, 1989


Hoy vamos a cambiar un poco el tercio musical... como ya intuiréis la mayoría, yo soy feliz con el ruido de una guitarra, de un bajo y de una batería y, de vez en cuando, con un ritmo bailable discotequero pero que lleve algo de lo anterior. Por eso mismo no eran el santo de mi mayor devoción las discos de los noventa, donde los DJ cogieron la mala costumbre de poner techno, makina y demás trocotró machacón ideal para salir con el coco como un timbal.

Y además, aquella peña makinera no se lo sabía ni montar bien: con lo divertido que era currarse el follón a golpe de cervezas y algún que otro gintonic si el bolsillo estaba de fastos, los muy gilipuertas preferían tirar por el derecho con un puñado de aspirinas de colores. Encima de no saber divertirse, acabaron con el cerebro requemado. Qué listos.

Como fuera, a las discos se iba a lo que se iba, y como ya dije en otra ocasión, lo mejor era hacer de la capa un sayo y mimetizarse todo lo que se pudiera si la ocasión lo merecía. Sin embargo, de vez en cuando, sí que ponían alguna cosa que -dentro de lo que pinchaban- pagaba la pena. Y, sin duda alguna, la Píldora de hoy estaba entre lo mejor que me podían poner de aquel repertorio. Ésta sí que molaba, y mucho, no voy a ocultarlo a estas alturas.

Hace muy poco, en 2008, reeditaron y remezclaron este tema, volviendo a colocarlo al frente de las listas de éxitos. Eso es lo que llamo jugar sobre seguro. Poco original, pero seguro. Cuando un tipo llamado Paul Walden, alias Guru Josh, sacó este tema allá por el lejano 1989 (¡veinte años, nenas y nenes!), inmediatamente lo colocó en los primeros puestos de ventas y, lo que le fue aún mejor, lo hizo imprescindible del repertorio de todo aquel DJ que se propusiera llenar una pista. Y vive Dios si lo conseguían, que hasta a mí me sacaban.

Guru Josh – Infinity (por Spotify)



Si ibais a la disco (y todos ibais), sabréis que la versión original prácticamente no tenía letra, salvo aquello que repetía de "1990's, time for guru". Poesía pura, vamos.

Hasta la próxima.

miércoles, 28 de octubre de 2009

All The Young Dudes, Mott The Hoople, 1972

Tras el arrebato anti-cabrones de ayer, es momento de volver a los cauces normales y más lúdicos que caracterizan esta aventura de las Píldoras: música e historias alrededor de ella. Sin embargo, que no por ello piensen estos delincuentes de corbata que no les estamos vigilando... tal y como van las cosas, caerán más, os lo aseguro.

En todo caso, a lo nuestro. Los jóvenes adolescentes de ahora piensan que lo han inventado todo ellos, que su tecnología es la mejor posible, que su lenguaje es el más molón... bueno, tampoco hay que reirse demasiado: ¿acaso no pensábamos nosotros lo mismo hace casi veinte años? ¿No abríamos nosotros los caminos, vestíamos guay, y nuestros trastos electrónicos hoy de risa -véanse walkmans, maquinitas de marcianos o la Nintendo NES- eran insuperables? Y lo mismo pasa si seguimos mirando hacia más atrás, hacia nuestros padres, tal vez la primera generación realmente pop en España...

Todo esto viene a que el otro día escuché a un chaval en el metro apelar al buen rollo de sus colegas con un grito cafre-ritual cheli: "¡¡¡esssa peña guapa!!!", en plan queriendo decir "somos cojonudos". Bien, es exactamente uno más de los gritos cafre-rituales chelis que nosotros ya usábamos en 1990, y que utilizábamos porque los habíamos escuchado a los tipos mayores del barrio. Es decir, que la frase en cuestión soltada por el chaval no era precisamente original en el tiempo.

Ni, de hecho, en el espacio: precisamente el título de la canción de hoy, All The Young Dudes, se puede traducir casi literalmente como "esa peña guapa", y es exactamente lo que quería decir David Bowie cuando compuso el tema en 1972 para cederlo a un hasta entonces poco conocido pero veterano grupo de rythm and bues, los Mott The Hoople. Y claro, como a todos los chavales de todas las épocas y de todos los lugares les gusta sentirse de lo más cojonudo, el tema se convirtió en un éxito inmediato en Gran Bretaña, alcanzando enseguida el puesto número 3 de las listas.

Aunque se considera el himno generacional del glam rock del momento, la verdad es que lo es más por sus referencias en el texto que por su estilo y melodía, pausada y realmente bonita, muy alejada de las estridencias chillonas y llamativas más caracteristicas del glam. En todo caso, os dejo comprobar que, no en vano, se considera uno de los temas más emblemáticos de la historia del rock.




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

martes, 27 de octubre de 2009

Rock de la cárcel, Miguel Ríos, 1970


Bien, bien, la verdad es que hoy tenia prevista otra Píldora, pero visto lo visto, creo que la canción de hoy es la que más se ajusta a lo que pide el cuerpo. El alcalde de Santa Coloma (y medio estado mayor suyo), a la cárcel. Dos ex altos cargos de convergencia, al trullo. Promotores importantes, al talego. Y a todos estos, habría que añadir a los tipejos del Palau de la Música (que estos no han entrado todavía, ejem, qué verguenza). Y claro, la banda de Santos Varones gürtelianos allende las Españas...

Y así sucesivamente, ad infinitum. Pues me parece estupendo, si bien tan sólo le veo un pequeño problema a toda esta movida. A este paso, si esto sigue así, van a tener que poner anuncios en los clasificados de La Vanguardia en plan: "se busca alcalde para pueblo importante. Requisitos: no tener antecedentes penales" o "se necesita alto cargo autonómico. No se requiere experiencia previa" (bien pensado, esto ya es así ahora). Y, me temo, aún quedarían convocatorias desiertas.

O quién sabe, a lo mejor es un astuto plan de Zapatero para evitar el aumento del paro. Imagináos que mundo más bonito: toda esta escoria barnizada de respetabilidad entrullada, y la gente de a pie, mucho más sensata, ejerciendo puestos de responsabilidad privados y públicos. Y claro, como la población presa no cuenta como parados, pues la jugada es perfecta. Sólo necesitamos meter en la trena a uno o dos millones de hijoputas (que los hay si te pones a buscar), y dejamos la tasa de paro en menos del 10%. Un éxito.

Eso sí, vamos a tener que habilitar cárceles hasta en el parque de la Ciutadella... pero ¡qué idea más buena! Así, de acuerdo con este plan, unos cuantos de los que estén trabajando por allí cerca, ya sabéis, podrían tener los juzgados a mano y, de paso, la sombra para unos cuantos añitos. La de gasolina en furgonetas que nos íbamos a ahorrar.

Pero paro, que se me calienta la boca. Es lo que tiene quedarse con el dinero de la gente, y de la gente trabajadora. Sin más, espero que a todos estos tipos les den su merecido, y que ni siquiera lo pasen tan bien como los presos de la canción que Miguel Ríos versionó exitosamente en 1970.

Miguel Rios – Rock De La Cárcel (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

lunes, 26 de octubre de 2009

Fisherman's Blues, The Waterboys, 1989


Los que habéis seguido las distintas Píldoras -por no decir los que me conocéis directamente- sabéis perfectamente de mis orígenes planenses. Dichos orígenes presuponen una característica inherente a ellos: somos personas más de secano que un melón de Villaconejos. La mitad, cordobeses o de origen cordobés, y la otra mitad, también cordobeses o de origen cordobés, curtidas personas de mar todas ellas, como supondréis.

Dicho esto, es difícil comprender (incluso para mí) como acabé realizando una actividad deportiva como la que practico hoy en día: remo. Y en la mar. Toma ya giro imprevisto. Y aún hay más: encima, desde hace algún tiempo, mis compañeros de los Llaguts de Calafell, el club del que formo parte, decidieron tolerarme como responsable del tinglado. Pero, ¿cómo pudo pasar algo así, que un tío que hasta los 28 años sólo se había subido en las Golondrinas de Barcelona y en el barco de las Illes Medes acabara cogiendo tanto gusto por la mar salada?

Pues ni idea y, a decir verdad, ni siquiera las condiciones de inicio fueron las más propicias. Un día de julio de 2003, en una jornada de puertas abiertas de los Llaguts, algunos amigos de Calafell -que no tuvieron ningún reparo en aceptar de buenas a primeras a este marciano casi recién llegado- me invitaron a probar subir a la barca. Eran las dos de la tarde en plena canícula juliana, y sólo éramos cuatro remos (contando el mío) en una embarcación de ocho. Trayecto: de la Cofradía al puerto de Segur, unos veinte o veinticinco minutos del tirón.

Cuando llegué, debía de pesar tres kilos menos respecto a la salida, pero alguna cosa me hizo volver a probar muy poco después. Y tras un severísimo mareo en la segunda ocasión, aquí estamos, un orgulloso miembro de la tripulación de veteranos, y con el privilegio de poder coordinar a un grupo de gente magnífico.

Así que, como homenaje a todos ellos, y a todos los que me aceptaron y contribuyeron a que hoy en día pueda decir sin ambages que me siento como vecino de Calafell, y del barri de la Platja, aquí va esta Píldora de corazón, este bellísimo Fisherman's Blues -el blues del pescador- de los Waterboys. Muchas gracias a todas y a todos.

The Waterboys – Fisherman's Blues (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

domingo, 25 de octubre de 2009

Grace Kelly, Mika, 2007


Cada persona tiene una manera de escuchar la música. Hay quien escucha un disco completo, y hay quien sólo pasa una y otra vez algunas canciones del mismo. Hay quien, incluso nuevo, prefiere escuchar su flamante LP junto a otros, y quién lo convierte en un monopolio auditivo del que sólo se apea por mero agotamiento.

Éste último es el caso de mi Santa, Montse. Le gusta todo tipo de música y, normalmente, su forma de escucharla es bastante convencional: cuando encuentra un tema que le atrae, le pone atención, y cuando acaba, pues a otra cosa, mariposa. Yo, por ejemplo, prefiero recrearme, si tengo la oportunidad, escuchando una canción que me guste dos o tres veces, hasta saltar a otra.

Sin embargo, este aparente equilibrio de Montse se hace pedazos cuando se topa con algún disco (normalmente le sucede con álbumes) que le gusta mucho. Si éste es el caso, que Dios se apiade del pobre CD, pues lo que le espera durante varias semanas es una prueba de resistencia mucho peor que cualquiera que hubiera podido pasar en la fábrica. Ciertamente, los compactos son soportes musicales realmente resistentes, doy fe.

Uno de los discos con el que esto pasó de forma más marcada fue el Life In Cartoon Motion, del libanés Mika, y que yo mismo compré en la Fnac. Como sería de reproducido, que aún hoy es broma común en casa advertirme de que no ponga dicho CD, pues con toda seguridad, el cantante aún no se habrá repuesto de su afonía tras la paliza que recibió en 2007.

La Píldora de hoy, por lo tanto, no sólo es el tema más conocido del álbum, sinó uno de los más radiados en casa. Eso sí, se trata de una canción pop realmente buena, muy influenciada por la forma de cantar de Freddie Mercury, y que se situó en el número uno en numerosos países, incluyendo a España. Sin más os dejo escucharla. En el caso de Montse, se tratará de la 2.789ª vez...

Mika – Grace Kelly (por Spotify)




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

sábado, 24 de octubre de 2009

Take On Me, a-ha, 1985


Tras los cabreos ferroviarios y la metafísica fumbolera, la verdad es que hoy me venía en gusto poner algo meramente festivo, para pasarlo bien. Y cuando esta tarde pasaron por la tele el mítico vídeo de la Píldora de hoy, rápidamente me vino a la cabeza que este tema de los noruegos a-ha (en minúsculas) era uno de los que, fueras adonde fueras, siempre eran pinchados en discos y bares musicales, y no ya en sólo 1985 (con once años no me dejaban entrar aún), sinó diez y aún quince años después. Como pocos, lo asocio al salir de noche de marcha. Por lo tanto, habemus pildoram.

Se trata, sin duda, de uno de los himnos de los años ochenta, que resume como pocos el sonido fresco y desenfadado del momento, y la intrasdencentalidad de un pop sin más pretensiones que el pasarlo bien. Y vaya si lo consiguió. En cuanto sonaba su riff de sintetizador, la gente se activaba de forma más que evidente en el escaso medio metro cuadrado que le correspondía en la zona para bailar. Y también debía de hacerlo con más espacio en casa, a golpe de single o de LP: la canción llegó al número 1 no ya en su Noruega natal, sinó en el resto del mundo. Se trata, sin duda, de uno de los temas pop más radiados de la historia.

Y sin embargo, lo más recordado es su video, una mezcla de imagen real y dibujos animados, totalmente revolucionaria en 1985. El sistema de dibujos se basaba en una técnica bastante antigua, el rotoscopio, pero lo impactante era su fusión con las imágenes reales. Por supuesto, lo de menos era la historia del video, un pastiche romanticón, eso sí, muy del gusto de la época.

Finalmente, una última curiosidad sobre la canción. Al igual que sucedió con otra de las Píldoras, Everybody's Changing, de Keane, hubo una primera versión de Take On Me en 1984, que pasó sin ninguna pena ni gloria. Así, se optó por regrabar el tema en la versión que quedó incluida en el álbum Hunting High And Low, y que llegaría al imaginario de más de una generación.

a-ha – Take On Me
(por Spotify)







Letra de la Píldora.

 

Hasta la próxima.


viernes, 23 de octubre de 2009

Santa Maradona, Mano Negra, 1994


Ante todo, como aprecio mucho mis piernas y no me gusta que me las partan tras una esquina, diré que el post de hoy, Píldora incluida, no tiene nada contra los que disfrutan de un buen partido de fumbo. Yo mismo, cada dos o tres años, me lo paso bien viendo jugar al fulbo a la selección española, aunque admito que lo mejor es el cuarto de hora previo al encuentro, con todas esas patatas fritas, esos berberechos y esas cervezas en la mesita frente a la tele.

Antes bien al contrario, lo que me da mucha rabia, y más pena aún, es la gilipollez congénita que se monta alrededor de todo el mundo del fúrbol. Sin ir mas lejos, hace no demasiado tiempo descubrí que en Argentina se había montado una especie de iglesia donde el dios supremo no era otro que Diego Armando Maradona. Osea, que la Píldora de hoy, con todo lo extraño del título, acabaría siendo profecía cumplida, y superada, ya que, originalmente, la mofa de Mano Negra se limitaba a santificar al Pelusa. Un puñado de argentinos llegarían a deificarlo. Menudos pelotudos.

Si cogéis cualquier diario deportivo, el que sea, el nivelazo informativo está a medio camino entre un capítulo de los Teletubbies y las instrucciones de un mechero comprado en un paqui. Como muestra, echad un vistazo a cualquier diario de estos por Internet. Saramago y Pombo juntos no serían capaces de tal despliegue literario, de verdad. Y en la radio, el tema ya es surrealista. Aunque para friki, el informativo de la cadena Cuatro, cuando llega a los deportes. Un día de éstos se me rompe la tele al salir eso, fijo.

Pero claro, ¿acaso hay para llenar todos los días centenares de páginas y de minutos de radio y televisión? ¡Con lo guay que es comentar con los colegas el partido de fúsbol mientras lo ves, y luego, a dormir a casa! ¡Pues no! ¡Por lo menos, los medios podían regalar cada día una bolsa de patatitas, una cervecita o una latita de berberechos!

En todo caso, quien ha ido sólo dos veces a un campo de furgo en su vida, la última en las Olimpiadas del 92 con el gran amigo Juanjo Soriano (España 3- Polonia 2, medalla de oro para los nuestros), no puede tener una opinión muy cualificada. Así que se limita a poneros un temita cañero y molón de Mano Negra de 1994, divertido y para pasar un buen rato.

Mano Negra – Santa Maradona (por Spotify)





Letra de la Píldora.


Hasta la próxima.

jueves, 22 de octubre de 2009

Never Marry A Railroad Man, Shocking Blue, 1970


Parece que, últimamente, la compañía Rogamos Empujen Nuestros Ferrocarriles Estropeados (coloquialmente llamada por todos RENFE) ha vuelto a las andadas. Esta semana, con el mal tiempo, se ha retrocedido a lo peor de los años 2006 y 2007, cuando incluso hubo que detener el servicio de una de las líneas más transitadas de España, la C2 Sur de Cercanías Barcelona, para poder arreglarlo... o al menos para salir del paso.

Las causas de los problemas de esta semana han sido diversas, incluso un suicidio, pero el percance de hoy ha sido el mejor de todos. Sencillamente, el tren se ha quedado sin luz. Parado, y a oscuras. Esto, por otra parte, me ha dado la satisfacción personal de ratificar mi vieja teoría según la cual, cuando llueve, la catenaria debe de encogerse. Al menos, no son de madera, que algo es algo.

Tras tres cuartos de hora detenidos en el apeadero de Castelldefels Platja, y un acojonante mensaje del conductor al cabo de ese rato ("la electricidad se ha
reconciliado, pero aún tenemos que esperar a que nos den paso"), nos han acabado pasando a un tren de media distancia, para consternación de sus viajeros que han comprobado como su caro billete semidirecto se convertía en papel mojado al parar el tren en todas las estaciones. Y es que supongo que, a pesar de la elocuencia del conductor, la electricidad no se había reconciliado del todo...

Como sea, tras dos horas y pico, ya estoy en casa y al pie del cañón. Y pocas veces una Píldora ha ido tan bien al tema del post. Esta pequeña joyita pop del grupo holandés Shocking Blue,
uno de los temas que más le gustaban por aquel 1970 a mi padre (más que su otro hit mejor conocido, Venus, ya sabéis, "shis garet, mai beibe shis garet..."), nos aconseja que no nos casemos con un agente ferroviario. Consejo que suscribo plenamente, ya que si lo hacéis, cualquier día de éstos, en pleno motín, tendréis que pasar a visitarlo a un hospital.

Ah, y para acabar, un mensaje cívico. Por la C2 Sur no acostumbran a pasar picas en las horas punta, como mínimo. Por supuesto, esto lo digo para que seáis usuarios responsables del tren, y paguéis voluntariamente vuestros billetes. En el siglo XXI, los trenes son puntuales, y las personas debemos corresponder con sentido cívico.





Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.


miércoles, 21 de octubre de 2009

Good Vibrations, The Beach Boys, 1966



Para muchos, la Píldora de hoy tal vez sea la mejor canción de la historia del pop. Aunque creo que es imposible establecer comparaciones tan globales, ciertamente, pocas veces se han escrito y compuesto canciones a la altura de Good Vibrations. Para entonces, los Beach Boys ya habían abandonado su etapa surfera, y se asomaban a la psicodelia y al final de la década como mínimo a la misma velocidad que los grandes monstruos del momento, The Beatles, que por entonces estaban enfrascados en la grabación nada menos que de su Sgt Pepper's Lonely Hearts Club Band.

De hecho, el mismo Paul McCartney llegó a afirmar que para la composición de la que posiblemente fue la gran obra maestra de los sesenta, se inspiró en el álbum de los Beach Boys Pet Sounds, lanzado algo antes que la Píldora de hoy y compuesto al tiempo. Es más, tanto él como John Lennon llegaron a enviar a Brian Wilson, el líder de los Beach Boys y compositor del tema, una carta de felicitación por su grandísimo trabajo.

Por lo tanto, nos encontramos con una canción que no sólo ha pasado al imaginario popular y es considerada obra maestra por sesudos críticos actuales, sinó que desde su misma salida todo el mundo tuvo claro que las normas habían cambiado en la música rock. Pero, ¿qué tenía este tema? No se trata de una composición sencilla y facilona, sinó antes bien al contrario, un tema complejo, con estructura casi de sinfonía, y con una instrumentación realmente poco usual.

La respuesta es que... no hay respuesta. La canción era realmente buena y, por una vez, la calidad triunfó: fue número uno en todo el mundo. Tal vez llegó en un momento propicio, ávido de experiencias nuevas, lo cual permitió que el talento de Wilson fuera más allá de clichés pop y surf y acertara en la diana.

La verdad es que le costó lo suyo. La grabación del tema se extendió durante ¡siete meses! con un coste de 50.000 dólares de la época. Se usaron 90 horas de grabación magnética y participaron diecinueve músicos, contando a la banda. Muy probablemente, hoy sería impensable una apuesta así por una productora discográfica, pero quién sabe, a lo mejor es que nuestros tiempos no están tan ávidos de cosas nuevas.

The Beach Boys - Good Vibrations (por Spotify)




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

martes, 20 de octubre de 2009

Do You Remember Rock'n'Roll Radio?, Ramones, 1980

Hace unos cuantos días, os explicaba cómo se generó esto de las Píldoras, y lo que mi Santa había tenido que ver al respecto. Sin embargo, también es menester decir que tienen un antepasado, y nada menos que radiofónico. Como también os dije, estuve varios años en Ràdio Desvern, y una parte de ellos en un magazine de tarde, Aquí hi ha marro, junto con Enric Riba y Carles Hernàndez, Carlitus.

Aquello, como bien me decían el otro día, era más una fiesta que un programa de radio. Lleno de secciones de lo más diverso, tenía como característica principal unas enormes ganas de pasarlo bien por parte del equipo y de los colaboradores, y se notaba. Así, eran frecuente los minespacios presentados por personajes ficticios de lo más histriónico y ridículo. Por ejemplo, yo mismo llegué a hacer dos de ellos, un psiquiatra argentino jeta y majara (Jorge Alberto Carotti) o un nostálgico del antiguo régimen que no perdía comba cuando había que mostrarlo a micro abierto (Jaime de Mazcuñán y Argote, se llamaba el tipo).

De todas formas, uno de los mejores personajes que pasaron por allí lo hizo un colaborador que estuvo más o menos un año (lo siento, no recuerdo ahora su nombre, pero lo corregiré en cuanto pueda), haciendo de médico totalmente fuera de tono, cuya única referencia era un libro de unos tales sexólogos llamados Masters & Johnson. El tipo era la pera. Y no veas cuando descubrimos que el libro ¡existía de verdad!

Sin embargo, aparte de las frikadas diversas, al espacio al que tenía especial cariño era uno sobre música en el que cada día se repasaba un año a partir de 1960. La dinámica era bastante simple pero resultona, si me permitís la inmodestia, y a años vista: se pasaban temas del año en cuestión mezclados con noticias de la época comentadas. Aquí jugaba tanto la documentación y selección musical por mi parte, como la pericia que Carlitus y Enric tenían con la mesa de sonido... La brevedad del espacio (normalmente, no más de quince minutos) acababa de redondear el resultado. No se trataba de una idea original, pero creo que, al final, quedaba un resultado bastante guay.

Así que entenderéis el porque de una Píldora como la de hoy, titulada nada menos que Do You Remember Rock'n'Roll Radio? Además de la afinidad musical que siempre he tenido con los Ramones, esta canción, uno de los mayores hits de la banda, se ajusta como un guante a una de las mejores experiencias que pasé durante aquellos años.

Ramones – Do You Remember Rock 'n' Roll Radio? (por Spotify)




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

lunes, 19 de octubre de 2009

Sexx Laws, Beck, 1999

La Píldora de hoy es, probablemente, el tema que más escuché a finales de 1999, algo así como el hit personal del momento. Se trata de una canción de ritmo arrebatador, acompañada de potentes secciones de vientos de lo más soul así como ciertos toques de música electrónica. Y una letra chulesca y del todo surrealista...

El tema se incluía en el LP del mismo año, Midnite Vultures, que, al igual que en los anteriores discos del músico californiano -especialmente, Odelay (1996)- juega con sonidos y estilos de lo más heterogéneo, desde el folk hasta la electrónica. Esto no es demasiado de extrañar, pues Beck, hijo de un músico de blues callejero, se crió en suburbios donde pasó por el punk, el breakdance, el hip hop e incluso... sonidos presbiterianos, ya que su abuelo paterno (osea, el padre de su padre, el músico callejero) era nada menos que pastor de esta confesión en el conservador estado de Kansas. De tal palo, tal astilla, supongo.

Por cierto, no es la única referencia religiosa del músico. Por lo visto, es un gran seguidor de la Cienciología, como John Travolta o el muy majara Tom Cruise. Y, según parece, media familia suya también lo es, en algunos casos, de segunda generación y todo. Realmente, en el mundo del rock cabe de todo...

Para acabar, una referencia al vídeo del tema. Al igual que la canción, es una especie de disparate surrealista en el que se mezclan tipos carne de psiquiatra (ojo al papel del actor Jack Black), estrafalarios jugadores de fútbol americano, marcianos de película de serie B y hasta ¡una nevera intentando montárselo con un horno! No es para menos, al fin y al cabo, se trata de desafiar todas las leyes sexuales, ¿no?

Beck – Sexx Laws (por Spotify)





Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

domingo, 18 de octubre de 2009

Tranquilo majete, Celtas Cortos, 1993

La Píldora de hoy es, en cierto modo, la segunda parte de la de ayer. Si entonces explicaba los ímprobos esfuerzos para atraer al personal femenino en la discoteca, aguantando como los valientes cualquier tema que perpetrara el DJ, hoy nos centraremos en otros lugares bien diferentes para salir de marcha, los pubs de cerveza y música de guitarra que habían en Cornellà durante los noventa.

Es menester decir que eran lugares de lo más heterogéneo y distintos entre sí, pero todos tenían en común una parroquia con cierto gusto por la música estridente y tanto en inglés como en castellano. Irse a ligar, también se iba, pero el ambiente era bastante menos forzado -a mi juicio- que el de las discotecas de tarde en las que hasta donde poco antes había asistido con asiduidad.

Hubieron varios locales, separados en el tiempo y en el espacio, pero bien próximos entre sí. Así, destacaban el histórico Made In Spain (lógico adivinar qué musica ponían), el Por Huevos (el más cercano a casa), el Al Socayo (junto al engendro makinero del Axioma 3)... pero, sin duda, el rey durante muchos años fue el Tijuana. Tras un breve período situado en un bar muy cerca del frecuentadísimo Café Blanc, pasó a un local en la calle Miranda, donde se vivieron sus años de oro. Allí, junto a los colegas de marcha habituales, coincidías con otros conocidos y amigos de Cornellà y de Las Planas: en ocasiones, parecía casi un club social. No era para menos. Su posterior traslado y conversión a discoteca, que ya no conocí, dieron al traste con aquel magnífico ambiente.

La filosofía de aquellos pubs era clara: muchas cervezas (baratas y efectivas), más berrear, la dosis correspondiente de air guitar cuando la canción lo requería, y sarao, mucho sarao. La Píldora de hoy -el gran éxito de los Celtas Cortos de 1993-1994- fue, durante aquellos años, uno de los temas más recurrentes e imprescindibles que se marcaban, garantizando cuatro minutos de juerga y jarana rodeado de buenos amiguetes... eso sí, ahora que recuerdo, era bastante más difícil ligar allí. Tal vez nos relajábamos demasiado en las formas...

Celtas Cortos – Tranquilo Majete (por Spotify)



Letra de la Píldora.


Hasta la próxima.

sábado, 17 de octubre de 2009

Enjoy The Silence, Depeche Mode, 1990

La Píldora de hoy, uno de los mayores hits de Depeche Mode junto al LP al que pertenecía, Violator, nos servirá para recordar, durante un instante, los últimos años de oro de las discos, aquellos en los que, llegado un momento de la tarde -las ocho, normalmente- aún el DJ ponía dos o tres temas lentos para ver si "animaba" un tanto el ambiente.

A los más jóvenes de hoy lo anterior puede parecerles casi ciencia-ficción, pero para la mayoría de los que íbamos a la disco con dieciséis o diecisiete años, era la parte fundamental de la tarde. Bien maqueados (incluso, en aquella época, ponerse la corbata no era cosa tan rara), andabas bailando-rondando a las chicas durante el rato previo a las ocho, a ver si conseguías acabar luego pegadito a alguna cuando el pinchadiscos cambiaba el compás sandunguero por otro más íntimo.

Cuando, finalmente, esto sucedía, se observaba un curioso fenómeno de decantación en la pista. Aquellos con pareja, o que habían conseguido convencer a alguna en los momentos anteriores, se quedaban en medio, mientras el resto, tíos y tías, se apartaban montando un cerco alrededor de los más afortunados. A veces, si te quedabas fuera, podías acabar convenciendo a alguna chica también situada en la barrera, pero lo normal era acabar de espectador convidado de piedra. Así que lo mejor era emplearse a fondo antes de las lentas o, mejor aún, traer ya el trabajo hecho antes de llegar a la disco.

A menudo, para poder entrar mejor a una chica, lo suyo era aguantar -soportar es el verbo más exacto- del mejor grado los temas que ponían antes, normalmente cosas del tipo OBK o los primeros hits makineros, especialmente si veías que eran del gusto femenino. A la fuerza ahorcaban... sin embargo, tambien podías tener más suerte y que se marcaran algo como el tema de hoy, que además de ser muy popular entre ellas, también era del agrado de uno. Y como ligar era, es y será una cuestión de brillo y chispa, aquel día lo tenías, en principio, bastante mejor para acabar en el centro de la pista. Así que ¡que viva Depeche Mode!

Depeche Mode – Enjoy the Silence (por Spotify)




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

viernes, 16 de octubre de 2009

'74-'75, The Connells, 1993


Ayer recibí una invitación por el Facebook para ser contacto no de una persona, sino de una entidad a la que estuve vinculado nada menos que siete años. Se trata de la emisora municipal de Sant Just Desvern, Ràdio Desvern. Ahora hace algunos años que no participo en ella -aunque mantengo contacto con algunos de los compinches de allí- así que me hizo una gran ilusión volver a formar parte de la radio, aunque sólo fuese por Internet.

Mi llegada a la emisora fue bastante circunstancial. No tenía experiencia ni antecedentes radiofónicos, así que casi ni sé porqué escogí esta opción a la hora de hacer las prácticas de periodismo de primer año. Pero lo hice, y de esta forma, en la primavera de 1997, comencé a colaborar en el magazine de la mañana, conducido por Hèctor Suriol (el director de la radio) y Olga Mengual. Mi papel era presentar mini espacios diarios sobre seguridad vial -aún pasarían seis años para que me apuntara a la autoescuela, por cierto- y sobre la OMIC, la oficina del consumidor. Creo que había otro más, pero de éste, lo admito, ya no me acuerdo.

Aquellos espacios se grababan en un pequeño estudio, y luego se emitían durante el magazine, pues los experimentos hay que hacerlos con gaseosa. Tras acabar las prácticas, me ofrecieron quedarme, para mi sorpresa, y como le empezaba a coger el gusto a la cosa, acepté. Finalmente, tras varios programas más grabados, un día (creo que el 1 de julio de 1997) me atreví a entrar en directo, armándome de valor.

Y es aquí donde cobra sentido la Píldora de hoy, pues era la canción que precedió a mi primer directo en la radio. Es como si lo estuviera viendo ahora: los cascos puestos, el guión delante de mí y debajo del micro Sennheiser, un cigarrillo encendido, The Connells de fondo, y muchos nervios a sublimar en aquel estudio de las antiguas instalaciones anexas a Can Ginestar (Cangi, para todos).

Considero que fue el inicio de verdad de todos los años siguientes como miembro de aquel estupendo grupo de gente de radio. Los principales de los cuales los pasé, por cierto, en el magazine de tarde Aquí hi ha marro, conducido por Enric Riba (viejo compañero del instituto) y Carles Hernández, el archiconocido Carlitus para todo santjustenc que se precie de tal. Pero a este capítulo, ya entraremos otro día...

Ah, una cosa sobre el tema en sí. Lanzado en 1993, llegó a tener bastante éxito... en 1995, especialmente en Alemania y en los países nórdicos. Curiosidades del mayor éxito de una banda, The Connells, oriunda de Carolina del Norte, USA.




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

jueves, 15 de octubre de 2009

Fade To Grey, Visage, 1980


Si la Píldora de ayer era rock potente, con aire de blues y de psicodelia e, incluso, olor a aceite de motor, la de hoy es todo lo contrario. Es la postmodernidad por la postmodernidad, la estética por la estética, el sintetizador como religión. Algo bastante paradójico, teniendo en cuenta que los componentes del grupo que la interpretaron, Visage, tenían todos ellos antecedentes...punk.

El grupo, en el que militó durante un breve tiempo Midge Ure -que luego pasaría a liderar otra célebre banda de la época, Ultravox- se convirtió en la quintaesencia de los neorrománticos, llevando hasta cotas insospechadas la estética excesiva y el maquillaje corporal. No obstante, como comprobaréis, cualquier descripción se queda bastante corta en cuanto se ve el vídeo...

Fade To Grey es un tema de inspiración claramente futurista, frío pero muy intenso. Y aquí entra el motivo de su elección como Píldora, además de su calidad. Casi desde que aprendí a leer, siempre me atrajeron la astronomía (que otro día trataré) y la ciencia-ficción (ídem). Y esta canción, como pocas otras, me parecía la perfecta combinación musical para aquellas historias prospectivas, con naves espaciales y lugares lejanos en el tiempo y en el espacio. Cuando sonaba esto en la radio, cualquiera que fuese la edad que gastara, me era imposible resistirme a coger la primera buena novela que tuviera a mano, y leer alguno de sus pasajes.

Para acabar, sólo añadir que Visage tuvo en este single, lanzado el 10 de noviembre de 1980, el mayor éxito de su carrera, llegando al número uno en Alemania y Suiza y al Top 10 en numerosos otros países, incluyendo el Reino Unido. Por cierto, si tenéis la oportunidad, os recomiendo escuchar todo el LP en el que se incluía, de igual nombre que la banda, realmente estupendo de principio a final.

Visage – Fade to Grey (por Spotify)




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Whole Lotta Love, Led Zeppelin, 1969

Hoy me he tenido que pegar una gira involuntaria con el coche por mi antiguo barrio, Les Planes (Las Planas, en lengua indígena) de Sant Joan Despí (San Juan Despí, íd). A pesar del increíble cabreo para aparcar, 20 minutos y gracias a que no fueron más, me permitió hacer un pequeño viaje turístico acelerado -y tan acelerado- por los lugares en los que había crecido.

La verdad es que Las Planas (exacto, todavía me considero un indígena) ahora parece un barrio bastante apañado, muy diferente del que se construyó en apenas diez años a caballo entre los sesenta y los setenta. Para que os hagáis una idea de cómo debió de ser en sus albores setenteros como territorio comanche, aún en 1990 hablabas con colegas de otras zonas aristocráticas como Sant Ildefons (El Satélite para sus moradores) o Bellvitge (pronúnciese Belviche) y seguían pensando que tú eras un quinqui de pro. Y hombre, de pro, ya no éramos.

La música que se escuchaba en todos estos lugares era bastante variada, aunque predominaban dos estilos por encima de todos los demás: el choleo lolailo, por un lado, y el rock duro (popularmente conocido como jevi metal) por el otro. Entre éste último grupo, por allá los ochenta, y aún antes, las bandas preferidas por el selecto público eran las de siempre, las grandes: Deep Purple, Judas Priest, Scorpions... y cómo no, Led Zeppelin. Con los años la cosa evolucionó hacia otras formaciones como Metallica o Guns'N'Roses, pero las influencias de nuestros hermanos mayores -bueno, las de los hermanos mayores de los demás- ya estaban más que sentadas.

La Píldora de hoy es uno de los grandes temas de Led Zeppelin y, sin duda, de los más potentes que se compusieron en su momento. Si aún hoy suena realmente fuerte, imagináos que debió pensar un chaval de 1969. Incluido en el LP Led Zeppelin II, en numerosos países fue lanzado como single en 1970, uno de los cuales fue España. Y sorpresa: llegó al puesto número 4 de las listas de éxitos. Y es que cuando la gente de mi barrio se lanzaba a las tiendas de discos...




Letra del tema.

Hasta la próxima.

martes, 13 de octubre de 2009

Where The Streets Have No Name, U2, 1987

A la hora de hacer la Píldora de hoy, me fue bastante difícil no acordarme de la entrevista Celebrities de Muchachada Nui a Bono ("Booonooorrrrllll!!!" o "eso hace que me comprometa con muchas movidas humanitarias... a cascoporro"). Pero me voy a abstener... sería un no parar. Para el que no la haya visto, ya tiene trabajo en Youtube.

En cuanto al Bono de verdad, y a la banda a la que pertenece, U2, bueno, tampoco hay demasiado que añadir. Sin duda, es la más famosa del fantástico (y exportable) mundo musical irlandés, donde cabe encontrar otras formaciones estelares como The Cranberries o The Corrs, y a artistas como Sinnead O'Connor o Enya. Pocas formaciones han sobrevivido tantos años -desde 1976- y han evolucionado tanto, aportando en cada momento algunos de los himnos de hasta tres décadas.

El de hoy es uno de ellos, lanzado como tercer single de apoyo del enorme LP The Joshua Tree, en agosto de 1987. Aunque sólo llegó al puesto número 4 de las listas británicas y al 13 de las norteamericanas, enseguida se convirtió en un imprescindible en los directos de la formación irlandesa: ¡645 interpretaciones en 642 conciertos!. En cuanto al vídeo, que tenéis más abajo, se rodó en una azotea de Los Ángeles, y las comparaciones con la célebre filmación de The Beatles en la azotea de los estudios Abbey Road, en 1969, es bastante inevitable.

Como sea, este tema es uno de los últimos éxitos del grupo antes de su gigantesca transformación de 1991 en su Achtung Baby. Todavía quedaba por medio el disco medio directo Rattle And Hum (1988), pero muy pronto el grupo se encerraría en el estudio para dar un enorme salto musical: U2 se asomaba a los noventa...

Por cierto, no me gustaría acabar sin rendir homenaje a un buen amigo que recientemente ha tenido la valentía de marchar a la tierra de U2 a cambiar de vida, sin importarle las incertidumbres. ¡Un saludo y un abrazo muy fuerte, Herr Müller, y disfruta de los discos de Chet Baker!

U2 – Where the Streets Have No Name (por Spotify)



Una cosa más, a sugerencia vuestra, a partir de hoy, ahí va la letra.

Hasta la próxima.

lunes, 12 de octubre de 2009

Luminosa mañana, Triana, 1974


La canción de hoy es una bien conocida por todos los miembros del clan familiar Alberca-Rodríguez. De hecho, junto a todas las demás que componían el estupendo LP El Patio del grupo andaluz Triana, de 1975. No sólo era un disco (de hecho, cassette, todavía existente) de recurrente reproducción en casa, sinó que era inevitable en los numerosos viajes que hacíamos los cuatro a Puente-Genil, Córdoba, durante la década de los setenta y ochenta.

Viajes que en su mayoría se realizaron en un Renault R8, al principio, y en un R6, más tarde. Aquellos periplos, como el primer viaje de Colón, establecieron plusmarcas en tiempo de viaje, aparentemente inexplicables en unas máquinas durísimas como aquellas pero no marcadas por la gran potencia de sus motores, precisamente.

El secreto estaba en la costumbre de mi padre de no parar casi bajo ningún concepto, y hacer la mayor parte del viaje en horario nocturno, además de exprimir al máximo las posibilidades técnicas de aquellos valientes vehículos. Se comía y se dormía en el coche (¡igualito que ahora!) y, como mucho, a veces, se hacía una breve parada en Despeñaperros. Resultado: en poco más de ocho horas se recorrían los casi mil kilómetros que separaban a nuestra casa del pueblo.

Por supuesto, un viaje así daba para mucho: dormir -incluso en el maletero, bajando el asiento de atrás-, leer, charlar... y escuchar música, que se reproducía en interminables bucles de cassette donde el LP de Triana que incluye a la Píldora de hoy tenía uno de los puestos de honor. Nos marcó tanto a todos, que cuando hace pocos años regalé a mi padre para su cumpleaños el CD de este disco, mi hermana y yo nos hicimos una copia inmediatamente... ups, quiero decir que nos compramos nuestros propios discos, naturalmente...

Para acabar diciendo algo del propio tema, se lanzó en 1974 como cara B del primer single del grupo andaluz (la cara A era Recuerdos de una noche, Bulerías 5x8), y se incluyó en el álbum El Patio del año siguiente. Hay que decir que este disco no fundó el llamado rock andaluz -una versión autóctona del rock progresivo europeo, donde lo sinfónico era reemplazado por las influencias del flamenco-, pero sí lo lanzó al éxito durante el lustro siguiente. Y en nuestra casa, desde luego, arrasó.

Triana – Luminosa mañana (por Spotify)

El vídeo es una actuación en directo en el programa de TVE Ahora. La calidad no es óptima, pero lo suficiente como para que podáis disfrutar de esta pequeña joya del rock andaluz. Por su parte, he preferido ilustrar el post con la portada del LP y no del single ya que además de ser muy buena, para mí, esta es la imagen de la canción durante mi infancia y juventud.



Hasta la próxima.

domingo, 11 de octubre de 2009

Let Me Entertain You, Robbie Williams, 1998


La verdad es que, cuando hace ya once años me topé con la Píldora de hoy, mi sensación fue ambivalente. La causa de ello es que este tipo me evocaba al grupo al que había pertenecido hasta poco años antes, los Take That. Como comprenderéis, si escuchas a gente como The Who o The Kinks, una cosa del estilo de los Take That lo único que te puede producir es sarpullido. Como primer y más leve síntoma, por supuesto.

Por esa misma razón, los primeros temas en solitario de Williams me pasaron desapercibidos. Ciertamente, no hay peor ciego que el que no quiere ver. No es que Robbie Williams sea actualmente el santo de mi devoción, pero hay que admitir que sus singles suelen ser trabajos que, dentro de lo más estrictamente comercial y propio de la MTV, no están demasiado mal. O, tal vez, es que me hago viejo.

Mi opinión negativa sobre Robbie Williams empezó a cambiar algo tras toparme un día con el videoclip que apoyaba a la Píldora de hoy. Todo un auténtico ejercicio de egolatría y narcisismo, sin embargo mezclaba de forma magistral, a mi juicio, los excesos de un concierto de Kiss (el maquillaje y vestuario es revelador) y de la mítica ópera rock The Rocky Horror Picture Show (1975). Algo fuera de lo común si procedías de un grupo de quinceañeras.

En cuanto al tema en sí, está planteado como un extenuante y potentísimo rock, que se ajusta realmente al planteamiento pasado de rosca del vídeo. Incluido en el primer LP del cantante, Life Thru A Lens, de 1997, llegó al número 3 de singles en el Reino Unido. Escuchando esto -y viendo el vídeo-, lo que parecía extraño era que este individuo hubiera pertenecido a un grupo para adolescentes. Tal vez su complejísima personalidad, en la que drogas, depresión y trastornos diversos se han entremezclado puedan explicarlo algo mejor... como sea, aquí os dejo con un gran tema.

Robbie Williams – Let Me Entertain You (por Spotify)



Hasta la próxima.

sábado, 10 de octubre de 2009

Holding Out For a Hero, Bonnie Tyler, 1984


Pocas canciones resumen de forma tan concentrada aquellos ochenta marcados por los excesos de toda clase, musicales, estéticos, de forma de vivir... la Píldora de hoy, Holding Out For a Hero (conocida por mucha gente como "I Need A Hero", por el estribillo) te deja al final de ella agotado tras tanto choque sónico.

Y es que nos encontramos ante la antítesis del minimalismo musical. Aquí lo que se estila es el horror vacui, el pánico a dejar un sólo segundo de la canción sin llenar de sonido. Desde la batería distorsionada, hasta los coros acelerados, pasando por el sintentizador a toda pastilla, en el tema de hoy no hay una sola concesión a la introspección, en absoluto. Hay que decir que este sonido era muy característico del pop americano de la época, aunque, de hecho nuestra protagonista de hoy, Bonnie Tyler, es galesa.

Bueno, y ya puestos, qué decir del aspecto de la Tyler. Ella misma era otro compendio del aspecto más pasado de vueltas de la década. Con un aspecto que recordaba al de una lagarta de V, al de una de las desvalidas hijas del típico anciano a proteger por el Equipo A (y a la que se ligaba indefectiblemente Fénix) o al de una fulanilla cualquiera de Corrupción en Miami, es la viva imagen de los ochenta a golpe de maquillaje y permanente de dos litros de laca.

El vídeo, por su parte, no se queda atrás. Grabado en 1986 para apoyar al LP Secret Dreams And Forbidden Fire, no tiene desperdicio. Es como una especie de cuento de hadas adaptado al western. Todo es de folletín, pero efectista al máximo, tal y como lo entendían en los ochenta: mucho fuego, disparos, ventiladores a discreción (que podían con todo menos con la mencionada permanente)... hoy día parece casi paródico, pero os aseguro que entonces no lo era en absoluto.

Sin más, aquí os dejo con el que, a pesar de lo anterior, es una canción que realmente engancha hasta el final y que seguro habréis escuchado decenas de veces -y disfrutado también, que os conozco...- Ah, el tema se incluía en la banda sonora de un clásico ochentero, Footlose (1984).

Bonnie Tyler – Holding Out for a Hero (por Spotify)




Hasta la próxima.