jueves, 17 de junio de 2010

Song 2, Blur, 1997



A principios de 1997, quien escribe ya era un militante blurista incondicional desde hacía bastante tiempo, mucho antes de su explosión de tres años atrás. Así que pude presumir de que antes de marzo ya tenía dando vueltas su quinto y nuevo disco, de igual nombre que la formación, en el CD de la cadena del comedor. Se había lanzado apenas dos semanas antes.

Por cierto, me ha venido ahora a la cabeza el hecho de que, por error, mi ejemplar tenía repetido el tríptico que conformaba la carátula del compacto. Gracias a ello, tuve -hasta que me independicé- una de las copias desplegadas sobre una repisita que presidía mi cama de soltero, que era de aquellas que se podían plegar sobre el armario, tan propias de los setenta.

Cuando puse el disco, no podía ni imaginar lo que me esperaba. Ya estaba acostumbrado al eclecticismo musical de la banda, pero en aquella ocasión, a mi juicio, rompieron el molde. Habían dejado atrás su estilo britpop (adelantando así la partida de defunción de aquella movida) pero el cambio, en su caso, fue para mucho mejor, lo cual tenía un enorme mérito añadido.

Tras el tema de apertura, la espectacular Beetlebum -una de mis canciones favoritas del grupo- empezó a sonar la Píldora de hoy. A pesar de que Blur atesoraba algunos temas de gran potencia, no recordaba en su haber un ciclón como el que salía de los altavoces. A las distorsionadísimas guitarras, se añadían aquellos célebres aullidos "WHOOO-OOOO!!!" que parecían obra de un loco. Cuando acabó el tema, tuve que parar un momento la reproducción para poder encajar aquellos dos minutos escasos de choque sónico.

Pasados aquellas dos gigantescas canciones de inicio, sabía que acabaría conquistado por el resto del disco, y así fue. Ya no era brit, a pesar de su obertura cuasi beatle. Más bien era de sonido oscuro y extraño, algo psicodélico y un poco electrónico a la vez. En cualquier caso, parecía ser exactamente lo que estaba esperando escuchar. Dos años después, al aparecer su sexto LP, 13, el efecto no fue igual. Y es que con el álbum Blur, fue amor al primer aullido...

Blur – Song 2 (por Spotify)


Letra de la Píldora
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Hasta la próxima.

4 comentarios:

  1. Juan José Soriano19 de junio de 2010, 17:49

    En respuesta también a la primera píldora de Blur, aparecida el día de mi cumpleaños, he de decir que yo también soy más de Blur que de Oasis, que me parecían más bien una fábrica de noticias para la prensa amarilla que un grupo musical.
    Pese a Wonderwall, claro.

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  2. Pese a Wonderwall, y a Wathever, añado. Desde luego, musicalmente Blur, en mi opinión, siempre fueron más completos y creativos. Incluso en sus discos menos conocidos. Por cierto, si te puedes hacer con una edición de todos los singles de Blur, lanzada hace unos años, y que incluía sus numerosas caras B, descubrirás algunas cosas muy interesantes...

    Por lo demás, descuida, que tengo ya en reserva como oro en paño la Píldora para tu futuro cumple... tampoco te costará adivinarla, tras tanto ajetreo aniversarístico...

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  3. Estaba esperando este tema que me trae tan buenos recuerdos e imágenes...como subía la temperatura de la pista de A por huevos o del Tijuana.
    En casa se hace tan corto que no puedes evitar apretar el replay !!

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  4. ¿Que si subía la temperatura? ¡Echaba chispas la pista! Hasta las mayores moles jeviatas se apuntaban a menear el esqueleto! Y, estarás de acuerdo conmigo en que, con canciones como ésta, qué fácil que nos era aguantar en el Tijuana hasta cerrarlo, y luego después en el A por huevos hasta que nos echaban...

    La suerte es, precisamente, que dura poco. Porque, tras sonar esto, ¡era como si te hubieran sacudido como una esterilla, de tanta energía quemada!

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