Hace unos días, en el mercado municipal, andaba echando un vistazo al pescado (sección langostinos & navajas, preferentemente) cuando dos individuas, de previsible nombre Jenni y Vane, andaban haciendo cuentas de sus próximas adquisiciones materiales a la hora de casarse, con toda probabilidad con sus Jonathan y Charly, respectivamente.
La lista era mucho mejor que la que un servidor hizo al emanciparse con Montse, en plan tele de plasma de 42 pulgadas y cosas por el estilo. "Bueno", pensé con evidia sana (de verdad), "parece que ahora a algunos chavales les va mejor, con crisis y todo". Y me volví a concentrar en el turnomatic para ver si me llegaba ya el momento de pillar los langostinos, en suculenta oferta.
Y de repente, caí fulminado, ante lo que una le dijo a la otra. Consejo sin par, enorme donde los hayan, solidario como pocos y de enorme responsabilidad social: "Tía, pues ahora cuesta mogollón pillar curro, así que cuando te queden sólo cinco meses de paro, ve pensando en empezar a buscar algo".
Acojonante, oiga. Así, mientras que a aquella tipa le quedaran más de cinco meses de paro, no sólo yo me pagaría los langostinos, sinó también sufragaría la tele de plasma de 42 pulgadas de la Jenni/Vane. Coño, yo he sido un (muy) agradecido usuario del paro, y sé lo (muchísimo) que cuesta encontrar trabajo, y no digamos digno, pero la indecencia de plantear la prestación como unas vacaciones pagadas por el estado -ergo, el común de nosotros- es para matar al caradura de turno.
Así que dedico la canción de hoy a esas fenómenas, que visualizan la otra cara del, por lo demás, imprescindible modelo de economía del bienestar: para permitir que muchos puedan subsistir mientras se desesperan en encontrar un empleo, posibilita la existencia de unos pocos parásitos sociales con una jeta de piedra pómez.
Por cierto, la canción fue el principal éxito incluido en el LP Americana de The Offspring. ¿A que suena cantidad al Ob-La-Di, Ob-La-Da de The Beatles?
The Offspring – Why Don't You Get A Job? (por Spotify)
La lista era mucho mejor que la que un servidor hizo al emanciparse con Montse, en plan tele de plasma de 42 pulgadas y cosas por el estilo. "Bueno", pensé con evidia sana (de verdad), "parece que ahora a algunos chavales les va mejor, con crisis y todo". Y me volví a concentrar en el turnomatic para ver si me llegaba ya el momento de pillar los langostinos, en suculenta oferta.
Y de repente, caí fulminado, ante lo que una le dijo a la otra. Consejo sin par, enorme donde los hayan, solidario como pocos y de enorme responsabilidad social: "Tía, pues ahora cuesta mogollón pillar curro, así que cuando te queden sólo cinco meses de paro, ve pensando en empezar a buscar algo".
Acojonante, oiga. Así, mientras que a aquella tipa le quedaran más de cinco meses de paro, no sólo yo me pagaría los langostinos, sinó también sufragaría la tele de plasma de 42 pulgadas de la Jenni/Vane. Coño, yo he sido un (muy) agradecido usuario del paro, y sé lo (muchísimo) que cuesta encontrar trabajo, y no digamos digno, pero la indecencia de plantear la prestación como unas vacaciones pagadas por el estado -ergo, el común de nosotros- es para matar al caradura de turno.
Así que dedico la canción de hoy a esas fenómenas, que visualizan la otra cara del, por lo demás, imprescindible modelo de economía del bienestar: para permitir que muchos puedan subsistir mientras se desesperan en encontrar un empleo, posibilita la existencia de unos pocos parásitos sociales con una jeta de piedra pómez.
Por cierto, la canción fue el principal éxito incluido en el LP Americana de The Offspring. ¿A que suena cantidad al Ob-La-Di, Ob-La-Da de The Beatles?
The Offspring – Why Don't You Get A Job? (por Spotify)
Joer que gente, de verdad. La Jenni y la Vane... Pero esto explica en parte la discusión que tenemos en mi blog con el tema del consumo y la crisis (desde allí me han enlazado a aquí)
ResponderEliminar¡Amén! No entiendo como alguien puede tener ese rostro de pedernal y aprovecharse de esa manera de los recursos públicos, cuando, como tú dices, hay gente que pasa verdaderas penurias estando en paro. A mí me daría vergüenza torera. Parece como si lo del paro para la Jenni y la Vane fuera jauja... Y lo de la cuenta de los cinco meses es como para que en ese mismo instante les cayera a ambas un rayo fulminante en la cabeza.
ResponderEliminarRayo jupiterino que un servidor gustosamente les hubiera lanzado a su pétreo rostro. Hombre, ciertamente, en algunos trabajos se paga una mierda poco más alta que el paro, y eso implica que las pérdidas presupuestarias de los sufridos explotados no son tan elevadas como en un trabajador cualificado. Pero eso no justifica tamaño rebuzno insolidario Vanesso-Jenniano. Magnífico debate el que se ha sostiene al respecto en el blog de Eulez. Acabo de dejar una aportación. Disculpadme la incontinencia parrafal. Cuando un tema me puede...
ResponderEliminarEs la otra cara del Estado del bienestar.. igual q cuando creas la ley, creas la trampa, cuando das facilidades a la gente, siempre hay qien se aprovecha de ellas.
ResponderEliminarJavi, si no te conociera opinaría que acabas "de caer del guindo" respecto al tema Vanne/Jenni...
ResponderEliminarLa similitud con la canción de los Beatles es demasiado, en plan querella y todo!
¡¡Que los Reyes sean muyyyy generosos y que hayan practicado mucho Consumismo para ti y para Montse!! ;)
Granhermanismo en estado puro. Esto es lo que nos ha traído el nuevo milenio.
ResponderEliminarEn Mundet, alguien ha tenido la ocurrencia de colgar una doble viñeta en la que se comparan 1969 y 2009. En la viñeta de la izquierda (1969), unos padres, una maestra y un niño. Los padres le recriminan al niño sus malas notas. En la viñeta de la derecha (2009), los mismos protagonistas. Los padres le recriminan a la maestra las malas notas del niño.
Claro está, tan pronto vi los dibujitos, puse el grito en el cielo. ¿1969? ¡1989! Y si me apuran, 1999 (aunque claro, este último no lo puedo afirmar en primera persona). ¿O acaso no tengo razón?
Respecto al tema de las querellas, bueno, lo cierto es que hay casos sustanciados en los tribunales que podrían servir al Maestro Armero como inspiración para los próximos días.
En fin, suscribo la moción de Mercè. Felices Reyes para tod@s, pese a todos los Kevin y Jonathan del mundo.
Felices Reyes también para vosotros, a ver que os han traído los ídems!!! Aquí, todavía, se han comportado con el consumismo deseado por Mercè, así que han contribuido a que los números de la economía no sean tan malos! ZP, escúchanos: Reyes Magos un día a la semana, y la economía a reflote en dos meses!
ResponderEliminarPor otra parte, hay temas más de querella que éste de The Offspring. A fin y al cabo, lo que se marca es el ritmo, casi idéntico, pero el resto de la canción es muy diferente. Otro tema -con el que me descojono cada vez que suena- que recibe la misma fuente rítmica es "La invasión de las ladillas enfuresidas" de los Mojinos Escozíos. No os perdáis los coros cantados, por supuesto, por las ladillas enfuresidas.
Más descarado es lo de My Sweet Lord...
En cuanto a las viñetas de Mundet, creo, efectivamente, que hasta 1989 son válidas (al menos, hasta 1988). Pero lamento informar que, según tengo entendido y me cuentan, en 1999 la cosa ya había degenerado mucho. Efectivamente, fuimos los últimos de Filipinas...
Ciao, bambini!
Estoy completamente de acuerdo en el tema de la insolidaridad, pero vamos a ser realistas. ¿a quien de nosotros no le han tomado por un "pringao" por no cobrar parte de nuestro sueldo en negro? ¿a quién no le han mirado como si fuera un marciano por no intentar cobrar hasta el último centimo de paro porque para estas cosas tenemos los ahorros? ¿cuantas veces nos han llamado "rojos y comunistas" con todo el desprecio del mundo porque no queremos comprarnos un piso y menos para especular con él?
ResponderEliminarEs muy triste lo de la Jenny, desde mi punto de vista lo único positivo que puedo sacar es que para ella no lo es.
Ciertamente, el tinglado en los últimos años ha ido dirigido a engatusar al personal, fomentando el consumo individual como forma de tener al personal completamente alienado -agilipollado, sería la palabra más adecuada-. Pero, por otra parte, no es menos cierto que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Todo el mundo tiene derecho a unos mínimos dignos, que no incluyen una tele de 42 pulgadas. Sin embargo, nos han hecho creer, y a gusto hemos querido hacerlo, que dicha tele sí que era un derecho inalienable del individuo.
ResponderEliminarPor todo ello, para la Jenny no es triste querer tener todos esos bienes. Sí lo será dentro de unos años cuando los tenga y la tozuda realidad le haga consciente de que estará obligada a pagarlos durante el resto de su vida en cómodos plazos refinanciados.
Gran comentario, Ruth. Yo mismo he sido mirado raro por no comprar piso...
Un abrazo.