En muy pocas ocasiones sucede que tanto la opinión del público en general como la de los diversos departamentos gafapastas (modalidad "críticos de cine") coincidan de forma contundente. El caso del film que motivó el tema Píldora de hoy, la célebre La vida es bella, fue una de éstas, como casi no podía ser de otra forma.
Siempre se dice que el espectador de una película tiende a identificarse con el héroe de la misma, pero, paradójicamente, casi siempre nos atrae más el personaje del malo, a menudo con mayor poder de atracción. Pues bien, en su obra más popular (y, con toda la modestia, creo que la mejor de largo), el director y actor Roberto Benigni consiguió de forma magistral que nos olvidáramos de que, en una tragedia como la copa de un pino, en realidad, habían muchos malos.
Porque, y sigo en mi opinión, ése y no otro es el gran acierto y encanto de La vida es bella. Que no es una película de guerra, ni siquiera sobre el Holocausto. Es un canto a la infinita capacidad del ser humano por salir adelante cargado de optimismo. Y sí, Benigni, en muchas escenas interpreta de forma exagerada, casi histriónica. Pero, ¿no es esa la forma de sobrellevar la tremenda historia que nos estaba contando?
Y como toda gran película, una parte de su éxito es la banda sonora. En este caso, el tema escogido no podía haber sido mejor. Beautiful That Way, interpretada por la israelí de origen yemení (al igual que Ofra Haza) Noa, acababa de poner la guinda positiva al film, incluso con una melodía tan aparentemente melancólica.
El tema se convirtió en todo un éxito mundial a partir de finales de 1998 y 1999, cuando La vida es bella se estrenó primero en Estados Unidos y después en la mayor parte del mundo. Hasta entonces, su impacto se había circunscrito a su Italia natal, donde ya se había estrenado poco antes de las Navidades de 1997. Fijáos, había pasado casi todo un año por medio: son las cosas del cine europeo...
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.
Siempre se dice que el espectador de una película tiende a identificarse con el héroe de la misma, pero, paradójicamente, casi siempre nos atrae más el personaje del malo, a menudo con mayor poder de atracción. Pues bien, en su obra más popular (y, con toda la modestia, creo que la mejor de largo), el director y actor Roberto Benigni consiguió de forma magistral que nos olvidáramos de que, en una tragedia como la copa de un pino, en realidad, habían muchos malos.
Porque, y sigo en mi opinión, ése y no otro es el gran acierto y encanto de La vida es bella. Que no es una película de guerra, ni siquiera sobre el Holocausto. Es un canto a la infinita capacidad del ser humano por salir adelante cargado de optimismo. Y sí, Benigni, en muchas escenas interpreta de forma exagerada, casi histriónica. Pero, ¿no es esa la forma de sobrellevar la tremenda historia que nos estaba contando?
Y como toda gran película, una parte de su éxito es la banda sonora. En este caso, el tema escogido no podía haber sido mejor. Beautiful That Way, interpretada por la israelí de origen yemení (al igual que Ofra Haza) Noa, acababa de poner la guinda positiva al film, incluso con una melodía tan aparentemente melancólica.
El tema se convirtió en todo un éxito mundial a partir de finales de 1998 y 1999, cuando La vida es bella se estrenó primero en Estados Unidos y después en la mayor parte del mundo. Hasta entonces, su impacto se había circunscrito a su Italia natal, donde ya se había estrenado poco antes de las Navidades de 1997. Fijáos, había pasado casi todo un año por medio: son las cosas del cine europeo...
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.
Totalmente de acuerdo con tu opinión sobre la película, Javi. Lo mejor que tiene es hacer pasar un drama terrible (y más terrible aún si piensas que todo fue cierto) como una comedia. Gran actuación de Begnini (un poco pasado de vueltas, como siempre), pero también hay que recordar la crítica más generalizada que se le hizo: que era absolutamente increíble. En una situación como la que plantea la película (un padre con su hijo pequeño encerrado en un campo nazi de concentración tras perder a su esposa y madre del niño) parace imposible que el padre mantuviera tales arrestos. Por lo demás, hay que reconocer que la canción de Noah es un bonita melodía
ResponderEliminarHombre, te diré que no soy un alma particularmente azucarada, ni proclive a la lágrima fácil (en "Titanic" llegué a divertirme viendo al resto del cine como una magdalena, eso sí, quitándome el sombrero ante la maestría de Cameron para provocar suspiros y mocos a discreción) pero "La vida es bella" me emocionó sinceramente. Aunque fuera exageradamente increíble, ¿no nos hubiera gustado a todos ser un poco ante la vida como aquel padre?
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