A menudo se ha citado en este blog al año 1967 como el de la paz, el amor, los hippies, San Francisco y todo eso. Sin embargo, a nivel musical, además de ser el año de la música psicodélica por antonomasia, vio nacer a un estilo que marcaría en buena parte los siguientes diez años: el rock sinfónico o progresivo.
El punto de partida reconocido de aquel estilo que, en el fondo, eran numerosos estilos -en los que se podían mezclar el rock, la música clásica, y hasta los sonidos tradicionales europeos y la primera música electrónica- tuvo lugar casi al final de año. Con pocas semanas de diferencia, The Moody Blues, una formación que hasta entonces había cosechado éxitos en clave rythm and blues, lanzaba el álbum Days Of Future Passed, mientras que otro grupo, que hasta poco antes había acompañado a la cantante soul P.P Arnold, se rebautizaba como The Nice y sacaba a la luz su opera prima, el magnífico The Thoughts of Emerlist Davjack.
The Nice acabaría desembocando en una de las grandes superformaciones progresivas de los setenta, Emerson, Lake and Palmer. Sin embargo, a nivel popular, el mayor éxito se lo marcarían The Moody Blues, cuya música sería mucho más accesible para el gran público.
Days Of Future Passed, el primero en aparecer de los dos LP's apuntados, y en el que se incluía la Píldora de hoy, fue todo un revulsivo a nivel musical y conceptual. Por primera vez se intentaba fusionar de manera ambiciosa el pop y el sonido clásico (hasta entonces, se habían dado casos puntuales, pienso ahora en Eleanor Rigby de The Beatles, por ejemplo). Es menester decir que se trataba de una fusión algo tosca: se basaba en unir una serie de muy buenos temas pop con pasajes de música clásica contemporánea. Todo el conjunto iba prologado y epilogado por unos versos que, he de admitirlo, la primera vez que los oí -17 o 18 años- me dieron algo de mal rollo...
Por supuesto, el tema estrella de aquel álbum, y que trascendió a la propia carrera del grupo, fue este inolvidable Nights In White Satin. Personalmente, siempre consideré que se trataba de un tema con algunos pasajes un poco edulcorados, pero en conjunto, prácticamente impecable. Tanto, que no sólo consiguió el éxito al cierre de aquel 1967, sinó de nuevo en un relanzamiento cinco años después, ya en 1972, en plena efervescencia del rock sinfónico. Os dejo recordarlo y entender el porqué.
El punto de partida reconocido de aquel estilo que, en el fondo, eran numerosos estilos -en los que se podían mezclar el rock, la música clásica, y hasta los sonidos tradicionales europeos y la primera música electrónica- tuvo lugar casi al final de año. Con pocas semanas de diferencia, The Moody Blues, una formación que hasta entonces había cosechado éxitos en clave rythm and blues, lanzaba el álbum Days Of Future Passed, mientras que otro grupo, que hasta poco antes había acompañado a la cantante soul P.P Arnold, se rebautizaba como The Nice y sacaba a la luz su opera prima, el magnífico The Thoughts of Emerlist Davjack.
The Nice acabaría desembocando en una de las grandes superformaciones progresivas de los setenta, Emerson, Lake and Palmer. Sin embargo, a nivel popular, el mayor éxito se lo marcarían The Moody Blues, cuya música sería mucho más accesible para el gran público.
Days Of Future Passed, el primero en aparecer de los dos LP's apuntados, y en el que se incluía la Píldora de hoy, fue todo un revulsivo a nivel musical y conceptual. Por primera vez se intentaba fusionar de manera ambiciosa el pop y el sonido clásico (hasta entonces, se habían dado casos puntuales, pienso ahora en Eleanor Rigby de The Beatles, por ejemplo). Es menester decir que se trataba de una fusión algo tosca: se basaba en unir una serie de muy buenos temas pop con pasajes de música clásica contemporánea. Todo el conjunto iba prologado y epilogado por unos versos que, he de admitirlo, la primera vez que los oí -17 o 18 años- me dieron algo de mal rollo...
Por supuesto, el tema estrella de aquel álbum, y que trascendió a la propia carrera del grupo, fue este inolvidable Nights In White Satin. Personalmente, siempre consideré que se trataba de un tema con algunos pasajes un poco edulcorados, pero en conjunto, prácticamente impecable. Tanto, que no sólo consiguió el éxito al cierre de aquel 1967, sinó de nuevo en un relanzamiento cinco años después, ya en 1972, en plena efervescencia del rock sinfónico. Os dejo recordarlo y entender el porqué.
The Moody Blues – Nights In White Satin (por Spotify)
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.
Maestro Javier: mis felicitaciones por la píldora de hoy: todo un clásico. La importancia que tuvo este tema en el nacimiento del llamado rock sinfónico fue enorme. El uso del mellotron de forma masiva fue imitado -o seguido, o sirvió de inspiración- a muchos posteriormente. Si te acuerdas, los mismísimos "King Crimson" lo utilizaron en un tema igualmente clave para la música progresiva como fue "Epitaph". E incluso los Beatles lo usaron, en el mismo año 1967, en "Strawberry field forever". Quizás este tema dio origen al incluso abuso de teclados que supuso el sinfónico.
ResponderEliminarPero me parece notar que este estilo no te va mucho... Me equivoco?
Je, je, je... mientras estaba leyendo tu comentario estaba escuchando precisamente una Píldora potencial, "The Court Of The Crimson King", de los King Crimson, un tema espectacular. Por otra parte, disfruto como un enano escuchando el "Flower King of Flies" o el cover de "America" de The Nice. "Shine On You Crazy Diamonds" (las dos partes) de Pink Floyd son temas de cabecera. En otras palabras, sí que me gusta el rock sinfónico, al menos mucho más que a la mayoría, supongo.
ResponderEliminarSin embargo, junto a la música del momento, y a los Beatles y los Kinks, crecí escuchando cosas como mi idolatrado Marc Bolan (tengo prácticamente todo lo que hizo con T.Rex), Bowie, Suzi Quatro, Blondie, Sex Pistols o Ramones. En otras palabras, casi la antítesis del sinfónico, al que, con grandes excepciones, llegué tarde y mucho más precariamente.
Pero puedo asegurarte que no tengo ninguna clase de objeción respecto al progresivo. Un tipo que se pone con frecuencia el "Hocus Pocus" de Focus es imposible que las tenga...
Mis disculpas, Javi. Reconozco que quizás he hecho un juicio demasiado apresurado y partiendo de desconocer la situación real. Después de ver los temas que citas, efectivamente te va también el sinfónico.
ResponderEliminarHoy por hoy no lo escucho mucho; la gente evoluciona, pero siempre te queda el poso de todo lo que has oido y que fundamenta tu "trayectoria musical". Para mí, el rock sinfónico fue muy importante durante varios años. Piensa que el primer LP que compré fue el "Wish you were here" en el año en que salió (1975). Tenía 12 años. A partir de ahí cayeron casi todos los grupos de ese movimiento: Génesis, Yes, EL&P, King Crimson (quizás éstos eran más experimentales que otra cosa, como se comprobó después)Camel, Pink Floyd (hay gente que no los mete en esta denominación, pero entonoces la verdad es que no sabría encuadrarlos), Barclay James Harvest, Renaissance... y así seguí hasta la New Wave. Entonoces me fui dando cuenta de que quizás había otras cosas mas directas, menos elaboradas, pero mucho más divertidas. Creo que en mi caso particular no fue el vídeo el que mató a la estrella de la radio, sino The Police que le dió la puntilla al sinfónico...
De todas formas, de vez en cuando sigo oyendo esos discos (en CD; los vinilos los tengo guardados como oro en paño) y bueno, tienen su punto. Por ello, y como continuación a este hilo, me atravería a sugerirte una pildora de, por ejemplo, Génesis. Hay temas que tenemos que reconocer eran increíbles: "Afterglow", "The Carpet Crawlers", "Firth of Fifth", "Cinema Show" (sobre todo, la versión en vivo del "Secons Out" con Bill Brudford y Phil Collins -cuando todavía era músico y no una estrella Disney- tocando la batería)...
Parece mentira cómo hay personas que pueden recibir inspiración para hacer canciones como ésta. Sólo hay que cerrar los ojos y te transporta.
ResponderEliminarNo hay nada de qué disculparse, hombre! Si esa es la gracia del tinglado, que cada uno diga la suya! Además, como ya te apuntaba más arriba, llegué tarde y precariamente al progresivo, no como tú, que te cogió desde el minuto cero.
ResponderEliminarPor decirte algo, sin contar la música que iba sonando del momento, era mucho más fácil verme pinchar (es un decir, con los CD) un disco de los macarras de Slade o los parroquianos de pub Mott The Hoople, que de Emerson, Lake and Palmer. Para que te hagas una idea, los primeros los compraba, mientras que los segundos, los pillaba de prestado en la biblioteca municipal, por si las moscas.
Osea, que tu intuición primera no era del todo errónea. Lo que pasa es que uno crece, y como pasa con el vino, el gusto le mejora con la edad. Por ejemplo, para mí era impensable escuchar a Sinatra ("¡ese carca de los tiempos de mi abuelo!") con 17 o 18 años, y ahora lo disfruto cual enano sin complejos. Pues con el buen progresivo me pasa igual. De todas formas, sigo teniendo algunos discos de este estilo que todavía hoy me parecen algo heavys de escuchar... habrá que seguir madurando la cosa.
Me apunto lo de Génesis. Por suerte, Phil Collins tuvo la decencia de firmar sus cosas con la Disney ya bajo nombre propio. Algo es algo...
Y Mercè, esa es precisamente la gracia del rock sinfónico, que te permite cerrar los ojos y transportarte... necesité algún tiempo llegar a esa conclusión (no era tan divertido como, por ejemplo, el punk de los Sex Pistols), pero al fin llegué a descubrirlo, por bien que de forma mucho más limitada que el amigo Jose.